LA
NATURALEZA HA SIDO HECHA ILEGAL
Como yo lo veo, la
única instrucción realmente válida que recibimos en esta vida es la que
proviene de nuestros padres cuando somos pequeños. Ellos nos advierten para que
no nos quememos, para evitar ser atropellados por algún automóvil, y muy
especialmente, para que no mintamos o la gente no creerá lo que decimos, que es
por lo cual siempre me ha desconcertado que toda la información que recibimos
de parte de la sociedad a través de todas nuestras vidas procura anular esas
instrucciones iniciales, esas salvaguardas de sentido común dadas a nosotros
por las dos personas que más nos aman, nuestros padres.
Ahora, nuestro
gobierno de pesadilla afirma amarnos más que mamá y papá, mientras a la fuerza
pone a niños en hospitales-gulags insistiendo
en que medicinas no probadas llenas de ingredientes tóxicos son más razonables
que los remedios tradicionales que han demostrado ser eficaces por generaciones
de práctica común. Un Gobierno que busca protegernos de nosotros mismos no es
ningún gobierno en absoluto sino sólo nuestro carcelero, y demasiado a menudo
nuestro asesino.
Constantemente se
nos exhorta a cuestionar el concepto de vida que tienen nuestros padres (fume esto, beba aquello) porque nuestros
padres están "oprimiéndonos", negándonos nuestro derecho a ser
libres. Éste es el principio más importante de un infame grupo de psiquiatras
judíos llamado la Escuela de Frankfurt,
que han convencido al mundo de que la familia nuclear es mala y que debe ser
destruida.
De alguna manera
el señuelo de lo ilícito y lo prohibido nos cautiva cuando estamos creciendo.
La rutilante sociedad, orientada por la ganancia, nos enseña que es divertido
cortejar al peligro e ir contra las reglas, todos en busca de aquel
evasivo santo grial que
todavía no podemos identificar de manera confiable que ha sido llamado la
libertad. Es principalmente esta filosofía la que ha convertido al mundo en una
gigantesca y aterradora prisión de temor, esta búsqueda de una abstracta
libertad que nunca podemos definir satisfactoriamente.
Para gran
consternación de nuestros padres, la sociedad nos hace creer que tenemos el
control de nuestras vidas mucho antes de que realmente lo tengamos. De ese modo
nos quemamos con bebidas alcohólicas y drogas prohibidas. Algunos de nosotros
nunca se deshacen de esos hábitos y se convierten en pacientes médicos
permanentes o en engañadores sociopáticos. Si no somos atropellados por un automóvil,
conducimos borrachos y chocamos, o cometemos delitos más serios, contra todos
los consejos de nuestros padres. Y, muchacho, realmente mentimos. Nos quedamos
fuera hasta tarde, hacemos cosas que no queremos admitir, y algunos de nosotros
sobrevivimos para enseñar estos repugnantes hábitos a nuestros hijos, en lo que
es conocido ahora en círculos psiquiátricos como el ciclo de abuso, algunas formas más repugnantes y más perjudiciales
que otras.
Aunque muchos de
nosotros adoptemos códigos morales formales cuando adultos, aquellos que no han
tenido padres fuertes abandonan dichos códigos cuando niños. Especialmente los
hijos de hogares rotos ven que sus padres, que trabajan tan duro como pueden,
no pueden competir con los peligros ilícitos y las estimulantes recompensas de
la calle, las llamativas tendencias de la sociedad. Es más divertido ser malo.
Los tipos malos tienen más diversión y a menudo consiguen ser malos. Las
muchachas siempre han gravitado en torno a los tipos malos, y todavía lo hacen.
Hoy tenemos una
situación donde la gente que está a cargo de la sociedad son todos criminales,
que participan en una estafa universal y mienten tanto con respecto a ella en
la medida en que pueden salirse con eso. Ésta es la manera en que ellos son
criados, y esto es con lo que debemos tratar cuanto antes si debemos evitar un
mundo dividido en prisioneros y guardias, con la emoción conocida como la
compasión habiéndose extinguido.
Incluso aunque
pueda salvar al mundo, la compasión ya no está de moda porque no hay ninguna
ganancia financiera en ello. O al menos así nos lo enseña la sociedad. La
sociedad, y todo lo que dicha palabra implica, sin tener en cuenta la excusa
competitiva que usa, nos enseña a matarnos unos a otros, la mayor parte de ello
de manera innecesaria en esta supuesta época avanzada.
El
peligro de la incredulidad
La reencarnación
es la religión más antigua. Aunque haya sido expurgada de la mayoría de las
religiones occidentales en favor de algún imaginario y onírico estado mental,
la mayor parte de la gente es chantajeada para aceptarla, la cual realmente es
una prisión mental creada por aquellos que controlan las creencias
sociológicas.
Nuestro rechazo a
aceptar los términos de la vida en este planeta es tan antiguo como la vida
misma.
Todas las especies
lo exhiben. Se le conoce como el instinto de supervivencia. También es llamado
la negación de la muerte. Las dos cosas no son lo mismo. Sobrevivir es
instintivo. Negar la muerte es demencial.
La presa se afana
con tanta fuerza como los depredadores por conservar su vida. Que los
depredadores tengan éxito es el modo que tiene la Naturaleza de equilibrar y
aminorar el flujo de la vida misma. De alguna manera, la Naturaleza lo ha
diseñado y ajustado todo así. El resultado de este equilibrio insondable de
vida y muerte ha sido un planeta de belleza y justicia incomprensibles. Ninguna
especie alguna vez consigue adelantar demasiado. Cuando lo hace, los sistemas
de la Naturaleza equilibran las cosas.
La muerte excesiva
de una especie en último término reduce la población de sus depredadores,
porque finalmente no hay bastante para que ellos coman. El exceso de población
de una especie conduce a una profusión de depredadores, al punto de que una
especie comenzará finalmente a consumirse a sí misma porque la mente grupal
sabe que las cosas se han salido de equilibrio, y su población debe ser
reducida para mantener el nivel de salud necesario para que la Tierra misma
mantenga su supervivencia.
Entre las subcategorías
de este fenómeno, dos acciones se destacan como particularmente relevantes para
nuestra propia actual difícil situación:
—La primera es que
cuando se está en una situación de exceso de población en relación al
medioambiente disponible, algún pequeño grupo de una especie se desarrollará
como saboteadores que trabajarán para reducir la población a fin de preservar
los bienes de la especie para su propio auto-seleccionado sub-grupo.
—La segunda es
cuando una superabundancia de una especie amenaza el bienestar de todas las
especies en el mundo. Entonces, todas las otras especies se volverán contra una
especie superabundante para trabajar por su desaparición. Cuando las abejas
mueren, nuestro futuro se oscurece. Y ahora usted sabe por qué.
Usted puede
agujerear los dogmas de todas las religiones, pero lo que usted no puede negar
es que generalmente todas las religiones universales intentan apoyar y venerar
la belleza y el espíritu de vida, aunque pueda no haber ninguna prueba
verificable de la razón para hacer eso sino sólo la comodidad que eso
proporciona a aquellos que deciden creer en las tradiciones.
Aquellos que
deciden no creer en ellas terminan tratando de denigrarlas, y generalmente
cometen crímenes al tratar de hacer eso, simplemente porque ellos no tienen
ninguna base para creer que la vida como existe y ha sido proporcionada para
ellos es suficiente, o justa o agradable; ellos quieren más, y harán cualquier
cosa para conseguirlo. Ellos quieren rascar una picazón que no puede ser
aliviada. Esa gente por lo general se convierte en saboteadores, espías y
estafadores, sin consideración por las otras criaturas vivientes, todo porque
ellos no han conseguido lo que ellos piensan que deberían conseguir de la vida,
aunque esté fácilmente disponible si se siguen las reglas que existen.
Tener malos padres
es el modo más rápido de encontrarse entre los incrédulos. Es difícil especular
cuánto del mundo cae en esta categoría. Pienso que todos los padres aman a sus
hijos; es sólo que la vida y el donde ellos han estado no les permite dar a sus
hijos lo que éstos necesitan, y el ciclo hacia abajo continúa, todo porque sus
padres no están alrededor de ellos para demostrarles que los aman, y realmente
porque los padres no se aman a sí mismos. Porque tienen miedo. Porque no creen.
¿Obedecerán
los robots?
Los judíos quieren
matar toda la vida natural sobre este planeta y sustituirla por invenciones que
ellos mismos han hecho. Los judíos piensan que pueden mejorar la vida, salvo
que toda la evidencia de la vida artificial que han creado hasta ahora muestra
que sólo pueden crear nuevas y complicadas formas de muerte, con pastos
genéticamente modificados que matan a las vacas en la tercera generación y
otras monstruosidades biotecnológicas que dejan estériles a los animales que
las comen. Así es cómo ellos planean matar todo lo que vive y poblar la Tierra
con robots que piensan que les obedecerán. Tal como tantos niños rebeldes.
La gente feliz
acepta lo que mucha gente llama el plan de Dios. Usted sigue ciertas reglas, cría hijos sanos, y vive vidas
felices, y no pregunta más que lo que la vida permite. Algunas personas, la
gente infeliz, no creen que esto sea suficiente. Ha sido una enfermedad mental
desde el alba de los tiempos el que la gente quiera vivir para siempre. Ellos
no aceptan los términos de la vida. Primero fue la alquimia. Ahora es la
singularidad. Descargar la propia conciencia en cuerpos robóticos
indestructibles. Usted sabe lo que pasará si aquello alguna vez tiene éxito. El
ser mecánico que los judíos crean matará todo en la Tierra, y a cualquier cosa
en todo otro sitio donde ellos puedan conseguir meter sus manos insanas.
Aunque muchos
millones de personas convincentemente afirmen que ellos han vivido otras vidas
antes de ésta, nadie que sepamos ha vivido alguna vez para siempre. Al menos
ellos no se han dado a conocer. Nietzsche dijo que la Biblia decía que Dios odiaba
la Naturaleza. Y es verdad cuando usted la lee de aquella forma. Dios dio a los humanos, o a su
tribu favorita, el derecho de hacer cualquier cosa que ellos quisieran con la
Tierra, y lo que ellos eligieron hacer fue abusar de ella y destruirla Nunca un
pensamiento de que la Tierra sostenía sus vidas. Nunca la más ligera sugerencia
de que la frecuencia de la Tierra era idéntica a la frecuencia de los humanos,
y de que uno no podría existir sin el otro.
Sin embargo,
incontables millones de otros creyentes en dogmas reconocidamente defectuosos y
plagiados han construido vidas decentes para sí mismos, han criado hijos
ejemplares, y se han ido de este mundo rodeados por aquellos que los amaron y
que reverenciaron la maravillosa impresión que la vida de aquéllos había hecho
sobre aquellos que los rodeaban.
Dedicada a sus
familias y amigos y su comunidad y su nación, la gente de cada país ha
utilizado las tradiciones religiosas que le fue dada para vivir vidas decentes.
Fue la traición de aquellos principios lo que provocó todas las guerras, no la
práctica de aquellos principios. El trato brutal a los sistemas religiosos
llevado a cabo por revolucionarios por causa de la inevitable hipocresía de sus
líderes ha sido evidentemente injusto. No son dichos sistemas los que han
debilitado a las civilizaciones humanas sino los hombres que los subvirtieron
para sus propios objetivos egoístas.
Anti-natural versus natural
Es verdad. La
gente más feliz son los creyentes. Su mundo está ordenado. Sus preguntas son
contestadas. Sus hijos tienen mejillas sonrosadas, ellos están libres de
enfermedades y sus padres son fieles unos a otros.
Pero ¿cómo puede
usted ser un creyente cuando todo lo que se le dice es una mentira? El Papa
está de acuerdo con los homosexuales. Y también los profesores de primer
grado. "La tierra del libre y
el hogar del valiente" (EE.UU.) está haciendo volar países
enteros a diestra y siniestra y mintiendo acerca de ello. La comida que usted
ve anunciada por televisión lo está matando a usted, toda ella.
Científicos
enloquecidos están procurando rehacer el mundo. Principal entre sus proyectos
está la eliminación de la mayor parte de la población humana del mundo. Ellos
han practicado ya con la mayor parte del resto de las otras especies, y éstas
están a punto de extinguirse. Todo este síndrome está basado en la noción errónea
de que los humanos realmente pueden mejorar la condición de vida en el planeta,
cuando ellos ni siquiera entienden cómo funciona el proceso, en primer lugar.
Los líderes de
nuestro país, Hillary Clinton y Barack Obama, se ríen cuando se trata de matar
gente inocente. Ellos se ríen cuando matan a sus propios soldados, sus propios
embajadores. Los policías balean a los animales domésticos de la gente y
asesinan a inofensivas personas sin hogar. Los médicos a sabiendas prescriben
medicinas venenosas y practican cirugías innecesarias.
La única gente que
cree en Estados Unidos son zombies.
Lamentablemente, ellos están en el poder.
La cosa más
anti-natural alguna vez promovida de un modo extendido es enseñar el
homosexualismo a niños de primer grado. Éstos no saben siquiera lo que eso
significa, pero en unos pocos años, cuando su sexualidad comience a despertar,
ellos seguirán el primer impulso que se les presente, que será un depredador
más viejo obsesionado con el abuso de niños que ellos mismos fueron. Como una
consecuencia, ellos destruirán cualquier posibilidad que algún inocente niño
víctima alguna vez haya tenido para criar una familia normal. Los
engañosos Bilderbergers llaman
a esto "control demográfico". Yo lo llamo la destrucción de la raza
humana.
El
enigma de las épocas
La mayoría de las
cosas que nos han enseñado han sido falsas. Especialmente lo relativo a la
historia estadounidense. Y también lo relativo a la religión. Como una
consecuencia, es muy difícil creer en algo. Cuando usted mira fuera en busca de
alguna guía, todo lo que usted encuentra son astutas estrategias envueltas en
hipocresía, gurúes que ocultan pervertidas psicopatologías, y seguidores
ansiosos que corren con certeza hacia su propia destrucción (y que llevan
grandes cantidades de otra gente con ellos).
Pero no
conseguimos salir de esta difícil situación... no conseguimos salir de esta
vida... sin una creencia en algo. Entre toda la escenificada confusión del
mundo, debemos decidir creer en algo. El gran engaño representado sobre cada
uno es que esa verdad puede ser encontrada en el dogma que alguien le da a
usted. Éste es un terrible error. Dicha verdad sólo puede ser encontrada dentro
de usted mismo.
Hacia dondequiera
que nos volvamos vemos a nuestro Gobierno declarando ilegales las cosas
naturales, y ordenando que nosotros tomemos medicinas anti-naturales, comamos
alimentos anti-naturales y que participemos en prácticas anti-naturales. Cuando
el Gobierno convierte en la ley de la tierra que nosotros debamos comer
alimentos envenenados y tomar medicinas venenosas, ha pasado mucho tiempo para
que debiésemos haber derrocado aquel gobierno.
Crea que usted
tiene el derecho de defenderse a sí mismo contra retorcidos burócratas que no
se preocupan por vuestro bienestar. No importa lo que la ley diga o lo que el
juez le diga a usted que haga. Los médicos mienten para hacer dinero. Salvar
vuestra vida es secundario para ellos.
Crea que usted
tiene el derecho de defender su vida bajo cualquier circunstancia, sin importar
lo que alguien más le diga o cuánta gente, o expertos o figuras de autoridad,
le diga a usted que haga cosas anti-naturales, como matar a gente inocente para
hacer dinero para adinerados psicópatas, o pretender que alguien del mismo sexo
es realmente su cónyuge.
Éste es un debate
que se reduce entero a una pregunta: ¿quiere usted crearle dificultades a
alguien o quiere usted amar a alguien?.
Cualquiera que le
diga que haga cosas anti-naturales como éstas tiene que ser terminado cuanto
antes, y lo que es más importante, no tiene que hacer caso de su consejo. La
libido no hace que una relación funcione. Sólo el respeto mutuo lo consigue.
Éste es sólo otro
truco anti-natural que los judíos usan para desestabilizar la sociedad, de modo
que ellos puedan tomar el control de cada uno y obligarlos a consumir su
enfermiza agenda de la malévola esclavitud.
Para ponerlo de
otra forma, los judíos son la quintaesencia de las prácticas anti-naturales, y
nosotros tenemos que restaurar el mundo natural, vivir vidas naturales, y en
gran parte ignorar todo lo que los judíos han dicho alguna vez. Pero primero
tenemos que eliminarlos a ellos y a sus enfermizas prácticas de la sociedad
humana. Es el único modo en que sobreviviremos como humanos reconocibles.–
por John Kaminski
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