10.6.16

Ya es hora de tomar conciencia de nuestra complicidad y pasar a la acción

CONTRA EL IMPERIO DEL MAL ¿Qué podemos hacer?

Nuestro mundo es el mundo de la guerra, de la destrucción, de la esclavitud.

Los amos del mundo, como maestros titiriteros que son, manipulan a los gobiernos sobornando a los políticos corruptos para que dicten leyes que beneficien a sus grandes corporaciones, aunque dichas leyes hundan al pueblo en la miseria. Estas leyes son aprobadas por los diputados electos “democráticamente”, pero que no nos representan sino que obedecen las órdenes del jefe del partido, que es quién les ha puesto en la lista de un partido financiado por la gran banca de la que son deudores.

Todos, al votar, participamos en esta farsa de  democracia. Pero los gobiernos electos democráticamente  gobiernan contra sus pueblos.  A pesar de ser evidente  que nos toman el pelo, nos roban y nos mienten, el pueblo les sigue votando, creyendo ingenuamente que votar es la prueba de que existe la democracia. Pero es justo lo contrario. Cuando votas, aunque votes en contra del rival, en realidad, mantienes en el poder al que te miente y te roba, porque todos lo hacen por igual. Si votas, no te quejes, porque tú has puesto en el poder al ladrón.

Hace tiempo que los amos del mundo, liderados por el sionismo internacional, nos ha declarado la guerra, la guerra total.


La primera guerra es sin duda la guerra de la información, puesto que los amos del mundo controlan las televisiones y grandes medios de comunicación, las editoriales, Internet y las redes sociales, por lo que no se publicará y se perseguirá toda información que exponga la verdad y les pueda perjudicar en su plan de control total.

A través del sistema bancario del dinero deuda, nos están haciendo la guerra económica, destrozando la economía de los países, fabricando artificialmente la inflación y luego la crisis, abriendo y cerrando el grifo del crédito a su antojo, y sumiendo a los países en deudas impagables cuya devolución se blinda retocando la Constitución. Primero pagamos la deuda, después, pagamos a los políticos y finalmente, si queda dinero, atenderemos las necesidades de la población, que es la que, con su impuestos, sostiene el tinglado.

Nos han declarado la guerra de la educación, redactando programas educativos que destruyen nuestra capacidad de acción y transformando a los niños, naturalmente inteligentes y creativos, en una masa borrega, ignorante, desidiosa, perezosa, blanda, fofa, sin ideas ni imaginación. Los videojuegos y la televisión rematan la faena en horario extraescolar.

Nos han declarado la guerra de la alimentación, poniendo todo tipo de trabas a la agricultura ecológica y, subvencionando con dinero público, una industria alimentaria basada en los pesticidas y fertilizantes tóxicos, las semillas transgénicas que son cancerígenas, para que estemos enfermos y débiles y no tengamos la claridad mental y la fuerza física para luchar contra ellos.

Nos han declarado la guerra de la salud, transformando la enfermedad en el gran negocio de las farmacéuticas que controlan férreamente la enseñanza de una Medicina basada en la química tóxica, retirando los medicamentos que curan para promover los que cronifican, y  persiguiendo y ridiculizando las terapias no químicas como la homeopatía, la acupuntura, la reflexología, la naturopatía o la medicina cuántica.

Y finalmente, nos han declarado la guerra más secreta, más invisible y más letal, la guerra climática, envenenando los cielos con millones de estelas persistentes que esparcen metales como el aluminio, el bario radioactivo y el estroncio, para controlar el clima en el mundo, provocando sequías o inundaciones, según les place, y metalizando la atmósfera para mejor control electromagnético de las ondas.

El cambio climático no es lo que nos cuentan sino que lo están provocando con sus programas de geoingeniería, que disfrazan de mejora del clima cuando lo que hacen es exactamente lo contrario.

Numerosas investigaciones médicas, que no salen en los medios de difusión masivos, ya han demostrado que la epidemia de enfermedades neurodegenerativas, muy escasas o inexistentes en el pasado como el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple, está directamente relacionada con una presencia cada vez mayor de metales en sangre, como el aluminio, precisamente el metal  que encontramos en las analíticas del agua de lluvia o de suelo en tierras agrícolas ecológicas, con una presencia de ¡hasta 19 gr de aluminio por kilo de tierra!

En todos los países donde tiene lugar esta expansión de aerosoles atmosféricos, los funcionarios de los Ministerios de Medio ambiente y otras oficinas tienen orden de negar el fenómeno de las estelas persistentes, afirmando sin jamás demostrarlo, que son estelas de condensación compuestas por vapor o cristales de agua. 

Todavía nadie en ningún país ha podido demostrar que las estelas persistentes son inocuas, sin embargo todos afirman al unísono, incluidos los ecologistas de los grupos oficiales, que no hay que preocuparse, que nada hay de peligroso en que de repente un cielo azul se convierta tras el paso de decenas de aviones, y en tan sólo un par de horas, en una maraña filamentosa de nubes blancas ¡que llegan a opacar el sol!  Nunca jamás el vuelo de un avión había podido provocar el oscurecimiento del cielo.  A pesar de ser este hecho extraordinario, los medios informativos al servicio de los amos del mundo obedecen y repiten el dogma: sólo es vapor de agua.

Señoras y señores, vivimos en el mundo del diablo, entendiendo lo diabólico como lo que nos separa, escinde y confronta: estamos separados de nuestro verdadero Ser, de la bondad y la verdad y nuestro mundo trabaja para el Mal.

Pero no podemos seguir apuntando afuera,  este mundo de la mentira y la maldad se sostiene porque todos colaboramos, cada uno a nuestro nivel.

Cuando vendemos productos tóxicos, fabricados con pesticidas y conservantes,
Cuando bebemos refrescos con químicos adictivos
Cuando regalamos a nuestros hijos chuches que contienen aspartamo y colorantes cancerígenos
Cuando consumimos drogas que crean adicción y nos destruyen
Cuando nos ponemos vacunas fabricadas con cócteles de viruses

Colaboramos activamente a la destrucción de nuestra salud

Cuando entregamos ciegamente nuestros hijos al sistema educativo estatal y les exigimos que repitan como loros las mentiras de los libros de texto
Cuando tenemos hijos sin tomar conciencia que es nuestra obligación educarlos para que sean seres fuertes y libres,

Estamos proveyendo  al mundo de futuros esclavos

Cuando metemos el dinero en el banco, por miedo o para especular con los intereses que nos dan sin hacer nada
Cuando votamos a listas de partidos creadas por los jefes  del partido
Cuando esperamos que sean otros los que se ocupen de las cosas importantes

Estamos colaborando a nuestra esclavitud y a nuestra falta de libertad política colectiva

Ha llegado la hora de tomar conciencia de la dimensión de nuestra complicidad y pasar a la acción:

No veas  televisión
Deja de ver cine hollywoodiense
Deja de consumir drogas y alimentos tóxicos
No seas tacaño con tu salud, come ecológico y productos locales
No rompas la familia, no te separes, ama a tus hijos y edúcalos en los valores del Bien
Deja de especular y sostener el sistema mafioso bancario, saca tu dinero papel del banco,  financia proyectos positivos o  compra oro

y

No votes

Todo eso es lo que los amos del mundo del Mal no quieren que hagas

Por eso debes hacerlo.

Porque es la manera de empezar a construir el mundo del Bien.


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