2.5.12

A pesar de la ingente cantidad de desinformación que nos rodea, hemos abierto un camino de reflexión


REFLEXIONES ALQUÍMICAS


Imágenes así son observadas a diario en España y cualquier otra parte del mundo por millones de personas. Los chemtrails, bien sean formadas de sustancias para establecer un control electromagnético en el planeta Tierra y nuestra mente, bien sean sustancias con el objeto de bloquear las posibilidades infinitas de nuestro ADN en la búsqueda de su propio destino, bien sean ambas cosas combinadas y otras tantas más, siguen siendo un misterio sin resolver, a pesar de la evidencia óptica y física.

Todos los días recibo fotos de chemtrails dispersados en nuestros cielos con formas alarmantes y realmente llamativas que no dejan impasible ya a casi nadie. Como diría un famoso bloguero “los chemtrails ya no son noticia”. Efectivamente no lo son. Pero yo nunca dije que mi blog fuera un blog de noticias. Es una bitácora de exploración de la realidad que parte de mi propia conciencia humana, imperfecta y a veces dolorosamente deficiente.


También recibo comunicaciones de personas que dicen no percibir ningún cambio a su alrededor en este 2012 en que se anuncia el “Gran Despertar” porque siguen observando gente zombificada que no tiene en mente nada más que el pago de la hipoteca o las andanzas de algún zombie famoso y televisivo. Está claro que ambos fenómenos, eso que llamo yo “polarización de la realidad” conviven como realidades colindantes que pueden llegar a confundirnos profundamente y también, a escala cotidiana, a alejarnos de personas con las que hasta ahora teníamos relaciones aparentemente sanas o entretenidas o  producir dudas en nuestra mente de manera recurrente.


Sé que esto está ocurriendo porque yo también lo vivo y sufro en mis propias carnes.

La urgencia de meditar de forma diaria y constante se ha vuelto algo tan necesario como el respirar. Las dificultades para lograrlo y conseguir el ambiente necesario y calmo para poder entrar en ese espacio necesario que aleje nuestro espíritu de todo esto y contribuir activamente a crear por nosotros mismos se han convertido ya en algo crítico para todos. 

La guerra en marcha aquí en esta realidad 3D y en otras colindantes se ha desatado a unos niveles tan escurridizos que podemos caer en la tentación de creer que todo lo negativo o extraño que nos sucede nos pasa a nosotros solos. No es así. El lenguaje de la guerra por el control de nuestra mente es realmente especial y tenemos, es urgente hasta límites insospechados, que aprender a detectarlo y descifrarlo desde la paz interior y sin miedo alguno.


No me parece interesante, ya que sólo sería situar mi situación en un plano diferente a la vuestra, desgranar todo lo que acontece en mi vida y los obstáculos con los que me enfrento en este año 2012 que, de un modo u otro, parece definitivo para nuestro destino. He escrito “definitivo”, no “final”. Con los años se aprende a medir (al menos, un poco) las palabras y los silencios. Y espero que vosotros hayáis aprendido a leer las líneas y entre líneas.


La tentación de dejar la responsabilidad de alimentar este blog TaT con mis propias reflexiones, descubrimientos o pensamientos es tremendamente aguda. Casi como un dolor de apéndice. Posiblemente, no sea más que un  “apéndice”.  Si os digo que creo haber hecho todo lo que estaba en mi mano para regalar mi propio mundo de despertar a mis lectores puede sonar a tópico, pero en realidad, se trata de una profunda, dolorosa y liberadora a la vez, reflexión sobre mi trabajo y mi vida.


Pero, casi como el primer día, tenemos algunas preguntas que siguen perforando nuestra conciencia. Qué son y para qué son los chemtrails que nos “regalan” a diario. Tenemos ya algunas certezas sobre la naturaleza de esta realidad. Nada es lo que parece y detrás del “velo” de lo visible, existe otra esfera en la que habitan seres, líneas de tiempo y energías que no hemos concebido hasta ahora.


El hormiguero humano se agita y tiene la oportunidad de comprender su conexión sagrada con toda la creación o, por el contrario, puede seguir ensimismado en los fenómenos cotidianos o entreteniéndose con los sucesos que abarcan todo lo que concebimos desde lo explicable a lo inexplicable, desde lo que llamamos “positivo” a lo que definimos como “negativo”, desde lo que creemos es nuestra creación a lo que ya entendemos no es sino un evento orquestado por otros para obtener una respuesta desde nosotros.


Ni siquiera tenemos claro aún qué somos nosotros. Y mi experiencia demuestra que el que más habla y diserta es quien menos entiende. Aunque algunos estén obteniendo suculentos ingresos gracias a un dudoso pedigrí “espiritual” y de conciencia que se han adjudicado y dedicado a exprimir con las mismas técnicas de marketing con que se venden los crecepelos.


Pero no cabe la menor duda de que, a pesar de todo ello y a pesar de la ingente cantidad de desinformación que nos rodea, hemos abierto un camino de reflexión. Todo está ahí para quien quiera adentrarse en él. El camino es largo y abrupto. No es que merezca la pena, es que no tenemos otra opción como raza humana.

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