IDEAS PARA CAMBIAR EL
MUNDO
Soy de
Buenos Aires y empecé a hacer una huerta en la vereda de mi casa
desde que me enteré que Monsanto nos envenena con OMG´s, con comida
con glifosato y de las millones de personas con cancer y niños que
nacen malformados, con leucemia y tantas otras enfermedades causadas
por fumigar cerca de los pueblos rurales, por encima de las
escuelas, de los chicos en el recreo del patio.
Esta
gente de Monsanto con el apoyo del gobierno (suba quien suba) y el
aparato estatal, están decididos a seguir deforestando todo el país
para plantar mas monocultivos de soja transgénica y otros nuevos
OMG, desalojando y matando a pueblos originarios para que el
extractivismo avance también con megaminerías a cielo abierto y el
fracking de Chevron.
Al ver
que nos venden comida envenenada, que le echan a toda fruta y verdura
cantidades enormes de pesticidas, fungicidas, glifosato, etc, me dí
cuenta que si nosotros no nos autoabastecemos y nos cuidamos entre
nosotros, las autoridades y las marcas NO lo harán. Nos venden
veneno, siendo negocio así también para la industria farmaceutica
al haber cada vez mas enfermedades. Es un círculo perverso, de poder
y ambición, donde las multinacionales, el gobierno y el Estado hacen
orgías de dinero y poder a costas de nuestras vidas.
Por
eso decidí empezar a sembrar en donde me encuentro: la ciudad.
Empecé descubriendo una huerta comunitaria en un espacio cultural
muy lindo (“El Corralón de Floresta”), ahí aprendí mucho de
plantas y de trabajo grupal y horizontal, pero quería más…
Esta
es mi humilde idea: AUTOABASTECERNOS
ENTRE LOS VECINOS
Hacer
huertas y bosques frutales por todos los barrios de la ciudad en
conjunto con los vecinos, y obtener energías renovables entre todos.
Convertir poco a poco el asfalto en tierra.
Descubrí
un espacio pequeño de tierra en la vereda de mi casa (como un
cantero, donde antes hubo un árbol) al lado de la parada del
colectivo, que estaba llena de basura y no había nada. Empecé a
tirar semillas de lo que comía (mandarina, limón, naranja) y
también un montón de otras semillas que conseguía en la huerta que
voy hoy día. Poco a poco
me fue creciendo tambien maíz, tomate, melón, perejil, apio, ahora
está creciendo ruda, ajenjo, romero, papa del aire, arbejas,
frutillas, acelga y planté 2 paltos para un futuro.
Hice
la huerta con el fin de compartirla, no de venderla. La Pacha Mama da
sin cobrar, tenemos que reproducir eso, imitar a la naturaleza, ella
da y da sin pedir nada a cambio. Cuando llueve, el agua cae tanto
para los buenos como para los crueles… Las semillas brotan tanto
para el canalla como para el santo.
Le
gustó tanto a muchos de los que decidieron hacer en Facebook un
grupo llamado “Cultivando mi vereda”
www.facebook.com/groups/1577092405910587
que ya llegó a los 445 integrantes
Muchos
de los arboles frutales que me fueron creciendo los fui trasplantando
a otros lugares, y no paro de germinar paltos. Mi lema es: “Palta
que como, palto que germino”
Al
principio, todos los vecinos se me acercaban cuando estaba en la
huertita de la vereda, me sonreían, me preguntaban y les interesaba
mucho a todos, despierta muchas sonrisas e interés, y así fui
conociendo cada vez mas vecinos, muchos me han enseñado muchas
cosas, a otros les pude enseñar yo, y cada día que va pasando voy
formando lazos con las vecinos, y hasta hice amigos.
Algunas
vecinas con sus hijas venían a ver como crecían los tomates que
nunca habían visto una planta de tomates. Todos se detienen a ver la
huerta, y me saludan, sonríen, curiosean, les interesa y produce
gestos amables: muchos me han traído semillas y esquejes, y un
vecino me trajo una papa toda brotada ya para plantar… No para de
sorprender esta huerta, de llamar la atención y de motivar a los
vecinos. En fin…
Para
no extenderme demasiado, la idea es la siguiente:
AUTOABASTECIMIENTO
VECINAL DE COMIDA:
Si
cada uno hiciera lo mismo en las veredas (o en las plazas, debe ser
un lugar público, dentro de las casas también está bueno, pero no
es de acceso para todos) nos podríamos
abastecer de comida gratis para todos, y de a poco dejaríamos de
comprarla en los supermercados. Cada vecino sembraría lo que le
guste, el de la esquina puede tener un limonero, el de al lado
calabazas y ancos, otro sembraría todo tomates y albahacas, otros
paltos, el otro tendría una milpa (maiz, poroto y zapallo), el otro
cebollas y ajos, por allá una vecina con manzanos y peras, otro con
un banano. La ciudad llena de árboles frutales, verduras de todo
tipo, hongos, legumbres, etc. De acceso público para todos.
BIEN
COMÚN:
Esta
comida producida por los vecinos en sus veredas sería un bien en
común. Lo cuidamos entre todos, ayudándonos mutuamente por un
objetivo en común: alimentarnos sanamente y cuidarnos entre
nosotros. Con la motivación colectiva a aprender cada vez más para
ayudar a los vecinos que tengan problemas con sus cosechas. Siempre
hay formas para abarcar los problemas de las plantas sin usar
pesticidas y químicos tóxicos. La permacultura, que justamente
estudia el equilibrio y la autosustentabilidad entre tantas otras
cosas, sería nuestro modelo a seguir.
LIBERACIÓN
Y EMANCIPACIÓN:
A
medida que logremos cosechar cada vez mas comida ya no necesitaremos
comprar alimentos envenenados en los supermercados. Las marcas
fracasarán al intentar vendernos porque ya no nos importarán sus
productos tóxicos. Cada día le prestaremos más atención a cómo
cultivar, cómo sembrar, cómo abonar la tierra, como poner mantillo,
y caléndulas para atraer a pulgones, y rudas y ajenjos para espantar
a hormigas, etc.
Al
ser el interés la comida en sí y no el dinero, éste de a poco va
pasando a un segundo plano, ya que el cultivar es lo primordial. El
dinero no se puede comer, la comida sí. De a poco lo iríamos
entendiendo. Con el dinero compras venenos, con los vecinos unidos y
autogestionando las cosechas de nuestras veredas comemos sano y en
comunión. Los
vecinos
entenderemos cada vez más que nos necesitamos ente nosotros, no al
dinero.
También
nos libraríamos de a poco de la industria farmaceútica, las plantas
medicinales y su sabiduría serían la prioridad, cultivaríamos
miles de especies curativas para distintas dolencias de todo tipo.
Esto nos acercaría entre nosotros, y además de solo proveerle la
planta medicinal, nos acercaríamos a la persona enferma, ya que el
que enferma
está necesitando afecto de algún modo u otro. Nuestra liberación
depende de nuestro cuidado mutuo. Si nuestra disponibilidad a dar
felicidad es limitada, también lo será nuestra disponibilidad a
recibirla.
SALIR
DEL AISLAMIENTO: En
la ciudad la mayoría vive de la casa para adentro. Con las huertas
en las calles, los vecinos estaríamos afuera la mayoría del tiempo,
unidos, en amistad y cooperación, con las manos en la tierra y la
alegría en el espíritu colectivo y de ayuda mutua. La vida no
transcurriría dentro de las 4 paredes mirando la tele. La vida
estaría en las calles que de a poco se convertirían en bosques
frutales.
HACER
SIN PEDIR PERMISO:
Acá
por ejemplo en la capital de Buenos Aires están prohibidos plantar
arboles frutales en las veredas, sin embargo hay muchos plantados
igual. No es por salud pública que prohíben frutales en veredas
(ese es su falso argumento, pero no nos dejemos engañar con ello).
Es por miedo que prohíben cosas como estas que empoderan al pueblo.
Por miedo a perder poder.
Si fuera por la “salud pública” no
envenenarían nuestra comida ni
nos darían OMG. No les interesa ni les preocupa nuestra salud, les
preocupa seguir manteniendo el poder y que sigamos dependiendo de
ellos, de sus marcas. Hay que sembrar y sembrar por todos lados. La
ley no lo quiere porque nos independiza como humanos, y nos quieren
dependientes. Los cambios los producimos nosotros, sin esperar a que
alguien nos dé el “permiso”. Es más empoderante y e.caz llevar
a cabo los objetivos directamente que con.ar en las autoridades o
representantes. La gente libre no ha de solicitar los cambios que
quieren ver en el mundo, sino que ha de REALIZAR esos cambios.
FESTÍN
VECINAL Y FIN DEL ENCIERRO:
Al
termino de una jornada de cosecha vecinal y trabajo de huertas
veredales (vamos a decirle así) podemos juntarnos en las calles,
desplegar mesas y comer juntos la comida que cosechamos entre todos,
entre risas bajo los arboles frutales y las estrellas. Ya no hace
falta mas encerrarse y estar solo, o tu familia sola, no, ahora
estamos en comunión vecinal, entre todos, en las calles, comiendo y
compartiendo juntos.
ENERGÍAS
RENOVABLES:
Para
el resto de la liberación, de a poco entre los vecinos nos
juntaremos para emanciparnos del gas, construyendo biodigestores para
la obtención del gas metano. Otros nos interesaremos en
autoabastecernos con paneles solares y las posibles obtenciones de
agua. Lo investigaríamos juntos y gradualmente nos independizaríamos
obteniendo nuestra propia energía.
SIN
DIVISIÓN DE TRABAJO:
Si
bien cada uno se asociará libremente a lo que más le guste,
estaremos tan al tanto de las actividades de otros vecinos como la de
nuestro cotidiano. Por ejemplo: si te gusta cultivar, tambíen puedes
ayudar en el biodigestor de gas, así como el experto en paneles
solares puede aprender de tí a como sembrar zapallo.
Nos
potenciaríamos mutuamente. No nos cerraríamos solo en una actividad
aislándola del resto. No. El experto en plantas medicinales y en
terapias aportará en otras tareas diferentes. Todo se complementa,
nada se encierra en sí mismo, porque el entendimiento de conectar
con otros es más importante que el propio ego que busca un éxito
personal y superficial. El bien común termina siendo el bien
personal. Cuidando del otro, uno cuida de sí mismo. La división es
contraria a la naturaleza del Universo. Renunciando al antagonismo y
a la separación se entra en la unidad armoniosa de todas las cosas.
CAMBIO
DE PARADIGMA:
Pasamos
del capitalismo, la competencia y la supervivencia individual (todos
contra
todos)
al concepto de comunidad, ayuda mutua y cooperación colectiva para
un bien en común (todos con todos).
Dejaremos
de luchar por la admiración. Colocaremos el interés en la Pacha
Mama. Viviremos de acuerdo con ella, compartiremos con los demás las
enseñanzas que llevan a ella, y seremos bañados por las bendiciones
que fluyen de ella. Pasaríamos de lo material a lo místico, del
tener al ser. Cuidaríamos del bienestar de todas las cosas.
Cuando
miremos un árbol, no veremos un fenómeno aislado, sino raíces,
tronco, agua, tierra y sol: cada fenómeno relacionado con los demás,
y el árbol, surgiendo de este estado de relación. Comprendiendo
estas cosas, respetaremos a la tierra como a nuestra madre, al cielo
como a nuestro padre, y a todas las cosas vivas como a nuestros
hermanos y hermanas. Asi, cada uno cuidará del otro, sabiendo que se
cuida a sí mismo. Dándole al otro, sabe que se da a sí mismo. En
paz con los demás, está siempre en paz consigo mismo.
FIN
DEL ESTADO:
Como
todos nos vamos haciendo conscientes de que el Estado y el gobierno
siempre respaldan y protegen a las multinacionales y a la oligarquía,
dejaremos de votar y de confiar en las autoridades, ahora el pueblo
confía en sí mismo. Ahora el pueblo ha dejado de demandarle
alimentos a los supermercados, renunció a tomar medicamentos de la
industria farmaceutica, ya no quiere mas gas del estado, ahora lo
producen los vecindarios, ya no necesita mas luz, ahora la obtienen
en conjunto a través del Sol, y ya no necesitan casi asfalto, se
anda mas en bicicleta y la mayoría de las calles se han cubierto de
tierra poco a poco, para que la prioridad sean las plantas y los
arboles, no carreteras para autos, sino tierra para que el vecindario
cultive y se autoabastezca. Y ya sin la necesidad de nadie que te
venda alimentos ,medicamentos, luz, gas, agua, el dinero dejará de
existir, simplemente porque ya nadie lo usará, la gente empezará a
necesitar de la gente, el vecino va a necesitar del vecino, no de una
marca, no de una farmacia,
no de un Estado. El pueblo no le demandará mas nada a las
multinacionales, los medios, al Estado y los gobiernos. Habrá
aprendido a gobernarse a si mismo, a protegerse así mismo, a
cuidarse a si mismo..
Ahora
por fin el ser humano es libre, encontró el amor donde menos lo
pensaba, en el vecino de al lado…
La
idea es que poco a poco, de forma gradual, dejaríamos de depender de
marcas que nos venda alimentos y medicamentos. Nos liberaríamos en
comunión, autogestión, ayuda mutua, cooperación, protección mutua
e interés por el bienestar del otro. Esto está pensado para los
vecindarios, para la ciudad. También se puede hacer en los campos
lejos de la ciudad. Solo que como vivo en la ciudad me pareció
empezar por donde nací: en mis calles, en mis veredas…
Y
transformarlo todo, para siempre, donde quiera que esté…
Para
terminar, recomiendo este documental para aprender sobre Permacultura
y cómo establecer bosques de comidas: “Estableciendo bosques
comestibles” (Geo. Lawton)
Una
pequeña Idea de Diógenes de Sinope
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Las
ideas, propuestas y re.exiones expresadas aquí, pertenecen
exclusivamente a sus autores y no son
necesariamente
compartidas por el Robot Pescador. Podéis
seguir enviando vuestras ideas para cambiar el mundo a nuestro
correo: elrobotpescador@gmail.com
Las
iremos publicando todas por orden de llegada a nuestro correo, los
miércoles y sábados.
Para
más información, ver
(http://elrobotpescador.com/2015/10/27/propuesta-a-los-lectores-ideas-para-cambiar-el-mundo
)
IDEAS PARA CAMBIAR
EL MUNDO | EL ROBOT PESCADOR
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