PERCEPCIÓN DE PATRONES ILUSORIOS
La nueva maldición de los “conspiranoicos”
SINOPSIS: según
cierto estudio científico -seguramente autofinanciado- la nueva
“patología” descubierta (que solo afecta, todo hay que decirlo,
a la gente CON cabeza) parece ser la principal causante de que muchos
idiotas como este que viste y calza creamos en “ton-teorías”
conspirativas.
Vaya
mesecito. En la entrada pasada os revelo vuestra cualidad
de “afásicos” y
ahora vuelvo a la carga para adjudicaros por la cara otra patología
literalmente inventada.
Pero no por mí, qué va, sino por los enteradillos de turno
oficiando a
sueldo del
Sistema para variar.
Se
dice que tras efectuar varios experimentos
(seguramente pre-escogidos para
proporcionar los resultados exigidos como
de costumbre) un grupo de eminencias ha llegado a la conclusión de
que quienes percibimos en el Universo patrones
ocultos de causa y efecto (habitualmente
desapercibidos por la mayoría) en realidad padecemos cierta cualidad
digna ipso facto de ser erradicada (por su capacidad para mostrar más
allá de
la común estrategia de adoctrinamiento del gobierno de turno muy
posiblemente).
Comienza
el resumen del estudio al
que refiero confesando sin vergüenza que “Una suposición habitual
es que la creencia en teorías conspirativas y en los fenómenos
sobrenaturales se cimentan sobre la percepción de
patrones ilusorios”
(en adelante PPI). Lo cual, traducido cortésmente al román paladino
por uno de los principales afectados por el nuevo “síndrome”,
vendría a significar en mi idioma de nacimiento que “como la
suposición de
inicio es la que es, y puesto que el estudio se financia solo
para confirmarla,
entonces salta a la vista que no podemos incluir en el
experimento prueba
ninguna que la contravenga”.
De cajón, bueno, si es que sufres de PPI como yo…
Puede
que para ratificar mis palabras os baste con advertir, a vosotros
enfermos que sentís a través de las cosas, la cantidad
de prejuicios subjetivos
e infundados (“no
científicos” en su propia jerga) que entre tanto caradura en su
estudio coleccionan:
“Con frecuencia, la gente tiene creencias irracionales que nosotros [los entendidos] definimos aquí como infundadas, irrealistas, no científicas y como suposiciones ilógicas acerca del mundo. Aunque existen muchas creencias irracionales, la creencia en teorías conspirativas y lo supernatural son particularmente prevalentes entre los ciudadanos ordinarios sanos […]. Las teorías conspirativas se definen comúnmente como la presunción de que un grupo de gente se confabula para alcanzar en secreto objetivos malvados [imaginad de fondo 3 segundos de risas enlatadas…]. Y si bien las conspiraciones pueden ocurrir y ocurren, y por tanto no todas son irracionales (p.e. el Watergate, el asunto Irán-Contra), muchas de las teorías conspirativas consideradas por los ciudadanos son improbables a la luz de la lógica o de la evidencia científica, incluyendo las teorías de que el 9-11 fue un trabajo desde dentro, que la industria farmacéutica propaga enfermedades deliberadamente, o que el cambio climático es una mentira fabricada por los científicos [sin comentarios]. La creencia en lo supernatural se define como creencias que violan los principios de la naturaleza fundados científicamente, incluyendo la superstición, la creencia en lo paranormal, los horóscopos y la telepatía [como veis no ha quedado en el teclado ningún archienemigo del empirismo más obtuso].”
Jan‐Willem van Prooijen, Karen M. Douglas y Clara De Inocencio,
“Connecting the dots: Illusory pattern perception predicts
belief in conspiracies and the supernatural
[Conectando los puntos: la percepción de patrones ilusorios
predice la creencia en conspiraciones y en lo supernatural]”,
European Journal of Social Psychology, 21/08/2017.
Con
todo y con eso, creo que no hace falta ser afásico de libro ni
enfermo incurable de PPI para darse uno cuenta del
singular desprecio con
el que tuercebotas como estos prejuzgan sin recato la
capacidad ajena para percibir en el entorno conexiones, patrones o
relaciones de causa-efecto camufladas sutilmente entre eventos
varios… y que al Sistema placería que permanecieran,
obviamente, desapercibidas.
Y
ahora a modo de ejemplo que por favor levante la mano quien no intuya
una relación
clara entre las expresiones y términos “multimillonarios”,
“duplica” e “inicio de la crisis” de la siguiente cabecera:
Si
ves un conejo en la imagen, estás normal. Pero ¡ay, amigo, si ves
un pato panza arriba!… porque entonces sufres de PPI. Y si además
te pareciese que alguien conspira a tus espaldas para dejarte
sin trabajo o
para adjudicarte un sueldo
de esclavo –y
todo al mismo tiempo que te fríen a impuestos–
entonces ya ni te digo lo fatal que estás.
Pues,
no, si alguien ha deducido gratuitamente que la crisis
económica actual pudo
ser manufacturada expresamente para
favorecer a las clases más privilegiadas que
sepáis, seres infectos, que la relación causal que percibís en el
titular es “infundada”, “irrealista” y hasta
“ilógica”… porque
lo dicen sus eminencias.
Lo
mejor de todo ya de paso, si os fijáis, es el nombrecito dado a la
“patología” recién parida, porque no puede ser más revelador:
“percepción de patrones ilusorios”.
Atención, mensaje “subliminal” de los primeros espadas de la
Ciencia: “si
ves cosas que nosotros NO VEMOS es solo porque te las estás
IMAGINANDO por tu cuenta,
que lo sepas”. Natural, ¿para qué narices iba una pandilla de
“marcianos” a necesitar conspirar durante milenios
para esclavizar a la mayoría de los habitantes de la Tierra?
En
adición, creo que no hace falta ninguna estar afectado por la tara
cognitiva que se proclama para poder discernir (hasta sin carrera)
la intención meridiana
tras el “publirreportaje” que menciono. Intención que a mi modo
de ver se retrata en el desprecio a
ramas de estudio, ya milenarias por
algo será, de la talla de la astrología (horóscopo) o hasta lo
paranormal en general.
Los
antiguos sumerios no construían observatorios astronómicos pensando
en los secretos guardados entre las luces del firmamento, qué va,
los construían porque eran simplemente imbéciles y
porque les
sobraban los ladrillos y el tiempo.
Palabra de “experto” (“que para eso tengo yo colgado, mi título
falso, en la pared”).
Una
vez más la lectura -siempre desde el punto de vista de una presunta
víctima de PPI, recordad- es que el Sistema desearía eliminar
del ideario popular toda
referencia a cualquier tipo de conocimiento prohibido (“no
científico”), en especial si éste disfruta de la virtud necesaria
para poner patas
arriba el
paradigma oficial de “realidad física”.
Para
justificar la cualidad que pretende criticar el PPI, creo
sinceramente poseer una explicación más sencilla que no acarrea
prejuicio ninguno ni necesidad de despellejar al
observador de turno por el simple hecho, señores “científicos”,
de percibir el mundo cada cual a
su manera.
En
este contexto y siguiendo el hilo de la entrada previa sobre las
habilidades de los afásicos, la “patología” recién inventada
tiene a mi entender mucho más que ver a su vez con las capacidades
perceptivas del
protagonista del evento que con ningún deseo irracional de encontrar
conspiraciones donde no las hay (como nos quieren hacer creer estos
expertos de pacotilla). Tanto es así, que el cerebro está
específicamente diseñado
para percibir, relacionar e interpretar toda
clase de estímulos sensoriales, y todo en ese mismo orden.
De
hecho, lo natural es
justo esto que hacemos nosotros, “enfermos”, sin darnos cuenta
siquiera, tanto en cuanto que el acto mismo de percibir se cimenta
sobre la sensación,
la selección,
la relacióny
la correcta integración de
las miríadas de estímulos capturados del campo electromagnético en
tiempo real. Así que ¿por qué narices iba a tener que sentirse uno
fatal por interpretar
inconscientemente
ciertas sensaciones de la manera en que le salga? ¿Por qué
señalarme como apestado y criticarme con saña nada más que por
advertir tras
la crisis económica una conspiración
en
toda su regla con la que condenar
para siempre a la clase media y beneficiar
a las más altas con
el mismo esfuerzo?
Sres.
“científicos”, acepten deportivamente
su incompetencia sensorial,
porque aun a pesar de que la mayoría de los mortales no es capaz de
completar los cien metros lisos en menos de diez segundos, les juro
que eso no impide que por lo menos uno de ellos lo haga en concreto
(Usain Bolt). De lo cual se desprende, por extensión, que el mundo
puede estar repletito de gente con capacidad más que de sobra para
hacer cosas inimaginables para
ustedes… como percibir en el Universo patrones ocultos de causa y
efecto.
Dicho
lo cual basta ya, por favor, de EXTRAPOLAR
al resto de la población sus miserias en materia de capacidades
perceptivas, porque
semejante actitud se antoja absolutamente incompatible con ese
aclamado “rigor científico” con el que tanto gustan los
científicos de violar nuestros oídos.
Y
el resto, lo de demonizar con
saña a cualquiera que NO
desee participar obedientemente de las creencias de
su manada, pues mucho me temo que eso solo tiene que ver con su
limitado nivel de consciencia.
El
mundo, eminencias, está repleto de gente más alta, más guapa y más
lista que cualquiera de nosotros… y que ustedes por
supuesto que también. Así que lo único que queda ahora por
descubrir es si algún día nos encontraremos a ese “alguien”
para que nos catapulte a cada uno hasta la escala evolutiva que nos
corresponda.
BIENVENIDOS,
“TARADOS”, A LA TIERRA.
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