6.5.13

Cambiaremos el mundo en función de la manera en que nuestra alma posa su mirada sobre él, nada más.


LA REVOLUCIÓN QUE CAMBIARÁ EL MUNDO

¡La Humanidad, tiene una asignatura pendiente!

¡¿Y, si viéramos la crisis económica global desde otra perspectiva, o mejor, si viéramos la, cada vez más caótica, situación mundial actual desde otro punto de vista?!. En estos tiempos difíciles que atravesamos y viendo, cada día que pasa, cómo va aumentando lenta pero progresivamente la tensión y la crispación social, como consecuencia de las férreas medidas económicas impuestas por los dirigentes políticos, y financieros (FMI y BCE), es inevitable que de aquí a no mucho tiempo, presenciemos y vivamos graves disturbios sociales y levantamientos populares contra los gobiernos, no sólo aquí en España sino en otros muchos países también. ¡Es cuestión de tiempo!. Lo veremos y viviremos, por supuesto y sin duda alguna, ya que no deja de ser la resultante lógica e inevitable en la que desemboca una sociedad, cuando ya no puede aguantar una situación económica y social, insostenible e insoportable para la inmensa mayoría de ella.

Ya hemos visto, no hace mucho, importantes disturbios sociales en algún país miembro de la Unión Europea, como resultado de las duras medidas económicas impuestas por Bruselas y, también hemos visto levantamientos y revueltas populares contra los Gobiernos en algunos países árabes, desde Túnez hasta Siria pasando por Bahrein.

Sí, verdaderamente, no sólo nuestra sociedad sino que, toda la población mundial, sobre todo, si quiere salir del borde del precipicio en el cual se encuentra, debe ponerse en pie sin más tardanza, y emprender, de una vez por todas, "la Revolución definitiva". La única que puede permitir que el mundo que actualmente conocemos, tal como lo conocemos, dé un giro de 180º y avance en armonía. Una Revolución, que hará que el mundo rompa con "sus cadenas del pasado". Pero no, no nos asustemos, no es una revolución sangrienta, como todas las anteriores que ha habido en nuestro mundo a la que hago alusión sino que me refiero a una Revolución pacífica, evidentemente. Una Revolución que tiene que llegar y que, hasta la fecha, jamás se ha producido en toda la Historia de la Humanidad!.

¡La Vida nos dice que es "hoy", en realidad, cuando empieza la hora de ponernos en pie y movernos, la hora en la que debemos aceptar ser agitados por el Principio de Evolución y de Revolución que fue sembrado hace dos mil años!. ¡El Principio de Evolución y Revolución que todo lo trastorna y transforma!. Esto, no concierne solamente al mundo occidental o "cristiano", sino que concierne a toda la Humanidad, ya que el Principio Solar, o Crístico, o Búdico si preferimos, es la herencia de todos y de toda forma de vida desde el comienzo de los Tiempos.

La Vida nos dice que ya no podemos esperar más y que la Palabra de "ayer" debe estallar en actos "hoy", porque todo lo que tenía que haberse divulgado para que nuestro corazón entrase en fermentación ha sido dicho, escrito, y repetido mil veces, en función de nuestra capacidad para integrarlo. Ya es hora de ponerlo en práctica porque no podemos seguir por más tiempo escapándonos por la puerta de atrás para evitar su puesta en marcha. No existe. De todas formas, los acontecimientos ya comienzan a obligarnos a movernos "desde dentro" y "desde fuera".


La Fuente de toda Vida, va a darle otra oportunidad a la Humanidad en este Tiempo de Final de los Tiempos, para que "ascienda un peldaño" en la Gran Escalera de la Evolución Universal. La Tierra ya está preparada y nos espera... Esta será la tercera vez, a lo largo de toda la Historia de su evolución, que la Humanidad, otra vez, va a intentarlo. En las otras dos ocasiones anteriores, los hombres y mujeres de nuestro mundo, al final no consiguieron ponerse en pie y emprender la Revolución que les habría liberado de sus cadenas y de sus barreras mentales: la Revolución del Amor-Compasión. No pudo ser, se vinieron abajo y, por consiguiente, el nivel vibratorio del planeta, su "tasa vibratoria" acabó, también, reduciéndose. En aquel entonces, el ser humano, al rebelarse contra sí mismo, contra su verdadera naturaleza de Luz, llevó la disonancia hasta los confines de todos los horizontes a los que tiene acceso. Pero esto es otra historia, una historia ya pasada.

La Humanidad, ya es hora de que se sepa, ¡tiene una asignatura pendiente!. Y, una vez más, se encuentra en una encrucijada, en un momento de su Historia de extrema importancia. Y, debe elegir..., otra vez, pasar a otro nivel de vida y de comprensión, o autodestruirse. Pero esta vez, una buena parte de la Humanidad está lista, porque son muchos y muchas que aunque en otros tiempos se vinieron abajo, naufragaron, "hoy" han vuelto y se levantan de nuevo en su interior para conseguir, al fin, abrir las puertas de sus corazones de par en par, y no a medias. Aunque si esta transmutación interior no pudiera realizarse tampoco en este Tiempo, la Vida propondría otros Tiempos, aunque, ¿después de cuantos miles o millones de años?.

Nos encontramos en la bisagra entre dos Eras, pero ya por todos los lados se anuncia una nueva Era de Paz y Fraternidad, la Era de Acuario, que se acerca a grandes pasos hacia nosotros y, no hay que tener miedo por ello, ya que no es más que el resultado del crecimiento y progresión lógica de los mundos, y no únicamente de nuestro planeta. La Vida nos dice que esa Era que poco a poco amanece por el horizonte es incomparable a todo cuanto ha existido sobre la Tierra desde el alba de los Tiempos. Un Gran Ciclo Cósmico comenzará con la Era de Acuario.

Pues bien, seamos conscientes de ello o no, estamos inmersos en una "Gigantesca Iniciación" planetaria, (ver "La Tierra, el Universo van hacia una eterización") o podríamos decir también, en un proceso de "depuración" primero y de "transmutación" después, planetario que deberá ser franqueado tanto a nivel individual como colectivo en este tiempo, de Final de los Tiempos en el que nos encontramos. Este proceso, necesariamente, intensificará la resolución de los contenciosos, porque ya nada se acumulará para la siguiente vida, como hemos venido haciendo hasta "hoy". Es ahora cuando tenemos que deshacernos de todo nuestro bagaje kármico. Condición imprescindible para acceder a la Nueva Era de Paz y Fraternidad.

Para el que no lo sepa hay que explicar, aunque rápidamente, que una "iniciación" -como se hacía en muchos pueblos de la Antigüedad- consistía en que, el que iba a ser iniciado, y bajo la supervisión de un guía espiritual debía pasar una prueba, después de un largo proceso de purificación del cuerpo físico y mental. Si la persona superaba la prueba, de tres días de duración, "moría" a su antigua realidad, pero expandía su conciencia hacia otras realidades, antes insospechadas. Se la llamaba la "pequeña muerte". Eso se realizaba a nivel individual, pero hoy..., es toda la Humanidad sin excepción, la que debe, en esta gigantesca iniciación planetaria ya en curso, prepararse a "morir" a su antigua realidad. Todo lo que la Vida pone delante de nosotros ya sean encuentros con otras personas, o acontecimientos, en realidad, todo es "iniciación", porque todo tiene valor de enseñanza.

Sin embargo, la Muerte Iniciática que vamos a vivir, en efecto "vivir", no debería tomar en ningún caso el aspecto de un combate contra nadie, ni contra ninguna fuerza, ni contra ningún tipo de Gobierno sea del pelaje que sea, ni siquiera contra el cada vez más nombrado Gobierno Mundial en la sombra. Aparte que, materialmente hablando, no podríamos hacer absolutamente nada contra esta fuerza que representa ese Gobierno. Pero, digo bien "materialmente". ¡No es invencible!. Acordémonos de Gandhi, quien demostró al mundo que se puede vencer al más grande Imperio por muy poderoso e invencible que sea. Gandhi y los que creyeron, y confiaron en él, vencieron al Imperio Británico, ¡¡sin disparar un solo tiro!!. Solamente con las siguientes "armas": no violencia, no colaboración y no sometimiento.

La Revolución que viene, sin lugar a dudas, y que a muchos, la sola mención de ello les va a dejar perplejos y anonadados es, en realidad la única, como he dicho antes, que la Humanidad no ha emprendido y está a punto de emprender: la Revolución del Amor. La Revolución que transmutará las conciencias y los corazones. Las remodelaciones físicas de nuestro planeta, con sus seísmos, tsunamis, erupciones volcánicas..., indescriptibles, no serán nada comparado con la reestructuración y transformación de las conciencias de la población de la Tierra.

La insumisión a la que nos empuja esta Revolución, no llama a un alzamiento de los puños sino, a todo lo contrario, a un abandono de todos los miedos. Evidentemente, no se trata de luchar contra nadie, y tampoco sería cuestión de empuñar las armas, de blandir los puños o de alzarse, en definitiva, contra "una fuerza", o un poder político, financiero, o incluso religioso. Alzarse "contra" algo, o alguien, da igual, acaba siempre por desarrollar, automáticamente, el Principio de Adversidad. ¡La espada llama siempre al escudo!. Se trata de alzarnos, de ponernos en pie, en nuestro interior, para hacer frente a nuestros propios obstáculos surgidos de todo tipo de miedos y de nuestra propia incapacidad de amar incondicionalmente. ¡Si queremos evitar un nuevo naufragio de la Humanidad, es la única alternativa!.

Hay que romper con ese Principio, a pesar de que ha sido nuestro campo de experimentación durante milenios. Ya no sirve -nunca sirvió- para el avance y evolución de la Humanidad. La verdadera Revolución es evolución. Que la Humanidad pase de dictaduras a monarquías y después a repúblicas, en baños de sangre, no cambia nada todo ello ya que su motor no habla más que de relaciones de fuerza. 

Debemos tratar de comprender, por fin, que alzarse o levantarse en lucha "contra" algo, o alguien, significa alzarse contra "lo" que habita y no funciona con claridad en nuestro corazón. Y, "lo" que habita en nuestro corazón se vierte, tarde o temprano, fuera de nuestro corazón y se expande inevitablemente por el mundo. 

Cambiaremos el mundo en función de la manera en que nuestra alma posa su mirada sobre él, nada más. Inevitablemente, los pensamientos y los sentimientos atraen y generan a sus semejantes. Por eso la importancia de la mirada con la que vemos la Vida. La Vida y no la existencia porque no basta existir para vivir de verdad. El mundo en el que estamos ahora, no vive, no hace más que existir. Alguien dijo que, en nuestro mundo, millones y millones de hombres y mujeres están verdaderamente más muertos que la muerte misma por no atreverse a correr el riesgo de vivir. ¡El Amor Absoluto Es la Vida, y vivir..., es amar!. ¡Amar, es vivir!.

La Vida, nos muestra que el estado de cosas actual en el mundo, tal como lo percibimos, no es más que un reflejo de nuestro "mundo interior", de nuestras luchas internas, de nuestros miedos, de nuestras ansias de controlarlo todo, de nuestra codicia y egoísmo, de nuestra facilidad para la mentira y el engaño, de nuestras incoherencias, de nuestras sutiles conspiraciones, de nuestra falta de respeto y de amor hacia todo lo que nos rodea e incluso hacia nosotros mismos... El escenario, por lo tanto, cada vez más convulso y caótico que presenciamos, actualmente, de nuestro planeta no es, ni más ni menos, que el reflejo exacto de la lucha que se desarrolla actualmente en el Alma humana en este tiempo "señalado", de final de un Gran Ciclo Cósmico. En lo fundamental, no existe una diferencia entre nuestro estado interior y el estado del mundo que percibimos.

Debemos entender que, efectivamente, el mundo en el que vivimos actualmente, mal que nos pese, lo hemos creado nosotros mismos, con nuestros pensamientos y nuestra forma de percibir y concebir la Vida. Como dijo Buda: "Somos lo que pensamos. Con nuestros pensamientos construimos nuestro mundo". Y, así es. Nuestros pensamientos forman un mundo del que somos creadores y el conjunto de los pensamientos de la Humanidad crea un verdadero universo equiparable en todo punto a una galaxia con sus soles, planetas y cometas... Debemos ser conscientes de que todo pensamiento y toda palabra, son creadores, actúan inmediatamente y tienden al final a materializarse. Es necesario comprender que un pensamiento está dotado de un potencial de acción, en primer lugar etérico y, finalmente, por repercusión, perfectamente concreto, denso.

Es así que, los primeros contaminantes o residuos tóxicos que dañan gravemente a la Tierra son pues de naturaleza psíquica. El enmugrecimiento de los pensamientos que ha generado la Humanidad es de tal magnitud, que no sólo ha contaminado peligrosamente el aura de la Tierra sino que ha llegado a contaminar, incluso, el "código genético", el ADN de todos los hombres y mujeres que la habitan. 

De tal forma, que no podremos avanzar si no le ponemos, urgentemente, un remedio. No podremos evolucionar con serenidad y avanzar en armonía si no encontramos un "antídoto" a esos venenos psíquicos. ¿El antídoto?. Si la Humanidad ha generado su propia toxina durante milenios, también ha de curarse a sí misma generando el contraveneno. Toda curación, en realidad, no es más que una autocuración. El "antídoto", por supuesto, se encuentra donde jamás se nos ocurriría, ¡dentro de nosotros mismos!. El "contraveneno" se encuentra en la mirada que posamos en esas aparentes nimiedades de la vida cotidiana..., y que, en realidad, forman parte de nuestra verdadera Iniciación. 

Ahí es donde empieza la verdadera Revolución, y la mutación de las conciencias. Ahí está la clave..., concediendo toda la atención y todo el Amor del que seamos capaces a cada momento, a cada encuentro o a cada acontecimiento de nuestra vida cotidiana. ¡Es ahí donde nuestra mutación-transformación se va a forjar y donde la Vida nos espera a todos, urgentemente!.

No es tan difícil entender que el mundo en el que vivimos y percibimos no es más que "un espejo" que nos devuelve al instante el reflejo de lo que ocurre en nuestro "mundo interior", en el de todos y cada uno de nosotros. Es el estadio de la conciencia, a nivel mental y emocional de la Humanidad, el que determina la situación actual de nuestro planeta y, por lo tanto, la de su "tasa vibratoria". Si hubiéramos elevado, aunque sólo fuera un mínimo, nuestro nivel de comprensión sobre las realidades que nos rodean, no nos sorprendería ver el estado actual de nuestro mundo, presa de la violencia, del terrorismo, de las guerras, de las hambrunas, de la corrupción política y codicia financiera, la crisis económica global, la crisis de valores..., ya que, vuelvo a repetir, en nuestro mundo no puede desarrollarse otra cosa más que no se esté produciendo en nuestro "universo interior".

Desde luego, que no será con la violencia, ni la indignación, ni el despecho ni el desánimo con los que transformaremos nuestro planeta, en un mundo más justo, pacífico y fraternal.

Lo que nos pide la Vida, la Fuente de toda Luz, en estos tiempos de finales de un Gran Ciclo cósmico, es que nos liberemos de una vez por todas de nuestras viejas y oxidadas armaduras ancestrales que aún perduran bien guardadas en el fondo de nuestras almas, que dejemos de reproducir los eternos esquemas de las eternas guerras. La constante lucha interior que libran nuestras almas yendo del dominante al dominado, es un disco rayado del que ya deberíamos habernos liberado. La Vida nos pide que dejemos para siempre de ser los eternos guerreros dispuestos a blandir la espada, o los puños, constantemente a la defensiva y dispuestos a la agresión. En definitiva, que dejemos de usar la fuerza ante la menor injusticia, ofensa, tropelía o indignación. ¡Si bien, hay indignaciones justas -aunque fuese una rebelión- que deben provocar respuestas justas pero fuera de toda expresión de violencia o brutalidad!.

Después de todo, un hombre, o una mujer, no tienen que, ni siquiera en estos tiempos, vestirse necesariamente de "cruzado" para construir un mundo mejor. Trabajar para mejorar el planeta en el que vivimos tampoco exige blandir enseguida los puños, ni dotes excepcionales para la lucha o el combate. ¡Y, sin embargo, esto es lo que espera y desea la Sombra de nosotros!. Las energías de la Sombra nos contabilizan entre sus filas cada vez que contaminamos el mundo con pensamientos de violencia, de odio, de rencor, o pensamientos desprovistos de esperanza, pensamientos de egoísmo, de miedos y temores, cada vez que maldecimos nuestra existencia y la de los demás, cada vez que se esfuma de nosotros la facultad de amar. ¡Y, esto, lo hacemos innumerables veces al día, cada día que pasa!
Hay una Ley Cósmica que dice: "cada vez que un ser entre los humanos se alza en su interior, abre sus brazos y su corazón, derriba sus propias barreras mentales y da un paso hacia delante, centenares de otros seres humanos dan ese mismo paso junto a él". Al alzarnos dentro de nuestro ser, ya no tiene sentido luchar contra nadie, simplemente dejamos de dar pie a ciertas ideas, pensamientos y a ciertos impulsos que, como hasta ahora, se han alimentado de nosotros. Cuando nuestros pensamientos modifican su lógica y sus señales de localización, conlleva inevitablemente, una modificación de las leyes físicas y, por tanto, la "tasa vibratoria". Cada uno de nosotros imprime en todo lo que le rodea la marca de la tasa vibratoria de su ser. Es decir, la estructura de la materia, la nuestra propia y la de la Tierra que pisamos, está en relación directa con nuestra forma de amar, de pensar, de concebir el mundo y de cómo nos comportamos en él. El estado, entonces, en el cual se encuentra nuestro mundo no es más que la prolongación directa del nivel de conciencia de la Humanidad.

El sentido de la reconciliación con uno mismo que pasa por, una toma de conciencia y despertar, por una metamorfosis personal, o lo que es lo mismo, por una "muerte iniciática", hará que nuestros Gobiernos actuales ya no tengan razón de ser y se extingan, así como un cubito de hielo expuesto a los rayos del Sol. Es su destino ineludible, a pesar de la omnipotencia que ostentan, actualmente. Porque cuando "el gobierno" de nuestro "mundo interior", el de un número creciente de seres cambia de referencias y sigue la lógica del corazón, los Gobiernos políticos, o de cualquier otra naturaleza, de cualquier parte del mundo, no podrán ya sostenerse con los antiguos postulados y, necesariamente, se extinguirán. Cambiaremos el mundo y lo liberaremos de sus parásitos, redefiniendo el mundo en nosotros, amándolo y cuidándolo en nosotros. ¡Hay que reconocer que, verdaderamente, hace falta un poco de "locura" para lanzarse a semejante tarea, pero sin embargo, es una "locura sagrada"!. Así pues, indudablemente, cuando este "virus" de locura, locura sagrada, contagie a un buen número de hombres y mujeres..., ¡el mundo dará un giro de 180º y cambiará!.

No hay otra manera de cambiar nuestro mundo. Y, por supuesto, no es intentando cambiar a los demás, o tratar de convencer a los demás de nada, como conseguiremos que el mundo cambie. Somos, primero nosotros los que tenemos que modificar nuestro mundo interior, si no, nada cambiará en el mundo que vemos y contemplamos todos los días.

Y, para ello, no nos queda más remedio que hacer como las aves cuando aprenden a volar. ¿Alguien conoce a algún pájaro que haya aprendido a volar de otra forma que no sea lanzándose un buen día al vacío?. ¿Conocemos a alguien que haya aprendido a nadar sin haber superado el miedo a soltarse del borde de la piscina?. Sólo aquellos que han escuchado en sus corazones la llamada de auxilio de la Madre Tierra, se verán afectados por esa especie de locura sagrada, la locura de los Reconstructores, los que portan el Sol en sus corazones, los artesanos del Nuevo Mundo, en la Nueva Era de Paz. Son aquellos que, en todo el mundo ya sea por su acción o por su simple presencia ya han empezado a tejer una gigantesca red subterránea, por la cual, va a ser ofrecido un nuevo aliento a la Humanidad. Esa red que va a salvar a la Humanidad, se sitúa más allá de cualquier asociación u organización y, formamos parte de ella, cuando "algo" en nuestros corazones empieza a cambiar y manar en nosotros, impulsado por una voluntad de amar verdaderamente.

Por otra parte, y en lo que se refiere a los acontecimientos que estamos viviendo ya sea a nivel personal, social, o mundial, que hoy más que ayer nos zarandean y nos empujan a experimentar el sentido del trastorno físico y psíquico, no representan otra cosa, aunque nos cueste entenderlo, más que pruebas y oportunidades para que nuestra alma anestesiada y perezosa se sensibilice, despierte y se decida, de una vez por todas, a dar ese famoso paso adelante, por el cual, se debe iniciar el cambio que nuestro mundo urgentemente necesita. El viejo mundo obsoleto se desmorona y sufriremos mientras sigamos aferrándonos a él con uñas y dientes. El derrumbe de nuestro mundo es inevitable e irreversible y no debemos llevar luto por todo lo que se deshace o empieza a desmoronarse.

En este tiempo de apertura que vivimos ya no queda lugar para los antiguos valores que han entrado en proceso de descomposición ya que, al final, todo lo que no es auténtico termina pudriéndose. Por eso, en estos tiempos en los que todo se viene abajo, nos será menos doloroso si nos dejamos fluir como el río, en lugar de resistirnos, aferrándonos al viejo mundo que se derrumba y se derrumbará. Todos los Maestros de Sabiduría y otras Jerarquías, desconocidas para el ser humano, están trabajando para que el derrumbe del viejo mundo se produzca. La mejor manera de no ser "engullidos" en este "proceso purificador" que está barriendo nuestro planeta es dejarnos llevar por "la ola" y no luchar "contra" ella, de esa forma cuando su impacto nos alcance será menos perturbador para nosotros. Su avance o retroceso no dependen de la raza humana sino del Sol, la Fuente de toda Vida.

Los acontecimientos, debemos comprender que, sean de la naturaleza que sean, somos nosotros los que los provocamos y los atraemos hacia nosotros. Nunca se "alzan" contra nosotros para castigarnos. La mayoría de las veces nos alzamos contra ellos sin darnos cuenta que son nuestros mejores "maestros" que se presentan para enseñarnos mil cosas. Algunos acontecimientos son como un bálsamo para nuestro cuerpo, pero otros ejercen una fuerte presión con el dedo justo donde nuestra alma es aún demasiado frágil. Son nuestros mejores "terapeutas", quienes mejor hacen nuestro diagnóstico, son nuestros barómetros más perfectos. La finalidad de los acontecimientos que experimentamos, en todos los niveles de la vida, no es otra que obligarnos a movernos desde "dentro" y desde "fuera", también una propuesta para que cambie el estado de cosas actual en el mundo y en nuestro "universo interior". Ya hemos dormido bastante. Despertemos. Ha llegado la hora de que saltemos de la cama, nos pongamos en pie y encarnemos una esperanza digna de ese nombre.

En lo que se refiere a los Gobiernos, o sus representantes, no son otra cosa más que la imagen deformada y amplificada de cada uno de nosotros. Todos los gobernantes, ya sean jefes de Estado, reyes, dictadores o incluso patriarcas, son el reflejo exacto de la conciencia de los hombres y mujeres de su tiempo, el reflejo de sus defectos o el de sus fuerzas. Siempre hay una complicidad inconsciente entre un gobernante y el pueblo al que gobierna. También en el fondo de todo ser humano se agita sutilmente, un "jefe de Estado", capaz de actuar como un dictador y, cada día, lo demostramos manipulando todo aquello sobre lo que tenemos la menor influencia, empezando por nosotros mismos.

Todos los Gobiernos del mundo, todos los poderes, sean cuales sean, sólo ostentan el poder gracias a la importancia que les otorgamos y gracias a la injerencia que les consentimos ejercer sobre nuestra forma de pensar y de vivir. El despertar de nuestro ser interior implica la No colaboración y el No sometimiento a un sistema dual que controla nuestras conductas y a ninguna forma de gobierno o poder que pretendan pensar por nosotros, política, económica o religiosamente. ¡Es de esta manera que podremos conseguir que se extingan por sí solos todos los gobiernos o sistemas de poder, incluso el omnipotente Gobierno Mundial en la sombra!. No hay otra forma. El Principio de no colaboración y no sometimiento aún puede salvar a nuestro mundo de la esclavitud.

Sería muy fácil echarle la culpa de todos los males que afligen a nuestra sociedad mundial a los Gobiernos, o sus representantes, da igual, porque todos somos responsables en una medida u otra del estado de cosas que hay actualmente en el mundo. Seguramente, alguien leyendo esto, estará dispuesto a saltar diciendo, ingenuamente: "yo no tengo nada que ver con ello". ¡¡Seguro que no!!. Todos los días vemos en las noticias como la gente que no puede pagar la hipoteca porque ha perdido el puesto de trabajo, es, por la fuerza, desahuciada por los Bancos o Cajas, que además se quedan con su vivienda. No obstante, nos quejamos ante el televisor viendo esto, pero, sorprendentemente, seguimos confiando, ingenuamente, nuestros ahorros a esas entidades financieras. ¡A nosotros nos corresponde la solución!.

Hemos visto y estamos viendo cómo estas entidades, Bancos y Cajas, cuando han tenido beneficios no los repartían con los clientes y cuando han tenido pérdidas han recibido dinero público para sanear sus cuentas y que encima luego, entre otras cosas, no lo revierten en financiar, urgentemente a las pequeñas y medianas empresas... Confiamos, además, nuestro dinero a entidades bancarias sin preocuparnos cómo lo emplean o invierten después. ¡Buena parte de ese dinero se invierte en industrias armamentistas, empresas dedicadas a la destrucción, o en Multinacionales Petroquímicas...!. ¡Y, también, buena parte de ese dinero lo llevan a paraísos fiscales!. A nosotros corresponde la solución.

Nos quejamos también de los impuestos que nos asfixian pero seguimos escuchando ingenua e infatigablemente a los políticos que los decretan. ¡A nosotros nos corresponde la solución!.

Nos lamentamos de las guerras, terrorismo o masacres cometidas en alguna zona del planeta, pero, sin embargo, miramos a nuestro vecino a un compañero de trabajo o incluso a algún familiar como si de un enemigo se tratara. ¡El germen de las guerras siempre crece a escala individual!. ¡A nosotros corresponde la solución!.

No es necesario seguir detallando y enumerando los múltiples aspectos del Poder que nos gobierna y, con el cual, colaboramos y somos cómplices de una manera u otra.

¡Decididamente, somos cómplices de todo aquello que nuestra conciencia rechaza!. ¡Nuestra sociedad es una sociedad de ingenuos y "colaboracionistas"!. Pero, estamos tan ciegos y sordos que las guerras, las hambrunas, las crisis económicas, las injusticias sociales más insoportables y aberrantes, recorren nuestra sociedad mundial y, sin embargo, aplaudimos puerilmente y depositamos nuestra confianza en aquellos que manejan las riendas del poder pero nos consideran, simplemente, borregos ignorantes, perezosos y vagos, fáciles de manipular a través de los medios de comunicación de masas. ¡¿De qué nos quejamos si el estado de cosas actual en el mundo es el que nos encontramos todos los días?!.

Sí, la única Revolución, efectivamente, que falta en la Tierra y que, a pesar de todo, aún no ha emprendido la Humanidad en toda la Historia de su evolución es la Revolución del Amor-Compasión, la que transmutará las conciencias. Los antiguos sacerdotes mayas ya dejaron escrito en sus Libros Sagrados, hace poco más de 5000 años, que la Humanidad viviría, después del 2012, una "gran transformación de las conciencias". ¿Se referían a la Revolución, la verdadera, que todo lo transforma: ¡la Revolución del Amor-Compasión!?. 

He aquí la verdadera fuerza que todo lo altera y transforma, y hace avanzar hacia la Liberación. Las demás revoluciones sólo consistieron en sustituir un régimen político por otro y..., ¡a qué precio!. La única verdadera Revolución que merece tal nombre se sitúa detrás de lo que el ser humano acepta ver en sí mismo. Por el momento, sólo ha nacido en el corazón y en la conciencia de algunos hombres y mujeres valientes, que en diferentes partes del mundo se ponen en pie, uno a uno, individualmente, con coraje, abnegación y voluntad.

La Revolución de las conciencias, la Revolución del Amor-Compasión, va a inscribirse hasta en nuestras propias carnes porque, dada su naturaleza, ha de inscribirse hasta en el seno las células de nuestro cuerpo físico, para poder liberarnos, por fin, de los residuos condicionantes del pasado que hasta hoy permanecen inscritos hasta en nuestras memorias celulares, en nuestro ADN.
¡Lo queramos o no, somos empujados hacia esa limpieza (purificación) y metamorfosis que imprimirá en muchos, día tras día, otra frecuencia vibratoria!. Se trata de una Revolución no violenta que propulsará al ser humano a otra dimensión, la dimensión del Corazón, un nivel más sutil de la Vida.

La Revolución del Amor-Compasión, es decir, La Revolución Crística, o Búdica, si preferimos, verdaderamente nuestra mayor Revolución, podemos vivirla ya en nosotros. Empieza, simplemente, con los mil detalles de nuestra vida cotidiana: las palabras amables que dejamos asomar a nuestros labios, la cordialidad del apretón de manos, o la sonrisa sincera a quien nos acribilla con la mirada, una llamada para pedir perdón o para decir te quiero, una visita inesperada, una conversación cordial improvisada, en vez de apretar los puños ahora ¿por qué no tendemos la mano?, recoger un papel que ensucia un rincón de la Naturaleza, etc, etc. La Vida, en definitiva, lo que nos pide, urgentemente, es que nos decidamos a dirigir otra mirada a lo que compone nuestra vida cotidiana. ¡No es más que eso!. ¡Sólo es eso!. ¡¿Tan difícil es?!. La clave está en modificar fundamentalmente nuestras relaciones con las cosas, los acontecimientos y nuestros semejantes.

La Vida, nos recalca que la verdadera Iniciación-Revolución del Amor empieza ahí, cada mañana de nuestra vida diaria, desde el momento que nos levantamos de la cama, por el más pequeño de los detalles hacia nuestro prójimo pero también hacia uno mismo, por la manera que exteriorizamos nuestros pensamientos, por la calidad de un abrazo, por el tiempo que dedicamos a un corazón que sólo pide ser escuchado, por la ayuda que ofrecemos a un compañero de trabajo que está agobiado o a un vecino que acaba de perder su empleo, a un invidente que necesita que le ayudemos a cruzar, por la ayuda que damos a alguien que sólo pide algo para comer... La verdadera iniciación-transmutación ya no se encuentra en los templos, entre grandes maestros como antiguamente, sino que la encontramos todos los días en todos y cada uno de los encuentros y acontecimientos de nuestra vida cotidiana. ¡Toda forma de vida a nuestro alrededor, necesita más que nunca, que la ayudemos con todas nuestras fuerzas!. ¡"No vivimos para nosotros" decía el Gran Instructor, hace 2000 años!.

Hace 2000 años, el Padre de la Creación el Logos Solar que se expresaba y hablaba por la boca del Maestro Jesús..., ¡muy poquitos llegan a entender esto!, no era el Maestro Jesús el que hablaba a las gentes de aquel entonces, sino que era, ni más ni menos, el verdadero y único Padre-Madre de la Creación, el Cristo, el Sol "en persona"..., dijo: "Amaros los unos a los otros. Amaros como yo os he amado".

Hoy es el día que la Humanidad aún sigue sin entender qué es el Amor. Conoce un sentimiento que se le parece pero que es fruto de sus emociones, o bien, conoce una pasión que se adorna con el nombre de amor... Empezará a entenderlo cuando comprenda "Quién", realmente, nos visitó hace 2000 años. (ver: "El Sol. ¿Qué es el Sol? o ¿Quién es el Sol?, ¿Es él, Dios?")

El Amor..., lo hemos ignorado durante tantos siglos..., Se habla siempre de él pero son muy pocos los que creen o esperan que alguien llegue verdaderamente a practicarlo. Es algo que creemos que sólo lo practican los santos o los locos. Incluso hemos llegado al punto de desconfiar de aquellos que aman. No les hacemos caso y los tratamos como a unos pobres ingenuos, o incluso, nos pueden llegar a parecer unos farsantes porque estamos totalmente convencidos de que a nadie pueda importarle verdaderamente otra persona sin que haya un interés por medio. 

Todo lo que del Amor se deriva, como la ternura, la amabilidad, la confianza, el perdón, la esperanza..., quedan reducidos a simples recuerdos abandonados en el cajón de las cosas caídas en desuso. Además, los petulantes consideran que el Amor es una bobada romántica, y que no es más que una tontería de los idealistas carentes de todo aspecto intelectual y científico. Todos esos que hablan despectivamente del Amor porque no creen en él son aquellos que siguen practicando, generalmente, la ley del talión la del ojo por ojo..., hasta llegar a quedar "ciegos".

Hoy día, la frase."Ama a tu prójimo como a ti mismo", o bien, "Trata a los demás como quieres que te traten a ti", adquiere un sentido urgente. La Humanidad se encuentra, actualmente, en una difícil encrucijada, en un momento extremadamente importante de su evolución, por la cual, nos decidimos, de una vez por todas a abrir nuestros corazones de par en par y sin reservas ni condiciones, al Amor-Compasión, o bien, sucumbiremos como ocurrió en otras dos ocasiones anteriores, hace miles y miles de años. ¡Tenemos que elegir ya!. Pero nadie puede amar si antes no se ha hecho ese regalo a si mismo, porque amarse no quiere decir ser más que cualquier otro, sino concederse la misma consideración, respeto, tolerancia, ternura y benevolencia que concedemos a los que amamos. No podemos tender una mano a nadie, verdaderamente, si antes no amamos esa mano que ofrecemos.

Muchos preguntan ¿qué es lo que hay que hacer?, ¿Cómo?. Después de todo lo dicho aquí, y resumiendo al máximo, la acción que todos debemos emprender, urgentemente, pasa, evidentemente, por una "reforma interior" de cada uno de nosotros que ha de traducirse, inmediatamente, por cambios en el comportamiento cotidiano, es decir y vuelvo a repetir hasta donde haga falta y más, se trata de prestar toda la atención y todo el amor del que seamos capaces, a todas aquellas aparentes nimiedades de nuestra vida diaria, a cada momento, encuentro o acontecimiento, porque es ahí realmente donde estamos viviendo la Iniciación-transmutación y, donde verdaderamente empieza la Revolución de las conciencias, la Revolución del Amor-Compasión es ahí con los pequeños detalles de nuestra vida cotidiana. 

Es ahí, y en ningún otro lugar donde nuestra alma se forjará y nuestro corazón se transformará en un sol, que lejos de vivir para ser amado cueste lo que cueste, vive por amor y para amar. ¡Reconstruiremos el mundo, pero no se hará hasta que nuestros corazones a través del día a día, cambien!. Y, cuando millones de seres acceden a un nivel de conciencia más elevado y, sobre todo, esta transformación se produce a escala colectiva, es todo un mundo que entra en metamorfosis-mutación con ellos, es una parte de la Creación que asciende un peldaño en la Gran Escalera de la Evolución del Cosmos.

Autor: Mario Zorrilla Gallego.
(Este escrito está dedicado al Padre, al Sol y a la Madre Tierra)

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