30.3.16

El Sistema ha logrado que algunos individuos se agredan a sí mismos en un sacrificio ritual inconsciente de la propia identidad individual.

EL SÍNDROME DE LOS ZOMBIS TATUADOS

Como venimos denunciando desde hace tiempo, hay gran cantidad de detalles en nuestra vida cotidiana que nos pasan desapercibidos y que ponen de manifiesto hasta qué punto alcanza el lavado de cerebro al que todos estamos sometidos.

Y aunque parezcan simples anécdotas, si somos capaces de identificar, analizar y exponer estos mecanismos de programación mental que se manifiestan en nuestro día a día, estaremos dando el primer paso indispensable para liberarnos de las cadenas psicológicas que nos esclavizan.

Realmente no necesitamos descender al inframundo para enfrentarnos a los demonios: los demonios contra los que tenemos que luchar para alcanzar nuestra libertad, ya están aquí, dentro de nuestras cabezas, convertidos en mecanismos inconscientes que nos subyugan por completo.

Y de nada servirán los grandes manifiestos liberadores, ni las grandes teorías políticas, espirituales o esotéricas que muchos querrían escribir para iniciar la “gran liberación de los seres humanos”, si al final resulta que iniciamos esta “lucha” con estos mecanismos cotidianos cómodamente instalados en nuestras mentes y que condicionan todas nuestras actividades, anhelos y pensamientos, hasta el punto de convertirnos en algo parecido a robots biológicos que se dedican a responder de forma refleja y condicionada a estímulos sociales.


Vamos a poner como ejemplo un artículo que hemos visto navegando por las redes y que se titulaba: ¿BUSCAS UNA FRASE PARA TATUARTE? AQUÍ TIENES 20 IDEAS

A primera vista puede parecer el típico articulillo insulso que podemos encontrar en webs o revistas dedicadas a noticias de celebridades, modas urbanas, trucos de belleza y chuminadas similares.

Pero volvamos a leer bien el título y démonos cuenta del mensaje que nos está transmitiendo: ¿Buscas una frase para tatuarte? Aquí tienes 20 ideas

Este titular es un retrato perfecto del nivel de vacío mental y falta de significado de gran parte de la sociedad actual.

Tengamos en cuenta lo que es un tatuaje: se trata de un dibujo grabado en tu propia piel (en un proceso no precisamente placentero), que potencialmente debería acompañarte el resto de tus días.

El hecho de que esa imagen esté plasmada en tu piel, significa que forma parte integral de ti mismo y que de alguna forma, te representa como individuo, sobretodo de cara a los demás.

Este es el sentido que deberían tener las cosas en un mundo en el que la mente de las personas funcionara de forma mínimamente correcta y lógica.

Y más concretamente, en el caso de una frase tatuada, conteniendo como contiene un mensaje explícito y concreto, lo lógico sería suponer que esa frase tendrá un alto significado a nivel vital para la persona que la lleva, pues ejercerá prácticamente de “leit motiv” de su propia experiencia vital, de sus pensamientos o de su actitud ante la vida.

En tal caso, el proceso mental que seguiría una persona con un mínimo de conciencia de su propia identidad individual cuando se tatúa una frase en el cuerpo, sería:

a)     La persona experimenta un fuerte SENTIMIENTO a nivel íntimo del tipo que sea

b)     Ese sentimiento es traducido por el propio individuo en forma de MENSAJE con el que se identifica

c)      Nace la NECESIDAD de expresar ese mensaje

d)     El mensaje se plasma sobre la piel, en forma de frase tatuada, como EXPRESIÓN final del sentimiento y del profundo significado que tiene para la persona en cuestión

Así pues, en este proceso lógico, generado por un sentimiento íntimo y por tanto, generado por una conciencia individual, lo primordial es el CONTENIDO del mensaje y no la FORMA en que se expresa, que finalmente, resulta ser algo secundario.

Sin embargo, si leemos el titular ¿BUSCAS UNA FRASE PARA TATUARTE? AQUÍ TIENES 20 IDEAS, lo que tenemos es un proceso opuesto: aquí se da la importancia principal al hecho de tatuarse una frase en la piel y después, como elemento subordinado, se busca el contenido o mensaje que debe transmitir esa frase que va a tatuarse.

Es decir: aquí el contenido, el mensaje que se quiere transmitir y que debería dar sentido al hecho de tatuarse, es lo de menos. ¡Lo importante es tatuarse una frase, sea cual sea! ¡Ya buscaremos después cuál debe ser!

En este caso, el CONTENIDO está completamente supeditado a la FORMA.

Lo que resulta más significativo, es que esa frase grabada en la piel y que por lo tanto, representa al individuo, ni tan solo la genera el propio individuo que la lleva en forma de tatuaje, sino que la “copia” de fuentes generadoras externas; es decir, la adquiere como quien va a un supermercado a comprarse una chocolatina y debe elegir entre las diferentes marcas que hay en la estantería.

Es una representación clara y evidente del triunfo del vacío mental y de la falta de sentido y significado que se intenta promocionar en la sociedad actual en todos los individuos.

En este caso, el proceso mental que sigue el individuo que se tatúa la frase es:

a)     Se genera la necesidad de IMITAR una actitud externa, en este caso, “tatuarse una frase”

b)     Se busca en el entorno un MENSAJE que tatuar

c)      Se genera la ilusión de una IDENTIFICACIÓN con ese mensaje externo elegido

d)     Se plasma el mensaje como EXPRESIÓN final de esa necesidad de imitar una actitud social externa

Fijémonos que este proceso no está generado por un sentimiento íntimo, que nazca en el interior del individuo y que después se plasme de cara al exterior.

En este caso, todo el proceso se produce en el EXTERIOR del individuo.

La fuente generadora del proceso es básicamente la necesidad de IMITAR una actitud social que ocurre “fuera de uno mismo”. No hay un sentimiento íntimo que derive en la necesidad de plasmar un mensaje propio, porque de hecho, el factor de conciencia individual es prácticamente inexistente.

El titular va dirigido a personas que “piensan” algo como:

“¡Hostia, que guapo eso de tatuarse una frase en la piel! ¡Cómo mola! ¡Voy a buscarme una frase que tatuarme para parecerme a todos esos que las llevan y que les quedan tan bien!”

¿Se puede ser más insustancial?

¿Realmente debemos temer a un futuro lleno de robots que interactúen con nosotros, cuando ya estamos rodeados de androides biológicos que se dedican a imitar todo tipo de estímulos externos?

Para comprender mejor el nivel de absurdo que implica el titular ¿BUSCAS UNA FRASE PARA TATUARTE? AQUÍ TIENES 20 IDEAS, vamos a hacer, a modo de ejercicio mental, una analogía entre tatuarse una frase en la piel y otra actividad cotidiana.

Por ejemplo, podríamos comparar a las personas que se tatúan el cuerpo, con las personas que subrayan los libros que leen. (que quede claro que no establecemos una relación entre ambas actividades)

Hay personas que no tienen ningún problema en subrayar con un marcador fosforescente o con un rotulador, las frases o párrafos que más les llaman la atención en los libros que están leyendo.

Este tipo de personas, inconscientemente, consideran el libro como una propiedad a su pleno servicio, un instrumento del que pueden hacer pleno uso cómo más les plazca o más les convenga. El libro es suyo y hacen lo que creen necesario para sacarle el máximo partido y punto.

Las personas que se tatúan el cuerpo, actúan de forma análoga: ven su propio cuerpo como una propiedad o un instrumento al que pueden sacarle partido como crean conveniente.

En oposición a esta actitud, hay otro tipo de personas que se sienten incapaces de subrayar un libro con algo que deje una marca permanente, aunque el libro sea suyo y se trate de un baratísimo ejemplar de bolsillo.

De forma inconsciente, estas personas actúan ante el libro de forma reverencial, como si el libro no fuera de su propiedad, sino un préstamo precioso que se les ha concedido.

Si seguimos con la analogía, formarían parte de ese tipo de personas que son incapaces de hacerse un tatuaje en el cuerpo, pues inconscientemente lo consideran como la violación de “algo sagrado”.

Bien, la posible analogía entre las personas que subrayan libros y las que se hacen tatuajes, nos servirá para comprender hasta qué nivel llega el absurdo de la programación mental a la que estamos sometidos.

Supongamos que alguien con visión comercial, empieza a ver a las personas que subrayan libros como un posible nicho de mercado del que se puede sacar un beneficio.

Esa persona con visión empresarial, rápidamente empieza a crear una colección de marcadores fosforescentes de diferentes colores, formatos y diseños y decide venderlos al público de la forma más atractiva posible para ganar dinero.

Para ello, el fabricante de los marcadores fosforescentes contrata a una agencia publicitaria para que cree una campaña y el publicista decide grabar un anuncio de marcadores fosforescentes con David Beckham como protagonista.

Imaginemos por un momento cómo podría ser el anuncio:

“Vemos a David Beckham leyendo un libro en un tren (sí, es una imagen chocante), con su cuerpo esculpido en un gimnasio, sus cejas bien depiladitas y su típica expresión de chico guapo super-mega-interesante estudiada durante horas ante un espejo; viste de forma ‘casual’, pero a la última moda (vamos, que lleva unos tejanos de 1000 euros); mientras lee el libro con expresión concentrada, se golpea suavemente los labios con el marcador de diseño, y de tanto en tanto, subraya sus frases preferidas en el libro. En un momento dado, Beckham levanta los ojos de su lectura y mira por la ventana pensativo, mientras las gotas de lluvia golpean el cristal y se ve un bonito paisaje de fondo.

Al otro lado del vagón, una joven hermosa, que también lee y subraya su libro con un marcador de la misma marca, lo observa disimuladamente y entonces el tren entra en un túnel y Beckham la descubre reflejada la ventana, mirándole fíjamente; sus miradas se cruzan a través del reflejo en el cristal, ella hace una caída de ojos e intercambian una sonrisa entre cómplice y tímida, que probablemente será el inicio de una conversación (elíptica en el anuncio), que a su vez acabará en un romance (también elíptico en el anuncio).

El anuncio se remata con el lema: Mark your best moments”

Ya pueden imaginarse qué sucedería si hicieran un anuncio como éste y vendieran un producto de ésta índole, ¿no?

De repente nacería una nueva tendencia: la de la “gente super cool que subraya libros con marcadores fosforescentes” y probablemente, tendríamos una oleada de personas, (posiblemente jóvenes), que empezarían a comprar libros para poder subrayarlos con el marcador fosforescente de moda mientras viajan en metro, bus o tren, o están tumbados sobre el césped del parque.

Lo importante ya no sería comprar los libros para leerlos, sino comprarlos para poder subrayarlos e imitar así la pose de David Beckham.

No importaría el libro que se comprara, ni las frases que se destacaran: sólo importaría que los demás te vieran hacerlo.

¿Les parece una elucubración ridícula y sin sentido?

¿Les parece imposible que algún día podamos ver proliferar en nuestras calles una moda tan estúpida como ésta?

No es algo más absurdo que lo que ya vemos a nuestro alrededor.

Al fin y al cabo, hay gente que ve que alguno de sus “ídolos” lleva una frase tatuada en el cuerpo y piensan: “Yo también quiero tatuarme una frase como fulanito: La que sea, voy a buscar una por ahí”.

Incluso ha habido gente que un buen día vieron que su ídolo llevaba tatuada una expresión ininteligible con caracteres orientales y corrieron a su tatuador a que también les tatuara “lo que fuera, pero con letras chinas”, aunque fuera la frase “bésame el culo, Confucio”

Hemos llegado a este nivel de absurdo en nuestras sociedades, expresándose de mil y una maneras diferentes.

Sin embargo, puesto que esta evidente patología psicológica afecta a tantísima gente, todos lo consideramos como algo “normal”, aunque tales actitudes no tengan la más mínima justificación lógica.

Y aunque todo lo que denunciamos puede parecer una anécdota de carácter social, en realidad es mucho más grave y profundo de lo que parece a primera vista.

Lo que estamos viendo en realidad, son los estadios previos a la destrucción final de la identidad y la conciencia individual en el ser humano.

En el anterior artículo, SUEÑOS DE BORREGO, decíamos:

“Al principio, el Sistema manipulaba con programación social nuestro propio ego para alejarnos de nosotros mismos. Ahora, ha dado un paso más y ya trabaja directamente en la demolición de nuestro ego, como paso previo a que dejemos de ser individuos diferenciados y pasemos a ser componentes integrales de una futura mente de colmena”

Pues bien, un reflejo físico y evidente de este paulatino proceso de programación mental, que nos lleva a que despreciemos cada vez más nuestra propia identidad individual, lo tenemos en la forma en que muchos jóvenes tratan sus propios cuerpos, que al fin y al cabo, son su representación física y tangible como individuos.

Estos últimos años hemos visto proliferar la absurda moda de tatuarse el cuerpo hasta que éste parece un muro lleno de grafitis y garabatos; o la moda de los piercings, que consiste en algo tan incomprensible como agujerearse la piel por todas partes clavándose trozos de metal, sin que ello tenga ninguna función ni ningún sentido que justifiquen el dolor sufrido, la agresión al propio cuerpo, el atentado a la propia salud, ni la incomodidad asociada a tales prácticas.

Así ha sido como sin darnos cuenta, hemos pasado de tener a un cierto tipo de personas que consideraban su propio cuerpo como un instrumento a su servicio y que, ejerciendo la plena soberanía sobre él, lo utilizaban para expresar sentimientos o actitudes propias en forma de tatuaje, a una gran masa de gente que se tatúa o se agujerea la piel sin ton ni son y que maltratan sus cuerpos sin ningún sentido, sólo con el afán de imitar cualquier estupidez que vean a su alrededor, aunque ello les comporte sufrir dolor físico, o arriesgar su propia salud.

De hecho, si lo miramos bien, el Sistema ha conseguido que determinados individuos empiecen a agredirse físicamente a sí mismos llegando a causarse dolor, en lo que empezaría a ser un sacrificio ritual inconsciente de la propia identidad individual.

Ya solo falta que ese ente llamado Sistema, un buen día llene las calles de altavoces y nos grite explícitamente: “¡Sacrifica de una vez tu asquerosa individualidad y entrégala al Dios-Sistema para que la devore en el altar del Nuevo Paraíso sin individuos diferenciados!

¡Deja de ‘ser tú mismo’, miserable individuo y conviértete ‘en parte de mi’ y te garantizo que tu angustia terminará para siempre!”

Y quizás el Sistema tiene razón y cumplirá con su promesa: al fin y al cabo, no hay nada menos angustioso que NO SER NADA…

GAZZETTA DEL APOCALIPSIS

Nota adicional: 
Ante la posibilidad de que alguien malinterprete este artículo, quiero dejar claro, que en él no se critica el mundo del tatuaje ni a la gente que se tatúa. Cada uno hace con su cuerpo lo que quiere. Esto no va de tatuajes, sino del sentido que se le da a nuestros actos y actitudes…


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