EL AUTÉNTICO VALOR DE LAS COSAS
El mundo que hemos
creado gira alrededor del valor que le damos a todas las cosas, sean objetos
materiales, (como por ejemplo un coche, una silla o unos pantalones), o sean
conceptos inmateriales o abstractos, (como por ejemplo las creencias
religiosas, las leyes o las ideologías políticas).
El lugar en el que
situamos cada uno de estos elementos en nuestra escala de valores determina el
funcionamiento de nuestro mundo.
Y viendo como ha
funcionado todo hasta ahora, es evidente que nuestra escala de valores es, por
decirlo suavemente, algo confusa.
De hecho, la forma
en que valoramos las cosas es el claro reflejo de un problema psicológico
profundo del que estamos aquejados todos los seres humanos.
Y tarde o temprano,
deberemos afrontar este grave problema.
Simplificando mucho,
podríamos decir que hay 5 elementos en la vida humana que tienen un VALOR
ABSOLUTO e innegociable, porque sin ellos, vivir sería imposible:
1·EL AIRE
2·EL AGUA
3·LA COMIDA
4·UN ENTORNO EN EL
QUE VIVIR
5·LAS OTRAS PERSONAS
El resto de cosas
que tanto valoramos en nuestra vida diaria, como el dinero, la ley, la patria,
la religión, el estatus social o los productos manufacturados, en realidad
tienen un VALOR RELATIVO.
Por sí mismos no son
indispensables para nuestra existencia y tienen el valor que nosotros les
concedemos en nuestra mente.
Utilizando un
ejemplo típico, podemos decir que un billete no es más que un papel con
dibujitos.
Somos nosotros los
que lo llamamos “dinero” y le otorgamos un valor abstracto.
Pero ese valor
monetario solo existe en nuestro cerebro, es tan real como nosotros decidamos
que es.
Así pues, el mundo
que hemos creado no es tan lineal como tendemos a pensar.
Cada uno puede ver
una realidad diferente observando un mismo elemento.
Si tú decides que un
billete de 100 euros, para ti solo sea un trozo de papel, entonces será
exactamente eso, aunque 6500 millones de personas te digan lo contrario y
traten de convencerte de que eso son “100 euros” y que con ellos puedes comprar
x cosas.
Aunque a muchas
personas les pueda parecer chocante, el sistema económico al completo se
sustenta única y exclusivamente en esto: en que un gran número de gente decida
que esos papelitos tiene un valor abstracto de “100 euros” y obliguen a los
demás a hacer lo mismo por la fuerza.
Sin duda, ahora
muchos correrán a decir que todo lo que hemos dicho son perogrulladas e ideas
simplistas…pero van muy equivocados.
El Sistema entero se
basa en estas mecánicas de funcionamiento. Todo lo que hemos creado como seres
humanos gira alrededor de esta manera de concebir la realidad, basada en creer
ciegamente en las ficciones que nosotros mismos hemos creado.
Y deberíamos
hacernos una pregunta:
Si la mayoría de
elementos que configuran nuestra realidad social tienen solamente el valor que
nosotros decidamos otorgarles, eso significa que nuestra mente tiene un poder
absoluto sobre estos elementos vacíos de valor. Entonces, ¿como puede ser que
acabemos supeditados a ellos y que sean ellos los que determinen todos los
aspectos de nuestra vida, desde nuestros sueños hasta nuestra acciones?
Es evidente que algo
no va bien…
TUS 3 PROPIEDADES
Si seguimos
ahondando en este tipo de razonamientos, nos topamos de frente con el concepto
de propiedad.
De la auténtica
propiedad.
Cuando vienes a este
mundo, traes contigo 3 propiedades de valor incalculable que te pertenecen,
única y exclusivamente a ti:
·TU CUERPO
·TU MENTE
·TU TIEMPO DE VIDA
Las demás posesiones
que puedas acumular a lo largo de tu existencia: casas, coches, terrenos,
móviles, joyas, dinero…tienen, de nuevo, un valor relativo, el valor que la
sociedad te haya inculcado que debes otorgarles.
Pues bien, esto que
parece algo tan “obvio”, en realidad resulta que no lo es tanto.
Porque al final todos
hemos acabado olvidando que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro tiempo
tienen un valor inmensurable y que no hay nada en el mundo por lo que los
podamos cambiar.
Desde que somos
pequeños, el Sistema nos programa para que no seamos conscientes de que éstas
son nuestras únicas propiedades reales y que su valor no es negociable.
LA GRAN ESTAFA DE TU
VIDA
Para demostrar cómo
el Sistema consigue que olvidemos el valor de nuestras auténticas propiedades,
solo tenemos que fijarnos en cómo consigue que las vendamos a cambio de nada.
Para entenderlo
mejor, pondremos un ejemplo y lo traduciremos todo al lenguaje universal del
Sistema: el dinero.
Supongamos que eres
tan rico que posees todo el dinero del mundo.
Eso son,
aproximadamente y según algunas fuentes, unos 50 billones de dólares.
Eres la persona más
rica que jamás ha existido y posees todo lo que deseas: puedes comprar todas
las fábricas, todos los coches, todo el petróleo, todo el oro, tener a todos
los gobiernos rendidos a tus pies…incluso podrías apoderarte de la Luna y
ponerle tu nombre si quisieras.
Tu vida transcurre
inmersa en todos los lujos que puedas imaginar.
Pero el tiempo pasa
y acabas envejeciendo y a pesar de los esfuerzos de los médicos a los que tan
generosamente pagas, se acerca el momento de tu partida.
Y es entonces, en tu
lecho de muerte, consciente de que tu tiempo en el mundo se acaba, cuando
intentas comprar 1 hora más de vida.
Pero no puedes.
Ni ofreciendo toda
tu fortuna puedes comprar una hora de vida. Ni tan solo puedes comprar un
segundo.
Ahí es cuando
comprendes que 1 solo segundo de tu tiempo, tiene un valor incalculable.
Si lo traducimos a
dinero (para aquellos que afirman que “todo tiene un precio”), podríamos decir
que 1 segundo de vida tiene un valor superior a 50 billones de dólares.
Y esto nos enfrenta
de bruces con la cruda realidad: toda nuestra vida es una gran estafa a nivel
económico, un pésimo negocio y un desastre financiero en toda regla.
Echemos cuentas.
Si por ejemplo,
cobras 30 dólares por una hora de trabajo y cada segundo de tu vida tiene un
valor superior a 50 billones de dólares, entonces por cada hora de trabajo,
estás cambiando más de 180000 billones de dólares en valor tiempo….por tan solo
30 dólares en papel.
Así transcurre toda
tu vida laboral.
Y no. No digas que
este es un razonamiento tramposo.
Porqué el trabajo es
un intercambio legal, en el que alquilas tu cuerpo y tu mente y vendes tu
tiempo, a cambio de una determinada cantidad de dinero.
Y sí, hemos dicho
que VENDES tu tiempo a cambio de dinero. No lo “alquilas” como haces con tu
cuerpo o con tu mente, porqué a diferencia del cuerpo y la mente, ese tiempo
que entregas con el trabajo, ya no lo vuelves a recuperar nunca más.
Por lo tanto, lo
estás vendiendo.
Así pues, aunque
parezca increíble, tiene sentido que digamos que 1 segundo de vida tiene un
valor superior a 50 billones de dólares.
Porque a pesar de
resultar algo absurdo, al tiempo le otorgamos valor monetario cuando lo
vendemos, aunque su valor real sea infinito y no podamos adquirirlo en ninguna
parte.
Esta es la triste
realidad que rige nuestras vidas.
Nacemos siendo
emperadores, propietarios de tesoros de valor incalculable y vivimos y morimos
como vulgares esclavos que no son propietarios ni de su propio tiempo.
El Sistema nos lava
el cerebro para que cambiemos propiedades de valor incalculable…por simple
“papel”.
Y a ello dedicamos
toda nuestra vida.
EL ORIGEN DE
NUESTROS MALES
No ser conscientes
del auténtico valor de nuestras propiedades es la fuente de nuestras
desgracias.
Porqué una vez
dejamos de valorar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro tiempo, dejamos de
valorarnos a nosotros mismos.
Y una vez dejamos de
valorarnos a nosotros mismos, dejamos de valorar también a las demás personas y
dejamos de valorar todas las cosas que tienen algún valor auténtico y real.
Y he aquí cuando
surge, como un demonio, la terrible asociación psicológica que todos hacemos
inconscientemente.
Porque una vez hemos
aceptado sustituir nuestro tiempo, nuestro cuerpo y nuestra mente por “papel”,
creemos que las demás personas también se pueden sustituir por “papel” y que
los tesoros incalculables que nos brinda la naturaleza: el agua, la comida y el
entorno, también se pueden cambiar por “papel”.
En la mente del
hombre actual, todas las cosas del mundo “tienen un precio”, todo se puede
cambiar por “papel”…
Y si el papel se
puede quemar y destruir…entonces, ¿qué impide al hombre quemarlo y destruirlo
todo?
Ahí reside el origen
de nuestros males.
Hemos supeditado
todo aquello que tiene un valor absoluto a elementos cuyo valor solo existe en
el interior de nuestra mente: sean dinero, ideologías, creencias, patrias o
leyes.
Nuestras propias
creaciones psíquicas han terminado subyugándonos.
EL TIEMPO ES LA
CLAVE
Pero de nuestras 3
propiedades, el tiempo es nuestro gran tesoro olvidado.
Todos somos más o
menos conscientes del valor de nuestro cuerpo o incluso de nuestra mente, pues
nos resultan “fácilmente experimentables”.
Pero el tiempo no
podemos verlo ni tocarlo, es algo externo, inaprensible, que no forma parte de
nosotros mismos y por esa razón pasamos la vida ignorando su valor…hasta que ya
es demasiado tarde.
Curiosamente, la
mayoría de gente considerará que todo lo que estamos diciendo no es más que una
discusión filosófica vacía, acostumbrados como están a centrarse en realidades
que ellos consideran “tangibles y pragmáticas”.
No se dan cuenta de
que no hay nada más real y tangible que el valor y el sentido que le damos a
nuestra propia existencia.
Es el tema más trascendente
y transformador de la realidad que podemos afrontar, mucho más que cualquier
discusión política.
Pero el Sistema ha
realizado muy bien su trabajo. Les ha inculcado desde pequeños un rechazo
visceral hacia los temas demasiado “profundos”.
Creen que el Sistema
se cambia con pancartas, discursos, manifiestos o papeletas.
Así se pasan la vida
discutiendo y luchando entre ellos por la etiqueta que le asignan a cada
elemento de la realidad o por si los que les gobiernan se deben regir por tal o
cual libro de instrucciones “ideológicas”.
Pero la realidad es
que, sean quienes sean los que nos gobiernen, sean azules o rojos, sean de los
“nuestros” o de los “suyos”, ninguno de ellos nos hablará jamás del valor de
nuestras 3 únicas propiedades.
Toda pugna ideológica
o política se centra siempre en elementos cuyo valor es relativo. Un valor tan
relativo que solo existe en nuestra mente.
Por eso jamás verás
una ideología o una religión diciéndote que eres tú el que le da valor a esos
elementos y que su existencia depende totalmente de ti: sería darte la llave
para que dejaras de creer en la propia ideología o en la propia religión.
Jamás verás una
ideología o una religión recordándote que solo tú, a nivel individual, debes
gobernar sobre tus 3 propiedades y que su valor es demasiado grande para que
las cambies por nada o te las dejes arrebatar: sería recordarte que el poder
sobre tu vida solo debes tenerlo tú.
No, eso nunca
sucederá.
El objetivo de todas
las ideologías se centra, siempre y de forma sibilina, en cómo repartir las
“riquezas” vacías de valor y en qué posiciones debemos ocupar, cada uno de
nosotros, en las estructuras sociales ficticias que hemos creado en nuestra
psique.
Todo gira alrededor
del dinero, los impuestos, la clase social, las leyes, las creencias, las
patrias, los símbolos…
Se trata de un gran
juego de manos, propio de un ilusionista, para que jamás nos centremos en lo
esencial: en recuperar el dominio de nuestras únicas riquezas.
En recuperar nuestro
poder individual.
Y no importa el
color político, la ideología o la creencia.
Lo que siempre vemos
ante nosotros es al Sistema, ofreciéndonos alguna de sus múltiples caras.
NOS ROBAN EL TIEMPO
Mucha gente está
convencida de que el objetivo del Sistema es robarnos el dinero y arrebatarnos
el poder político para concedérselo a una élite gobernante.
Y esa es solo una de
sus múltiples funciones, quizás la más superficial de ellas.
Uno de los
principales objetivos del Sistema, en realidad, es robarnos el tiempo y
negarnos su auténtico valor. De hecho, necesita hacerlo para mantenerse en pie.
Y es que podemos
afirmarlo sin ninguna duda: si el Tiempo se pudiera comprar y vender, podéis
tener por seguro que sería el tesoro más valioso del Universo.
Si alguna gente es
capaz de matar por conseguir trozos de papel de valor ficticio, ¿alguien se
imagina lo que serían capaces de hacer por conseguir más tiempo de vida?
EL PRIMER PASO
Así pues, tomar
conciencia plena del valor de nuestro tiempo resulta clave a la hora de
recuperar nuestro poder individual.
Porque una vez le
diéramos el valor que le corresponde a nuestro tiempo, nos daríamos el valor
que nos corresponde a nosotros mismos, a nuestras decisiones, a nuestras
acciones y sobretodo a nuestra libertad, por encima de todas las cosas.
Recuperaríamos el
sentido pleno de nuestra dignidad como seres humanos.
Y entonces
comprenderíamos el infinito valor que tienen el tiempo y la libertad de los
demás.
Y una vez
comprendiéramos que solo importan las cosas que tienen un valor absoluto, tomaríamos
conciencia del valor incalculable de todos los cuerpos y mentes únicas que
pueblan este mundo y del valor del agua, del aire, de la comida y del entorno.
De repente,
recuperaríamos el sentido de la realidad y entenderíamos que nada se puede
cambiar por “papel”.
Sería entonces
cuando el Sistema, tal y como lo conocemos ahora, no nos podría dominar y se
derrumbaría por completo.
Simplemente, dejaría
de existir.
Tomemos pues, plena
conciencia del valor de nuestros auténticos tesoros.
Empezando por el
valor de nuestro tiempo, aunque eso signifique llorar por el que hemos
malgastado hasta ahora, como lo lloran las personas en sus últimos momentos en
la tierra.
Y hagamos todo lo
posible para que las personas que nos rodean lo comprendan también.
Este es el primer
paso.
Nota: si aún no lo
habeis hecho, podeis ver el siguiente video que narra todo lo contado en este
artículo
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