26.5.17

Regresar como humanidad superior, para retornar la vida a su cauce natural

¿ADÓNDE VA REALMENTE EL MUNDO?                                       


          Fuera de invasiones y choques con planetas


Las profecías inclumplidas, un planeta Nibiru que todos los años se acerca, pero nunca llega, tercera guerra mundial, la ayuda del comando galáctico, los seres de los mundos superiores, el rapto, la ascención, los annunaki… y tantas alternativas más que romperán nuestra inevitable extinción… pero que nunca ocurren… ¿Vamos a pensar como adultos?… Algo está sucediendo…

Con grandes posibilidades de que los grandes acaparadores de las riquezas del mundo continúen en su sendero interminable de poseerlo todo, pueden estar sucediendo cambios en la cultura humana que generen grandes sorpresas o, por lo menos, corrientes difíciles de evadir, como puede ser un rotundo cambio de valores.

Una parte de la humanidad, la pensante, se va dando cuenta de ciertas características de nuestra cultura:

1 – No existe ninguna democracia, sino un show periódico de elecciones entre candidatos puestos por el stablishment, en el cual se gastan millones de dólares en desmedro de las áreas donde hay real necesidad de ellos.

2 – Ningún candidato tiene vocación por defender al pueblo o a las virtudes que tan ostentosamente se nos inculcan, como son: la justicia, la igualdad, la honestidad, el patriotismo.


3 – Nuestra carrera individual: crecer, estudiar, graduarse, casarse, pagar créditos y cuentas, tener hijos, envejecer y morir no conduce a nadie a la felicidad y ya estamos todos convencidos de que se trata de una rueda interminable y falsa.

4 – Los parámetros que apuntan a destruir la unidad familiar, dudar de la propia sexualidad, desmedro de la masculinidad, aceptación de la pedofilia, etc. impuestos desde el show mediático.

5 – Toda una cultura mediática de violencia, sexo y falsos valores.

6 – La adoración del dinero.

7 – La predominancia de religiones fundamentalistas, basadas en falsos libros llamados “sagrados”, con parámetros de dudosa sanidad mental y peligrosas consecuencias.

y otras que nos van sumergiendo en la confusión y el sufrimiento, nos hacen recapacitar sobre nuestros valores y objetivos y poner en duda nuestro estilo de vida.

Nos vamos dando cuenta que no queremos vivir nuestra paternidad/maternidad como una cadena de sometimiento, que son absurdos los años que invertimos en estudio, o para ser más exactos en “colonización”, que las horas de trabajo son excesivas y los sueldos bajos, de manera que se vive en un estado de tensión por las cuentas que generalmente genera el mismo gobierno.

Vamos orientando la mirada hacia una mejor calidad de vida, la que, alguna vez, nos prometió la civilización y que fue robada indecentemente por unas pocas familias dominantes.

Personalmente no me importa si son annunakis, reptiles, judíos o árabes… me importa que unos pocos tengan en exceso lo que otros producimos en nuestras horas de vida.

Poco a poco, aquellos que somos más productivos, creativos y pensantes, nos hemos dado cuenta que no vale la pena vivir así. Mucho trabajo y poca calidad de vida.

Hemos comenzado por no tener hijos, o no más de uno, para que el esfuerzo de criarlos y pagar sus largos estudios no devore nuestra existencia. O por lo menos para poder brindarle una buena calidad de vida a ese hijo.

Si logramos generar una conciencia colectiva de esto, los profesionales optaremos por puestos de trabajo bien remunerados que no reclamen más de 4 horas de trabajo diario y 5 días en la semana. Y seremos lo bastante humanitarios y justos como para que los trabajadores de líneas de montaje, labor, etc. sean tratados de igual forma.

Pero para esto habrá que darse cuenta que toda esta cultura de falta de trabajo y crisis es parte de la mentira montada para reducir nuestros sueldos y mantenernos en nuestros escritorios 10 hora diarias.

Es preferible que te retires a una cabaña humilde a plantar tus tomates que seguir en este régimen destructivo de producción elaborado y dirigido por psicópatas.

Si eres consciente abandonarás esta postura de cobardía y miedo ante la inseguridad, para adoptar una de control de tu vida y tu tiempo, donde el miedo lo comenzarán a sentir “ellos”.

Generaremos una cultura de la inutilidad, donde los grandes cerebros promotores de riqueza nos dediquemos a hacer nada, a ser inútiles, tanto que ni siquiera puedan darse cuenta de nuestro juego.

Nos ocultaremos por 1.000 años en tareas simples de campo que nos den de comer y nos permitan calidad de vida, seremos pescadores y gozaremos del mar y la playa, cazadores y gozaremos de la montaña… libres, siempre libres.

Y cuando regresemos, lo haremos como humanidad superior, para retornar la vida a su cauce natural.


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