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28.10.16

Todos esperando el desenlace de una guerra que no existe

VOLTEAR LA PIRÁMIDE: El bien contra el mal               


La mayoría de cosmogonías de las culturas de nuestro planeta coinciden en que todo empezó con una misma acción: crear dualidad mediante la división de todas las cosas. La Biblia nos cuenta que lo primero que Dios hace es el cielo y la tierra, la luz y las tinieblas, separa las aguas de arriba de las de abajo,… todo es dual. 

De hecho toda la Biblia es un canto al mundo de la dualidad en donde el número dos esta presente desde la primera letra de la primera palabra del primer capítulo del Génesis.

Dicha primera letra del Génesis en el idioma original hebreo es la letra “béit”. En gematría la letra “béit” tiene valor numérico igual a 2 y al ser la letra inicial de la Biblia, nos da a entender que estamos empezando a leer uno de los máximos exponentes de la dualidad del universo donde habitamos. Todo lo que nos rodea esta sujeto a la dualidad que el propio número dos representa.

Vivimos en un universo dual donde existe el bueno y el malo, el guapo y el feo, el rico y el pobre, el alto y el bajo,… estamos rodeados de dualidades a todas horas, sea de día o de noche!!!!

Dualismo es el nombre aplicado a las doctrinas religiosas o filosóficas que explican el universo por la acción de dos principios irreductibles. Se consideran dualistas todas aquellas creencias que afirman que el universo esta formado y mantenido por dos principios necesarios y eternos. Todos los sistemas duales admiten dos principios, como el bien-mal, o el alma-cuerpo.
Dentro de la filosofía, el dualismo es la teoría según la cual la mente y la materia son dos cosas distintas. El defensor más famoso de la teoría del dualismo es Descartes que argumentaba que es concebible la existencia separada de la mente y del cuerpo.
La dualidad es la reunión de dos caracteres distintos en una misma persona o cosa.
Pero la mayoría de gente tiene un concepto de la dualidad completamente equivocado y muy distorsionado. Una prueba de esta confusión es la famosa guerra del “bien contra el mal” que todo el mundo pregona. Estamos ante dos términos completamente opuestos y diferentes, en donde no existen términos medios ni medias tintas. Esta es una de las características de la dualidad, del miso modo que en el color blanco no puede haber ninguna partícula negra ya que entonces deja de ser blanco para ser gris.

Por tanto el bien es 100 por 100 bueno, dentro de su composición, no encontraremos jamás ninguna partícula maligna. Con el mal ocurre lo mismo, dentro del mal no hay ninguna partícula que no sea mala. Es por esto que en el mal no existe nada de compasión, ni de caridad, el mal no tiene remordimientos de conciencia, por que la conciencia en el mal brilla por su ausencia.

Y ahora en esta hipotética guerra bien contra mal, la pregunta del millón:
¿Como puede el auténtico bien usar la violencia, si es 100% bueno y no tiene ni pizca de maldad?
La respuesta es evidente:
No puede, es imposible, el autentico bien jamás mata, hiere, asesina, envenena, manipula, bombardea, roba,… es imposible.
El Bien no tiene por misión derrotar al mal.
El Bien nunca pelea, nos han engañado, la guerra del bien contra el mal, no es tal!!!!
Pero tal y como comentábamos al comenzar este artículo, la mayoría de gente no tiene este concepto del bien-mal valorado de este modo. La mayoría piensa que existe una guerra del bien contra el mal desde que Satán y sus colegas se portaron fatal y fueron expulsados de clase por el profesor.

La mayoría de seres humanos están esperando, de un momento a otro, la victoria del ejercito del bien contra el ejército del mal. No se han percatado que el ejército del bien no existe. Mientras todos sigan esperando la victoria del ejército inexistente del bien, nadie hará nada para empezar a derrotar al poder oculto. La jugada es magistral, digna del “mejor” de los manipuladores.

Todos esperando el desenlace de una guerra que no existe con la esperanza de que sean los buenos los que ganen. Mientras tanto unos pocos situados en el “top de la pirámide” se descojonan de nuestra buena voluntad y santa paciencia. Son unos pocos pero todos ellos tienen un doctorado en engaño y manipulación. Para poder vivir en paz y amistad, esta pirámide construida desde la maldad tiene que ser volteada. Pero ningún ejército aparecerá en escena y te va a sacar las castañas del fuego. En estos casos el quinto de caballería nunca suele aparecer y tus castañas se calcinan.
Para poder invertir la puta pirámide, es indispensable una acción conjunta de cada uno de nosotros. Es una pirámide muy pesada y experimentada en dominar y manipular. Unos pocos no la pueden voltear, tenemos que ser todos. Solo así podremos poner la dichosa pirámide “patas arriba”.

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