LA MODA QUE CAMBIARÁ EL MUNDO
Ya está empezando. Se trata de una de las
maniobras de manipulación más geniales jamás realizadas, una auténtica obra
maestra en el arte de manejar la adormecida mente de la población.
Señoras y caballeros,
prepárense, porque dentro de poco, SE PONDRÁ DE MODA SER POBRE.
Y sí, hemos dicho que
“se pondrá de moda”, porqué en eso consiste precisamente la genialidad de esta
manipulación: en vendernos la escasez y la precariedad como si fueran un
“producto” a desear.
Puede parecer algo
increíble o incluso surrealista, pero de hecho, la maniobra ya ha empezado de
forma muy sutil durante la crisis y ya está calando, gota a gota, en la mente
de muchas personas.
Y es que el mundo está
entrando en una fase radical de transformación hacia un nuevo paradigma
socio-económico, en el cual la mayoría de la población vivirá en una situación
mucho más precaria que la vivida hasta ahora y para mantener el Sistema en pie
durante esta delicada transición, será necesario que los ciudadanos lo acepten
de forma dócil y controlada.
Es por esta razón por
la que se llevará a cabo esta obra maestra de la manipulación mental y social.
EL FUTURO QUE NOS ESPERA
Como hemos dicho, esta
maniobra tiene mucho que ver con el nuevo paradigma a nivel económico, político
y social hacia el que se encamina el mundo.
Una de las claves de
este cambio de paradigma radica en la necesidad de detener la sobreexplotación
de recursos experimentada hasta ahora, pasando de una industria basada en el
petróleo y sus derivados, hacia una nueva industria basada en fuentes de
energía más eficientes y limpias y hacia nuevos materiales como el grafeno.
Si a este necesario
desmantelamiento de los procedimientos industriales y energéticos actuales le
añadimos la creciente mecanización y robotización de la producción industrial y
el uso de las nuevas tecnologías, como por ejemplo, las impresoras 3-D, el
resultado es obvio: cada vez harán falta menos personas para realizar el mismo
volumen de trabajo.
Eso implicará un
crecimiento del paro estructural en todos los países, es decir, unos niveles de
desempleo crecientes e irremediables y una precariedad laboral en forma de
contratos de trabajo a tiempo parcial y temporal, en sustitución de los
contratos fijos indefinidos y por lo tanto, un mayor nivel de privaciones y
escasez para la mayoría de la población mundial.
Dicho más crudamente:
en el nuevo paradigma hacia el que nos encaminamos, SOBRARÁ GENTE y por lo
tanto, en promedio, todos seremos mucho más pobres.
De hecho, la crisis
prefabricada que estamos viviendo, tiene este objetivo: sentar las bases para
realizar esta transformación a escala planetaria, de manera controlada y
dirigida, para que las mismas manos que manejaban el “antiguo régimen”, manejen
también el “nuevo régimen” hacia el que nos encaminamos.
Lo que estamos
viviendo, en definitiva, es un cambio de piel del Sistema, como lo haría una
serpiente que se despoja de sus antiguas escamas.
Así pues, para que la
población trague con sus nuevas circunstancias vitales, será necesario manipularla
de alguna manera.
¿COMO LO HARÁN?
Básicamente, el primer
paso consistirá en provocar un giro radical en los anhelos de la población.
Es decir, cambiar el
sentido de los sueños que nos son inculcados por la sociedad.
Hasta ahora, hemos
vivido en un mundo en el que el máximo sueño de cualquier ciudadano debía ser
la persecución de la riqueza material.
La sociedad nos
inculcaba desde bien pequeñitos que el máximo triunfo que podíamos tener en la
vida era ser ricos y famosos, poseer coches caros, casas lujosas, yates, joyas
y prestigio social.
Evidentemente, para la
mayoría de la población, eso solo significaba un anhelo, un sueño inalcanzable
y debían conformarse con los sucedáneos ofrecidos por la sociedad de consumo,
en forma de piso, coche propio, buen sueldo y vacaciones veraniegas.
Pero en el nuevo
paradigma, eso debe cambiar, al menos para un elevado porcentaje de la
población.
La mayoría de nosotros
no dispondremos, ni tan solo, de esos pequeños lujos que antes nos parecían tan
normales y por lo tanto, será necesario inculcar en la ciudadanía un nuevo
paquete de deseos y anhelos que sustituyan a los antiguos, con el fin de evitar
una frustración generalizada que pudiera derivar en una rebelión incontrolable.
La clave radicará, no
solo en que nos conformemos con lo que tengamos, sino en que queramos
conformarnos con ello, incluso consiguiendo que hacerlo sea motivo de orgullo.
Y para conseguir
tamaño milagro, utilizarán las mismas técnicas que se utilizan para poner de
moda cualquier movimiento social.
LA MODA DE SER POBRE
Cuando una persona se
apunta a seguir una determinada moda, movimiento ideológico o actitud social,
lo hace con el fin de incorporar los valores asociados al movimiento en
cuestión.
Por decirlo de alguna
manera, se trata de una suerte de contrato psicológico, mediante el cual, al
declararte seguidor de tal o cual movimiento o moda, la sociedad te garantiza
que tú, como individuo, serás percibido por los demás como si tu persona
incluyera los valores asociados a tal movimiento.
Así pues, esta
manipulación consiste en asociar a la pobreza y a la escasez de recursos una
serie de valores y actitudes que impliquen algún tipo de prestigio social
pre-fabricado.
Convertir la
precariedad en algo “cool”, “guay”, que “mole” y sobretodo, asociarle un
sentimiento de SUPERIORIDAD MORAL.
Para conseguirlo,
utilizarán 2 mecanismos básicos de manipulación:
Uno a nivel
propagandístico, basado en la IMAGEN EXTERNA, como si te vendieran un producto
en forma de “conjunto de actitudes” en las cuales reflejarte.
Y un segundo mecanismo
de CARÁCTER PSICOLÓGICO, mediante el cual conseguir que cada uno de nosotros
acepte la precariedad como un motivo de orgullo.
EL REFERENTE EXTERNO
Durante décadas, la
pobreza nos ha sido vendida como una fuente de exclusión social, conflictos,
drogadicción, delincuencia y sufrimiento.
Pues bien, el giro
consistirá en asociar valores positivos a esta condición social, tales como: la
solidaridad, la convivencia, la hermandad, el compañerismo, el ingenio, la
amistad y la obtención de la felicidad a través de las pequeñas cosas,
rechazando los lujos superfluos.
Y para conseguirlo,
los medios de comunicación y la industria del entretenimiento, se emplearán a
fondo, hasta conseguir moldear nuestra mente de nuevo y hacernos ver a los
pobres y a los marginados como a los nuevos héroes a seguir.
Para ello hará falta
una oleada de ejemplos mediáticos de toda índole:
Personas en situación
de precariedad, capaces de compartir lo poco que tengan con los demás; ejemplos
de convivencia extrema, superando las barreras “caducas” de la raza o la etnia;
gente que abandonó el mundo del lujo superficial y han hallado la felicidad en
una vida mucho más modesta, repleta de valores “auténticos” como la amistad
sincera y la solidaridad, etc…
Y a todo ello deberemos
añadir los imprescindibles ejemplos de emprendedores que no se rinden ante la
adversidad:
Inventores ingeniosos,
capaces de reciclar productos de vertedero hasta convertirlos en objetos
útiles; jóvenes que con pocos recursos y mucho talento inventan aplicaciones de
software y fundan exitosas empresas de última generación; o valientes
emigrantes que viajan de país en país buscando un trabajo, sin “perder el
tiempo entre lamentos o luchas sociales infructuosas”.
Y es que el mensaje
que nos inocularán con tan brillantes ejemplos estará muy claro:
“En lugar de malgastar tu tiempo
protestando o luchando por cambiar las cosas, inviértelo en solidaridad y
convivencia y hallarás la felicidad”
LA REVOLUCIÓN ÉTICA
Pero esta maniobra
mediática solo será la punta del iceberg, pues quedará circunscrita en una
manipulación mucho mayor: lo que mucha gente interpretará como una Revolución
Ética a escala planetaria.
Y debemos reconocerlo:
probablemente será una obra de teatro gloriosa.
Veremos a altos
financieros juzgados, a políticos defenestrados, a millonarios perseguidos por
la justicia por sus evasiones de impuestos y capitales; veremos caer bancos y
gigantes que parecían intocables.
Incluso veremos caer
al antiguo imperio y nacer un mundo multipolar aparentemente más equilibrado.
Pero todo forma parte
del plan: es necesario escenificar la muerte del viejo mundo para crear el
nuevo paradigma.
Así será como las
multinacionales, arrastradas por la oleada de la Revolución Ética se “verán
obligadas” a ser más transparentes y a rendir cuentas a la ciudadanía y con
ellas, todas las personas poderosas y los mismísimos políticos.
Pero que nadie se
engañe: en realidad, el control y la vigilancia a los ricos será el subterfugio
utilizado para después poder controlar y vigilar a toda la población de forma
draconiana.
Ese es el plan, pero
entre los vítores y el júbilo generalizado, nadie se percatará de lo que
realmente está sucediendo y de cuáles son los oscuros objetivos finales.
La población, con su
proverbial ingenuidad, creerá que la justicia está triunfando y se conformará
con pequeños gestos y dádivas simbólicas.
Un ejemplo de ello
será el establecimiento de una renta básica universal, un mecanismo necesario
para la subsistencia de las personas sin empleo o con trabajos precarios y que
a la larga se convertirá en una extraordinaria herramienta de control sobre los
individuos dependientes de ella.
Así será la Revolución
Ética: el mayor engaño que viviremos en nuestras vidas.
Parecerá ser una nueva
filosofía para un nuevo mundo, aparentemente más solidaria, más igualitaria y
menos consumista, acorde con los movimientos que se están iniciando en estos
momentos. Los antiguos lujos y la ostentación del pasado serán rechazados y se
abrazará la austeridad y la sostenibilidad ecológica como un nuevo tesoro.
Los nuevos referentes
serán personajes del estilo del Papa Francisco o el Presidente José Mújica de
Uruguay. Críticos con las riquezas y los dispendios sin sentido, defensores de
los pobres, los necesitados y la justicia social.
Líderes con los
zapatos gastados y los calcetines zurcidos…quizás algunos de ellos sinceros en
sus posturas, pero instrumentalizados por un mal mayor que no saben intuir.
Mucha gente creerá que
está viviendo una especie de revolución mental y que todo ha cambiado…pero como
decimos, todo forma parte del plan.
Es necesario que sea así.
Es necesario que sea así.
Porque en realidad,
los mismos poderes que ahora lo gobiernan todo, liderarán la transición al
nuevo mundo.
Ellos decidieron en su
momento que ansiáramos tesoros y ahora conseguirán que ansiemos chatarra.
LA FUERZA DE LAS MODAS
Esto quizás os pueda
parecer una exageración. A muchos os parecerá imposible que la escasez y la
austeridad vital se conviertan en algo fácilmente aceptable entre la población.
Y más viniendo de
épocas de abundancia y un relativo bienestar.
Pero desgraciadamente,
hemos llegado a tal punto de borreguismo que accionando los resortes adecuados
se puede condicionar a la población para que haga cualquier cosa.
Las diferentes modas
son un buen ejemplo de ello.
Una persona de los
años 40 jamás habría creído que algún día la gente llegaría a pagar dinero por
llevar unos pantalones descoloridos, rotos, arrugados y llenos de agujeros, o
unos pantalones caídos con los que enseñar los calzoncillos, o que mucha gente
se perforaría partes del cuerpo para insertarse fragmentos de metal.
Les habría parecido
imposible.
De hecho, no hace
falta retroceder tanto: hace tan solo diez años, cuando David Beckham
representaba la apoteosis de la metrosexualidad, nadie habría creído que en
poco tiempo se pondría de moda llevar barba de mendigo.
Pero literalmente, los
medios de comunicación, incluidos Internet y las redes sociales, pueden poner
de moda cualquier cosa y conducir el rebaño adonde convenga.
Así será como, por
ejemplo, los pobres acabaremos comiendo insectos y nos deleitaremos con ello.
Literalmente, las
élites conseguirán que “la chusma coma bichos” mientras ellos comen filetes de
ganadería ecológica.
La campaña para
conseguirlo ya ha comenzado. La propia ONU, a través de la FAO (la organización
de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura) ya ha inoculado
la idea en el imaginario público y las televisiones generalistas ya empiezan a
darle el eco adecuado.
Solo falta el
detonante: que alguien famoso, joven y guapo coma “deliciosos bichos fritos”
haciendo una pose ante las cámaras o en una película taquillera y ya tendremos
a miles de borregos siguiendo la moda.
Si en su momento
alguien consiguió convencernos a todos de que las asquerosas huevas de un pez
eran el manjar mas lujoso y deseable del mundo, ¿cómo no conseguirán que nos
comamos las cucarachas y los gusanos?
En el mundo actual,
para instaurar cualquier costumbre o idea, solo hace falta un buen “envoltorio”
y otorgarle el marchamo de la legalidad, la oficialidad o el prestigio social.
Ahí está, como
ejemplo, la oportuna legalización de la marihuana por parte de los gobiernos,
en el momento justo y adecuado, pues será el tranquilizante necesario para que
la población acepte la situación que se avecina de forma sumisa.
Y encima ganarán
dinero con ello vía impuestos y dosificarán y monitorizarán su consumo,
convirtiéndola en otra herramienta de control…
Justo cuando el tabaco
está siendo perseguido…curioso, ¿no?
Y quién sabe lo que
nos puede deparar el futuro: quizás asistamos a la completa legalización y
regulación de la prostitución a escala planetaria, asociándole a la conocida
como “profesión más antigua el mundo”, un aire de glamour y sofisticación…
¿Acaso no sería una
forma inteligente de “dignificar” una actividad tan necesaria para la
supervivencia en un mundo con recursos precarios?
Como en el caso de la
pobreza, solo hace falta asociarle valores positivos…
Tiempo al tiempo.
LA PUERTA DE EMERGENCIA
En todo caso, siempre
dejarán abierta una puerta de emergencia, una válvula de escape de la situación
de pobreza, en forma de esperanza de cambio.
Por mucho prestigio
que se le asocie a la precariedad, siempre quedará el sueño de ganar mucho
dinero y acumular bienes materiales, a través de mecanismos típicos, que ya son
conocidos por todos nosotros: el golpe de suerte, el genio emprendedor o el
talento premiado por las élites, al más puro estilo del cantante que triunfa en
Factor X.
Y es que sin esa
posibilidad de acceso virtual a la “clase superior”, el Sistema tarde o
temprano, resultaría insostenible.
Por lo tanto, siempre
mantendrán esa ilusión, propia del cuento de La Cenicienta, por falsa que sea
en realidad…
MECANISMOS PSICOLÓGICOS
Pero para convertir la
pobreza en una “moda a seguir”, la clave reside en asociarle un sentimiento de
orgullo, en forma de SUPERIORIDAD MORAL.
De hecho, éste
mecanismo ya existe y actualmente se está viendo potenciado.
Hay un desprecio cada
vez más descarnado hacia los poderosos por parte de la población, sean éstos
grandes empresarios, financieros o políticos.
La población les ha
asociado a todos ellos conceptos relacionados con la maldad, el abuso y la
corrupción, de manera que, poco a poco, va calando hacia estas clases pudientes
un justificado y creciente sentimiento de desprecio moral.
Si en contraste, se
asocian valores positivos a la escasez, con el tiempo, las personas con menos
recursos se sentirán superiores moralmente a los ricos y poderosos.
Se creará un cierto
“orgullo de pobre” y serlo, de alguna manera, se “pondrá de moda”.
Pero lo peor, es que,
en contra de lo que pueda parecer, este sentimiento de superioridad moral será
una cadena que inmovilizará a la población, evitando un estallido que lo cambie
todo.
Ese “orgullo de
pobre”, actuará como un bálsamo ante la indignación, transformando la
frustración por el trato recibido en un sentimiento positivo y tranquilizador
ante uno mismo y ante los demás.
Algo así como la
versión actualizada del viejo mensaje religioso: “los ricos y los ostentosos
serán castigados por Dios y los pobres sumisos irán al cielo”
Un fantástico
subterfugio psicológico con el que nobles y clérigos mantuvieron, durante
siglos, la cabeza sobre los hombros mientras disfrutaban de la vida a costa de
las empobrecidas masas campesinas, por mucho que éstas los odiaran…
Aquí reside la
genialidad de la maniobra.
LA GRAN VIRTUD DEL SISTEMA
Y es que ésta es la
gran virtud del Sistema: su extraordinaria capacidad para, de forma sibilina y
sutil, desviar la energía que inicialmente va en su contra para acabar usándola
en su propio beneficio.
Esto es exactamente lo
que está a punto de suceder.
Y no podemos
permitirlo.
Estamos ante una gran
oportunidad porque cada vez hay más gente que está “despertando”.
Cada vez más gente se
da cuenta de que el mundo en el que vivimos es insostenible, que todo lo que
nos rodea es un gran engaño y que el modo de vida que nos han inculcado es
absurdo y superficial.
Cada vez más personas
buscan un nuevo sentido a sus existencias y buscan la manera de despojarse de
las cadenas que aprisionan su mente.
Muchos no saben encontrar las palabras para expresarlo y otros no saben concretar lo que sienten, pero cada vez son más las personas que intuyen que es necesario un cambio radical.
Muchos no saben encontrar las palabras para expresarlo y otros no saben concretar lo que sienten, pero cada vez son más las personas que intuyen que es necesario un cambio radical.
Más gente harta de
entregar su tiempo de vida a la acumulación de dinero y bienes materiales, que
saben que el germen de un nuevo mundo, mejor y más justo, anida en su interior.
Y esa es una idea que
puede destruir al Sistema…pero el Sistema, sabe muy bien como aprovecharla en
su propio beneficio.
Desgraciadamente, si
no reaccionamos adecuadamente, estos sentimientos tan nobles serán vaciados de
sentido y perderán su fuerza transformadora hasta convertirse en una pose
viciada y conformista, en una moda cuyo único objetivo será que no se plasmen
jamás en un cambio real y profundo.
Solo servirán para que
el Sistema mude de piel.
Mucha gente verá los
despojos de la vieja piel abandonada y creerá que la serpiente ha muerto.
Pero la serpiente solo
muere cuando le cortan la cabeza y eso es precisamente lo que debemos hacer,
aunque sea una tarea ardua, peligrosa y desagradable.
Porque sino, corremos
el peligro de que esa energía, capaz de cambiar la humanidad por completo, se
convierta en el hormigón con el que construirán los muros de la nueva prisión.
Unos muros mucho más
altos y mucho más gruesos que los anteriores, aunque al final los pinten del
color del cielo…
GAZZETTA DEL
APOCALIPSIS
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