4.4.18

Ahora, somos demasiados. Cada vez somos más fuertes.

GRIETAS EN LA MATRIX                                                     

El presente post está dedicado a un texto reciente de Jean-Marc Dupuis, director de Santé Nature Innovation,  la publicación de salud natural de mayor divulgación en habla francesa, con más de 800.000 lectores.

Se trata de una carta que dirige a sus lectores, con el título “Quieren la piel de las medicinas alternativas”. En ella, Dupuis desmonta con brillantez el sensacionalismo del apabullante ataque a las medicinas complementarias en Francia, lanzado desde el periódico Le Figaro, que el pasado 18 de marzo publicaba una crónica de página entera, con un  llamativo titular:


La llamada de 124 profesionales de la salud contra las “medicinas alternativas”

Los medios de comunicación no cuentan la realidad, la crean…
En realidad, lo que está sucediendo es que la Matrix se está agrietando…

Las mentiras con las que acunaron nuestros sueños los medios de comunicación ya no sirven como nana. 

En todos los países, el descrédito de los medias se trasluce en la caída de las ventas de periódicos año tras año.

La Tribuna de Cartagena, el pequeño periódico digital que está informando de lo que los grandes medios ponen todo su esfuerzo en ocultar, se hace cargo de la aceleración de la caída en picado del grupo PRISA en España, gracias a sus contradicciones internas. Demasiado silencio cómplice, demasiado escándalo y demasiada corrupción.

Pero la verdad se está abriendo paso…


A este respecto, la cuestión de fondo la explica la socióloga experta en medios de comunicación Ángeles Díaz cuando afirma:  

Estas empresas mediáticas se mantienen a pesar de que puedan tener pérdidas, porque su objetivo es, por un lado, sostener y reproducir los intereses del grupo de empresas del que forman parte y, por otro lado, la reproducción del propio sistema, que no puede ser cuestionado en lo sustancial”. 

El capitalismo no puede subsistir sin apropiarse también de los medios de producción de conciencia. La labor del periodismo en este sistema es, fundamentalmente, elaborar relatos coherentes que destruyen a su vez la posibilidad de otros relatos que vengan de otras fuentes que no sean el poder político y el poder económico” 

Es preciso matizar que los medios no están al servicio del poder, sino que son una de las formas mediante las cuáles éste se expresa y logra reproducirse, reduciendo las resistencias”.

Este es el marco global en el que debe situarse y entenderse también algo como el ataque a las medicinas alternativas y complementarias lanzado por Le Figaro.

La carta que Jean Marc Dupuis dirige a sus lectores -y que se incluye a continuación en este post- es, en realidad, un imprescindible ejercicio de decodificación en el que pone de manifiesto la tramoya – es decir, la verdadera motivación oculta detrás de un artículo como el de Le Figaro.

Por tanto, la tarea que nos corresponde seguir llevando a cabo como ciudadanos y consumidores estriba en despertar al hecho de que los medios de comunicación no informan sobre la realidad sino que la crean… a la medida exacta de los intereses de los poderosos que los financian.

De ahí, el interés del brillante análisis de situación que realiza Jean Marc Dupuis sobre la verdadera posición de las medicinas alternativas / complementarias, que, por supuesto, están siendo atacadas de igual manera en otros países, y de una manera clarísima en España, desde el Observatorio contra las pseudociencias, creado por la Organización Médica Colegial, a cuya acción ya hemos dedicado anteriores posts.

Quieren la piel de las medicinas alternativas

    1. 124 médicos y profesionales de la salud nos atacan a través de la prensa

      1. Querida lectora, querido lector,

      2. 124 profesionales de la salud requieren, en una columna en Le Figaro del 18 de marzo de 2018, la piel de las medicinas alternativas [1].

      3. Hipnoterapia, acupuntura, naturopatía y homeopatía: acusan a estas disciplinas de ser ‘peligrosas’, “sin ningún fundamento científico”, “alimentadas por charlatanes” y “basadas en creencias prometiendo una curación milagrosa.

      4. Para ellos, es necesario excluir a los médicos que practican enfoques alternativos, prohibiéndoles hacer mención de sus títulos de doctores o profesionales de la salud, prohibir cualquier reembolso, e imponer diversas sanciones legales, disciplinaria y financiera.

Quizá esto te haga saltar.

Pero al leer esta tribuna, sonreí. Sí, ¡me hizo feliz!

      1. De hecho, yo, que tengo algunas décadas de experiencia, recuerdo la época cuando las medicinas alternativas no tenían el privilegio de ser atacadas por los medios de comunicación.

      2. En el mejor de los casos, se reían de nosotros. En el peor, nos ignoraban.

      3. Ser atacado en los periódicos muestra, paradójicamente, que estamos ganando.

      4. Inquietamos a los poderes dominantes. Molestamos a los grandes intereses.

      5. Y eso debe alegrarnos.

      6. Recuerde esta cita muy profunda atribuida a Gandhi:

    1. Primero nos ignoran, entonces se ríen de nosotros, después luchan contra nosotros, y luego ganamos.”

    2. (Gandhi)

 Acordaos de la época en la que nos ignoraban totalmente
      1. En la década de 1960, aparte de algunos hippies progresistas, nadie hablaba de medicinas alternativas.

      2. Como mucho, se reían de los “remedios de bonne femme” en realidad, ‘remedios de buena fama’, es decir, “buena reputación”) (En castellano los conocemos como “los remedios de la abuela).

      3. Era la época en la que el presidente estadounidense Nixon lanzó su “guerra contra el cáncer” (War on Cancer, 1971). Él acabaría con el cáncer “en 10 años”, prometió [2].

      4. Era el tiempo en que la vacuna contra la artrosis, la píldora contra el Alzheimer y la diabetes, la curación de la esclerosis en placas, estaban supuestamente al alcance de la mano (!).

      5. Desde los ‘grandes’ profesores de medicina a la simple ama de casa, todo el mundo creía que la medicina “científica” pronto curaría todas las enfermedades. “No podemos detener el progreso” fue el lema de la época.

      6. Y entonces, ¡catapúm!

 1980: la derrota de la medicina moderna
      1. Los años 80 fueron los de la aparición del SIDA (35 millones muertos [3]) y el comienzo de la epidemia de sobrepeso y obesidad (2,1 billones personas actualmente [4]).

      2. Los años 90 fueron los de la explosión de diabetes (+ 90% en diez años [5]) y depresión (+ 450% desde 1987 [6]).

      3. La década del 2000, la de la enfermedad de Alzheimer (+ 100% en 20 años [7]) y de autismo (+ 657% en diez años [8]).

      4. La década de 2010, la de la enfermedad de Lyme, trastornos bipolares,  bacterias multirresistentes a antibióticos, el regreso de la tuberculosis en los países occidentales, perturbaciones endocrinas y la caída de la fertilidad  (una pareja de cada cuatro de los países desarrollados tiene problemas de infertilidad [9]).

      5. Hoy en día, las nubes negras son tan gruesas que los más pesimistas empiezan a predecir el final de la humanidad para el año 2100 [10]…

    1. Epidemia de cáncer

      1. Pero sobre todo, fue el trágico aumento de cáncer en todo el período.

      2. Las cifras son de pesadilla.

      3. principios del siglo XX, sólo una persona de cada veinte fue diagnosticada de cáncer en el curso de su vida.

      4. En la década de 1940 todavía, no era más que una persona de cada dieciséis.

      5. En la década de 1970, fue una persona de cada diez.

      6. Hoy en día, es uno de cada tres [11].!!

    1. Entiendes por qué están atacando ahora

      1. Entendiste por qué nos atacan ahora.

      2. A todas estas nuevas epidemias que acabo de citar, hay que añadir los escándalos farmacéuticos que se multiplican (píldoras cancerígenas, Mediator que daña el corazón, Buflomédil, Vioxx, Depakine…), los abandonos médicos, la crisis hospitalaria, los déficits que se hunden, los accidentes relacionados con los medicamentos (15 000 muertes al año [12]).



El cuadro general de la medicina moderna es tan oscuro como estos “agujeros negros” en el espacio que absorben y hacen desaparecer todo lo que está a su alcance.
      1. Presupuestos faraónicos, personal hinchado, fármacos por toneladas, equipos cada vez más sofisticados, elevación del precio de las camas, inflación reglamentaria, informatización de los sistemas, sobremedicalización extrema: ningún medio material es suficiente para frenar la ola creciente de la catástrofe de salud que está cayendo sobre nosotros colectivamente.

    1. Un TGV contra un muro de hormigón armado



      1. La medicina moderna estaba en un punto muerto desde hace dos décadas ya.

      2. Actualmente, ante nuestros ojos, ella se estrella contra la realidad como un TGV lanzado a toda velocidad contra una pared de hormigón armado.

      3. Entonces, por supuesto, esto desencadena reacciones desesperadas.

      4. Se  buscan chivos expiatorios.

      5. Se necesita un culpable para quemar en la plaza pública.

      6. Es necesario para desviar la atención, el centro del debate!

      1. Y como siempre, lo más fácil, lo menos arriesgado, es atacar a quienes no pueden defenderse.

      2. El terapeuta, el homeópata, el herborista, el naturópata, el fabricante de los aceites esenciales en su campo de lavanda y verbena.

      3. Aquellos que viven en constante temor al juicio. Alguien que no tiene ninguna entrada en el Ministerio de Salud. Aquel que no lo hace junto a la “poderosa orden de los médicos” para defenderlo. Quien no tiene la tarjeta Vitale.

      1. El que no tiene presupuesto de investigación, que no es invitado a los lujosos simposios de la industria farmacéutica y todavía menos en la televisión. El que tiene que hacer frente, como puede, con su papeleo y escasos ingresos en su pequeña oficina.

      2. Quien no tiene tiempo para hacer muchas reverencias en las oficinas ministeriales. Alguien que no tiene ninguna parada en el gobierno. Alguien que no tiene ningún lobbysta profesional en Bruselas a su servicio. Que no recibe ningún regalo en Navidad de representantes médicos.

      3. Alguien a quien los periodistas “inflaman” regularmente en sus columnas, por facilidad, para producir la barata ilusión a sus lectores de ser ofensivos y valientes (mientras que atacar a los débiles, por el contrario, es un signo de cobardía…).

    1. Las líneas se mueven, las paredes tiemblan

      1. Así que esto es.

      2. Cuando los poderosos sienten la necesidad de arremeten contra los pequeños es que los niños no han podido quedarse en la caja donde los pusieron.

      3. Los pequeños salieron de los límites que se les había asignado. Hacen mucho ruido. Son demasiados.

      4. Hacen mover las líneas. Hacen temblar los muros.

      5. Surge la necesidad de tratar de asustarlos para que vuelvan a esconderse en su agujero.

    1. ¿Funcionará esta vez?

    2. Estoy convencido que no. Ahora, somos demasiados. Cada vez somos más fuertes.

      1. La tribuna de  Le Figaro también ha revivido la gran petición de decir “no al reembolso de la homeopatía”, que lleva sobre 200.000 firmas.

      2. Ninguna campaña de desprestigio, de desinformación, puede convencer a los pacientes de que están bien apoyados por el sistema, y de que los enfoques alternativos y naturales no tienen nada que darles.

    1.  Falta de honradez

Sobre todo, los ciudadanos son conscientes de la deshonestidad de los medios de comunicación y no confían en ellos ya.

      1. Cuando Le Figaro dedica una página completa a 124 médicos y profesionales de la salud que denuncian las medicinas alternativas, aunque no ha dedicado ni una línea, ni una palabra, a los 8.000 médicos y profesionales de la salud que han firmado El llamamiento a la razón de los profesores Joyeux y Montagnier sobre las vacunas, ya revela su verdadera naturaleza. 

      1. Pero no carguemos con Le Figaro. Otros periódicos y medios de comunicación han hecho lo mismo. Máxima exposición para algunos, absoluto silencio por los demás, incluso si son 70 veces más.

      2. Esta es la razón por qué los ciudadanos conscientes y bien informados se vuelven hacia fuentes alternativas et independientes como Santé Nature Innovation. ¡No soy yo quien se lo va a reprochar!

      3.  ¡A tu salud!




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