Taumaturgos, filósofos,
sabios, gurúes, videntes, psicólogos, científicos, físicos
cuánticos y de los otros, especialistas en tierras planas,
desvergadores de conspiraciones secretas… nunca antes, ni en la
mejor de las antologías, se habían reunido tantos e importantes
maestros como los que puedes encontrar en Facebook, un día
cualquiera…
El mago, la cualidad del que todo lo
puede, el que controla el mundo físico y el espiritual, el hacedor…
También el manipulador…
¿Quién no aspira a ser mago? ¿Quién
no quisiera, con un toque de varita y un hechizo, lograr lo que no ha
podido con inteligencia y esfuerzo?
En la cúspide de los arquetipos
humanos de Jung está, también, el brujo, el que domina la materia.
Mejor que el guerrero, mejor que el vagabundo…
Y los seguidores del Sol Negro son,
también, hechiceros todopoderosos, que ya han superado los límites
de la consciencia borrega. Pero el mago puede ser, la mayor
parte del tiempo, un ilusionista, un embaucador.
La magia, la real, es un conjunto de
ciencias y resulta muy difícil que alguien las domine todas, porque
no se trata sólo de leer y conocer, sino de haber alcanzado ciertos
niveles de poder para establecerte en otras dimensiones de la
consciencia.
Mas, cuando la consciencia se expande
lo suficiente, el mago se convierte en sabio y ya no quiere ser mago.
Siendo que esta condición no se
adquiere en una sola vida, el futuro taumaturgo habrá nacido con
ciertas condiciones, rarezas que determinaron que, desde niño,
tuviera problemas para relacionarse con otros niños y anduviera
detrás de conocimientos sin saber a ciencia cierta cuáles.
Su búsqueda lo llevará a la lectura
excesiva, a la investigación, a la adhesión a sectas esotéricas, a
las prácticas peligrosas. Si tiene buena fortuna, se encontrará con
maestros que le transmitirán conocimientos, como la alquimia, la
astrología y cosas por el estilo…
Aprenderá sobre la vida de otros
magos, se sumergirá en las propiedades de las plantas, las gemas y
los minerales. Más tarde, adquirirá habilidad para viajar en el
mundo astral y realizará curaciones o rescatará almas disgregadas.
En el astral hallará amigos. Elfos,
hadas, dioses… Si tiene suerte y se lo merece, es posible que sea
iniciado allí mismo… la mayoría de las veces no será así. Si
aprende lo suficiente se supone que adquirirá poder sobre los
elementos. Nunca he visto a nadie que tenga esa capacidad en forma
completa (los 4 elementos), pero no dudo que los haya.
También se cruzará con falsos
ilusionistas, escuelas nigromantes, gurúes de pacotilla…
Si tiene dos dedos de frente, al
mismo tiempo, estudiará una profesión o buscará un empleo donde
desarrollarse. Si no, probablemente termine siendo uno de esos
maestros magos poderosos que no tienen el poder de ganarse la vida.
Uno de los mejores alquimistas que
conocí, era bioquímico de profesión y había desarrollado varios
medicamentos.
Al contrario de lo que creen muchos
cultores de la nueva era, la magia no se ejecuta a través de
decretos (forma moderna del hechizo), ni visualizando las runas
noológicas, porque como sea, si alguna vez eso fue efectivo, la
técnica se perdió hace mucho.
Si lo que deseamos obtener es un
objetivo determinado, primero debemos saber exactamente cuál es, no
detenernos en cómo hemos de conseguirlo, sino que mantendremos
nuestra intención y decisión firmemente en él para “soltarlo”,
luego, hacia afuera. Una vez que esto es “lanzado”, el universo
comienza a crear los medios para realizarlo, pero nunca sabemos
cuánto tiempo llevará su concreción, porque el tiempo es la
herramienta de la matrix y no tenemos control sobre ella.
En los rituales mágicos esto
equivale a lo que se llama “raising energy” o “incrementando la
energía” y ritualmente, consiste en repetir verbalmente el
objetivo mientras se camina en círculos dentro de una circunferencia
mágica, previamente trazada. Finalmente los participantes “lanzan”
la energía “amasada” hacia el espacio y ya no hablan más de
ello.
Mucha gente hace este tipo de
rituales en su casa, ignorando que el círculo es una puerta abierta
a los planos astrales. Los círculos deben ser abiertos y cerrados
adecuadamente (la técnica para hacerlo no es tópico de este corto
artículo) y realizados preferentemente al aire libre.
Obviamente, no recomiendo hacer nada
de esto sin una completa instrucción al respecto.
La efectividad de todo proceso
“mágico” se remite a algunas cosas básicas. En primer lugar,
sepamos que lo mágico no es milagroso, ni tampoco es demoníaco. El
hombre tiene ese poder naturalmente.
La magia no es crear algo de la
nada, sino utilizar sabiamente los elementos que el universo nos ha
otorgado como espíritus que somos.
Hay dos elementos inherentes a la
vida que todo ser tiene en mayor o menor medida, son el PODER y la
INFLUENCIA y un tercero que agrupa a estos y otros factores de la
vida: LA COHERENCIA DEL PRINCIPIO AL FIN, también llamada
SINCRONISMO.
Sobre este asunto se puede escribir
un libro completo de mil páginas. En mi libro On’Yomi hay
información sobre el particular, la cual, aunque más extensa,
requiere de investigación por parte del interesado.
Esta corta e incompleta exposición
tiene como motivo darle al lector algunos elementos para evitar que
sea engañado y se convierta en seguidor de un cosechador de almas o
un listo que goza influenciando irresponsablemente a las personas.
Los atisbos de arrogancia y el egotismo exagerado suelen ser claros
indicios de la falsedad del maestro.
A lo que quiero, finalmente, arribar
es a que este tipo de conocimientos no es algo cotidiano que se
obtiene en un curso de fin de semana, sino que revela la dedicación
profunda de un alma durante una gran cantidad de existencias. No hay
certificaciones en esto y caer en malas manos es muy peligroso.
Me recuerda a la triste anécdota de
los estudiantes de artes marciales que se mantienen a tu lado hasta
que los gradúas de cinturón negro, para luego irse raudos con su
flamante certificación a abrir una escuela, cuando la realidad es
que un cinta negra recién comienza a aprender el arte y la fidelidad
a su maestro es uno de los principios básicos del guerrero.
Pero, en estos tiempos, todo viene en
pequeños envases o en píldoras y el esfuerzo no es valorado
adecuadamente.
Nuevamente, vuelvo al principio, la
magia no es para el que no es capaz de realizar las cosas en base a
su inteligencia y esfuerzo, es para que seres poderosos extiendan su
influencia más allá de lo que la gente común hace.
Y los llamarás, entonces: Hacedores
de Lluvia, Curadores a Distancia, Terror de los Demonios…
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