26.5.14

Puede que Vasin y Sherbakov no acierten al ciento por ciento con su teoría, pero también pudiera ser que se hayan acercado mucho a la verdad.

LA LUNA ¿Natural o Artificial?


Visto el conjunto de anomalías de la Luna, muchos científicos han determinado que de una manera u otra, la Luna tiene que haber sido puesta en órbita alrededor de la Tierra. Dos experimentados científicos rusos, Mijail Vasin y Alexander Sherbakov, de la Academia Soviética de Ciencias han elaborado una interesante teoría que fue publicada en la revista soviética Sputnik en los años 60.

En resumen, estos dos científicos afirman que la Luna no es un satélite natural de la Tierra, sino un inmenso planetoide hueco, realizado por alguna civilización muy avanzada y técnicamente preparada, y colocado en órbita alrededor de la Tierra hace muchos siglos. Aunque esta teoría parezca descabellada, lo cierto es que explica, mejor que ninguna, muchos de los misterios de la Luna que vimos en la 1ª Parte.
Expliquemos más detenidamente la idea de estos científicos y luego repasaremos de nuevo los misterios de la Luna bajo la óptica de esta teoría. 

LA LUNA SATÉLITE ARTIFICIAL 
Tradicionalmente se ha concebido el posible desarrollo de civilizaciones en otros cuerpos celestes como algo meramente exclusivo de su superficie olvidando que también en el interior se puede desarrollar la vida y que los vestigios de esa civilización, caso de haberse extinguido, no sólo los podríamos encontrar en la superficie sino que también hallarlos en su interior.

Como hemos visto, el origen de la Luna es uno de los problemas más complicados de la cosmogonía y ninguna de las tres hipótesis que barajan los científicos y que ya vimos en la 1ª Parte, parece ser resolutiva. He aquí la hipótesis propuesta por estos dos científicos rusos, Mijail Vasin y Alexander Sherbakov.

La Luna es un satélite artificial colocado en órbita por seres inteligentes hace miles de años. El tratar de determinar exactamente cuándo se llevó a cabo esta grandiosa obra, quiénes fueron sus autores y cuál fue su finalidad está más allá de la teoría de estos científicos, lo que sí nos dicen, y es de lógica, es que tuvo que ser una civilización muy desarrollada, más desarrollada que la nuestra.

Si se va a lanzar un satélite artificial es recomendable hacerlo hueco. Al mismo tiempo sería ingenuo imaginar que alguien capaz de un proyecto espacial de esta categoría lo iba a dejar vacío por dentro. Parece más probable –como afirman Vasin y Sherbakov– que tengamos aquí una nave espacial muy antigua, cuyo interior contenía combustible para las máquinas, materiales y accesorios para los trabajos de reparaciones, instrumentos de navegación, equipos de observación y todo tipo de maquinaria…

En otras palabras, todo lo necesario para que esta “carabela del universo” sirviera como una especie de Arca de Noé de la inteligencia, quizá incluso como el hogar de una civilización que se enfrentaba a una existencia prolongada (miles de millones de años) y a largos recorridos por el espacio (miles de millones de kilómetros). Naturalmente, el casco de una nave de estas características, debe de ser super-resistente para poder soportar los golpes de los meteoritos y las agudas fluctuaciones entre el calor y el frío extremos. Probablemente tenía una capa doble: la base, un denso armazón blindado de un espesor de unos 30 Km, y sobre él una cubierta menos compacta (una capa más fina, de unos 4,5 Km). En ciertas áreas, donde se encuentran los “mares” y “cráteres”, esta capa superior es muy fina o incluso, en algunos casos, no existe. Como el diámetro de la Luna es de unos 3.250 kilómetros, si la miramos desde nuestro punto de vista aparece como una esfera con las paredes muy finas. Y, comprensiblemente, no está vacía. Puede tener todo tipo de materiales y equipos en su interior. Pero la proporción mayor de masa lunar está concentrada en la parte central de la esfera, en su corazón, que tiene un diámetro de unos 3.100 Km. Así pues, entre el fruto y la cáscara de esta nuez hay una distancia de unos cien kilómetros.

Este espacio estaba sin duda lleno de gases necesarios para la respiración y para otros fines tecnológicos. Hasta aquí una breve introducción de esta hipótesis que trata de explicar los misterios lunares. Pasemos ahora a analizar de nuevo los misterios de la Luna (vistos en las anteriores entregas) con las aportaciones hechas por Vasin y Sherbakov.

MISTERIO Nº 1: Luna antinatural o capricho cósmico
Hemos visto que los científicos consideran enigmáticos el tamaño y la órbita de la Luna, pero la teoría de Vasin y Sherbakov es la más lógica para explicar este misterio. Es decir, la Luna no es un capricho de la naturaleza ya que al ser un satélite artificial creado no está sometido a muchas de sus leyes.

MISTERIO Nº 2: Combadura inverosímil
Para que la Luna aguante su combadura sin romperse afirman los científicos, debe de estar mantenida por algunas características internas poco corrientes, tales como una enorme fortaleza interior. Para los dos científicos soviéticos un satélite artificial sería normalmente hueco y la resistencia de ese casco sería super-resistente para poder soportar las variaciones del espacio exterior. Ellos la describen así: “Probablemente tenía una capa doble la base, un denso armazón blindado de un espesor de unos 30 Km, y sobre él una cubierta menos compacta, una capa más fina, de unos 4,5 Km” .

MISTERIO Nº 3: Los cráteres lunares
Como sabemos, la mayoría de los proyectiles que entran en la atmósfera terrestre son destruidos por ella; no ocurre así en la Luna. Esto no explica la abundancia de cráteres de la Luna con respecto a la Tierra. Si consideramos que la Luna ha viajado a través del cosmos atravesando muchos sistemas, cinturones de asteroides, etc, habrá estado sujeta a choques más frecuentes aún que los de nuestra Tierra. Ya se trate de cráteres causados por impactos de meteoros, ya por acción volcánica, lo que asombra a los científicos es su uniforme falta de profundidad. La teoría soviética opta por los impactos como causa y explica los hechos así: “Cuando el meteorito choca contra la cubierta exterior de la Luna, ésta actúa como una capa amortiguadora de los golpes y el cuerpo extraño tropieza con una impenetrable barrera esférica. De este modo, sólo queda ligeramente “abollada” la capa de 30 kilómetros de planchas blindadas y la explosión se limita a lanzar trozos de la cubierta por el espacio, que recordemos, tendría unos 4,5 Km y que es la profundidad media de los cráteres”.

MISTERIO Nº 4: Los desconcertantes mares de la luna
Los mares se han explicado como inmensos océanos de lava endurecida. Pero la cuestión es: ¿de dónde vino esa lava? Un interior lunar muy caliente es una posibilidad, pero muchos científicos sostienen que la Luna ha sido un cuerpo frío: que es demasiado pequeña para generar el tipo de calor necesario para producir esos océanos de lava fundida. Otros creen que fue bombardeada por extraños meteoritos, asteroides y cometas que explotaron con el impacto, arrojando grandes cantidades de lava líquida sobre la superficie, pero, ¿cómo justificamos el hecho de que la lava parece salir del interior del satélite?. Vasin y Sherbakov piensan que la lava derretida si salía del interior de la Luna, pero no como consecuencia de una acción volcánica natural. Alguien, desde el interior preparaba ese material con aspecto de lava y compuesto a partir de rocas y materias del interior. Esta pasta era usada a modo de cemento para reparar los daños causados por el impacto de meteoritos, produciendo enormes áreas oscuras y circulares que son los mares de la Luna.

MISTERIO Nº 5: Los “mascones”
Atendiendo a lo que nos sugieren Vasin y Sherbakov sobre el origen de los mares de la Luna, se explica la presencia de esos mascones y las variaciones del campo gravitatorio como los restos del equipo técnico utilizado para la formación y bombeo de este cemento reparador de la superficie. La concentración de su peso bajo los “mares” lunares sería suficiente para explicar la fuerza de gravedad adicional de los mascones.

MISTERIO Nº 6: ¿Por que el lado mas alejado de la luna es diferente del que da a la tierra?
Bajo la óptica de esta teoría de los rusos podemos imaginar a la Luna en su viaje por el universo donde podría haber recibido una gran cantidad de impactos repentinos en una sola cara. Esto, sin embargo, no explica la ausencia de “mares” en ese lado oculto.

MISTERIO Nº 7: La ligereza y baja densidad de la luna
Muchos estudios apuntan a que nuestra Luna está hueca en gran parte, y los científicos soviéticos van más allá y afirman que está, no natural, sino artificialmente hueca. Vasin y Sherbakov señalan que la baja densidad del material lunar se puede explicar por la estructura hueca de este astro, comparada con la de la Tierra.

MISTERIO Nº 8: Su origen
En relación a la teoría de la formación de la Luna a partir de la misma nube de gases y hasta donde saben los científicos, no existe razón alguna que explique que el material más denso se acumule en el objeto más grande, la Tierra, y el material menos denso prefiera acumularse en el objeto más pequeño. En relación a la teoría de la captura, los científicos se preguntan cómo una luna tan grande pudo aproximarse a la Tierra en el ángulo justo y a la velocidad adecuada para ser atrapada por la fuerza de gravedad y permanecer girando a nuestro alrededor. Más misterioso todavía es el hecho de que, una captura así tendría que haber dejado una órbita elíptica pronunciada y como ya hemos visto, la órbita de la Luna es casi circular.

La teoría de los científicos rusos nos dice que la Luna fue situada en esa órbita artificialmente por una civilización altamente desarrollada, esto explicaría no su origen en última instancia, pero sí su peculiar tamaño y órbita. Hay que señalar que Vasin y Sherbakov no afirman que su teoría sea definitivamente correcta pero sí es verdad que hemos visto que con ella se pueden explicar muchos de los enigmas lunares que hoy en día los científicos ortodoxos y dogmáticos no pueden explicar y que, de esta manera, constituyen un freno para el desarrollo de la Ciencia.

Vasin y Sherbakov concluyen su teoría con las siguientes palabras: “Creemos que las cuestiones que hemos planteado en relación a nuestra Luna proporcionan base suficiente para considerar seriamente el asunto; el resultado puede ser la clarificación de muchos misterios lunares. Ahora, naturalmente, tenemos que esperar hasta encontrar pruebas directas que apoyen nuestra teoría. O que la invaliden.

Probablemente no será una larga espera…Desconozco si dichas pruebas a favor o en contra de esta teoría se han producido, lo que está claro es que la base de la misma es suficiente para ser considerada en serio. Esta teoría fue enunciada hace muchos años y en lo que sí se equivocaron fue en el tiempo de la espera ya que aún hoy, en el siglo XXI, seguimos esperando. Esta idea de la Luna como satélite artificial fue también señalada por el astrónomo Vladimir Koval que en 1981 en la revista “Juventud y Tecnología” publicó un artículo que afirmaba que la Luna era el legado de una civilización extraterrestre antigua.
El astrónomo Vladimir Koval hacía referencia a la similitud de la Luna con otros satélites de Saturno y Júpiter y basándose en esta similitud proponía situar el origen de la Luna en una órbita entre Marte y Júpiter en la cual, conforme a la regla de Titus-Bode debería hallarse el “desaparecido” planeta Faetón. Las condiciones de formación de cuerpos celestes en dicha zona eran tales que todos ellos se habían formado como “hermanos gemelos” y afirma Koval que la aparición de la Luna tuvo influencias en la Tierra, provocando cambios climáticos, inundaciones catastróficas, terremotos y extraños desplazamientos de los polos magnéticos y geográficos.

La informacion aportada por el proyecto APOLLO
Los seis vuelos a la Luna han producido abundante material informativo: unos 415 kilos de rocas y suelo lunar y más de 30.000 fotografías. Unas de las conclusiones a las que podemos llegar es que, toda la información descubierta por la NASA apoya la teoría soviética de Vasin-Shervakov.

La edad de la luna
Las rocas más antiguas descubiertas en la Tierra se hallaron en Groenlandia. Datan de hace 3.700 millones de años (m.a.). La primera roca que Neil Armstrong recogió después de alunizar en el Mar de la Tranquilidad tiene más de 3.600 m.a. Pero otra de las rocas recogidas en esa misión databa de 4.300 m.a., otra 4.500 m.a.. Y una de las muestras de suelo recogidas por el Apollo 11 parecía tener 4.600 m.a.: prácticamente la misma edad que los científicos creen que tiene la Tierra y el mismo sistema solar. Pero la NASA no reconoce oficialmente que ninguna de las rocas lunares tenga más de 4.500 m.a. Sin embargo, existen otros informes.

Según Sky and Telescope, (Cielo y Telescopio, revista astronómica), en la Conferencia Lunar de 1973 se reveló que una de las rocas lunares tenía 5.300 m.a. Otro informe, basado en el sistema de datación del potasio-argón asegura que “algunas de las rocas arrojan una inaceptable edad de 7.000 m.a.”. Y todavía hay otro informe que asegura: “Dos de las rocas del Apollo 11 datan de hace 20.000 m.a., estas edades parecen imposibles ya que cuadruplican la de nuestro planeta y de todo el sistema solar”. Si la edad de alguna de estas rocas es exacta, significa que la Luna, definitivamente, vino de fuera de nuestro sistema solar y como ya hemos visto, es muy improbable que pudiera ser captada naturalmente por la Tierra.

Evidentemente, las implicaciones de estas cifras junto a la posible veracidad de la teoría de Vasin- Sherbakov van más allá de lo imaginable. Las edades conflictivas de las rocas y del suelo lunar. Los científicos se asombran al encontrar rocas que estaban juntas y presentaban una enorme diferencia de edad, aunque lo que les perturbó realmente fue la contradictoria edad de las muestras del suelo y del polvo lunar. Los fragmentos de roca tenían una composición química determinada mientras que el polvo lunar presentaba otra completamente distinta hallándose incluso varios tipos de aminoácidos como alanina y glicina. Pero las rocas tampoco eran en sí homogéneas. La roca 13 ( Nº 12013), traída por el Apollo 11, parecía arrojar una antigüedad de 4.500 m.a.

El Dr. Paul Gast, jefe de las Divisiones Científicas Lunar y Terrestre de la NASA, dijo que esta roca era “un revoltijo, un bizcocho de mármol”, debido a la variedad de sus componentes de diversas edades y composición química. La mayoría de las rocas recogidas en el primer alunizaje daban 3.600 millones de años, pero el suelo sobre el que estaban parecía tener 4.600 millones de años. En las pruebas de la expedición Apollo 12 aparecieron las mismas contradicciones. También es cierto que los expertos averiguaron, por los análisis químicos del suelo, que el polvo lunar no provenía de las rocas que le rodeaban, sino de algún lugar diferente. Estas aparentes extrañezas pueden tener una explicación bajo la óptica de la teoría de Vasin y Sherbakov que admiten que la Luna haya podido atravesar en su viaje por el universo distintas “zonas cronológicas” y recoger rocas y partículas de rocas en forma de meteoritos y micrometeoritos.  Alguna de las rocas lunares que los astronautas del Apollo trajeron a nuestro planeta tenían 10 veces más titanio que la roca terrestre más rica en ese elemento. Las rocas lunares contienen oxido de titanio en un 12 %, en las rocas terrestres, por otro lado, la presencia de este oxido es de 4,3 %. El titanio es usado entre otras cosas en la industria aeroespacial. Tanto el titanio como otros elementos analizados en las rocas lunares tienen un punto de fusión muy alto. Según Vasin y Sherbakov estos materiales proporcionarían una cubierta protectora muy sólida para la parte interior de la Luna.

¿Qué es lo que puede haber producido un calor suficiente para fundir estos elementos metálicos y amalgamarlos en las rocas? La Luna contiene gran cantidad de elementos que en la Tierra son raros. Algunos elementos hallados en la Luna nunca se habían encontrado en la Tierra en estado natural, como el uranio 236 y el plutonio 237. En una publicación científica (Science News, 16 de agosto de 1969) se afirmó que la superficie exterior de la Luna contenía titanio, circonio e itrio en cantidades mayores que las estimadas en la actualidad para las rocas terrestres o, en general, para el universo. También se han encontrado minerales desconocidos como es una especie de silicato de titanio-hierro-circonio con cantidades menores de otros 8 elementos, como el aluminio y el sodio. También se encuentra en las rocas lunares latón, que como aleación no existe en la naturaleza siendo un producto de la actividad humana, al menos en la Tierra. El contenido de hierro parece muy alto en los mares y en una capa bajo la superficie. Todo este estudio mineral de la Luna tan sólo se basa en unos 380 kilos de rocas recogidas en lugares muy concretos del satélite.
Los científicos han llegado a la siguiente conclusión: “La composición de la Luna no es en absoluto la que debería ser si se hubiera formado en la órbita actual alrededor de la Tierra”. Los elementos que la componen son demasiado diferentes. El Dr. D. L. Anderson, profesor de Geofísica y director del Laboratorio Sismológico de Caltech, ha dicho en relación a la extraña composición mineral de la Luna que, “parece estar hecha al revés”. Si la teoría soviética de un mundo hueco es correcta, al haber sacado sus materiales interiores durante el proceso de vaciado, la Luna, para nuestros científicos parecería, efectivamente, un mundo hecho al revés. El hecho de que tenga, además, poco hierro excepto en una capa bajo su superficie, y que además de este mineral esté presente el titanio y otros elementos similares en los mares, corrobora la tesis soviética de que esta civilización avanzada antigua utilizó estos materiales en la formación del casco interno de su “nave espacial” y en los parches exteriores para reparar la superficie.

Las desconcertantes bandas y bloques de hierro del interior de la luna
Tanto los mares como una espesa capa situada bajo la corteza son ricas en hierro. Según los informes de los estudios sísmicos sobre la Luna, se afirma que allí existen una serie de cinturones de “actividad” de al menos 1.000 Km de largo y otros 1.000 Km de profundidad. Unas de las posibilidades barajadas es que estos cinturones estén constituidos por bloques encajados de hierro, pero, ¿cómo explicamos esta formación “natural” de 1.000 kilómetros de bloques perfectamente alineados?.

Las extrañas vibraciones que duran horas registradas en la luna
Durante la expedición del Apollo 12 se colocaron varios sismógrafos muy sensibles en la superficie lunar. Cuando el cohete Saturno del Apollo 13 chocó contra la superficie de la Luna produciendo un impacto similar al de 11 toneladas de TNT, los sismógrafos registraron una vibración de 3 horas y 20 minutos que llegaba a una profundidad de 35 a 40 Km. Los científicos quedaron perplejos por este singular fenómeno.
Si los científicos rusos están en lo cierto al afirmar que la Luna posee un casco metálico, estas vibraciones eran las que podían esperarse lógicamente. Otros ensayos de este tipo pusieron de manifiesto que la Luna reacciona ante los impactos como una campana produciendo un agudo “gong” que es registrado por los sismógrafos. Un observador científico sostuvo que estas pruebas demuestran con seguridad que la Luna no tiene un centro de lava fundido.

La espesa capa exterior de la luna
Según los análisis llevados a cabo tras el impacto de un meteorito ocurrido el 13 de mayo de 1972 sobre la superficie lunar, se determinó que el espesor de la corteza es de unos 60 Km, el doble del espesor medio de la corteza de cualquiera de los continentes de la Tierra. Sería imposible para la Luna haber producido tal cantidad de lava sin deshacerse por completo.

La combadura misteriosa de la cara oculta de la luna
La Luna es asimétrica y la combadura existente es 16 veces mayor de lo normal que se podría explicar por la fuerza de gravedad de la Tierra, y paradójicamente, está además en la cara oculta de la Luna. Dicha combadura supone que el lado oculto de la Luna tiene una altura de 6 a 9 Km más que la otra cara. Otros de los misterios de esta combadura es la fuerza que debe poseer la Luna para poder soportarla. Si volvemos a imaginar la Luna como una nave espacial podemos pensar que pasaría alrededor de otros mundos y estrellas con fuerzas de gravedad mayores causando estas asimetrías pero la gran fuerza interior de su casco impidió su rotura, pero dejó esa combadura imposible de mantenerse en unas condiciones lunares normales.

El descubrimiento de agua en este mundo tan seco como el polvo
Los instrumentos instalados sobre la Luna por las misiones Apollo empezaron a detectar grandes erupciones de nubes de vapor de agua que cubrían una zona de más de 150 Km2 de la superficie de la Luna. El informe fue presentado por dos físicos de la Universidad de Rice, el Dr. John Freeman Jr. y el Dr. H. Ken Hills. Sin embargo, los científicos de la NASA afirmaron que las nubes de agua provenían de los dos depósitos de agua de uno de los módulos lunares Apolo que se habían quedado en la superficie. Cada uno contenía entre 30 y 50 litros de agua. ¡Esos pequeños recipientes habían producido una cantidad de vapor que cubría 150 Km2 y que había durado unas 14 horas! Ante la insistencia del equipo que había detectado esta emisión de gas y que para nada daba como cierta la explicación de la NASA, se dio otra nueva explicación: la nube de vapor de 150 Km2 era consecuencia de la orina de los astronautas caída el 14 de agosto desde el módulo de mando. Dicha orina habría estado en órbita lunar varias semanas hasta descender sobre la superficie, donde al fin había sido detectada.
¡Vaya perogrullos de científicos tiene la NASA!. La cuestión del agua en la Luna continuó cuando los astronautas de la expedición Apolo 16 trajeron rocas que parecían estar herrumbrosas y se descubrió que contenían hierro oxidado; toda oxidación requiere oxigeno e hidrógeno, así como hierro y agua. Los científicos rusos Vasin y Sherbakov afirman que la Luna tiene áreas huecas rellenas con gases que forman una “atmósfera” interior. Estos gases, al escapar por grietas podrían formar las nubes de vapor vistas en la Luna.

Las imposibles zanjas en la luna
Otro misterioso rasgo de la Luna son los tortuosos y extraños cauces que han sido descritos por alguien como “canales lunares”. Su origen sigue siendo un misterio. Una de las expediciones Apolo se envió al cauce de Hadley, un extraño Gran Cañon de 1 Km y medio de ancho y 450 metros de profundidad. Esta zanja se habría formado por el impacto de un asteroide muy grande que además habría elevado el terreno hasta la formación de las montañas Hadley, más altas que el Everest terrestre. Lo curioso de estas montañas, y que pone en entredicho la teoría del asteroide, es que parecían estar formadas por varias capas superpuestas y la pregunta de los científicos fue, ¿cómo puede formarse una montaña capa tras capa cuando se pensaba que había emergido a causa del proyectil que formo la cuenca Ibrium hace miles de millones de años?.

El desconcertante magnetismo de la luna
Los primeros experimentos sobre el campo magnético de la Luna indicaban que no existía o que era muy débil, pero las rocas lunares de los sucesivos vuelos Apolo probaron lo contrario, ya que dichas rocas contenían “campos magnéticos fosilizados”, demostrando que la Luna había poseído o, al menos, había cruzado por un campo magnético global de considerable fuerza. La explicación posible de que la Luna pudo adquirir su magnetización de la Tierra no es posible porque según señala Earl Ubell, “si la Luna estuvo alguna vez tan cerca de la Tierra como para que el campo magnético de ésta pudiera magnetizar sus rocas, los dos cuerpos habrían estado tan cerca que la Luna hubiera estallado bajo la acción de la fuerza de gravedad terrestre”. Cabe señalar que, según algunos estudios, las pruebas más convincentes de magnetismo aparecen en el lado oculto, el mismo que tiene la combadura.

¿Ha estado la luna siempre sobre nosotros?
Es posible que la Luna no haya estado siempre donde está. Aristóteles nos dice en su Constitución de Tages que los bárbaros pelasgos, habitantes originarios de Arcadia antes de la llegada de los griegos, tenían derecho a la tierra por el hecho de “estar habitándola antes de que la Luna apareciera en los cielos”. A causa de esto, los primeros griegos les llamaron proselenos, que quiere decir anteriores a Selena, diosa griega de la Luna. Plutarco escribió en la Historia romana : “Estos eran los arcadios, seguidores de Evander, el llamado pueblo prelunar”. Otros antiguos escritores aluden también a una época en la que no existía ninguna Luna en los cielos. Apolonio Rodio menciona la época “en la que todos los astros no estaban todavía en el cielo…”. Los asirios se referían a la época del dios de la Luna como a la más antigua que se recuerda; antes de que otros dioses planetarios dominaran el mundo, la Luna era la Deidad Suprema.

El Dr. Velikovsky señala que existen asimismo referencias en la Biblia cristiana “a los tiempos anteriores a la existencia de la Luna”. De manera similar, en Salmos 72, 5 está escrito: “Tu eras temido desde [ la época de] el Sol y antes [de la época] de la Luna, una generación de generaciones”. Las tradiciones de diversos pueblos ofrecen testimonios corroborantes de que en los primeros tiempos, pero dentro de los recuerdos de la humanidad, la Luna no acompañaba a la Tierra.

Hemos expuesto anteriormente los extraordinarios problemas de mecánica celeste relacionados con la teoría de la captura y la dificultad de explicar la casi perfecta órbita circular actual de la Luna. Por lo tanto la captura no pudo ser natural. Puede que Vasin y Sherbakov no acierten al ciento por ciento con su teoría, pero también pudiera ser que se hayan acercado mucho a la verdad.

Sin duda, las evidencias aportadas por uno y otro lado acercan más que alejan a esta teoría de su posible veracidad.



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