SER UNO MISMO, EL SANTO GRIAL DE LA FILOSOFÍA EXISTENCIAL
Desde tiempos
antiguos la filosofía ha descubierto que la clave de la autorrealización es
simplemente ser uno mismo; en esta sencilla, aunque a veces paradójica
afirmación, se desvela un secreto: ser uno mismo es ser todo el universo.
De querer ubicar el
momento de mayor claridad y simpleza en la historia de la filosofía
probablemente habría que remontarnos al Oráculo de Delfos, donde estaba
inscrito en el pronaos (la entrada al templo) “Conócete a ti mismo”. No es un
secreto que esto es la clave de la existencia que reflexiona sobre sí misma (el
hombre que se sabe hombre: la conciencia en su espejo). Es obvio. Pero lo
fascinante es que sí es obvio estamos cerca de la luz natural, del sol en los
ojos. De este pensamiento sigue con la más pura lógica que el hombre que es en
el mundo y se sirve de la filosofía práctica, practica ser él mismo. El hombre
que se conoce a sí mismo, tiene la facultad de ejecutar su propio sistema
operativo (conocerse es en su última acepción experimentar todo el alcance del
programa de la biocomputadora humana). Esto es el cuerpo y la mente y el
espíritu en toda su potencia (todo el ser posible). No sólo es la articulación
de la evolución, sino la conciencia de la biología misma.
Esto
es new age y la vez es filosofía clásica, desde Goethe a Bruce Lee o Lady Gaga,
numerosos pensadores, artistas y casi cualquier persona con cierta inteligencia
enarbola como doctrina central la necesidad de conocerse y ser uno mismo. The Matrix la pitonisa de las
galletas mágicas y las cucharas que se doblan con la mente lo tiene grabado en
su departamento. Conocerte a ti mismo es el oráculo. El futuro, el
destino, es un misterio, pero ser uno mismo es no ser un eslavo de lo inevitablemente
desconocido. Lo decía Carl Jung, que habíamos de hacer consciente el dominante
substrato del inconsciente, individuarnos. Esta asimilación de nuestra mente
inconsciente en toda su dimensión transpersonal es otra forma de decir ser uno
mismo.
Ser uno mismo puede
parecer demasiado evidente. ¿Como uno puede no ser uno mismo? Incluso dentro de
la fragmentación, dentro de la multitud que somos, ¿cómo podemos ser otra cosa
que lo que somos? Y, sin embargo, en la experiencia cotidiana cualquiera nota
que por momentos, o la mayoría de las veces, uno se encuentra divorciado de sí.
Comúnmente se refiere a un estado de enajenación o de estar fuera de sí (o
hasta lejos del centro) para significar un malestar. Esta es la prístina
sabiduría popular –el Oráculo de Delfos es a la vez lo más secreto y lo más
oculto. En sentido opuesto se utiliza como un halago ser genuino, ser auténtico
(autor de sí mismo) y una sonrisa es considerada la máxima expresión del ser
(porque desnuda el rostro o expresa el alma: es la marca del
florecimiento). Cualquiera nota que una persona que se expresa a sí misma
con naturalidad es más bella.
En la literatura
sagrada como en la clásica y hasta la superacional abundan las citas que se
refieren al paradójico-paradigma-panacea de ser unos mismos. En el Tao se dice:
“Cuando estés satisfecho/con ser sencillamente tú mismo/y no te compares o
compitas,/todos te respetarán”. Una fórmula de éxito en múltiples contextos. El
mismo Lao-Tse: “El ganso de nieve no se baña para hacerse blanco. Tampoco tú
tienes que hacer otra cosa que ser tú mismo”.
Quizás
la frase moderna más famosa en este sentido es la de Oscar Wilde, el gran
dandy: “Sé tu mismo, todos los demás están tomados (“Be yourself everyone else
is already taken”). Una frase manierista, que a la vez llama a una especie de
matrimonio alquímico (autohierosgamos).
Wilde sabía que su sobresaliente encanto descansaba en su individualismo –este
uno de los temas también de El Retrato de Dorian Gray, especialmente la
influencia de Lord Henry.
Cotejemos algunas
frases de autores dispares que hablan sobre la importancia de ser uno mismo.
“Acepta todo de ti mismo… Me refiero a todo. Tú eres tú y ese es el principio y
el final. Sin excusas ni remordimientos”, dice Henry Kissinger, el famoso
político hablando aquí como un gurú de autosuperación (pero no por ello lo descalifiquemos,
puesto que si existe alguna verdad universal en nuestra psicología debe de
estar cerca de esto). Uno de los más famosos autores de este vilipendiado
género Victor Frankl escribió: “Todo puede ser tomado de un hombre salvo
una cosa, la última de las libertades humanas –elegir la actitud que se toma
ante una circunstancia, elegir su propio camino”. La libertad no sólo es un
estado mental, es una expresión ontológica.
Consideremos ahora
algunos poetas: “Ser tu mismo en un mundo que permanentemente intenta
hacer que seas alguien más es el más grande logro”, dice Emerson y este parece
ser claramente el objetivo de la vida, la expresión propia (biológica y
espiritual), y no llegar a ser algo más, no tener necesariamente una u otra
profesión, una u otra pareja o conseguir algún tipo de posesión. “Sigue tu luz
lunar interna; no ocultes la locura”, dice Allen Ginsberg, la locura como la
propia naturaleza en su extensión máxima sin los filtros y las constricciones
del engranaje y la programación sociocultural. Escribe sobra la escritura, ese
proceso espejo, fundación de autoconocimiento, David Foster Wallace:
La escritura se
convierte en un modo de conocerse a uno mismo y decir la verdad en lugar de un
modo de escapar de ti o de presentarte a ti mismo como alguien que tú crees que
es mucho más interesante. El proceso es complicado y confuso y da miedo, y
también es un trabajo duro, pero su fruto es la mejor diversión que existe.
¿Pero
cómo entonces ser uno mismo? Por una parte parece que la clave está en conocerse
a sí mismo, en explorar la propia psique, en trabajar sobre aquellas cosas que
impiden la expresión natural del ser, una forma un poco de regresar al
instinto: “La verdad de una cosa es cómo se siente, no cómo
se piensa”, dijo Stanley Kubrick. Conectarse con el cuerpo
(con la percepción integral y no sólo racional), es una de las formas más
evidentes, algo que además sitúa en el presente. Otra de las claves tiene que
ver con creer en uno mismo y dejar de creer en lo que se nos ha inculcado sin
que lo hayamos experimentado (limpiar el pizarrón de la mente, decía
Krishnamurti, el gran descondicionador). En palabras de Goethe: “La
magia consiste en creer en ti mismo, si lo logras, entonces conseguirás que
cualquier cosa suceda”. Una definición muy similar a la de
Crowley: “La Magia es la Ciencia de entenderse a sí mismo y las propias
condiciones. Es el Arte de aplicar ese entendimiento a la acción”.
Existe
una dimensión espiritual en esta predicación de ser uno mismo. “La fuerza vital
experimenta con formas. Tu eres una. Yo soy otra. El universo ha clamado su
existencia. Tu eres uno de esos clamores”, escribió Ray Bradbury. En la
profundidad del ser, en la individualidad uno es indivisible del universo. Este
es el secreto místico de esta filosofía, que al depurar las propias
puertas existenciales uno se desvela como una expresión del universo, la totalidad en un instante, en un cuerpo, en un ego que se diluye en
el mar de las frecuencias y las vibraciones. Saber esto,
que somos el universo, que somos dios (o un sistema de partículas de la misma
sustancia que creó todo) es la más alta afirmación, la más profunda confianza,
ante ella todo palidece y se vuelve insignificante, o mejor dicho se vuelve un
juego y es jugando, como los niños o los animales (pero con una conciencia
adquirida que despierta al espíritu), que estamos más cerca de nuestro ser en
toda su luminosa posibilidad. (Nota: Matizaría que Dios está en nosotros pero
afirmar que somos Dios, sería como si Hamlet dijera que es Shakespeare)
En
el antiguo templo de Luxor había dos niveles, un templo externo en el que los
iniciados podían entrar y otro interior al que se accedía solamente cuando
se lograba la gnosis. En el templo externo decía “El cuerpo es la casa de Dios”, en
el templo interior se decía: “Hombre conócete a ti mismo… y conocerás a los
dioses”.
Fuente: http://pijamasurf.com/2013/02/ser-uno-mismo-el-santo-grial-de-la-filosofia-existencial/comment-page-1/#comment-562040
Visto
en: http://maestroviejo.wordpress.com/
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