12.9.18

Sin embargo… nuestra alma se siente extraña en este entorno ¿A qué se debe?

LA RAÍZ DEL MAL                                                                                  

Las cosas claras
Matanza de rinocerontes, gorilas, vacas… destrucción de la naturaleza… toneladas diarias de basura… consumimos en exceso… o morimos de hambre… bebemos agua y respiramos aire contaminados… lujuria… pedofilia… abusadores… violadores… machistas… feminazis… conspiraciones…
Lo principal es que confundimos los efectos con las causas. Y asi surgen los ecologistas, vegetarianos, defensores de la rana naranja… Pero eso es trabajo en los efectos… no en las causas.
Las causas
Si no provenimos de un universo donde impera la crueldad, provenimos de uno que debiera ser bueno y justo, porque, de otra manera, estaríamos bien y cómodos donde estamos.
Esto implica que algo ha pasado para que todo aquí funcione de esta manera. Comenzando porque, para sobrevivir, tenemos que devorarnos mutuamente (y aquí deja de tener importancia si son vaquitas o lechugas) y continuando con el largo camino de crueldades, guerras, pedofilia, secuestros, etc.
Nos han querido convencer que somos una especie de pecadores creados a partir del barro y que, a menos que adoremos a ciertos dioses, terminaremos en el infierno.
Pero, tal vez, esto no sea verdad. Tal vez el hecho de que nos sentimos incómodos aquí radica en una causa: que no somos de aquí. No, al menos, de este “estilo” de universo.

Nuestro cuerpo actúa como un reptil voraz y casi virósico… pero nuestra alma aspira a la luz y las alturas…
Las razones
Buscamos las respuestas en la ciencia o las religiones.
Pero eso, además de todo el sistema social, ha sido “modelado” de acuerdo con un plan preestablecido y se nos ha convencido de que no hay otra opción. Y esa es la causa central de que vivamos como vivimos.
¿Cómo se elaboró este plan?
En determinado momento, en una humanidad pre-existente, con características muy diferentes a las actuales, ocurrió “algo” que habría de cambiar el destino de la humanidad por siglos, enterrándola en la época más oscura de toda su existencia.
Está relatado veladamente en varios de los llamados libros sagrados, los cuales han sido corregidos para que no sepamos que, en verdad, la vida es algo muy diferente a lo que estamos experimentando ahora mismo.
La Biblia es una mala copia de relatos anteriores donde se cuenta la historia de unas criaturas de otros mundos que llegaron en carruajes voladores y manipularon el ADN de la humanidad produciendo cambios rotundos en su “empaque”. A partir de allí relata el intento de destruir o esclavizar a todos los que no se habían subyugado a esas criaturas.
Miles de años después se relata la historia de un “salvador”, esta historia es revelada en cuatro “evangelios” que fueron escritos cuatrocientos años después de la pretendida muerte de ese salvador, cuya existencia no ha sido corroborada históricamente. Curiosamente este cuento viene a ocultar la gesta de otro personaje, que sí existió, mucho antes de la Biblia, inclusive. Tal vez el intento de Mahoma y de Buda de regresar a la humanidad a la verdad hubiera tenido éxito, pero ya el mecanismo de modelación estaba lanzado y todo, absolutamente todo, fue contaminado por él.
Para el siglo V de nuestra era, se inició la más cruenta persecución de aquéllos que aún recordaban las antiguas religiones, la cual descolló en la sangrienta conquista de América y en los posteriores holocaustos llevados a cabo en Alemania, Rusia y China. Completados aquí y allá con guerras y revoluciones, que dejaron saldos de millones de muertos.
Es que al dios impuesto por aquellas “criaturas” le encanta el olor a muerte.
Y para los que no creen en su existencia, se preparó un holocausto mental: la ciencia. La mayor parte de la cual está basada en suposiciones y teorías falsas, apoyadas con tratados, leyes y académicos que actúan igual que un tribunal inquisidor.
La inquisición continúa…
Sin embargo… y a pesar de todo… nuestra alma se siente extraña en este entorno y añora una fraternidad que parece no existir en ninguna parte. ¿A qué se debe?
Eso lo veremos en el próximo artículo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario