Muchos dentro de sus procesos de transformación de la conciencia,
dudan del conocimiento que les llega, creen que canalizan o que son
“inspirados”. Toda inspiración supone que algo externo entra en
ti, te nutre y te permite o te ayuda a vivir, como pueda ser el
oxígeno que constantemente inspiras, en cambio la expiración se
relacionó convenientemente con el mal, la muerte, con el fin... algo
malo que expulsas o un ciclo que termina.
La expiración es en realidad sacar de dentro algo que tienes, y eso
que tienes, no tiene que ser necesariamente malo. Sacar fuera eso que
vive oculto en tu interior es precisamente lo que siempre te han
hecho creer que era inspirado, cuando en realidad es todo lo
contrario. Por lo tanto desde ahora yo planteo la duda ¿realmente
somos inspirados? Yo creo sinceramente que no, eso es lo que nos
quieren hacer creer con sus programaciones, que nuestras obras
literarias, nuestra ingeniería, nuestro avance, es inspirado, y es
en realidad obra y mérito de unas “musas” que nos concedieron
esos conocimientos.
Como siempre, dando valor a todo lo ajeno, restándole vida a lo que
aporta nuestro saber interno. Todos los clásicos, la filosofía, el
pensamiento o el humanismo, todo inspirado, guiones, novelas, miles
de canciones, de poemas, todos inspirados... Entonces si todo es
inspirado e inducido, para que seguir pensando ¿no? Somos tontos,
cerebros planos, maquinas biológicas, que tienen que ser guiadas o
inspiradas, para ser útiles y creativas, que deben esperar a que un
operador externo expire su “duende” para que nosotros recibamos
esa inspiración por obra y gracia de esas musas.
¿Hasta cuándo vamos a seguir comprando esto? Tan tontos somos para
creernos inspirados por algo o alguien constantemente, es que nuestro
cerebro solo ocupa espacio, o se limita a las funciones básicas. Nos
quieren hacer creer que somos meros autómatas, constantemente se
afanan en recordarnos lo poco que valemos y se apropian todos
nuestros méritos. De hecho, cualquier idea que parte de nosotros,
idea que puede elevar o cambiar el estado de conciencia
del ser humano, acaba retorcida y deformada en sus sucias
zarpas. Mientras sigamos creyendo cualquier cosa, mientras pensemos
que todo es canalizado, o inspirado por alguien o algo, seguiremos
llamándonos tontos, incapaces, borregos, seres amorfos, que solo
respiran, comen, cagan y copulan, sin alma, sin conciencia.
Cuantas creencias y programaciones tenemos que purgar aun, cuan profunda es la estupidez que nos señala y nos dice que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestra alma, no es nuestra. Tan reducida es nuestra capacidad que necesitamos perpetuamente esas fuentes “inspiradoras” para saber algo que ya sonaba en nuestro interior desde hace eones. Mientras busquemos resonares como un delfín en una piscina, no podremos escuchar lo que realmente suena en nuestro interior.
La
información, el arte, la literatura, la gracia y el salero, son
expirados desde lo más profundo de ti, salen porque la
gracia no se puede contener y hay que regalarla,
tus pensamientos son tuyos, tu arte es tuyo, tu gracia y tu salero,
son tuyos y nadie te los inspiró, al contrario, lo expeles de lo más
profundo de tu Ser, es tu alma la que grita desde lo más profundo,
la grandeza que vive en ti.
No hay inspiración, sino expiración. Expiras información
constante, conectamos alma con alma, corazón con corazón, de un
interior a otro interior, conexión pura y autentica. Los resuenes
son solo ecos sordos de algo que algún día tuvo la gracia y la luz
creadora viviendo dentro, ahora esos que inspiran solo son carcasas
sin arte, sin gracia, sin vida y sin luz.
Lo que cantas, lo que interpretas, lo que escribes, lo que tocas,
sale de ti, tú eres quien lo crea y eres quien lo dona al mundo,
porque no sabes, ni eres capaz de contenerlo, porque otros inspiran
lo que tu expiras, es tu aliento el que está lleno de vida y todo lo
que entre en ti desde fuera, tratara de boicotear tu don.
Vivo
expirando, dando, lo que llevo en mi, lo que sale, lo que nace de mi
interior y no deja de brotar y brotar, soy la expiración, la muerte
de una mala vida, el comienzo de lo que sé, o creo que sé. Nada me
inspira, nada nace desde fuera, la vida
comienza en nuestro interior, es la madre de toda creación,
esa madre es la que continua pariendo vida y arte en nosotros, la que
expira constantemente vida en nuestras creaciones, la que guía
nuestras manos, la que suena y luce, la que es todo y nada.
Este muro hay que empezar a tirarlo ya, debemos apropiarnos de lo que
es nuestro porque lo creamos nosotros, nació de nosotros y ninguna
fuente, musa, o duende, es capaz de igualar la capacidad que ya
tenemos para crear lo imposible e infinito. El arte hecho por arte de
magia, de la magia llamada espíritu, nuestra energía, un alma
infinita, eterna y llena de gracia y salero, que permite crear de
forma intrínseca el propio arte y la gracia de vivir.
Puedes seguir creyendo que llega a ti la inspiración, pero te
estarás quitando todo el mérito. Yo no busco fuera, porque me vale
con lo que tengo, expiro en cada cosa que hago, dejando mi energía y
mi amor. No relaciones esa inspiración con algo que no tengas, que
en realidad expiras y no te das cuenta, porque guardas tanta gracia
en ti, que debes sacarla fuera. No puedes inspirar nada porque estas
lleno, esta pleno y completo, nada coge en ti que no sea una
repetición de lo que ya tienes.
Te doy las gracias por exhalar lo mejor de ti, por dar aliento a la
gracia divina y el arte, que pones en lo que haces, ese amor que
inspira y expira amor hacia todos.
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