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20.10.14

Nuestra motivación es distinta, nuestra energía mueve otra maquina, una maquina engrasada con sentimientos y no con sangre ajena

UN SER GRIS : EL EQUILIBRIO COMO FORMA DE VIDA.

Ser equilibrado, ser gris, ni muy oscuro, ni muy claro. En el equilibrio esta la esencia de toda tu experiencia, lograr ese punto medio, en un mundo en donde los extremos esta la única opción disponible. Saber lidiar con todo y aun así, mantenerte en esa complicada y delgada línea que separa lo bueno de lo malo es un reto. Vivir como auténticos funambulistas acosados por el ego y los sentimientos engañosos, las falsas sonrisas del entorno y las influencias falsamente comprometidas, los vínculos y las alianzas, la tribu y la tierra. Habitualmente nos encontramos con personas que nos ofrecen su mano, ocultando un puñal en la otra, nos regalan sentimientos de cartón piedra, nos confunden con cantos de sirena y nos petrifican con miradas de gorgona. Tiburones de pecera, que nadan en círculos esperando que empiece a gotear la sangre de tu fracaso, piratas de la promoción y el ascenso, a la cúspide de la pirámide escalonada del abismo, el éxito en la alfombra roja de la inhumanidad.

Pisar fuerte y no dejarnos arrastrar por esa corriente, se convierte en un esfuerzo sobre humano, que día a día, nos mina y desgasta nuestras fuerzas. Nos dijeron… compite, se el primero, es mejor pisar que ser pisado, mata o te mataran y finalmente, competimos, únicamente para no perder, sin propósito y sin meta, sin victoria, porque nunca ganas cuando compites, esa es la trampa, y tarde o temprano, te das cuenta. No encontramos recompensa en el esfuerzo y no sacamos beneficio de la humillación, no nos sentimos parte de ese modo de afrontar la vida y nuestra actitud mediana nos señala y nos expulsa del sistema. No somos mas que sombras en una oscuridad existencial, dentro de una oscura sociedad. Encontramos la luz en el rechazo sistemático de aquellos que atesoran la verdad y la razón, una verdad de purpurina y una razón de papel couché. Tópicos típicos del ignorante, que no sabe que lo es y del sabio que no sabe. Conocimiento inconsciente que señala instintivamente al loco y aplaude al necio botarate.


Lograr el equilibrio supone renunciar a lo normal, a lo políticamente correcto, y entrar en la locura, pero… ¿Quien quiere eso? Vivir pensando en lo que piensan los demás, creer lo que creen, porque es lo que cree la mayoría, renunciar a ti mismo, porque una norma no escrita lo exige, seguir la tradición por que la tradición así lo dicta, renunciar a la cultura por que es lo que impone tu cultura. Navegar en la razón de la sin razón, el sin sentido consentido, la ablación de la inteligencia impuesta por los estamentos sanguíneos, políticos y de la fe verdadera. Renunciar a todo sin renunciar a nada, porque en el todo vive abrazado el extremista, el normal material, y en la nada, nosotros, porque no somos nada y nada nos define, nada nos atrae y nada nos repele.
Ese es el justo equilibrio, es vivir abrazado al tronco entre la raíz y la copa, múltiples posibilidades te empujan y múltiples te aguardan, y entre todas ellas eliges la mas mediada.

Un Ser gris en un mundo de blancos y negros, un ser desprogramado y descreído, concienzudo y concienciado. Un ser gris, en un sistema de colores desteñidos, de falsa realidad y de falsa moral. Un drama bipolar que exige aceptar la luz sin olvidarse de la sombra. Ser el bien y el mal integro, lo medio, no es fácil, pero es mejor que ser un títere, un Pinocho mentiroso que no ve mas allá de su nariz, un Pepito grillo ignorante. Ser la Bella-Bestia, Cenicienta en calabaza todoterreno, preparados para sortear lo que venga. Asumir lo bueno y lo malo y salir triunfantes, eso es ser gris.

Los Seres grises no destacamos, no competimos, no vencemos, no triunfamos, porque nuestra lucha es otra, nuestra motivación es distinta, nuestra energía mueve otra maquina, una maquina engrasada con sentimientos y no con sangre ajena. No nos mueve la codicia, no sabemos que es la envidia, no conocemos el fracaso, porque el fracaso forma parte de nuestro triunfo, somos perseverantes, optimistas y respetamos el entorno, pero no nos zambullimos en el, convivimos con el drama, pero no nos sentimos participes de esa comedia. Las risas y los llantos son estados transitorios, no formas de vida. Nos repelen las victimas y los verdugos, somos secundarios en nuestra propia película, porque el protagonismo no nos sale natural. Nuestra luz ilumina sin alardes, no pide titulares y no busca la memoria, es el faro al servicio del náufrago.

Equilibrarse y tomar solo aquello que necesitamos, sin agarrarnos a ese clavo ardiendo que constantemente nos ofrecen, como solución a nuestras diatribas. Vivimos con, pero sin formar parte de… Somos la tierra de nadie, nuestros pies no dejan huella a nuestro paso, porque la historia no la escribe el que sobrevive sin derramar sangre, somos héroes anónimos, caballeros de pequeñas batallas, gladiadores del día a día. Camuflados, mezclados, barajados entre la masa, desapercibidos, pero esenciales, somos lo medio y lo medido, equilibrados, centrados, concisos. Somos la suma de tantos colores, de tantos matices, de tantos tonos, que al final solo somos eso… Un Ser gris.



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