LA PODEROSA ESFERA FINANCIERA
Prestar
dinero con interés fue condenado por antiguos filósofos como Platón, Plutarco,
Séneca y Cicerón. El dinero era para ellos algo muerto; una cosa muerta a la
que no puede serle permitido crecer. Aristóteles escribió en su
obra "Política" (Libro Primero, parte X): "La
manera de actuar más odiada, y con la mayor razón, es la usura, que hace
ganancia del dinero en sí y no de su objeto natural. Porque el dinero estaba
destinado a ser utilizado en el intercambio, pero no para aumentar a base de
interés... De lo cual se sigue que de todas las maneras de conseguir riqueza
ésta es la más anti-natural".
Hasta finales de la Edad Media
a los cristianos les estaba prohibido cobrar intereses. Cobrar intereses por un
préstamo era equivalente al asesinato y al robo. Más tarde, aquellos que
cobraban intereses eran tratados como herejes.
Martin Lutero dijo
claramente: "¡Todos los usureros son ladrones y pertenecen a la
horca!". Cualquiera que prestase dinero a una tasa de interés de 5 ó 6%
era considerado un usurero. Durante la Edad Media sólo a los judíos se les
permitía prestar dinero con interés. El Deuteronomio prohíbe a un
judío cobrar interés a su hermano. Pero el goy (no-judío) no era su
hermano. Y para los extremistas judíos el saqueo no les era desconocido.
Para garantizar el normal
desarrollo económico el rey de Babilonia capturaba a los ladrones israelitas
que saqueaban las caravanas en el desierto. Esos ladrones de caravanas vivían
del trabajo y el esfuerzo de los demás.
El filósofo esotérico sueco
Henry T. Laurency resumió el giro de los acontecimientos de la siguiente manera
en su gran obra "La Piedra Filosofal"(De Vises Sten, Skovde,
1995, p. 249):
"Los judíos eran una incivilizada
tribu de pastores que en cierta medida vivía de los robos. Tenían un dios
tribal Yahwe que anhelaba sacrificios de sangre y vigilaba celosamente que
otros dioses no recibieran ningún sacrificio. El exilio babilónico fue el
primer contacto de los israelitas con una filosofía más sensata y con
cultura... A través de datos históricos adquiridos y en parte a través de sus
propias tradiciones orales se construyó una historia de los judíos. Los
escritos de los profetas constituían sus propias revisiones de aquello que
había sido captado durante la cautividad".
En la antigua Babilonia la
tasa de interés legal era de un 30% sobre el dinero y un 50% sobre el grano. En
Asiria no había ningún límite máximo para la tasa de interés. Los agricultores
a menudo estaban tan profundamente endeudados que morían de hambre junto con
sus familias. Aquello llevó a la explotación despiadada del suelo.
En la ciudad de Uruk en
Babilonia vivían dos hermanos que prestaban dinero con interés. Cuando el
prestatario ya no podría pagar su préstamo, perdía su casa y tenía que empezar
a trabajar de forma gratuita para los hermanos. El esclavo podía ser prestado
también a otros empleadores. Este es un ejemplo clásico de esclavitud
económica.
Hace casi 3.700 años el gobernante
de Babilonia, Hammurabi (1848-1805 a.C.), que era descendiente de la dinastía
Amorita, prohibía a través de sus actas legales (que contienen 93 párrafos) el
cobro de interés sobre intereses, lo que significaba que el prestatario, además
de los activos que le habían prestado, tenía que entregar la misma cantidad en
bienes o en dinero. Quien rompía la norma era severamente castigado, aunque muy
pocos la respetaban. Los 282 estatutos de Hammurabi escritos en acadio fueron
encontrados en 1901 en excavaciones en Susa en el antiguo Elam (actual Irán).
Hammurabi entendió que el
interés sobre el interés llevaría a una terrible carga económica que la gente
no sería capaz de soportar. Por eso él creía que era necesario castigar
severamente la usura. La tasa de interés máxima permitida se estableció en un
20%. El comercio y la economía en general mejoraron inmediatamente, aunque era
difícil cumplir con la ley. Los israelitas disfrutaban de la práctica de la
usura y comenzaron a explotarla con entusiasmo.
El profeta Mahoma exigía que
la usura fuera prohibida. Recomendó que el prestamista actuara como un
inversionista que habría de recibir parte de los beneficios. Si no hay ningún
beneficio uno debe estar satisfecho con perder el dinero.
El tribuno romano Tiberio
Graco intentó en 133 a.C. reducir el poder de los cambiadores de dinero
mediante leyes más estrictas contra la usura, limitando la propiedad legal de
la tierra a un iugerum [1] por familia. Él fue asesinado aquel mismo
año.
[1]
Un Iugerum, antigua unidad romana de medida de área, de 71x35,5 mts. = ¼
hectárea.
En 48 a.C. Julio César privó a
los cambistas de dinero del derecho de acuñar moneda y la acuñó él mismo. Con
un mayor suministro de dinero fue capaz de levantar muchos edificios públicos.
La gente común adoraba a César por su contribución a hacer que el dinero
estuviera más disponible. Tras el asesinato de César, llegó el final de la
abundancia de dinero. El suministro monetario se redujo en un 90%. Los
impuestos se dispararon. Como resultado de ello la mayoría de la gente perdió
sus tierras y sus hogares. La difamación contra César continúa todavía hoy.
Jacques Attali, el historiador
judío, académico y masón, que escribió el libro "Los Judíos, el Mundo
y el Dinero" (París, 2001) declaró en la revista L'Express que
los judíos habían inventado el capitalismo. Attali destacó: "Mi
conclusión es que los judíos tienen toda la razón para estar orgullosos de esa
parte de su historia".
Los judíos masónicos, por lo
tanto, querían adquirir tanta riqueza como les fuera posible para servir a sus
demonios durante los siglos XIX y XX.
Attali explica de la siguiente
manera el que los judíos hayan llegado a ser tan ricos: "Fue un
desarrollo natural. Dentro del Islam existe el mismo tabú contra el préstamo y
el interés que el que existe entre los cristianos. Los judíos se encontraban
entre los pocos que sabían leer y escribir. En consecuencia, eran los únicos
capaces de organizar las transacciones de préstamo que el comercio de aquella
época necesitaba. Además de eso, los educados empresarios judíos eran la única
red internacional de prestadores de dinero, comerciantes y cambistas".
Durante los primeros
trescientos años d.C. los judíos fueron las únicas personas en Europa que
tenían derecho a prestar dinero. Attali tuvo que falsear la Historia para que
calzara con su tesis. Había mucha gente educada y altamente sofisticada que no
tenía ninguna intención de hacerse rica mediante la usura. ¿Los judíos también
deben estar orgullosos de que sus extremistas desarrollaran el capitalismo de
Estado, el comunismo, que ha cosechado increíblemente tantas víctimas?.
El reformador religioso judío
Johann Calvin (nacido Cauin, 1509-1564) de Suiza permitió el interés, y el
francmasón Enrique VIII de Inglaterra redujo las leyes contra la usura. Los
cambistas de dinero una vez más eran capaces de afirmarse.
La Iglesia católica no cedió a
la presión sobre los intereses sino hasta 1745.
La economista irlandesa
Margrit Kennedy (1939-2013) ha señalado que un préstamo al 1% se duplica en 70
años. Un préstamo al 3% acumula el doble de interés en tan sólo 24 años. Un
préstamo al 6% lo duplica en 12 años, y al 12%, la cantidad se duplica en sólo
seis años.
Si alguien hubiera prestado un
centavo en el año 1 d.C. y hubiera cobrado un 4% de interés, en 1750 podría
haber comprado tanto oro como el peso de toda la Tierra. (Al 5% de interés le
habría sido posible ya en el año 1403). En 1990 hubiera podido comprar 12.246
pepitas de oro del tamaño de la Tierra.
Estos ejemplos extremos
muestran cuán demencialmente el interés daña a la economía de cada país.
El Interés como Arma
Durante los siglos XVI y XVII
los españoles sacaron más de 16.000 toneladas de plata pura y 185 toneladas de
oro desde Hispanoamérica, de acuerdo a registros oficiales españoles. El oro y
la plata se utilizaban, entre otras cosas, para la compra de armas en
Inglaterra y Flandes. Europa recibió así una afluencia enorme de capitales, que
gradualmente sentó las bases para los bancos de los Rothschild y de los Baring.
Aquellos bancos entonces prestaban dinero a diversos gobiernos.
En el siglo XVI el cobro de
intereses fue utilizado mucho más ansiosamente. Los mercaderes de Venecia
estaban conduciendo ese desarrollo. En 1571 a los blanqueadores de dinero
ingleses se les permitió cobrar un interés de un 10% como máximo. Después de la
así llamada Revolución francesa el uso del papel moneda se había generalizado.
Los comerciantes de oro
comenzaron a practicar fraudes económicos para llegar a ser aún más poderosos.
Ellos prestaban secretamente parte del oro que se les había depositado y
mantenían los intereses de aquellos préstamos ilegales. Luego los comerciantes
de oro emitieron más recibos (billetes) por los depósitos de oro que el oro que
tenían, y a su vez prestaban esos recibos y cobraban intereses por ellos. De
esa manera mucho más dinero fue prestado que aquel sobre el cual el acreedor
tenía cobertura. Pronto esos ladrones de dinero habían prestado hasta diez
veces más que lo que ellos tenían depositado en oro.
Este abuso de confianza se ha
hecho común en todos los ámbitos del mundo de la masonería. Los bancos
estadounidenses tienen derecho a prestar diez veces más dinero del que
realmente tienen. Esto significa que los intereses que ellos cobran en realidad
están cerca del 80% y no del 8% que se afirma oficialmente. Los banqueros
masónicos crean dinero de la nada y nos obligan a pagar intereses sobre aquél.
El Priorato de
Sión inició, con la ayuda de los cambistas (sobre todo del rabino
portugués Menasseh ben-Israel, que había vivido en Holanda, y de Antonio
Fernández y Moses Carvajal), la insurrección de 1642, dirigida por Oliver
Cromwell, la que a su vez condujo a la primera República (commonwealth) en
Inglaterra en 1649.
El año 1643 un numeroso grupo
de judíos ricos llegó a Inglaterra. Se reunieron con el embajador portugués en
Londres, Antonio de Souza (un marrano, un judío converso al cristianismo),
donde se discutieron los nuevos planes. Todas sus acciones eran coordinadas por
Carvajal (revista alemana Diagnosen, Febrero de 1986, p. 50).
Después de haber depuesto y
ejecutado a Carlos I, en 1649, y de nombrarse a sí mismo como dictador en 1653,
Oliver Cromwell llegó a ser cruel y hostil al desarrollo cultural, permitiendo
a los cambiadores de dinero fortalecer su poder financiero. Bajo la norma
puritana del Lord Protector Cromwell, la música y otras actividades
culturales fueron prácticamente prohibidas. Incluso las ropas coloridas fueron
prohibidas. Sólo después de la muerte de Oliver Cromwell pudo el genial
compositor Henry Purcell presentar su actividad públicamente. Fue Oliver
Cromwell quien en 1656, después de haber negociado con Menasseh ben-Israel,
dejó que una vez más los judíos se establecieran en Inglaterra.
En Noviembre de 1688 (bajo el
signo de Escorpión), fue derrocado el rey católico de Inglaterra Jaime II
(Stuart) mediante una bien organizada invasión financiada por los adinerados
judíos de Ámsterdam y dirigida por el Priorato de Sión y la orden de Orange. El
rey se exilió en Francia y en Febrero de 1689 Guillermo de Orange, príncipe de
Nassau, fue puesto en el trono inglés mediante un golpe de Estado, que llegó a
ser conocido como la Revolución Gloriosa. Incluso los historiadores oficiales
admiten que la gente no participó en ese golpe.
Inglaterra en ese momento
estaba en una pobre condición después de más de cincuenta años de guerra con
Francia y los Países Bajos, y el nuevo rey, William III (de Orange), pidió
ayuda a diversos banqueros poderosos. Éstos proporcionaron al Estado inglés un
préstamo de 1,25 millón de libras, pero sólo entregaron 750.000 libras. Los
términos del préstamo fueron los siguientes: los nombres de los prestamistas no
serían revelados y a éstos se les garantizaría el derecho a fundar
el Banco de Inglaterra, cuyos directores se aseguraron de establecer una
reserva de oro para ser capaces de emitir préstamos por un valor de 10 libras
por cada libra de oro depositada en la bóveda del banco. También se les
permitió consolidar la deuda nacional y asegurar el pago de una anualidad e
intereses a través de impuestos directos a la población.
El privadamente
poseído Banco de Inglaterra fue establecido en 1694 con un control
absoluto sobre la moneda (el derecho a emitir billetes bancarios). El préstamo
de dinero con usura fue capaz de continuar en una escala aún mayor. De esta
manera la población inglesa sufrió una enorme deuda nacional. Los impuestos
tuvieron que ser aumentados y los precios se duplicaron. A los banqueros
masónicos les era necesario tener un monopolio sobre la emisión del dinero. De
aquella forma podían tener enormes beneficios y también controlar los procesos
políticos.
Al Banco de
Inglaterra se le permitió prestar dinero hasta una cantidad diez veces
mayor a la que podía responder la garantía fijada por el prestamista. Con un 5%
de interés, al Banco sólo le tomó dos años recuperar una cantidad igual a la
garantía original.
Hacia 1698 la deuda nacional
había aumentado desde 1¼ millón a 16 millones de libras. En 1815 era de 885
millones de libras esterlinas; en 1945 había crecido a 22.500 millones de
libras, y en 1960 la deuda nacional era de 28.000 millones de libras. Para 1995
la deuda nacional había aumentado hasta más de 300.000 millones de libras,
equivalentes al 45% del PNB. Desde 1946 ese banco central ha sido oficialmente
propiedad del gobierno británico. Hoy la City de Londres es el centro
financiero de Europa y está custodiada por 2.000 agentes de policía privados.
Ni siquiera el Comité
MacMillan, que fue nombrado en 1929, consiguió averiguar quién gobierna
el Banco de Inglaterra. Sólo un nombre se ha filtrado, el de los
Rothschild. Todas las grandes guerras han sido iniciadas y financiadas por el conglomerado
económico que emana de una única familia bancaria: los Rothschild.
En los Países Bajos, las
sociedades secretas habían sido capaces de fundar un banco central ya en 1609.
Unos 40 de los bancos centrales más importantes del mundo fueron establecidos
de manera similar a la del Banco de Inglaterra. De esa manera los
banqueros masónicos determinaron el desarrollo del mundo a largo plazo, con el
préstamo a interés como método, los bancos centrales como intermediarios, los
políticos como marionetas y la gente como ignorantes esclavos asalariados. Los
bancos controlados por los masones podían así gobernar la vida política
actuando sin ser vistos. El pueblo inglés reforzó el poder de esos masones
invisibles mediante el pago de impuestos durante tres siglos. Los bancos
centrales mantenían estable la economía. Pero en realidad esto funciona de una
manera muy diferente.
Benjamin Franklin escribió
acerca de las colonias británicas en América del Norte en la década de
1750: "En ningún lugar de la Tierra encuentra uno a gente más feliz y
con más bienestar". Él explicó que eso se debía a que "nosotros en
las colonias emitimos nuestra propia moneda", llamada "Colonial
script". Él posteriormente explicó: "Al emitir nuestra propia
moneda podemos controlar su poder de compra y no estamos obligados a pagar
intereses a nadie".
En esas colonias británicas de
la costa Este de Norteamérica, llamadas Nueva Inglaterra, había una riqueza que
contrastaba fuertemente con la pobreza y la miseria de Inglaterra. Había
suficiente dinero y aquél era totalmente libre de intereses.
Cuando los banqueros masónicos
de Inglaterra oyeron eso en el discurso de Benjamin Franklin ante el Parlamento
británico, se aseguraron de que dicho Parlamento prohibiera que las colonias
utilizaran su propio sistema financiero y exigieron que en vez de eso
utilizaran dinero sin interés en oro y plata. Sólo una cantidad insuficiente de
ese dinero debía estar disponible. La emisión monetaria se redujo a la mitad, y
las colonias fueron forzadas a pedir prestado el dinero al Banco de
Inglaterra. El resultado fue que tanto el precio como el interés aumentaron. Al
cabo de un año las calles de las colonias estaban llenas de gente desempleada.
En los libros de texto
estadounidenses la razón dada para el estallido de la guerra revolucionaria fue
el impuesto al té, pero según Franklin, "las colonias con mucho gusto
habrían soportado el bajo impuesto" (del 2%) "al té y otras
materias si no hubiera sido porque Inglaterra se llevó su dinero de las
colonias, lo que creó desempleo e insatisfacción". El resultado de la
influencia de los bancos ingleses sobre el Parlamento británico fue una
terrible pobreza en Estados Unidos. Una vez creada esa situación, fue fácil
encontrar gente dispuesta a ir a la guerra, la cual los masones crearon con
satisfacción. Ellos querían una base segura para sus futuras actividades
globales.
Entre los hombres que
elaboraron la Constitución de 1787 hubo quienes pensaban que uno debería
protegerse contra la fuga financiera de los banqueros internacionales Por esa razón el Artículo 1, sección 8 de la
Constitución dice: "El Congreso tendrá el poder... de acuñar moneda y
de regular su valor".
Alexander Hamilton, masón y
secretario de finanzas del gobierno de George Washington y también agente de
los financieros internacionales, ordenó el establecimiento de una unión
bancaria privadamente poseída y la introducción de intereses en el dinero. Su
argumento era simple: "Una deuda nacional limitada sería una
bendición para una nación". Él consideraba peligroso para el gobierno
emitir su propia moneda.
De esa manera Estados Unidos
tuvo el primer banco central en 1791. Era de propiedad privada pero tenía un
contrato que sólo duraba veinte años. No fue renovado cuando expiró. Andrew
Jackson se refirió al hecho de que la Constitución había dado al Congreso el
poder de acuñar moneda en cantidad suficiente pero no de transferir ese derecho
a terceros.
El historiador Richard Boesen
reveló que el francmasón Nathan Rothschild (1777-1836), quien en 1806 había
fundado su banco en Londres y financiado parcialmente las guerras napoleónicas
a través del Banco de Inglaterra, posteriormente emitió un ultimátum: o el
contrato era renovado o habría guerra. Jackson calificó a los banqueros
masónicos como un puñado de ladrones y prometió exterminarlos. Rothschild dio
sus propias órdenes: "Enseñar a esos insolentes estadounidenses una
lección. Obligarlos a volver a un estatus colonial".
El gobierno británico comenzó
a limitar el comercio marítimo estadounidense y refrenó la expansión
norteamericana en Canadá. El Presidente James Madison en 1812 no tuvo otra
opción sino dejar que el Congreso declarara la guerra a Inglaterra. La
intención del líder de los masones, Rothschild, era devastar el país hasta el
punto de que los estadounidenses se vieran obligados a buscar ayuda financiera.
Gran Bretaña, sin embargo, no pudo recuperar las colonias perdidas, y Estados
Unidos no pudo ocupar Canadá. La guerra fue realmente librada en 1814.
Se perdieron muchas vidas pero
Rothschild no triunfó esa vez. La renovación del contrato con el banco central
fue nuevamente suspendida en 1836 durante la presidencia de Andrew Jackson
(1829-1837), a pesar de que él era el gran maestro de Tennessee. El banco
central fue abolido.
Aun así los banqueros europeos
y sus agentes norteamericanos lograron ejercer un extenso control del sistema
monetario estadounidense. Gustavo Myers admite en su libro "Historia
de las Grandes Fortunas Estadounidenses"(Nueva York, 1907, p.
556): "Bajo la superficie, los Rothschild tuvieron siempre una
poderosa influencia en el dictado de las leyes financieras estadounidenses. Los
registros legales muestran que tenían poderes en el antiguo Banco de Estados
Unidos".
En los libros de historia de
Estados Unidos no se dice nada sobre el papel de los bancos en la Guerra de la
Revolución (1775-1783) y en la Guerra de la Independencia (1812-1814). Tampoco
se dice nada sobre los "billetes verdes" libres de deudas que emitió Abraham
Lincoln. Su existencia sólo se puede verificar en muy pocas enciclopedias.
Para financiar la Guerra Civil
estadounidense, que estalló el 12 de Abril de 1861, el Presidente Abraham
Lincoln se vio obligado a utilizar el derecho del Congreso a acuñar su propia
moneda. Entre los años 1862 y 1864 se imprimieron 450 millones de
"billetes verdes" libres de intereses. Lincoln prometió en su
reelección en 1864 comenzar la lucha contra los bancos tan pronto como la
guerra hubiera terminado.
Lord Goschen,
representante del mundo financiero, escribió en el London Times: "Si
esta política financiera se convierte en permanente, el gobierno podrá sin
gastos adquirir las provisiones monetarias necesarias. Podrá pagar su deuda y
pagar sus préstamos sin deuda. Tendrá suficiente dinero para el comercio (en el
mercado abierto). Esto le hará ser más saludable que cualquier otro (antes) en
la Historia. Si no derribamos este gobierno, él nos derribará a nosotros".
Durante la Guerra Civil el
Norte fue financiado por los Rothschild a través de su agente estadounidense
August Belmont (en realidad, Schonberg), y el Sur por los hermanos Erlanger,
que estaban relacionados con la familia Rothschild. La Guerra Civil finalizó el
9 de Abril de 1865, y la masonería internacional se puso a trabajar para
remover al Presidente Lincoln.
El asesinato de Abraham
Lincoln fue llevado a cabo por el extremista judío John Wilkes Booth (Botha),
masón de grado 33, el 14 de Abril de 1865 en Washington DC, sólo cinco días
después del final de la Guerra Civil. Los antepasados del platero judío John
Booth habían sido exiliados de Portugal a causa de sus radicales opiniones
políticas. El padre de John era Junius Brutus Booth (Stanley
Kimmel, "Los Locos Booth de Maryland", Nueva York, 1970). Izola
Forrester, nieta de Booth, afirmó en su libro "Esta Loca
Ley" (1937) que Booth pertenecía a la logia Caballeros del Círculo
Dorado y también al movimiento "revolucionario" Young
America de Mazzini. Izola Forrester reveló en detalle que los masones
estuvieron involucrados en el asesinato del Presidente. El posterior asesinato
del asesino de Lincoln fue organizado por Judah P. Benjamin, un importante
masón y agente de Rothschild (William Guy Carr, "Niebla Roja sobre
Estados Unidos", 1968, p. 194). Él era el jefe del servicio secreto
confederado y más tarde huyó a Inglaterra.
La logia
masónica Caballeros del Círculo Dorado estaba involucrada en el
complot. Ese nombre había comenzado a ser visto en la prensa, y por ello el
masón Soberano Gran Comendador Albert Pike decidió en 1866 rebautizarla
como Kuklos Klan; "kyklos" en griego significa
"círculo" (John Daniel, "Escarlata y la Bestia", vol.
III, Tyler, Texas, p. 76). Los Caballeros del Círculo Dorado aparecieron
primero en Cincinnati, Ohio, bajo la supervisión del organizador en el Medio
Oeste del Rito Escocés Killian van Resselaer. Desde allí, los Caballeros
se extendieron a través de Ohio, Indiana, Illinois y el Sur de Mississippi
hasta el Golfo de Méjico, y en Maryland y Virginia. El Círculo
Dorado debía ser un Imperio esclavista centrado en Cuba.
Los Caballeros armaron y entrenaron hasta 100.000 hombres. Ellos estaban
organizados en logias llamadas "castillos".
Fue fundada oficialmente como
una nueva organización, el Ku Klux Klan, en 1865 en Pulaski, Tennessee,
por el general Nathan Bedford Forrest. Forrest disolvió formalmente el Klan en
1869, y el gobierno federal aplastó las ramas residuales hacia 1871. En 1882
dicha organización fue prohibida. El grupo racista actual del mismo nombre fue
fundado en 1915 por William Joseph Simmons y Simon Wolf, y por lo tanto no
nació fuera de la organización masónica que existió desde 1866 hasta 1871.
Tras la desaparición del
Presidente Lincoln las cosas se "normalizaron". La cantidad de dinero
en circulación, que en 1866 ascendía a 1.907 millones de dólares ó 50,46
dólares per cápita, en 1876 se había reducido a 605 millones ó 14,6
dólares por persona.
Como resultado hubo 56.446
quiebras en diez años y una pérdida de 2.000 millones de dólares. En 1887 los
banqueros masónicos redujeron posteriormente la cantidad de dinero hasta 6,67
dólares per cápita. La economista irlandesa Margrit Kennedy afirmó en el
libro "El Dinero Libre de Interés e Inflación" que la tasa
de interés siempre sube cuando hay escasez de dinero. Esto a su vez conduce a
quiebras y empeora la tasa de desempleo.
En los libros escolares
estadounidenses se afirma que todo se hizo para que en 1896 no fuera elegido el
candidato demócrata a la presidencia, William Jennings Bryan, porque él estaba
en contra del patrón oro y del "dinero sano" de los bancos (que es
dinero que crea deuda). Bryan explicó en su discurso "La Cruz de
Oro" en la Convención Nacional Demócrata de Chicago el 9 de Julio de 1896: "Cuando
hayamos restaurado el dinero de la Constitución, serán posibles todas las demás
reformas necesarias, y hasta que eso no se haga no se podrá llevar a cabo
ninguna reforma".
Bryan no fue elegido, y 17
años más tarde, en 1913, el Congreso aprobó un proyecto de ley (introducido por
el masónico Presidente Woodrow Wilson), que derogaba el derecho del Congreso a
emitir moneda y transfería ese derecho a un sistema de financiación de
"reserva federal".
El congresista Charles A.
Lindbergh, padre del famoso aviador, dijo lo siguiente al
respecto: "Cuando el Presidente lo firme, el gobierno invisible de
los prestamistas se habrá legalizado. El peor crimen jurídico del siglo será un
hecho. El día en que haya que aclarar cuentas sólo se habrá retrasado unos pocos
años".
Quien jugó un papel crucial en
proporcionar a Estados Unidos un banco central fue Paul Warburg. Él era un
inmigrante alemán que llegó a Estados Unidos junto con su hermano Felix. Ambos
hermanos, que eran Illuminati y también miembros de la logia judía B'nai
B'rith, se convirtieron en socios de la banca Kuhn, Loeb & Co.,
liderada por el illuminatus Jacob Schiff, quien también pertenecía a
la B'nai B'rith (Viktor Ostretsov
"La Masonería, la Cultura y la Historia Rusa", Moscú, 1999, p.
583). Los Warburg estaban apoyados por Nelson Aldrich (quien más tarde sería el
abuelo de Nelson y David Rockefeller), conocido como el factótum de
John Pierpoint Morgan en el Senado.
La familia de (Samuel Moses)
Del Branco en 1559 se trasladó desde Italia a Alemania, tomando el nombre de
Warburg. En 1798 la familia fundó el banco de M. M. Warburg & Co.
El pánico financiero de 1907
había sido provocado por el banquero masónico J. P. Morgan, concluyó el
historiador Fredrick Lewis Allen en 1949. Aquello fue usado como pretexto para
mostrar que existía una necesidad de un sistema de banca central.
Frank Vanderlip, quien
trabajaba para Rockefeller, admitió más tarde en el Saturday Evening
Post: "No creo que sea una exageración decir que nuestra expedición
secreta a la isla Jekyll fue la ocasión de la verdadera concepción de lo que
finalmente se convirtió en el sistema de la Reserva Federal".
La isla Jekyll es un centro
turístico muy conocido en la costa de Georgia.
Durante la reunión en la isla
Jekyll a fines de 1910, Paul Warburg puso énfasis en que el término "banco
central" debía ser evitado bajo cualquier circunstancia. Se decidió
presentar el proyecto como un Sistema de Reserva Regional.
Se aseguraron de que el
candidato de Morgan, el masón Thomas Woodrow Wilson fuera elegido presidente.
Su campaña fue financiada por Jacob Schiff, Bernard Baruch, Henry Morgenthau,
el editor del New York Times Adolph Ochs y otros poderosos
financieros judíos y francmasones.
El masón de alto rango Edward Mandel
House, asesor confidencial del Presidente Woodrow Wilson, considerado por
muchos historiadores como el verdadero presidente de Estados Unidos durante la
administración de Wilson, propuso en su novela "Philip Dru:
Administrador. Una Historia del Mañana, 1920-1935" (Nueva York,
1912), que fue publicada de manera anónima, una transición hacia un impuesto
gradual sobre la renta y un banco central. Estos requisitos ya eran conocidos
por el programa de cinco puntos de los Illuminati. El "coronel"
House estaba a favor de formar un gobierno mundial y de adoptar
un "socialismo como el soñado por Karl Marx". Para lograr eso él
estaba dispuesto a hacer uso del fraude político. Su héroe Philip Dru se
apoderaba del gobierno de Estados Unidos con el respaldo de un cártel secreto
de ricos y poderosos financieros.
El proyecto de la Reserva
Federal fue presentado la noche del 22 de Diciembre de 1913, cuando la
mayoría de los miembros del Comité del Congreso estaban dormidos. El mismo día
en que el proyecto fue apresuradamente impulsado en la Cámara de Representantes
y en el Senado, el Presidente Wilson firmó la Ley de la Reserva Federal, y
el control sobre el dinero fue transferido desde el Congreso a los banqueros
privados masónicos. Cuatro veces antes el pueblo estadounidense había
conseguido librarse de un banco central, pero no una quinta vez.
La Ley de la Reserva
Federal fue aclamada como la victoria de la democracia sobre las
corporaciones monetarias, lo que difícilmente era el caso. Paul Warburg inmediatamente
comenzó a trabajar en la Reserva Federal por un sueldo sustancialmente
inferior al que recibía como banquero. Ni el Presidente, ni los miembros del
Congreso ni el secretario del Tesoro tienen ninguna autoridad sobre
la Reserva Federal.
El sistema de la Reserva
Federal es en realidad un cártel de 13 grandes bancos privados, de los
cuales el Banco de Nueva York es el más importante.
El Presidente Woodrow Wilson
permitió que la deuda nacional creciera desde 1.000 millones de dólares hasta 455.000
millones. Los intereses se convirtieron en la tercera mayor asignación del
presupuesto federal.
Estados Unidos pidió en
préstamo hasta cuatro billones de dólares a diversos bancos privados en 1992.
Al mismo tiempo el déficit fue de 285.000 millones de dólares. En 1991 otros
dos millones de personas fueron registradas como pobres en Estados Unidos. La
deuda nacional era de poco menos de un billón en 1980, y en 1995 era de cinco
billones de dólares. 32,9 millones de estadounidenses vivían en la pobreza el
año 2002.
El economista Milton Friedman
está convencido de que el colapso económico de 1929 ocurrió porque el Sistema
de la Reserva Federal se negó a comprar bonos del gobierno, lo que
habría dado a los bancos más dinero en efectivo, y por lo tanto provocó el
colapso monetario, que a su vez condujo a la profunda crisis económica.
En la década de 1810 los
masones habían llevado la pobreza a Europa para prepararla para las
revoluciones socialistas de ellos. Particularmente grave fue la situación en
Guernsey, una de las islas del Canal. De un poco más de la mitad del tamaño de
Jersey, goza de un clima templado y húmedo y de suelos fértiles. La gente no
tenía dinero para comprar cosas, la producción se había detenido y los
trabajadores estaban desocupados. No había comercio ni ninguna esperanza de
empleo para los pobres. La bancarrota estaba cerca, ya que los impuestos para
Inglaterra y los intereses para los acreedores ya no podían ser pagados y no se
concedían nuevos préstamos. La situación era desesperada. La gente estaba
empezando a abandonar la isla y a emigrar a Australia.
En 1815 Guernsey necesitaba un
mercado financiado. No había dinero. Entonces alguien propuso que la isla
debería hacer uso de su antigua prerrogativa y emitir su propia moneda libre de
intereses. En un primer momento la propuesta fue rechazada, pero como ellos
necesitaban urgentemente 5.000 libras y sólo tenían 1.000 a mano, imprimieron
billetes de una libra del Estado de Guernsey libre de intereses. Eso se sumó al
suministro de libras inglesas, que ya hacían circular los dos principales
bancos de la isla.
Se comenzó a trabajar en el
local del mercado, y todo fue pagado con el nuevo dinero. Cuando el local
estuvo terminado, llegaron los clientes y el negocio fue mejor de lo esperado.
Hacia 1822 el mercado estaba pagado. Los 4.000 billetes de una libra fueron
destruidos. El primer proyecto con el nuevo dinero fue tan exitoso que pronto
fue seguido por otros.
En Glasgow, por comparación,
el mercado de frutas original de Candleriggs fue construido en 1817 y costó
60.000 libras. Ese dinero fue conseguido pidiendo un préstamo con interés. A
diferencia del mercado público de Guernsey, reembolsado 6 años después de ser
construido, el mercado de Glasgow no fue pagado sino en 1956, ¡139 años
después! Entre 1910 y 1956 no menos de 267.886 libras fueron pagadas sólo en
intereses (Olive and Jan Grubiak, "The Guernsey Experiment",
California, 1960, p. 14).
A continuación se necesitaba
una carretera nueva. Había gravilla, piedras y mucha mano de obra, pero no
había dinero para pagarla. En total, el Estado emitió billetes por valor de
55.000 libras para pagar los nuevos proyectos. Se construyó una escuela nueva,
y luego unas cuantas más. Todo el entorno del local del mercado fue renovado y
se construyeron muchos otros edificios públicos, y también se ensancharon las
calles. Un nuevo puerto fue construido junto con las mejores carreteras nuevas
de Europa y un nuevo alcantarillado. Todo se pagó con los impuestos, y los
billetes fueron nuevamente destruidos. Todos esos proyectos proporcionaron
trabajo y estímulo económico.
En 1827 el alguacil de Lisle
Brock fue capaz de hablar de "los mejoramientos, que son la
admiración de los visitantes y que contribuyen tanto a la alegría, la salud y
el bienestar de los habitantes". Las cosas ciertamente habían mejorado
desde 1815. Es significativo que la gran depresión nunca preocupó a Guernsey.
No había desempleo, y el impuesto a la renta era de un 10% parejo.
Las cosas comenzaron a ir
mucho mejor. Se redujo la importación de la costosa harina inglesa. El
suministro de dinero nunca excedió las 60.000 libras. La cesantía era
prácticamente inexistente. Guernsey se convirtió en una próspera comunidad
isleña. Pero los masones odiaban ese paraíso por temor a que la idea se
extendiera a otras partes de Europa. En ese caso ya no serían capaces de
construir sus destructivos proyectos. A los masones no les gusta la gente
feliz.
En 1830 los bancos lanzaron un
contraataque y comenzaron a inundar la isla con sus propios billetes. Los
banqueros Finkelstein & Co. de Londres fueron los primeros en abrir
una oficina en la isla. Ellos comenzaron su propaganda de un "mejor
dinero", y "dinero real". La gente creyó esa charlatanería, que
provocó una escasez de dinero y solicitudes de préstamos en los bancos. El
alguacil luchó como un león para salvar la sólida economía de la isla y su alto
nivel de vida, pero fue en vano. Las intrigas y la debilitadora obra de los
masones condujeron la economía de la isla hacia los bancos y la explotación que
ellos hacen.
El experimento de Guernsey
desde 1816 a 1835 habla por sí mismo. Podemos prescindir de la economía
masónica y hacerlo mucho mejor, pero intentar acabar con el interés es
considerado el peor crimen posible contra la Humanidad.
En 1837 el gobierno había
puesto en circulación 50.000 libras para el propósito primario de proyectos
locales tales como diques, carreteras, el nuevo mercado, una iglesia y un
colegio. Esas 50.000 libras más que duplicaban el suministro de dinero, pero no
hubo inflación.
En 1914, mientras los
británicos restringían su propio suministro de dinero, Guernsey emitía más,
otras 140.000 libras, durante los siguientes cuatro años. Hacia 1958 había en
circulación más de 500.000 libras de dinero libre de intereses en Guernsey y
todavía no había inflación.
Hacia 1990 había un total de
6,5 millones de libras esterlinas en circulación emitidas sin intereses. No
había ninguna deuda pública como en el resto de Gran Bretaña, que todavía
estaba pagando sus deudas de guerra. Y sin embargo en Guernsey la prosperidad
era muy evidente por todas partes (Dr. Jacques S. Jaiko, "El Virus de
la Deuda: Una Solución Convincente para los Problemas de la Deuda en el
Mundo", 1992).
Eso no era nada nuevo. En 1793
Liverpool sufría de problemas extremos de flujo de dinero en efectivo y
resolvió aquello mediante la creación, por una ley del Parlamento, de unas
300.000 libras de dinero no reembolsable, que se utilizaron para obras públicas
con un gran beneficio para la ciudad y su gente. Dicha emisión de dinero por
parte de la Liverpool Corporation alivió la inmediata crisis de la
deuda.
El 30 de Junio de 1934 la
revista londinense New Britain publicó una declaración del masón y
ex-Primer Ministro David Lloyd George: "Gran Bretaña es un esclavo
sometido a los poderes financieros internacionales".
Los banqueros masónicos
durante los últimos 25 años han prestado dinero a los gobiernos de las naciones
industriales, a los que les resulta cada vez más difícil pagar su enorme deuda.
El sector privado (léase: masónico) ha llegado a ser exactamente así de mucho
más rico. Este poder monetario (masónico) tiene el suficiente dinero para
frenar a cualquier político intransigente. Los políticos popularmente elegidos
ya no tienen ningún medio para llevar a cabo las políticas que desean. Ellos no
pueden recuperar su poder hasta que las deudas sean pagadas. Por cada dólar
tomado prestado, los políticos renuncian a más poder. Los países en desarrollo
están en una situación mucho peor. Ellos no son siquiera capaces de pagar los
intereses de sus préstamos.
Entre 1982 y 1990 los bancos
de las naciones industriales recibieron 1.345.000 millones de dólares en
intereses y pagos anuales de esos pobres países.
El 1º de Marzo de 1932
alrededor de las 5 de la tarde, en París un hombre compró una pistola afirmando
ser el conocido financiero internacional sueco Ivar Kreuger. En aquel momento
Kreuger estaba reunido con su compañero Oscar Rydbeck, así que obviamente algún
otro debió de haber comprado el arma. Los diarios afirmaron que ese mismo barón
sueco Ivar Kreuger se había suicidado el 12 de Marzo, porque su Imperio
financiero estaba cerca de la bancarrota. Sin embargo, nada de eso era verdad.
El examen del doctor Erik Karlmark concluyó inmediatamente que Kreuger había
sido asesinado. Una pariente cercana, Eva Dyrssen, estuvo presente para
verificar eso. No se realizó ninguna autopsia (Lars-Jonas
Angstrom, "Kreuger-Mordet" / El Asesinato de Kreuger,
Estocolmo, 2000, p. 55).
Ivar Kreuger había prestado dinero a
muy bajo interés para salvar a naciones en problemas. En 1930 prestó 27
millones de dólares a Rumania, una cantidad que hoy equivaldría a 500 millones
de dólares. El grupo Kreuger estaba ayudando a quince gobiernos y a 400
millones de personas de la misma manera (Gustaf Ericsson, "Kreuger
kommer tillbaka" / El Regreso de Kreuger, Estocolmo, 1936, p.
63). Todos los bienes de Kreuger fueron saqueados.
El economista germano-argentino
Silvio Gesell (1862-1930) quería introducir "dinero libre". Margrit
Kennedy relata en su libro "Dinero Libre de Interés e Inflación"
(1988) cómo los partidarios de la teoría de Gesell de una economía libre en los
años '30 habían hecho varios intentos con dinero libre de intereses en varios
países, incluyendo Alemania, Suiza, España y Estados Unidos. Particularmente
exitoso fue el modelo utilizado en la pequeña ciudad de Worgl en el Tirol, en
Austria. En 1932 fueron introducidas las ideas que se describen en el libro de
Silvio Gesell "Die naturliche Wirtschaftsordnung" (El Orden
Económico Natural, 1916).
En Agosto de 1932 el
Ayuntamiento de Worgl emitió sus propios billetes bancarios, denominados
certificados de trabajo, por un valor de 32.000 schillings. Respaldados por una
cantidad equivalente de schillings ordinarios del Banco, la ciudad
puso en circulación 12.600 certificados de trabajo. La comisión por el uso del
dinero era del 1% mensual ó 12% anual. Esa tasa debía pagarla la persona que
tuviera el billete al final del mes, en forma de un sello, que se adhería al
dorso, de un valor del 1% del billete.
Se construyó una pista de
esquí, se renovaron las calles, así como el sistema del canal. Se construyeron
puentes, se mejoraron los caminos y los servicios públicos y los salarios y
materiales de construcción fueron pagados con ese dinero, que era aceptado por
el carnicero, el zapatero, el panadero, por todos.
El pequeño cobro hizo que todo
el mundo pusiera en circulación ese dinero antes de utilizar el dinero
"real". Dentro de un año, 32.000 certificados de trabajo habían sido
puestos en circulación 463 veces, y de esa manera habían hecho posible el
intercambio de bienes y servicios por un valor de 14.816.000 schillings. En
comparación con la inactiva moneda nacional, circularon ocho veces más rápido.
El desempleo se redujo en un 25% en un año. Cuando 130 comunidades de Austria
comenzaron a interesarse en adoptar ese modelo, el 1º de Septiembre de 1933 el
Banco Nacional de Austria prohibió la impresión de cualquier moneda local.
El desempleo retornó, la
prosperidad desapareció y la situación fue "normalizada", es decir,
masonizada.
Esclavitud Económica
Los cobros de los intereses
siempre están incluidos en los precios actuales, lo que hace muy caros todos
los bienes y servicios y deja muy poco dinero en la billetera. El historiador
económico John King ha señalado que debido a los intereses, las empresas
constantemente deben aumentar sus precios. Esto se camufla como inflación. Él
recomendó abolir el interés tan pronto como fuera posible, para evitar una
catástrofe económica. Cada uno debe ahora ayudar a pagar los intereses. Está
incluido en todos los precios, un 77% en las tarifas de alquiler, por ejemplo.
Los impuestos y otras tasas y contribuciones se suman. Así nos hemos convertido
en esclavos de los bancos. Todos los bienes costarían exactamente la mitad sin
el pago de intereses.
Según el historiador sueco
Herman Lindqvist, los masones decidieron en la década de 1810 que los salarios
debían ser fijados a un nivel de pobreza. Esa actitud demuestra un enorme
desprecio por la gente corriente. Entre los años 1860 y 1910 más de un millón
de suecos fueron a Estados Unidos a causa de varios años de hambre, pobreza y
dificultades para valerse por sí mismos.
Durante la Edad Media las
condiciones eran mucho mejores que lo que afirman los mitos masónicos. Se ha
calculado que un albañil de Sajonia además de comida gratis, en moneda actual
cobraba al menos 13.300 euros al mes. Los artesanos solían recibir
diversos beneficios además de sus salarios. A pesar de los altos salarios, las
horas de trabajo eran pocas, normalmente ocho horas al día, y la semana laboral
tenía cinco días y medio. Los mineros en Sajonia sólo trabajaban seis horas al
día. No fue sino hasta 1479 que se añadió una hora extra. A menudo los
jornaleros gozaban de un lunes libre, llamado el lunes azul, normalmente
sin reducción salarial. Esto en Suecia se terminó con la ley de gremios de 1669
("Bonniers Stora Lexikon" / Enciclopedia de Bonnier,
Estocolmo, 1985, p. 252). Entonces para no ser confundidos con los nobles, a
los artesanos de Friburgo, en Sajonia, se les aconsejaba no usar joyas de oro
ni ropas de terciopelo y raso, aunque ellos bien podían permitirse todo eso.
El hecho de que la Economía y
la vida cultural florecieran se debió a las monedas llamadas bracteatos,
que fueron la base de un sistema con un continuo retiro de monedas, porque se
rompían a menudo. El retiro se producía tres veces al año y también servía como
tributación. No estaba permitido utilizar monedas antiguas. Nadie quería
aferrarse a un dinero "malo", para no sufrir una pérdida, ya que por
el intercambio de doce monedas (viejas) sólo recibían nueve (nuevas). La economía
prosperó porque el efecto del dinero generador de interés no estaba presente.
No debía cobrarse ningún interés. Había hospicios para los débiles, los
ancianos y los enfermos, y los ricos habitualmente proporcionaban alojamiento,
vestuario y comidas gratuitas para los pobres. La riqueza estaba repartida de
manera relativamente equitativa en todos los niveles de la sociedad (Margrit
Kennedy, "Dinero Libre de Interés e Inflación").
Todo eso desapareció cuando
los banqueros masónicos se hicieron con el control de la economía. Desde
entonces, nadie pudo permitirse una vida decente. Para prepararnos para
soportar esa miseria, está siendo propagada la mentira de que las cosas eran
antes mucho peor, lo que ciertamente no es verdad.
El actual sistema de interés hace
posible que aquellos que ya tienen dinero se hagan aún más ricos, mientras que
los necesitados encuentran cada vez más difícil llegar a fin de mes. Entre 1968
y 1982 la renta nacional de Alemania Occidental aumentó en un 300%, mientras
que los intereses por la deuda nacional aumentaron en un 1.160%. En 1982 los
intereses ascendían a 29.000 millones de marcos alemanes. Cuando el
interés es abolido, la inflación se desvanece. Margrit Kennedy destacó en su
libro que el impuesto a la renta también debe ser abolido. El gobierno debería
quedar satisfecho con un muy bajo IVA, o de otro modo crecerá la economía
informal. Actualmente las tasas de interés suben cuando no hay suficiente
dinero disponible.
La Comunidad
Europea entre los años 1982 y 1988 perdió hasta 735.000 puestos de trabajo
a causa de la crisis de la deuda, mientras que Estados Unidos se perdió 1,8
millón de empleos durante el mismo periodo.
La deuda nacional sueca era de
140.000 millones de dólares en el otoño de 1997, lo que hizo que Suecia tuviera
más deuda que Brasil o Argentina. Los intereses sobre la deuda nacional eran de
11.000 millones de dólares anuales, unos 40.000 millones más que el costo de
los beneficios para los ancianos. Cada sueco le debía a varios bancos 16.000
dólares en 1997. La mitad de la renta nacional sueca se usa para pagar
intereses. En 1990 el 25% de los ingresos por exportaciones se destinó para
sustentar la deuda nacional. El jefe del banco central, Bengt Dennis,
dijo: "En los círculos donde me muevo, se espera que Suecia mantenga
una tasa de interés alta".
A principios de los años '90
los banqueros Salomon Brothers, que habían proporcionado enormes préstamos
al gobierno sueco, exigieron que la corona sueca fuera devaluada. El
gobierno accedió.
Argentina pagó a sus
acreedores unos 200.000 millones de dólares, la mayoría de los cuales fueron
para cubrir el pago de intereses usureros. Argentina se declaró en bancarrota
la primavera de 2002, teniendo una deuda pública de 132.000 millones de dólares.
Dos bancos judíos (el Banco Patricios y el Banco de Mayo) colapsaron
en 1998 debido a las actividades criminales de los propietarios. Ése fue el
golpe de gracia para la economía nacional.
El verano de 2001 la deuda
nacional italiana sumaba la astronómica cifra de 2.391.663.000.000.000 liras
(145.831 millones 500.000 dólares), equivalentes aproximadamente al 105% del
PIB.
El sultanato de Brunei en el
Norte de Borneo tiene escuelas y atención médica gratuitas. No hay ningún
impuesto y no hay IVA, pero el nivel de vida es muy alto. Los tasas de interés
son muy bajas. El país tiene enormes cantidades de petróleo y gas, que se
exportan y han proporcionado grandes ingresos. El sultán Muda Hassanal Bolkiah
es uno de los hombres más ricos en el mundo. Sus bienes se calculan
aproximadamente en 20.000 millones de dólares.
Noruega también tiene petróleo
y gas, pero los políticos rojos no quieren abolir el impuesto a la renta y
otras cargas. Los precios son horriblemente altos, y la atención médica significa
largas filas.
El 1º de Mayo de 1998,
exactamente 222 años después de la fundación de la orden de
los Illuminati (222 es un tercio de 666, que a su vez es una tercera
parte de 1.998), fue establecido el Banco Central Europeo, en realidad un
cártel de bancos privados. Todo el mundo debe estar endeudado mediante los
impuestos. Los banqueros masónicos están tratando así de materializar la
antigua idea de los Caballeros Templarios de crear un súper-Estado europeo por
medio del sistema bancario.
El "No" danés
al euro en un referéndum de Septiembre de 2000 y el "No"
sueco de Septiembre de 2003 mostraron, sin embargo, que no todo iba como había
sido planeado. No hace falta ser profeta para ver que el euro no
estabiliza la economía, aunque no hay que decirlo en voz alta. Bernard
Connolly, quien fue jefe del departamento de política monetaria de
la Comisión Europea en Bruselas, en 1996 publicó un
libro, "El Corazón Podrido de Europa", afirmando que tasas de
cambio fijas y la Unión Monetaria (UEM) darían lugar a la inestabilidad y al
aumento de la cesantía Él creía que el resultado sería horrible. Connolly fue
despedido sumariamente.
En una visita a Suecia en
Agosto de 2003 Connolly destacó que la introducción del euro nos
conduciría al desastre económico y a la caída de las democracias europeas. Él
afirma que el euro es usado como un pretexto para formar un
súper-Estado económico, político y militar.
Los problemas han acabado
siendo peores en el Sur de Europa. Portugal por ejemplo está al borde de una
desintegración política y los disturbios en las calles no están lejos. Después
esto se extenderá al resto de Europa. Él comparó la situación con el colapso
económico de Argentina, pero los países de la UEM están peor. Argentina fue
capaz de cortar sus lazos con el dólar, pero los países de la UEM no pueden
abandonar el euro. El análisis de Connolly es considerado extremadamente
pesimista. Su visita fue reportada en el gran diario
sueco Expressen sólo en su sitio web el 23 de Agosto de
2003.
Pero ¿qué otra cosa puede uno
esperar de una moneda simbolizada por un signo estilizado de Satanás?.
Un metro era solo un metro en
1910, igual que ahora. Un litro es un litro, pero una corona de 2004
ya no vale lo mismo que en 1910. Su valor ha disminuido considerablemente. ¿No
es extraño eso?.
Las estadísticas oficiales
estadounidenses y suecas dicen que a principios de los '70, aproximadamente el
75% de los ingresos del trabajador promedio iba a necesidades tales como comer,
vivir, vestirse, educación, atención médica, en comparación con hoy, donde es
apenas suficiente para ambos padres trabajar para conseguir satisfacer sus
necesidades.
En los años '70 el valor total
del comercio mundial de productos industriales era del 50%, y el resto estaba
en reservas y acciones. En 2001 la relación era del 1% en bienes y 99% en
operaciones con valores bursátiles. La especulación es lo que domina.
El actual sistema monetario
fomenta el fraude y la extensión de la economía informal, y ha llevado a que
aquellos que están constantemente necesitados de dinero pierdan cada vez más
ante aquellos que tienen mucho más de lo que necesitan. Cada vez más dinero es
recolectado en las manos de ciertos individuos, que resultan ser banqueros
masónicos. Si los intereses son abolidos, todo el mundo se beneficia del nuevo
sistema, no sólo el 80% considerado pobre.
Alfred Herrhausen, miembro del
consejo directivo del Deutsche Bank, ha señalado: "Los
responsables del actual sistema monetario saben muy bien que no puede durar,
pero ellos no conocen ninguna alternativa o no quieren saber de ninguna".
Para los masones es importante
mantenernos en la esclavitud económica, o de lo contrario ellos hubieran hecho
todo lo posible para abolir los intereses. Mediante los impuestos y los
aranceles el gobierno recoge gran parte del resultado de las actividades
económicas de la gente. ¿De qué valen entonces realmente las hermosas frases de
los masones acerca del humanismo? El principal objetivo de los líderes masónicos
ha sido ocultar lo mejor que pueden la actual esclavitud económica.
Cabría preguntarse si han tenido éxito.
por Jüri Lina, 2004
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