Cada uno elige, más o menos, como vive. Y
digo “más o menos¨, porque el condicionamiento social reduce
nuestras elecciones, prácticamente, a cero. Y con esto quiero decir
que no elegimos NADA. No podemos elegir algo, cuando nuestra
percepción de la realidad está distorsionada por un mecanismo
externo.
No importa lo que creas. No importa si imaginas
que hay un dios creador que todo lo observa, controla, premia y
castiga. O si te ilusionas con un cosmos mecánico, indiferente,
impermanente e impersonal, incapaz de la mínima compasión.
Repito: no importa lo que creas… te
equivocas.
Tampoco importa si piensas que el cambio comienza
en el régimen de gobierno, o deteniendo los abortos, o evitando que
cacemos y comamos animales (en realidad, entre cazar y criar no hay
ninguna diferencia moral), dejemos de pecar, recemos todos los días,
meditemos… Te equivocas.
Y si crees que Jesús o la Federación Galáctica
vendrán por tí a rescatarte, o que la humanidad toda “ascenderá”
por arte de magia y benevolencia cósmica, en masa y sin haber hecho
absolutamente nada por ascender… También te
equivocas.
Si estás de acuerdo conmigo en estas premisas, es
posible que podamos entendernos en los criterios que siguen a
continuación (mira atentamente el gráfico que sigue)
Por haber leído a los terraplenistas o
estar simplemente informado acerca de las investigaciones de la NASA,
sabrás que existen unos campos electromagnéticos, alrededor de la
Tierra, llamados anillos o franjas de Van Allen. Algunos dicen que el
hombre no puede pasarlos y la NASA dice que sí puede, haciendo unos
cálculos y lanzando sus cohetes en órbita ecuatorial.
No nos interesa discutir eso en particular ahora
mismo, tal vez podamos hacerlo en otro artículo, cuando obtenga más
fundamentos al respecto.
Lo que nos interesa es la existencia de los
anillos y su significado. Y advierto ahora que entraremos en terreno
netamente metafísico.
Estos campos se descubrieron, científicamente
hablando, durante la expedición Apolo XI, por cuanto la ignorancia
de su existencia produjo desviaciones de la órbita calculada.
Pero, en realidad, ya eran conocidos en el mundo
del esoterismo como “círculo o esfera no-se-pasa”.
Los cátaros hablan de un “remodelado de
adaptación”, lo que el común de la gente conoce como “la
matrix”. Las franjas de Van Allen son la manifestación física de
esa matrix, el “cajón” que separa a la 5ta. Densidad de
nosotros, manteniéndonos prisioneros dentro de una burbuja que
transforma la realidad existencial en el modelo que los reptilianos
necesitan para vivir.
Ellos provienen de una realidad 3D y solamente
pueden sobrevivir en ella, en una realidad compuesta de material
denso, el cual prefabricaron en nuestra tierra.
Nosotros provenimos de una realidad de 5ta.
densidad y necesitamos esa realidad sutil para vivir y expandirnos.
La existencia en 4ta densidad se alimenta de:
-
Materia densa.
-
Fuertes ataduras con esa materia a través del deseo.
-
Alimentación de los deseos e inclinaciones terrenales a través de la lujuria, el erotismo y la pornografía, más una oferta cada vez más variada de opciones sexuales.
-
Bajo nivel vibratorio emocional, producido por la promoción en TV y las redes de malas noticias, información que genera reacciones de odio, tristeza y desesperación provocadas por telenovelas, tendencia a la violencia y la ira a través de las series de acción, alta carga erótica en programas cómicos, películas, series y hasta en las telenovelas, misma carga sexual en programas infantiles conducidos por transexuales, homosexuales o mujeres muy sensuales.
-
Incentivo del separatismo y los sentimientos de odio a través de las competencias deportivas, exaltación del nacionalismo, la religión, la cultura local, etc.
-
Educación limitativa exultando el nacionalismo, las costumbres locales, la bandera, las propias fronteras y una falsa sensación de superioridad frente a habitantes de otros países.
Estos son sólo algunos ejemplos, como para
ilustrar acerca del tenor de los elementos que utiliza la matrix para
mantener la situación actual.
Con elementos tecnológicos produce, además, una
serie de ilusiones que conforman lo que creemos es nuestro habitat
natural y la percepción de nosotros mismos.
Desde producir tormentas, hasta disminuir el
ingreso de energía telúrica proveniente de nuestro sol espiritual,
o hacernos ver a la luna como un gran queso gruyere, todo forma parte
de un gran “Truman Show” destinado a mantenernos confundidos y
disminuidos.
Sólo ver el mensaje subyacente en la mayoría de
las religiones predominantes, que se enardecen mostrando nuestras
miserias, nuestra condición de pecadores, surgidos del barro…
castigados por un dios cruel… anegados con historias absurdas y
falsas…
Mientras tanto, ahi está la 5ta densidad, la cual
requiere de una VIBRACIÓN ALTA. A la cual NO
PODEMOS ingresar con niveles vibratorios densos como los que
cultivamos aquí.
Tal vez, lo que nos vuelve más vulnerables es la
convicción de que necesitamos, para toda la vida, la teta y el
regazo maternos. Que somos débiles ante la naturaleza (de la cual
nos hemos aislado tanto que apenas conocemos)
Tuve una perrita que fue criada en departamento,
cuando la llevé a mi casa, la cual tenía jardín, observé que ella
no pisaba la hierba, que cuando llegaba al borde del patio
embaldosado, retiraba sus patitas como si la grama las quemara. Así
nos sucede a nosotros, nos hemos vuelto tan sensibles a lo natural
que su contacto nos duele.
Y, entonces, nos hacemos de una gran cantidad de
elementos artificiales para “sobrevivir”, desde una capa de grasa
corporal, hasta casas fortificadas, pasando por autos, ropa, etc.
etc. etc.
Lo que es peor: DEPENDEMOS ABSOLUTAMENTE DE ESOS
ELEMENTOS.
Pero, en el trayecto, perdemos nuestra naturaleza
espiritual, la verdadera, dejamos de aspirar hacia arriba, para volar
hacia abajo, hacia lo denso, hacia el comfort, la lujuria, el
egoismo.
Resumiendo: no vamos a entrar a la 5ta. densidad
con consciencia de 4ta. densidad. Tenemos que religar nuestra
percepción a nuestra esencia espiritual, reunirnos con el sol
cósmico, recuperar nuestra bondad natural.
Saben… somos inmortales… y los reptiles nos
detestan, porque nos temen. Porque saben que apenas alcemos el vuelo,
esta realidad que han edificado como prisión, se desvanecerá.
CENTINELA
NOCTURNO
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