DIOS ES SÓLO EL PRODUCTO DE NUESTROS MIEDOS
La religiosidad es una
racionalización, es decir, es la manera en la que nos mentimos a nosotros
mismos o nos autoengañamos para proteger nuestra mente de una realidad que no
podemos asumir. Como el hecho de que nuestra mente es un subproducto de una
parte del funcionamiento cerebral.
Se trata de un mecanismo de
defensa psicológico sin el cual muchas personas vivirían su vida de manera
traumática al no poder dotarla de sentido. Esta es la razón por la cual la
formación y el conocimiento no son suficientes para evadir la necesidad de esta
racionalización. El miedo es la base que mueve esta maquinaria de protección.
El miedo a asumir nuestra objetiva finitud existencial; a reconocer que no
somos la creación de nadie o que nuestro organismo no es mas que una maquinaria
compleja producto de una muy larga evolución basada en la selección de las
mejoras del azar.
A partir de aquí no es difícil
deducir que las personas religiosas lo son porque tienen miedo a la vida, a
aceptar la realidad objetiva porque dicha realidad compromete su esquema mental
del mundo, un esquema que protege su existencia más allá de la vida y le otorga
un objetivo, y sin el cual su particular mundo se desmoronaría y perdería su
sentido.