CONTRA EL IMPERIO DEL MAL ¿Qué podemos hacer?
Los amos del mundo, como maestros
titiriteros que son, manipulan a los gobiernos sobornando a los políticos
corruptos para que dicten leyes que beneficien a sus grandes corporaciones,
aunque dichas leyes hundan al pueblo en la miseria. Estas leyes son aprobadas
por los diputados electos “democráticamente”, pero que no nos representan sino
que obedecen las órdenes del jefe del partido, que es quién les ha puesto en la
lista de un partido financiado por la gran banca de la que son deudores.
Todos, al votar, participamos en esta
farsa de democracia. Pero los gobiernos electos democráticamente gobiernan contra sus pueblos. A pesar de ser evidente
que nos toman el pelo, nos roban y nos mienten, el pueblo les sigue
votando, creyendo ingenuamente que votar es la prueba de que existe la
democracia. Pero es justo lo contrario. Cuando votas, aunque votes en contra
del rival, en realidad, mantienes en el poder al que te miente y te roba,
porque todos lo hacen por igual. Si votas, no te quejes, porque tú has puesto
en el poder al ladrón.
Hace tiempo que los amos del mundo,
liderados por el sionismo internacional, nos ha declarado la guerra, la guerra
total.
La primera guerra es sin duda la
guerra de la información, puesto que los amos del mundo controlan las
televisiones y grandes medios de comunicación, las editoriales, Internet y las
redes sociales, por lo que no se publicará y se perseguirá toda información que
exponga la verdad y les pueda perjudicar en su plan de control total.
A través del sistema bancario del dinero
deuda, nos están haciendo la guerra económica, destrozando la
economía de los países, fabricando artificialmente la inflación y luego la
crisis, abriendo y cerrando el grifo del crédito a su antojo, y sumiendo a los
países en deudas impagables cuya devolución se blinda retocando la
Constitución. Primero pagamos la deuda, después, pagamos a los políticos y
finalmente, si queda dinero, atenderemos las necesidades de la población, que
es la que, con su impuestos, sostiene el tinglado.
Nos han declarado la guerra de la
educación, redactando programas educativos que destruyen nuestra capacidad
de acción y transformando a los niños, naturalmente inteligentes y creativos,
en una masa borrega, ignorante, desidiosa, perezosa, blanda, fofa, sin ideas ni
imaginación. Los videojuegos y la televisión rematan la faena en horario
extraescolar.
Nos han declarado la guerra de la
alimentación, poniendo todo tipo de trabas a la agricultura ecológica
y, subvencionando con dinero público, una industria alimentaria basada en los
pesticidas y fertilizantes tóxicos, las semillas transgénicas que son
cancerígenas, para que estemos enfermos y débiles y no tengamos la claridad
mental y la fuerza física para luchar contra ellos.
Nos han declarado la guerra de la
salud, transformando la enfermedad en el gran negocio de las
farmacéuticas que controlan férreamente la enseñanza de una Medicina basada en la química tóxica, retirando los medicamentos que curan para
promover los que cronifican, y persiguiendo y ridiculizando las terapias
no químicas como la homeopatía, la acupuntura, la reflexología, la naturopatía
o la medicina cuántica.
Y finalmente, nos han declarado la
guerra más secreta, más invisible y más letal, la guerra climática, envenenando
los cielos con millones de estelas persistentes que esparcen metales como el
aluminio, el bario radioactivo y el estroncio, para controlar el clima en el
mundo, provocando sequías o inundaciones, según les place, y metalizando la
atmósfera para mejor control electromagnético de las ondas.
El cambio climático no es lo que nos
cuentan sino que lo están provocando con sus programas de geoingeniería, que
disfrazan de mejora del clima cuando lo que hacen es exactamente
lo contrario.
Numerosas investigaciones médicas, que no
salen en los medios de difusión masivos, ya han demostrado que la epidemia de
enfermedades neurodegenerativas, muy escasas o inexistentes en el pasado como
el Alzheimer, el Parkinson o la esclerosis múltiple, está
directamente relacionada con una presencia cada vez mayor de metales en sangre,
como el aluminio, precisamente el metal que encontramos en las analíticas
del agua de lluvia o de suelo en tierras agrícolas ecológicas, con una
presencia de ¡hasta 19 gr de aluminio por kilo de tierra!
En todos los países donde tiene lugar
esta expansión de aerosoles atmosféricos, los funcionarios de los Ministerios
de Medio ambiente y otras oficinas tienen orden de negar el fenómeno de las
estelas persistentes, afirmando sin jamás demostrarlo, que son
estelas de condensación compuestas por vapor o cristales de agua.
Todavía nadie en ningún país ha
podido demostrar que las estelas persistentes son inocuas, sin embargo
todos afirman al unísono, incluidos los ecologistas de los grupos oficiales,
que no hay que preocuparse, que nada hay de peligroso en que de repente un
cielo azul se convierta tras el paso de decenas de aviones, y en tan sólo un
par de horas, en una maraña filamentosa de nubes blancas ¡que llegan a opacar
el sol! Nunca jamás el vuelo de un avión había podido provocar el
oscurecimiento del cielo. A pesar de ser este hecho
extraordinario, los medios informativos al servicio de los amos del mundo obedecen
y repiten el dogma: sólo es vapor de agua.
Señoras y señores, vivimos en el
mundo del diablo, entendiendo lo diabólico como lo que nos separa, escinde
y confronta: estamos separados de nuestro verdadero Ser, de la bondad y la
verdad y nuestro mundo trabaja para el Mal.
Pero no podemos seguir apuntando afuera,
este mundo de la mentira y la maldad se sostiene porque todos
colaboramos, cada uno a nuestro nivel.
Cuando vendemos productos tóxicos,
fabricados con pesticidas y conservantes,
Cuando bebemos refrescos con químicos
adictivos
Cuando regalamos a nuestros hijos chuches
que contienen aspartamo y colorantes cancerígenos
Cuando consumimos drogas que crean
adicción y nos destruyen
Cuando nos ponemos vacunas fabricadas con
cócteles de viruses
Colaboramos
activamente a la destrucción de nuestra salud
Cuando entregamos ciegamente nuestros
hijos al sistema educativo estatal y les exigimos que repitan como loros las
mentiras de los libros de texto
Cuando tenemos hijos sin tomar conciencia
que es nuestra obligación educarlos para que sean seres fuertes y libres,
Estamos
proveyendo al mundo de futuros esclavos
Cuando metemos el dinero en el banco, por
miedo o para especular con los intereses que nos dan sin hacer nada
Cuando votamos a listas de partidos
creadas por los jefes del partido
Cuando esperamos que sean otros los que
se ocupen de las cosas importantes
Estamos
colaborando a nuestra esclavitud y a nuestra falta de libertad
política colectiva
Ha llegado la hora de tomar conciencia de
la dimensión de nuestra complicidad y pasar a la acción:
No veas televisión
Deja de ver cine hollywoodiense
Deja de consumir drogas y alimentos
tóxicos
No seas tacaño con tu salud, come
ecológico y productos locales
No rompas la familia, no te separes, ama
a tus hijos y edúcalos en los valores del Bien
Deja de especular y sostener el sistema
mafioso bancario, saca tu dinero papel del banco, financia proyectos
positivos o compra oro
y
No
votes
Todo eso es lo que los amos del mundo del
Mal no quieren que hagas
Por
eso debes hacerlo.
Porque
es la manera de empezar a construir el mundo del Bien.
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