ELECCIONES EN EL PAÍS
DE LOS BORREGOS
Mucha gente ya lo había advertido. Los
avisos estaban ahí, para quien quisiera leerlos o escucharlos…pero no ha
servido de nada. Al final, ha vuelto a suceder otra vez.
Le
han vuelto a tomar el pelo a la población española.
De
nuevo, han realizado una genial maniobra de manipulación social. Una
manipulación que, sin embargo, ha sido más que evidente desde sus inicios.
En anteriores artículos ya expusimos nuestras
sospechas sobre algunos de los nuevos partidos políticos aparecidos en España,
especialmente en los casos de Podemos y Ciudadanos. Nuestras sospechas no se centraban en los
partidos políticos en sí, ni en sus líderes, ni en sus presuntas ideologías.
Desde
un cierto punto de vista, la aparición de nuevas alternativas políticas debería
ser motivo de celebración en cualquier democracia y más cuando se produce una
crisis de confianza en los partidos tradicionales.
Su
aparición, pues, podría considerarse como algo lógico y previsible.
Lo
que ya no ha sido tan lógico y lo que nos llevó a sospechar, es la excepcional
exposición mediática a la que estos partidos han sido sometidos y más
concretamente, la promoción televisiva de sus respectivos líderes.
Ha
sido una maniobra tan obvia, tan descarada, tan burda y tan excesiva, que
parece mentira que la población se haya tragado una píldora como ésta.
LA CLAVE ESTÁ EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La
mayoría de gente, ante la aparición de un nuevo líder político, acostumbra a
centrar la atención en su aspecto, en su actitud, en su discurso y en sus
presuntos principios políticos o ideológicos.
Es
decir, en todos aquellos aspectos aparentes que adornan a un político.
Y
es precisamente al hacer esto, cuando todos caemos en el engaño.
Para
saber realmente a quién representa un líder político y su partido, también
debemos fijarnos en cómo se le promociona en los medios de comunicación.
Estar
atentos a qué tempos se siguen, qué nivel de exposición mediática tiene,
cuantos y qué medios de comunicación se implican en su promoción y sobretodo,
qué función desempeña ese líder y ese partido para el funcionamiento de todo el
sistema en su conjunto, con independencia de lo que el líder declare o de la
ideología que nos venda.
Debemos
ser conscientes que los medios de comunicación de masas son el reflejo directo
de los intereses de aquellos que albergan el auténtico poder y por lo tanto,
cualquier elemento que aparezca en dichos medios, tiene una función de
ingeniería social y de servicio a los intereses de los más poderosos.
Y
esto es así por una simple razón: los mass media están en manos de grandes
poderes económicos y financieros, pues son los únicos que pueden sufragar los
costes elevadísimos de la producción televisiva.
Habrá
quien afirme, con cierto grado de razón, que cualquier persona o grupo puede
llegar a aparecer ocasionalmente en radio o televisión y exponer lo que piensa,
con un cierto grado de libertad.
Pero
si lo que expresa esa persona o ese grupo no resulta conveniente a los poderes
fácticos, podemos tener por seguro que su aparición será puntual y que jamás
volverá a hacer acto de presencia ante las cámaras, si no es para ser
desacreditado.
En
el mundo de los grandes medios, a nadie se le da espacio continuadamente para
que exponga sus opiniones si sus ideas resultan incómodas o ponen en peligro
las bases del sistema.
Siempre
habrá quien aduzca que en la televisión lo que prevalece es la audiencia y que
en la caja tonta aparecen aquellos personajes que interesan al público y que
generan negocio.
Pero
este razonamiento, que parece lógico, no se ajusta a la realidad de las cosas,
al menos cuando hablamos de política o de control social.
Y
los ejemplos abundan.
No
veremos a anarquistas en las tertulias televisivas, ni tampoco veremos a grupos
anti-sistema, por más pacifistas que sean, promocionados constantemente en los
grandes medios.
Y
eso a pesar de que, sin duda, sus opiniones radicales darían mucho juego,
resultarían polémicas, levantarían pasiones a favor y en contra, y por lo
tanto, generarían audiencia y el correspondiente negocio.
Esto
significa que, al menos en lo que se refiere a la política, los índices de
audiencia no son lo que prevalece: lo que determina la promoción mediática de
un líder, de un partido o de una ideología, es su adecuación a los intereses
del status quo y del poder financiero que controla los medios; es decir, su
valor como herramienta de manipulación social.
Comprendido
algo tan obvio como esto, podemos empezar a cuestionarnos el ascenso de Podemos
y de Ciudadanos y tratar de intuir cuál es la función que le ha sido asignada a
cada uno de estos partidos.
EL
ASCENSO MEDIÁTICO PREFABRICADO DE PODEMOS
Y
es que el caso de Podemos y de su líder Pablo Iglesias, es un ejemplo
paradigmático de todo lo que hemos expuesto anteriormente.
Como decíamos en el artículo ASÍ SE FABRICA A LOS FUTUROS LÍDERES, la
súbita aparición de Pablo Iglesias en las tertulias políticas de todas las
grandes cadenas de televisión del país, solo podríamos calificarla como “inundación
mediática premeditada”
…de repente empezó a hacer acto de presencia en la
Sexta (propiedad del grupo Atresmedia), en Cuatro (propiedad del grupo
Mediaset), en las cadenas ultraderechistas Intereconomía y 13 TV y como no, en
Televisión Española, a través de su canal 24 horas.
Fue
entonces, una vez alcanzó el estrellato mediático, tan generosamente regalado
por los grandes medios de masas, que Pablo Iglesias se erigió en la cara más
visible de un nuevo proyecto político aparecido de la nada: PODEMOS, al cual,
como es lógico, se siguió ofreciendo una enorme presencia mediática, a pesar de
que dicha formación acababa de ser fundada y jamás se había presentado a unas
elecciones.
Ante una operación propagandística de este
calado, tan evidente y tan poco sutil y sabiendo que los medios de comunicación
de masas al servicio del poder no le abren las puertas a personajes incómodos,
la pregunta que cualquier persona con dos dedos de frente debería hacerse es: ¿Por qué razón se promocionó a Pablo Iglesias y a
Podemos? ¿Qué objetivos se ocultan tras una maniobra como ésta?
Todas nuestras sospechas al respecto, las
volcamos en el artículo CÓMO ABORTARÁN LA REVOLUCIÓN (2ª parte) y parece que el tiempo nos empieza a
dar la razón.
Cada
vez se hace más patente que Podemos tenía una función de ingeniería social que
cumplir…y vistos los últimos acontecimientos, la misión que le fue encomendada
al partido de Pablo Iglesias ya ha sido cumplida y Podemos ya es prescindible.
Y
es que tal y como sospechábamos, la función de Podemos era abortar una
revolución en España, o como mínimo un levantamiento o una reacción popular de
la población española, que pudieran resultar incontrolables y peligrosas para
el sistema y los grupos de poder.
El
nivel de putrefacción y corrupción absolutamente insoportables de los grandes
partidos, su sometimiento servil y flagrante a los poderes financieros y
bancarios, los constantes recortes de derechos y libertades, la vergüenza del
poder judicial controlado políticamente y los escándalos de la familia real,
sumados a la inestabilidad social derivada de la crisis económica,
representaban un cóctel explosivo, una olla a presión que podía estallar en
cualquier momento de forma impredecible.
Fue
justo en ese momento de máxima presión, cuando la tensión social amenazaba con
romper las costuras del sistema, cuando Pablo Iglesias hizo su fulgurante
aparición mediática, como un enviado divino, espetando a diestro y siniestro
todo aquello que clamaban los ciudadanos en las calles; hablaba en
representación de las masas indignadas del país y aparecía en todas las
tertulias, arrasando con el gobierno, la casta y sus voceros, como un
súper-héroe del pueblo.
¡Qué
oportuno!
Apareció
en el momento idóneo y la población ni tan solo se preguntó de dónde había
salido, ni por qué todos los medios, controlados por aquellos contra los que
tanto protestaba, le abrían las puertas sin la más mínima oposición.
Es
lo mismo que sucede en un espectáculo de marionetas para niños: los niños se
fijan en el títere, en como se mueve y en lo que dice, pero difícilmente se
preguntan quién controla al muñeco, quién ha montado el escenario y quién ha
escrito el guion de la obra.
Con
su discurso perfectamente medido para regalar las orejas de los indignados,
Pablo Iglesias se erigió rápidamente en el pastor capaz de reunir a las ovejas
descarriadas y devolverlas al redil de la ilusión por el “cambio democrático”.
Con su voz clara y su presencia casi mesiánica
parecía decir:
“Vuestro
pastor os engaña. Venid conmigo, yo seré vuestro pastor, os llevaré a los
mejores pastos y os trataré con respeto, porque yo también soy una oveja como
todos vosotros y comprendo vuestros problemas”.
Y lo hizo justo cuando las ovejas empezaban a
preguntarse:
“¿Por qué vamos en rebaño? ¿Para qué
necesitamos un pastor? ¿Por qué le toleramos al perro que nos ladre?” Precisamente,
las preguntas más peligrosas e inconvenientes que puede llegar a hacerse una
oveja.
A
pesar de ser solo una burda metáfora, esto es exactamente lo que han hecho
Pablo Iglesias y Podemos.
Su
función no ha sido solamente reunir al rebaño de los indignados y conducirlos a
todos a la vez bajo un mismo proyecto; la misión de Podemos, en el fondo, ha
sido impedir que los individuos llegaran a hacerse esas preguntas que podían
derrumbar el sistema económico y político por completo.
Y
es que si nos fijamos bien, la aparición de Pablo Iglesias y de Podemos ha cambiado
incluso los pensamientos y la actitud de muchas personas.
Gran parte de la población indignada ha dejado
de pensar “Lo tenemos que quemar todo y empezar de nuevo”,
para pasar a pensar “Ya verás cuando lleguen las próximas elecciones: se
van a enterar, porque votaré a Podemos y Pablo Iglesias lo cambiará todo”.
El pensamiento “cambiémoslo
todo aquí y ahora”, ha sido empujado dos años hacia adelante,
hasta las próximas elecciones, convirtiendo la posibilidad de la acción popular
inmediata en un proyecto político difuso perdido en el horizonte.
Mientras
tanto, el gobierno, con el silencio cómplice de la “súper democrática” Unión
Europea, ha aprovechado este tiempo regalado para penalizar las protestas,
amordazar la libertad de expresión y perseguir a todo aquél que osara poner en
duda el funcionamiento del sistema en general.
Todos
aquellos indignados, otrora capaces de inundar las calles dispuestos a
cambiarlo todo, se han convertido en una panda de zombis, que con la papeleta
de Podemos en la mano, esperan sentados en la sala de espera a que lleguen las
próximas elecciones, con la mirada perdida en la tele y en sus insufribles y
omnipresentes tertulias políticas.
De
tanto en tanto, algunos de ellos, más por inercia que por el fuego de la
indignación, se dedican a realizar apáticas manifestaciones repletas de
pancartitas coloristas, mientras robóticamente vomitan lemas rimados gritados
con poca convicción y nula energía.
Lo
que podía ser un puñetazo súbito sobre la mesa, se ha convertido en la
persecución de una sombra en forma de promesa electoral y con ello el status
quo no solo ha lanzado agua al fuego de la indignación popular y ha obtenido un
tiempo valiosísimo, sino que probablemente, ha ganado definitivamente la
partida.
Resumiendo,
pues, la función de Pablo Iglesias y de Podemos, la misión que debían cumplir y
para la que fueron promocionados mediáticamente en el momento idóneo y con la
intensidad adecuada, era abortar una revolución incontrolable en España, justo
en el momento de mayor crudeza de la crisis y de mayor indignación ciudadana.
Felicidades
pues, a Podemos: lo han conseguido.
El
ardiente fuego transformador de la indignación popular y de la búsqueda
encendida de la justicia se han apagado y ya solo quedan algunos rescoldos
humeantes.
El
sistema y el status quo imperantes, se han salvado. ¡Misión cumplida,
muchachos!
Podemos
ha sido una gran maniobra de distracción social, dirigida por politólogos
profesionales que han crecido al amparo del sistema, que han estudiado
deleitosos como funciona el sistema y que han trabajado activamente para salvar
al sistema.
Obviamente,
siempre habrá una gran masa de simpatizantes de Podemos que no querrán creer
todo lo que decimos, pues aceptarlo sería tanto como asumir que les han tomado
el pelo y que han jugado con sus ilusiones.
Pero
muchas personas ya habían advertido que esto sucedería.
Nosotros
mismos, ya en el año 2012 afirmamos en un vídeo, mucho antes de la aparición
mediática de Pablo Iglesias y de la fundación de Podemos, que:
“Se
crearán líderes manipulados salidos del movimiento de los indignados
para
encauzar las protestas y ofrecer una ilusión de regeneración democrática
y de
esperanza”
Y
es que la esperanza, cuando es instrumentalizada por el sistema, se acaba
convirtiendo en una trampa temporal que invita a la inacción.
La
esperanza de un cambio, será precisamente la trampa con la que seguirán
engañando a las personas que, hasta ahora, han confiado en Pablo Iglesias y en
Podemos.
A
sus seguidores se les debe seguir vendiendo la esperanza de un cambio futuro,
como una zanahoria que deben perseguir y que nunca alcanzarán.
Y
eso será así, porque Podemos solo resulta útil al sistema si actúa como
alternativa ficticia al poder establecido; es decir, si se limita a reunir a
las masas indignadas para que no se dispersen y evita así que acaben tomando
iniciativas difíciles de controlar.
Podemos
jamás llegará a gobernar en España; nunca se lo permitirán.
Y
las razones son muy simples.
Si
Podemos llegara a gobernar de forma efectiva en España, por ejemplo, en las
próximas elecciones generales, entonces, el partido de Pablo Iglesias se vería
obligado a aplicar todos los cambios y transformaciones que le ha prometido a
sus votantes.
¿Y
qué sucedería entonces cuando no cumplieran con esas promesas y estafaran la
confianza de sus seguidores?
Toda
esa gente que había depositado sus esperanzas en Podemos, podría despertar de
su sueño de repente, como si alguien les hubiera propinado un tortazo; se
verían de sopetón sin ninguna esperanza nueva que seguir, sin ninguna promesa
de cambio ni en el presente, ni en el horizonte futuro.
Entonces, libres otra vez de toda distracción
electoral, las masas de indignados podrían volver a hacerse las mismas
preguntas y llegar a las mismas conclusiones incómodas que precisamente Podemos
ha tratado de silenciar con su aparición: “¿Por qué vamos en rebaño? ¿Para qué necesitamos un
pastor? ¿Por qué le toleramos al perro que nos ladre? Lo tenemos que quemar
todo y empezar de nuevo”
Resumiendo:
Podemos ha sido una herramienta política creada con la misión de abortar un
estallido social y ya ha cumplido con su cometido.
Pero
ahora, el partido debe quedar reducido a una alternativa sin opciones reales de
alcanzar el poder.
Esto
implica que, si en su momento, Podemos recibió un fuerte impulso mediático que
lo lanzó en las encuestas, ahora, una vez cumplida su misión, es necesario que
ese impulso se vea frenado.
Y
esto es algo que ya estamos empezando a ver.
Los
mismos poderes que en su momento han promocionado mediáticamente a Podemos,
ahora están promocionando mediáticamente a un partido que ejerce de anti-cuerpo
y que básicamente se dedica a robarle votantes potenciales al partido de Pablo
Iglesias.
Obviamente,
estamos hablando de Ciudadanos y de su líder pre-fabricado (y posiblemente montado
en el sótano de un banco), Albert Rivera.
Mucha
gente pensará que esta es una visión demasiado “conspiranoica” de la realidad
política, pero la demostración más clara de que se están produciendo todas
estas maniobras y de que los mismos medios controlados por los poderes fácticos
que impulsaron a Podemos, ahora están centrados en frenar su ascenso, lo
hallamos en el caso del periodista de Cuatro, Jesús Cintora.
Jesús
Cintora, ha sido durante meses, el gran valedor propagandístico y mediático de
Podemos. Cintora se convirtió en conductor del programa televisivo “Las mañanas
de Cuatro”, justo cuando dicho programa se veía completamente opacado por la
competencia de las otras cadenas de televisión.
Durante
meses, Cintora realizó una ardua tarea propagandística en favor de Podemos (que
en muchos momentos, alcanzó límites sonrojantes) y con ello consiguió levantar
los ránkings de audiencia de su programa hasta convertirlo en líder de su
franja horaria.
No
deja de ser sospechoso pues, que precisamente cuando Cintora y su programa eran
líderes de audiencia, la cadena haya decidido despedirle. Este hecho, por si
mismo, viene a confirmar todo lo que hemos dicho con anterioridad en este
artículo.
Para
empezar, demuestra que en lo referente a la política, las cadenas de televisión
obedecen a los intereses de sus amos, pasando por encima de los ránkings de
audiencia y por consiguiente, de su propio negocio, lo que significa que su
función principal no es ganar dinero, sino ejercer de vehículo propagandístico
y de herramienta de manipulación social de las masas al servicio del poder
establecido.
Por
otro lado, la expulsión de Cintora, el gran propagandista de Podemos, coincide,
curiosamente, con el momento en el que Podemos ya ha cumplido su misión
anestésica sobre la sociedad y su ascenso debe ser frenado a toda costa, antes
de que se convierta en un problema.
Posiblemente,
el pobre Cintora aún no entiende lo que ha pasado, al igual que muchos
simpatizantes de Podemos de base, que aún se deben preguntar por qué razón su
partido y sus líderes, que eran las vedettes de todas las tertulias, de repente
se ven eclipsados por Ciudadanos, cuyos miembros los han desplazado del
protagonismo mediático de un codazo.
EL
CASO DE CIUDADANOS
Hasta
ahora nos hemos centrado en lo que parece ser el ascenso prediseñado de Podemos
y de su líder, Pablo Iglesias.
Pero
cualquier consideración de manipulación que hagamos sobre Podemos, palidece
ante el flagrante caso de Ciudadanos y de su líder, Albert Rivera, que
representan, posiblemente, el caso más sonrojante de fabricación de un líder
artificial de la historia de la democracia española y probablemente, europea.
De
hecho, el nivel de manipulación de masas que rodea a la figura de Albert Rivera
y su partido son tan desvergonzados, que probablemente despierten admiración y
envidia en las élites de otros países, donde los poderes fácticos no deben ni
creerse que pueda llegar a existir una población tan sumamente manipulable como
la española.
Como indicábamos en el artículo ASÍ SE FABRICA A LOS FUTUROS LÍDERES…
Es realmente difícil de justificar la omnipresencia
mediática de Albert Rivera como figura política. Albert
Rivera ha sido invitado y entrevistado en todas las grandes cadenas de radio y
televisión, como si de un gran líder nacional se tratara: Cuatro, La Sexta,
Antena 3, Televisión Española, Telecinco, 13 TV, Intereconomia, Cadena Ser,
Onda Cero, cadena COPE…
Sin
embargo, su relevancia mediática es inversamente proporcional a su peso
político real hasta la fecha.
Cuando
se inició su promoción mediática masiva en toda España, su partido, Ciudadanos,
solo gozaba de representación en un parlamento autonómico, el de Cataluña,
donde alcanzaba la “portentosa” cantidad de 9 diputados sobre 135 en total que
tiene el parlamento catalán, la “astronómica” cantidad de 275000 votos y la
“inconcebible” cantidad de 7 concejales en total en todo el territorio catalán,
sobre más de 9000 concejalías posibles.
Así
pues, la promoción gratuita e injustificada de la que disfruta en estos
momentos Albert Rivera como líder político, no tiene precedentes en los poco
más de 30 años de democracia española.
Estos
comentarios hacían referencia a la promoción mediática actual de Rivera y de su
partido en toda España.
Sin
embargo, donde realmente se pueden detectar mejor las evidencias de que Albert
Rivera y su partido han sido pre-fabricados e impulsados por los grandes
poderes fácticos del país, se encuentra en sus primeros pasos políticos en
Cataluña…
…si hay algo que resulte aún más sospechoso que su
actual irrupción mediática a escala nacional española, es su aparición inicial
como figura política autonómica.
Pocas
veces se ha visto en Cataluña una promoción mas generosa de un partido y de un
líder político que la que tuvo Albert Rivera en 2006.
Recordemos
que ni él ni su partido Ciudadanos jamás se habían presentado a comicios de
ningún tipo, ni a nivel nacional, ni regional, ni tan solo municipal.
Su
experiencia, pues, era nula y podríamos decir que “no los conocía nadie”.
Ciudadanos
era uno de los muchos movimientos políticos que aparecen por doquier y de los
que los grandes medios jamás se hacen eco.
Sin
embargo, Rivera fue entrevistado por los grandes medios catalanes: TV3,
Catalunya Radio, RAC 1 (del grupo Godó) y pudo dar a conocer, de forma gratuita
y bien patrocinada, todo su ideario político, sin que ello, sorprendentemente,
levantara la mas mínima sospecha entre los votantes.
Quizás,
como en el caso de Pablo Iglesias, se deba a su extraordinaria capacidad
oratoria o a su combinación de juventud y buena presencia.
O
quizás se deba a que formaba parte de los servicios jurídicos de La Caixa, la
gigantesca entidad financiera que representa el auténtico poder en Cataluña y
que tiene como empleada a la Infanta Cristina, hija del Rey de España.
Esa
misma Caixa fue la que, amablemente, le concedió a Albert Rivera una excedencia
para que pudiera presentarse a las elecciones autonómicas de 2006.
Como
vemos, la promoción mediática gratuita e injustificada de la que ha disfrutado
Albert Rivera desde sus inicios es más que evidente y roza el límite de la
vergüenza. Y más si la comparamos con los centenares de partidos políticos del
país, aparecidos de la nada como en su momento lo fue Ciudadanos y que jamás
han disfrutado ni de la más mínima presencia mediática.
Pero
que nadie se engañe. Dejémonos de hipocresías.
La
fuerza que ha impulsado a Albert Rivera (aparte de los medios derechistas y las
entidades bancarias), ha sido su posicionamiento político ante el
independentismo catalán.
Si
Pablo Iglesias apareció oportunamente en el momento de mayor rechazo ciudadano
contra el gobierno, para aprovecharse de esa indignación y vehicularla en su
propio beneficio, Albert Rivera apareció oportunamente en el momento de mayor
fulgor independentista en Cataluña y pudo aprovecharse, con ello, del
sentimiento de rechazo anti-independentista de los nacionalistas españoles.
De
hecho, Ciudadanos y particularmente Albert Rivera, se alimentan casi en exclusiva
del sentimiento anti-independentista (y en algunos casos, anti-catalán), de
gran parte de la población española; es el combustible que impulsa el motor de
Ciudadanos.
Y
eso nos lleva a extraer conclusiones interesantes.
Si
nos fijamos con atención, Ciudadanos y Rivera, han estado en “barbecho” durante
meses.
Durante
sus primeros años, la presencia mediática de Ciudadanos se ha limitado
básicamente a Cataluña; incluso en sus primeros meses de presencia a nivel
nacional, nadie, excepto los medios más ultra-conservadores, le han prestado
demasiada atención a Rivera y a su partido.
Teniendo
en cuenta que la figura de Rivera se alimenta del fuerte sentimiento
anti-independentista que se vive en gran parte de España, uno podría haber
esperado que se le promocionara a nivel español mucho antes, como alternativa a
los grandes partidos (PP y PSOE), coincidiendo así con el mayor fulgor de las
manifestaciones independentistas de Cataluña, que le habrían servido de
impulso.
De
haber sucedido eso, Rivera habría podido promocionar su partido como
alternativa nacional, al mismo tiempo que lo hacía Pablo Iglesias con Podemos y
entonces, muy probablemente Podemos no habría alcanzado el nivel de seguimiento
y popularidad que le permitió vehicular la indignación de las masas y se habría
visto obligado a compartir parte de sus “ganancias” en popularidad y votantes
con Ciudadanos desde el principio.
Sin
embargo, inicialmente, los medios de comunicación apostaron exclusivamente por
Podemos. Y eso nos lleva a reforzar, aún más, los argumentos que venimos
exponiendo en este artículo.
Podemos,
por sus propias características sociales, era el único partido que podía
acaparar y reconducir toda esa indignación para abortar el posible estallido
social incontrolado.
Si
Ciudadanos hubiera sido promocionado mediáticamente a la vez que Podemos, su
presencia habría debilitado al partido de Pablo Iglesias, habría generado
confusión y Podemos habría fracasado en su misión de reunir al “rebaño
indignado”.
Las
masas cabreadas posiblemente no habrían tenido un referente claro al que
aferrarse, no habrían dispuesto de un proyecto ilusionante por el que abandonar
la acción inmediata y por lo tanto, el peligro de un estallido popular
incontrolable, no se habría disuelto.
Por
lo tanto, se hace evidente que Ciudadanos y Albert Rivera han sido mantenidos
“en reserva” hasta que Podemos ha cumplido con su misión.
Ha
sido entonces, cuando, cumplida la función de Podemos y llegada la hora de
cortarle las alas al partido de Iglesias, se ha sacado de la nevera a Albert
Rivera, se le ha puesto en el microondas y se le ha servido a la población bien
calentito a través de los medios de comunicación de masas, desplazando a
Podemos a un lado.
Como
vemos, los tempos y la elección de los momentos, son esenciales para manipular
a las masas. Y es que todo el mundo puede verlo con sus propios ojos.
Parece
como si, de repente, las tertulias televisivas y radiofónicas hayan recibido la
orden de promocionar a Albert Rivera y a Ciudadanos, de la misma forma que en
su momento pareció que recibieran la orden de promocionar a Pablo Iglesias y a
Podemos.
Con
ello, no solo han conseguido desplazar al partido de Iglesias, una herramienta
que ha dejado de ser útil para los grandes poderes, sino que además, Ciudadanos
se convierte en el salvavidas de los dos grandes partidos del país.
¿Por
qué razón?
Porque
es previsible que las dos grandes mafias políticas del país, PP y PSOE, pierdan
votantes, a causa de sus innumerables casos de corrupción y de la putrefacción
política de sus líderes.
El
PP está inmerso en una corrupción rampante, en una oleada incesante de mentiras
y en una maratón de políticas represivas hacia la población, más propias de una
dictadura que de una democracia.
Por
su parte, el PSOE también está inmerso en escandalosos casos de corrupción y
por si eso fuera poco, está liderado por un payaso con la misma personalidad
que un maniquí de El Corte Inglés.
Por
lo tanto, centenares de miles de votos de ambos partidos que tan bien sirven al
sistema, podrían perderse o acabar en “malas manos”.
Y
ahí es donde aparece Albert Rivera como salvador de la situación.
Ciudadanos
vehicula su éxito principalmente a través del sentimiento anti-independentista
y nacionalista español, una característica que comparte plenamente con el PP y
el PSOE y es precisamente esa característica compartida, la que permite que los
votantes desengañados de ambos partidos (y de buena parte de la ultra-derecha),
acaben desembocando en la formación de Albert Rivera.
Como
vemos, estamos ante un conjunto de maniobras políticas muy simples, pero
perfectamente diseñadas, cuya función, es básicamente, mantener el sistema
intacto, a la vez que se convence a la población a través de los medios, de que
las cosas están cambiando y que todo se está moviendo.
LA
MANIPULACIÓN DE LAS EMOCIONES
Todo
este conjunto de manipulaciones se basa enteramente en la gestión de las
emociones de las personas y de los grandes grupos.
Se
manipulan los sentimientos nacionalistas, las esperanzas, los rechazos
ideológicos, las rabias, los anhelos y las diferentes manifestaciones de la
cobardía de los individuos y de las masas.
Solo
hace falta accionar resortes muy simples, ligados a la visceralidad patriótica
o ideológica, alimentando el odio al enemigo de turno.
Algo
que se consigue a través de esas asquerosas tertulias políticas de los grandes
medios de comunicación, cuya única función es ejercer de propagandistas para
manipular la débil mentalidad de las masas.
Lo
que resulta más lamentable, es que la mayoría de la gente aún cree en las presuntas
ideologías políticas que nos venden los grandes medios, como si fueran
productos cosméticos con los que maquillar nuestra mente.
Incluso
hay gente que cree, víctima de la más enternecedora de las inocencias, que hay
cadenas de televisión progresistas o conservadoras y que dichas cadenas son
propiedad de personas que defienden ideas e intereses políticos a través de
ellas.
La
población cree estas tonterías porque se distraen fácilmente con las payasadas
de los monigotes que les muestran en pantalla; los Wyomings, los Indas, los
Évoles o los Maruendas de turno.
La
masa se queda hipnotizada con las palabras del títere y no se pregunta quién
está detrás de todo.
Es
algo que a mucha gente, aún le cuesta de entender: Los que controlan los
grandes medios de comunicación de masas, pasan totalmente de la política.
Los
que realmente acaparan el poder, saben que las pasiones políticas y las
ideologías de izquierdas y de derechas, son para los pobres y para los
imbéciles, de la misma manera que antes lo eran los valores religiosos y los
pecados.
Ahí tenemos los ejemplos de dos grandes grupos
de comunicación: el Grupo Godó y Atresmedia, que nos hablan de forma clara y diáfana,
sobre cómo actúan y piensan las élites económicas y de cómo la gente de la
calle se deja embaucar por sus maniobras.
Javier Godó, (III Conde de Godó y Grande de
España), es presidente del Grupo Godó y uno de los grandes empresarios del
país. Sus vínculos con las élites empresariales del país son notables y
habitualmente se le puede ver en las reuniones del lobby empresarial “Puente
Aéreo”, un grupo de grandes empresarios que se han mostrado públicamente muy
contrarios a la independencia de Cataluña.
Uno
podría pensar, por ello, que el Conde de Godó tiene una ideología muy concreta
y que el grupo de comunicación que preside actuará acorde con dicha inclinación
ideológica. Pues bien, nada más lejos de la realidad.
Por
poner tres ejemplos, podemos decir que dentro del Grupo Godó están integrados
el periódico La Vanguardia, la emisora de radio RAC-1 y la televisión regional
8TV.
El
periódico La Vanguardia se caracteriza por una marcada tendencia conservadora,
básicamente contraria a la independencia de Cataluña; sin embargo, la emisora
de radio RAC-1, líder de audiencia en Cataluña, tiene un marcado tono
independentista y progresista en muchos de sus programas, mientras que la
televisión 8TV es un extraño híbrido de ambos mundos, en la que se pueden
alternar arrebatos independentistas con opiniones enconadamente contrarias.
Esto
demuestra que el Conde de Godó no tiene ningún problema en mantener bajo su
paraguas a un periódico conservador y anti-independentista y a la vez una
emisora de radio líder independentista.
De
la misma manera, el grupo Atresmedia, propiedad de la familia Lara, una familia
de tradición derechista (por no decir ultra-derechista), es propietaria de dos
cadenas de televisión bien dispares entre sí a nivel ideológico: Antena3 TV,
una cadena con tendencias conservadoras próxima al PP y La Sexta, la cadena
presuntamente icónica de los “progres” y azote constante del gobierno del
Partido Popular.
Así
pues, de los ejemplos del Grupo Godó y de Atresmedia, se deduce que los grandes
poderes empresariales de este país que controlan los medios de comunicación,
tienen “un pie a cada lado”. Promueven a la vez el independentismo y el
anti-independentismo promueven a la vez
a los conservadores y a los progresistas.
Es
decir, controlan simultáneamente ambos espectros ideológicos, ofreciendo a los
respectivos públicos que los siguen, embobados con las respectivas ideologías,
aquel producto que tanto anhelan para seguir siendo manipulados a conveniencia.
Y
es que en realidad, es muy fácil manipular a las masas.
No
hace falta un máster en psicología en Harvard para manipular a la población, ni
haber estudiado en institutos secretos con conocimientos avanzados y
esotéricos; ni tan solo hace falta disponer de una inteligencia privilegiada.
Gran
parte del éxito a la hora de controlar a la población, consiste en limitar la
capacidad de distanciamiento de los individuos y su visión de conjunto…
Limitar
la capacidad de distanciamiento radica en que la mayoría de gente sea incapaz
de distanciarse del ruido mediático del día a día.
Constantemente
somos bombardeados con una nueva ración de polémica política, con un nuevo caso
de corrupción que salpica a algún partido, con una nueva declaración
altisonante de alguna marioneta, que levanta ampollas en un sector u otro;
acabamos hipnotizados por el cruce constante de declaraciones, de acusaciones y
de respuestas, con el que nos inundan a través de las tertulias y las noticias.
Este
bombardeo de información política incesante, ligado a las filias y las fobias
que genera cada facción, acaba inundando la mente de las personas y colapsando
sus emociones, perfectamente programadas y vehiculadas a través del odio al
enemigo político.
Cada
día surge una nueva noticia específica y concreta sobre la que depositar
nuestra ración de indignación momentánea, de manera que nunca llegamos a
condensar toda nuestra irritación, toda nuestra rabia o todo nuestro rechazo,
ni nos elevamos por encima de la anécdota diaria para alcanzar una visión de
conjunto que desemboque en estrategias globales.
Somos
incapaces de distanciarnos de nuestras propias tendencias ideológicas y eso nos
impide observar a los diferentes partidos y líderes políticos, no por lo que
dicen o afirman, ni por sus presuntas ideologías políticas, sino por la función
que desempeñan dentro del sistema.
Si
la gente no se hubiera dejado arrastrar por las pasiones desatadas en las
diferentes tertulias televisivas y por las declaraciones altisonantes de unos y
otros, todo el mundo se habría dado cuenta que los partidos y líderes políticos
que actualmente tratan de vendernos como presuntas alternativas, en realidad
están desempeñando un papel al servicio de los mismos poderes fácticos de
siempre.
Pero
la mayoría de gente no querrá aceptarlo, por más obvio que sea y por más que lo
tengan delante de las narices.
Preferirán
dejarse hipnotizar por el pim-pam-pum del día a día de las tertulias
televisivas, como una gallina queda hipnotizada mirando una linea trazada en el
suelo.
Y
es que en el fondo, la mayoría de personas, sean progresistas o conservadoras,
sean partidarias del gobierno actual o sus más enconadas detractoras, lo que
desean, por encima de todo, es tener un pastor al que seguir fielmente.
Sabemos
que en todos los países hay ovejas; pero también sabemos que no todas las razas
de ovejas son iguales ni tienen las mismas características.
Por
esa razón, en España debemos estar especialmente orgullosos: nuestras ovejas no
son especialmente guapas ni ofrecen la mejor lana, pero lo que nadie podrá
discutir es que su borreguismo es absolutamente legendario…
GAZZETTA
DEL APOCALIPSIS
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