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30.12.13

No se equivoque: el mundo actual no es ningún “error”; todo fue planeado así desde hace al menos un siglo.

EL DESPERTAR DE 2013 SE CONVERTIRÁ EN ACCIONES CONCRETAS EN 2014? 

¡¡Ojalá!! - Adrián Salbuchi


El agua en la que se encuentra inmersa la rana del cuento ha ido poco a poco calentándose, suave e imperceptiblemente a lo largo de los años. Cada año un poquito más… Y un poquito más…      

Se acaba 2013. Y miles y miles… millones de ranitas calentitas en sus respectivas cazuelas desarrollan ahora los rituales de celebraciones familiares, comilonas y consumo, diciendo las mismas idénticas frases que el año anterior…   “No pasa nada… – les gusta decir – y si pasa… ¡se le saluda!”

Así es como van a cerrar el ciclo de un año, preparándose para el comienzo del siguiente, como si no pasara nada… como si no pudieran hacer nada diferente que repetir las mismas frases y rituales, ajenas por completo al hecho de que el agua empieza a estar demasiado caliente… Sin embargo, a pesar de esa inmensa mayoría de ranitas, que constituyen la “opinión pública”, entre todos los acontecimientos ocurridos a lo largo del años 2013, quizá el más importante de todos haya sido…

¡Que el permanente croar de las ranitas “despiertas” ha empezado a dar sus frutos!

Por eso en esta ocasión, el post de la serie Uniendo los Opuestos, se centra en el artículo de una ranita bien despierta y muy trabajadora, el analista internacional Adrián Salbuchi,  que realiza un análisis muy interesante de lo sucedido en 2013 en el lado que llamamos Creando la Nueva Realidad, ya que muchos miles de ranitas en todo el mundo han despertado este año. 
Pero también toma conciencia del mucho mucho trabajo que queda todavía por hacer, puesto que las ranas dormidas siguen siendo mayoría, mientras el El Avance de la NADA sigue adelante a mucha velocidad…

Cada diciembre los periodistas suelen entrar en modo “las-diez-noticias-del-año”, haciendo análisis del tipo “¡qué-año-que-tuvimos!”, como una suerte de recapitulación anual. Pareciera tratarse de un factor psicológico que se activa cada vez que se aproxima enero. Enero –’January’ en inglés; ‘Januar’ en alemán– toma su nombre del dios romano Jano, que con su doble rostro observa al viejo año que muere y escudriña hacia el nuevo año que nace.


Una (re)visión de 2013 y 2014…
Cualquier enumeración de ‘Las diez noticias del año 2013′ resultaría obvia e incompleta. Obvia, al elegir las noticias más importantes: guerra civil en Siria, Egipto, Libia e Irak; la renuncia y reemplazo del papa en Roma; la caída del meteorito en Cheliábinsk, Rusia; la muerte de Hugo Chávez en Venezuela; las revelaciones de Snowden sobre espionaje de Washington, etc. Incompleta, porque innumerables noticias quedarían en el tintero, aunque más no sea porque los medios globales eligieron distorsionarlas, desenfatizarlas sino simplemente ignorarlas…
De manera que con tantas cosas ocurriéndoles a tantas personas en tantos lugares distintos, no solo resulta imposible seguir a cada una de estas noticias, sino que nuestros cerebros se ven superados por la velocidad creciente con la que nos vemos inundados por cantidades cada vez mayores de información y datos. Nuestros cerebros simplemente no pueden procesarlo todo; nuestros intelectos no pueden ordenarlo de manera de poder entender todo lo que ocurre; todo lo que realmente ocurre detrás del telón de los multimedios globales.
Jamás en la historia hemos estado tan bien informados como lo estamos hoy; y sin embargo la vasta mayoría de las personas no tiene idea de qué ocurre realmente en nuestro oscuro mundo. Ello es así porque mientras los multimedios globales de altísima tecnología nos arrojan toneladas de información, rara vez, sin embargo, nos dan el necesario “manual” que permita armar este complejo rompecabezas mundial.

Créanme que armar correctamente ese rompecabezas hace toda la diferencia. ¡La misma diferencia que hay entre tener un automóvil BMW total desarmado en su garaje (sin que falte ni una pieza, tornillo o tuerca), y tenerlo totalmente armado y listo para arrancar y salir!

Hoy, la “opinión pública global” es un perfecto ejemplo del primero de estos dos ejemplos: miles de millones de “ciudadanos bien informados” conocen todas las “piezas, tornillos y tuercas” de este mundo loco y desquiciado, pero pídale a alguno de ellos que arme un modelo para entender todo este lío -en la secuencia correcta, utilizando las herramientas idóneas, y poniéndolo todo “a punto” de manera consistente y coherente- y lo quedará mirando con la proverbial “mirada Homero Simpson”…

Por si aún no se entiende, pensar “fuera de la caja” según los nuevos paradigmas es lo que tratan de hacer los nacientes medios alternativos de noticias: RT, PressTV, Telesur, HispanTV

‘Fabricando Consenso’
Este es el título de una de las principales obras de Noam Chomsky publicada en 1988, derivado de una frase de Walter Lippmann, cofundador del Consejo de Relaciones Exteriores de Nueva York, y durante décadas director de su publicación ‘Foreign Affairs’.
Entiéndase bien: la principal tarea de los grandes multimedios occidentales -TV, radio, Internet, periódicos, ‘entretenimiento’– no es la de “educar al soberano”, sino más bien la de confundirlo, echándole encima enormes cantidades de información para luego armársela de la manera que mejor convenga a los dueños del poder global.
Los multimedios son el instrumento que arma el relato que genera una determinada percepción de la realidad, que favorece una interpretación específica, que conduce a conclusiones que terminan resultando en el apoyo (o al menos la pasividad) del público hacia la realización de metas y objetivos de los poderosos.
En pocas palabras, los multimedios son el vehículo para fabricar consenso: en verdad, “el medio es el mensaje…” Se trata de una acción psicológica que, gracias a enormes adelantos tecnológicos, ha crecido vertiginosamente hasta transformarse en una guerra psicológica, que ya no distingue entre ‘enemigos’ extranjeros o locales. Pues desde la óptica de los dueños del poder global, “Nos,el Pueblo…” en todos los países somos su enemigo, especialmente el creciente número de pensadores independientes que los desafiamos a diario.
La capacidad de la guerra psicológica para fabricar consenso entre las “mayorías democráticas” permitió que se cometieran horrendos crímenes a plena luz del día ante poblaciones complacientes y fofas que permanecen como observadores pasivos.
Desde la destrucción obscena de Afganistán e Irán a partir del 2001, el genocidio de Palestina en los últimos 60 años, el colapso artificialmente creado en 2008 del sistema financiero de EEUU/Reino Unido/Unión Europea por megabanqueros ladrones luego salvados con el dinero de los trabajadores; pasando por el financiamiento de políticos perversos y corruptos que son catapultados a los máximos puestos de poder del Estado en país, tras país; hasta la insidiosa promoción mediática de las más crudas perversiones sociales: abuso de menores, ‘cultura’ de las drogas, prostitución, creciente violencia urbana….
Esta situación es bastante parecida en todos los países, en parte porque todos miran los mismos canales de TV, leen los mismos diarios, y son víctimas de la misma guerra psicológica

El sapito en la palangana
Así son las cosas desde hace más de un siglo.
Es igual que el proverbial sapito arrojado dentro de una palangana con agua hirviendo que al saltar muy dolorido, al menos se salva. Pero colóquese a ese mismo sapito en la misma palangana con agua tibia y auméntele la temperatura un grado cada cinco minutos, y se habrá cocido sin darse cuenta de ello…

Hoy, la ‘opinión pública’ consiste de miles de millones de ‘sapitos’ descansando en las tibias aguas de sus palanganas…

Un punto de inflexión
Quizás uno de los hechos más importante del 2013 -que esperemos se intensifique dramáticamente a partir del 2014- sea que cada día son más las personas en todo el planeta ¡que sienten ese creciente calor y presión que los dueños del poder global nos aplican!
Ha comenzado una creciente toma de conciencia de que la verdadera función de los multimedios globales de noticias y ‘entretenimientos’ consiste en falsificar la realidad. Por lo que debemos esforzarnos para ver a través de esa confusa nebulosa de numeritos verdes de la Matriz, para ver todo esto según realmente es: un gigantesco plan para fabricar consenso urdido por una pequeñísima e ilegítimamente poderosa minoría que hace todo lo que crea necesario para imponerle a la humanidad un gobierno mundial controlado por ellos.

Somos todos llamados a combatirlos. En tiempos recientes, este proceso va acercándose a un punto de inflexión a medida que más y más personas piensan con su propio cerebro, en lugar de hacerlo con el de CNN, ‘The New York Times’, FoxNews, la BBC o los multimedios-canalla repetidores en todos los países hispanoparlantes.

Este, y no otro, es El Evento del Año 2013. Mucho más que un nuevo papa, o alguna impactante catástrofe natural o artificial, o algún nuevo acuerdo o cumbre de políticos-esclavos mostrando sus sonrisas de pasta dentífrica y miradas vacuas haciendo hipócritas declaraciones en favor de la “paz”, los “derechos humanos” y la “democracia”…

¡El hecho de que millones y millones vayan despertando es una verdadera maravilla!

Desde luego, aún falta un largo camino a recorrer hasta lograr la necesaria “masa crítica”, que se produce cuando este cambio interno intelectual y espiritual dentro de cada hombre y mujer, se transforma en saludables cambios masivos externos en toda la sociedad, la política, economía, trabajo, educación, salud y cultura.
2013 ha sido un año clave en términos de gente que despierta. Quizás no todos hayan despertado totalmente como para comprender el “quién, qué, cuándo, por qué, dónde y cómo” de los dueños del poder global.
Quizás aún no entiendan cabalmente las funciones de Bilderberg, la Comisión Trilateral, la Americas Society y otros entes planificadores y ejecutores de las elites. No importa: no pretendamos que todos despierten completamente al unísono.
Lo importante es que haya millones de personas despiertas trabajando duro para derrotar al Leviatán global. Y que haya otros millones más que lentamente van despertando lo que, aunque no es ideal, es sin embargo un gran paso en el camino correcto. Esto lo vemos en movimientos populares como los Indignados, Caceroleros, Ocupa Wall Street, en los seguidores de Assange y Snowden, y en todos quienes desenmascaran a los gobernantes títeres colocados en buena parte del mundo y, desde luego, en prácticamente toda Latinoamérica.
Como cualquier persona medio dormida, ellos cometen errores y están mal organizados; a veces sus protestas callejeras terminan en enfrentamientos violentos con la policía (trágicamente, son siempre pobres peleando contra otros pobres), pero también es cierto que las verdaderas revoluciones vienen acompañadas de fuertes dolores de parto. ¿Quién alguna vez no se levantó de la cama medio dormido y no se llevó algo por delante? Por eso, no nos preocupemos demasiado.

¡Estoy terriblemente enojado…!
En 1976, el actor Peter Finch protagonizó en la película ‘Network’ (‘Poder que mata’ en Latinoamérica, en España ‘Un mundo implacable’ (*) dándole vida a un periodista angustiado de nombre Howard Beale, quién de la noche a la mañana se transforma en héroe televisivo al aparecer en las pantallas desenmascarando toda la locura que ya entonces estaba siendo organizada.
Su monólogo de hace casi 40 años encaja casi a la perfección con este 2013:

“Yo no les tengo que decir que las cosas andan mal. Todo el mundo sabe que las cosas andan mal. Estamos en una depresión; todo el mundo está sin trabajo o aterrado de perderlo. Hoy un dólar apenas te compra lo que 5 centavos te compraba antaño; los bancos están quebrados; los comerciantes tienen un revolver debajo del mostrador; los saqueadores y delincuentes andan libres y enloquecidos por nuestras calles, y todo esto parece no tener fin. Sabemos que nuestro aire no es apto para ser respirado, y nuestros alimentos no son aptos para ser ingeridos. ¡Y nos sentamos a mirar todo esto por televisión mientras algún periodista nos informa que hoy hubo 15 homicidios y 63 crímenes violentos, como si eso fuera normal!”
“Todos sabemos que las cosas andan mal –peor que mal– las cosas están locas. Es como que todo el mundo se está volviendo loco, así que dejamos de salir a la calle. Nos quedamos en nuestras casas y lentamente nuestro mundo se hace más y más pequeño, y todo lo que atinamos a decir es “por favor, al menos déjenme tranquilo en el ‘living’ de mi casa. Permítanme quedarme con mi tostadora y mi televisor y mis llantas radiales y prometo no decir nada. ¡Solo déjenos tranquilos!”

Suena como que este señor tenía una bola de cristal en el ropero, ¿no?
En realidad hay una explicación más simple: las semillas de la destrucción mundial ya habían sido sembradas por aquel entonces (en verdad, fueron sembradas antes de la Segunda Guerra Mundial).
Por aquellos años, el planeamiento a largo plazo de los dueños del poder global para arrastrar al mundo hacia un gobierno mundial empezaba a acelerarse. Así que este mundo espantosamente violento, perverso e injusto de hoy no es el resultado de algún “error” o “mala administración”, ni se debe a algún imprevisto que hizo que todo saliera “terriblemente mal”.
No. Este oscuro mundo que hoy padecemos es el resultado de un planeamiento global alineado con los intereses y objetivos de un grupo muy pequeño e ilegitimo -pero tremendamente poderoso- de individuos y organizaciones que controlan todo el dinero, detentan todo el poder, y toman todas las decisiones que luego nos son impuestas a todos nosotros pequeños trabajadores del mundo: sea por la vía “democrática” o como sea necesario…
No se equivoque: el mundo actual no es ningún “error”; todo fue planeado así desde hace al menos un siglo.…

2014: la lucha debe continuar…
Entonces, a nuestro amigo Howard Beale se le ocurre una brillante idea. Dirigiéndose a su enorme audiencia televisiva le dice,

“Bueno: yo a ustedes no los voy a dejar tranquilos. Porque yo quiero que ustedes se enojen. No quiero que protesten. No quiero que les escriban a sus congresistas, porque no sabría decirles qué deben escribir. 

Yo no sé qué hacer con la depresión y la inflación y con los rusos y el crimen en las calles. ¡Lo que sí sé es que primero usted tiene que enojarse! Usted tiene que gritar “¡Maldito sea, yo soy un ser humano! ¡¡Mi vida tiene valor!!”

Buena actitud. Vamos por buen camino…
La escena termina mostrando a gente común levantándose de la indolencia del sofá para empezar a hacerse cargo de sus vidas cuando Beale les ordena:

“Así que quiero que ustedes se levanten ahora mismo. Quiero que se levanten de sus sillas y que lo hagan ahora mismo; vayan a la ventana, ábranla, saquen la cabeza por la ventana y griten “¡¡Estoy terriblemente enojado y no voy a tolerar todo esto ni un minuto más!!”

Aquello fue en 1976. Hoy, en la antesala del 2014, nosotros entendemos todo mucho mejor. Sabemos que debemos recuperar a nuestras respectivas naciones, ilegítimamente secuestradas por usurpadores locales enquistados en el Estado, al servicio de los dueños del poder global y su dinero que procuran fagocitar y fusionar a nuestros países dentro del venidero gobierno mundial que nos tienen preparado. Esta lucha debemos librarla con inteligencia y astucia.

Que este creciente despertar vaya transformándose en acciones concretas es decididamente un hecho clave del año 2013, en el camino a crear la necesaria masa crítica que nos permita empezar a revertir el desastre planetario que estos monstruos han creado.

¿Será este el evento clave del 2014? No sé… ¡Ojalá!
Sí sé que una vez que se llega al punto de inflexión, las cosas empiezan a moverse muy rápido; dramática y a menudo imprevistamente.
Adrian Salbuchi para RT

VER TRAILER
(*) Un mundo implacable  

Network, (Un Mundo Implacable) año 1976. Con Peter Finch, Faye Dunaway, William Holden y Robert Duval, bajo las órdenes de Sidney Lumet, en una película brillante.
Un análisis sobre el poder de la televisión, que retrata un mundo competitivo donde el éxito y los récords de audiencia imponen su dictadura. Howard Beale (Finch), veterano presentador de un informativo, es despedido cuando baja el nivel de audiencia de su programa.
En dos semanas tiene que abandonar la cadena, pero anuncia que antes de que llegue ese momento, se suicidará ante las cámaras. Este hecho sin precedentes provoca una gran expectación entre los televidentes y los propios compañeros de Howard, que tratarán de convertir la destrucción de este hombre en un negocio muy rentable. Ganadora de cuatro Oscar en 1977


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