VOLTEAR LA PIRÁMIDE: El bien contra el mal
La
mayoría de cosmogonías de las culturas de nuestro planeta coinciden
en que todo empezó con una misma acción: crear dualidad mediante la
división de todas las cosas. La Biblia nos cuenta que lo primero que
Dios hace es el cielo y la tierra, la luz y las tinieblas, separa las
aguas de arriba de las de abajo,… todo es dual.
De hecho toda la
Biblia es un canto al mundo de la dualidad en donde el número dos
esta presente desde la primera letra de la primera palabra del primer
capítulo del Génesis.
Dicha
primera letra del Génesis en el idioma original hebreo es la letra
“béit”. En gematría la letra “béit” tiene valor numérico
igual a 2 y al ser la letra inicial de la Biblia, nos da a entender
que estamos empezando a leer uno de los máximos exponentes de la
dualidad del universo donde habitamos. Todo lo que nos rodea esta
sujeto a la dualidad que el propio número dos representa.
Vivimos
en un universo dual donde existe el bueno y el malo, el guapo y el
feo, el rico y el pobre, el alto y el bajo,… estamos rodeados de
dualidades a todas horas, sea de día o de noche!!!!
Dualismo
es el nombre aplicado a las doctrinas religiosas o filosóficas que
explican el universo por la acción de dos principios irreductibles.
Se consideran dualistas todas aquellas creencias que afirman que el
universo esta formado y mantenido por dos principios necesarios y
eternos. Todos los sistemas duales admiten dos principios, como el
bien-mal, o el alma-cuerpo.
Dentro
de la filosofía, el dualismo es la teoría según la cual la mente y
la materia son dos cosas distintas. El defensor más famoso de la
teoría del dualismo es Descartes que argumentaba que es concebible
la existencia separada de la mente y del cuerpo.
La
dualidad es la reunión de dos caracteres distintos en una misma
persona o cosa.
Pero
la mayoría de gente tiene un concepto de la dualidad completamente
equivocado y muy distorsionado. Una prueba de esta confusión es la
famosa guerra del “bien contra el mal” que todo el mundo pregona.
Estamos ante dos términos completamente opuestos y diferentes, en
donde no existen términos medios ni medias tintas. Esta es una de
las características de la dualidad, del miso modo que en el color
blanco no puede haber ninguna partícula negra ya que entonces deja
de ser blanco para ser gris.
Por
tanto el bien es 100 por 100 bueno, dentro de su composición, no
encontraremos jamás ninguna partícula maligna. Con el mal ocurre lo
mismo, dentro del mal no hay ninguna partícula que no sea mala. Es
por esto que en el mal no existe nada de compasión, ni de caridad,
el mal no tiene remordimientos de conciencia, por que la conciencia
en el mal brilla por su ausencia.
Y
ahora en esta hipotética guerra bien contra mal, la pregunta del
millón:
¿Como
puede el auténtico bien usar la violencia, si es 100% bueno y no
tiene ni pizca de maldad?
La
respuesta es evidente:
No
puede, es imposible, el autentico bien jamás mata, hiere, asesina,
envenena, manipula, bombardea, roba,… es imposible.
El Bien no
tiene por misión derrotar al mal.
El Bien nunca pelea, nos han
engañado, la guerra del bien contra el mal, no es tal!!!!
Pero
tal y como comentábamos al comenzar este artículo, la mayoría de
gente no tiene este concepto del bien-mal valorado de este modo. La
mayoría piensa que existe una guerra del bien contra el mal desde
que Satán y sus colegas se portaron fatal y fueron expulsados de
clase por el profesor.
La
mayoría de seres humanos están esperando, de un momento a otro, la
victoria del ejercito del bien contra el ejército del mal. No se han
percatado que el ejército del bien no existe. Mientras todos sigan
esperando la victoria del ejército inexistente del bien, nadie hará
nada para empezar a derrotar al poder oculto. La jugada es magistral,
digna del “mejor” de los manipuladores.
Todos
esperando el desenlace de una guerra que no existe con la esperanza
de que sean los buenos los que ganen. Mientras tanto unos pocos
situados en el “top de la pirámide” se descojonan de nuestra
buena voluntad y santa paciencia. Son unos pocos pero todos ellos
tienen un doctorado en engaño y manipulación. Para poder vivir en
paz y amistad, esta pirámide construida desde la maldad tiene que
ser volteada. Pero ningún ejército aparecerá en escena y te va a
sacar las castañas del fuego. En estos casos el quinto de caballería
nunca suele aparecer y tus castañas se calcinan.
Para
poder invertir la puta pirámide, es indispensable una acción
conjunta de cada uno de nosotros. Es una pirámide muy pesada y
experimentada en dominar y manipular. Unos pocos no la pueden
voltear, tenemos que ser todos. Solo así podremos poner la dichosa
pirámide “patas arriba”.
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