Te aleja de tú conocimiento y tú conciencia.
El conocimiento y la aventura en su
búsqueda, es un camino peligroso y lleno de obstáculos. La
iluminación es una meta que se persigue y no se toma en cuenta la
perdida esencial a la que nos enfrentamos con ello.
La búsqueda de conocimiento se ha
convertido en una meta hedonista, donde todo vale con tal de
conseguir este propósito. El estado de iluminación, de plenitud
consciente y de comprensión del todo, no es más que una ilusión
en la inmensa mayoría de los casos, y aquellos que lo vivieron bien
pudieron ser víctimas de una intervención.
No niego que ese estado pueda
lograrse, sino los métodos y formas en los que se enseña para
alcanzarlo, que sacrificios hacer y que perder de ti mismo en ese
proceso.
Está muy idealizada la búsqueda de
conocimiento, y la iluminación. El estado búdico hoy día nada
tiene que ver con la conciencia, y nada tiene que ver con la
plenitud del Ser.
El estado amnésico provocado en el
que vivimos, es el inicio de esta búsqueda, una desazón
existencial perpetua que en algún momento debe aparecer para
replantearte todo lo aprendido, y todo lo programado, pero en esta
búsqueda glotona de conocimiento, no encontramos lo que ya sabemos,
ni recuperamos lo que perdimos, por lo tanto es óbice de ser una
creencia más, o un estado artificial, provocado para hacernos caer
en otra trampa más.
Es bien conocido, los mitos que
existen de las escuelas de misterio, y el hermetismo. Muchos
persiguen esto, y caen en grupos que están lejos de mostrarles lo
que prometen. La masonería y distintos grupos secretos, venden el
conocimiento, el hermetismo y la iluminación como parte de su
doctrina, nada más lejos de la realidad, el 100% de estos grupos
solo venden humo y detrás de ellos finalmente solo hay una secta
ocultista de corte satánico.
Si redundar en lo que ya sabemos, que
una estructura jerárquica jamás puede ofrecer algo como la
iluminación, puesto que esa meta solo se logra a través de la
introspección, y la integración completa de la conciencia en tu
ser. Esa sería lo más parecido a la iluminación que se podría
lograr, puesto que todo es conciencia, y ella es la única fuente en
la que beber para lograr esta meta.
Ciertamente la búsqueda del
conocimiento, tal y como está siendo planteada, desde fuera a
dentro, es un error garrafal, un error que puede salirnos
excesivamente caro, y del que podemos acabar presos en una ilusión.
Todo es conciencia, desde la nada al
todo, desde lo creado a lo no creado, desde lo físico a lo no
físico. Nuestro origen puede venir desde la nada absoluta, ya que
la conciencia no necesita ningún tipo de manifestación, y es el
vacío absoluto el origen primario y el verdadero retorno.
La verdadera existencia de la
conciencia es la nada, desde allí nace la posibilidad de
experimentación de sí misma, y la división de su propia esencia
para recabar en una misma vez, la infinitud de probabilidades. Es
por eso que existe este juego sin principio ni fin, que se
experimenta en una misma fracción de tiempo y espacio, se
fractaliza y se representa a si misma de diferentes formas, siendo
realmente, representación idéntica de si, en diferentes planos.
Este origen se conserva intacto, y
está latente en nuestro Ser, la verdadera búsqueda nace de tratar
de zafarnos de nuestro estado amnésico, y del letargo inducido en
el que vivimos inconscientemente. La recuperación de la consciencia
es despertar a la conciencia, para recuperar todo el conocimiento
encerrado en nosotros. Saltarnos la amnesia, recuperando esa
necesidad de recordar lo vivido y experimentado por la conciencia en
los distintos estados de manifestación que tuvo antes de ser lo que
hoy somos.
Vivimos en un estado artificial de la
conciencia, la cuarentena y el reciclado de vidas, nos ha impuesto
en un perpetuo estado de lactancia espiritual, donde como criaturas
recién llegadas, necesitamos de un tutor que nos ayude en nuestros
primeros pasos.
Esto es un falseo, ya que somos
portadores de conciencia y ese fragmento nos hace portadores de
todo, en el fractal de su manifestación y experiencia que somos.
Somos el todo, y la nada original, gracias a la conciencia. La luz
es solo una parte, la parte creada, la parte manifestada, para ser
experimentada.
Ser consciente de que somos
conciencia, es no solo tener todo, ser todo y formar parte de todo,
sino también es estar consciente de no ser nada, estar dispuesto a
perder y aceptar el vacío absoluto, la no experiencia y la no
existencia.
La ausencia total de matemática, de
mecánica, de ciclo, la ausencia total de energía, de luz, puede
asustar y seguro que tu mente está representando este estado como
un infierno, oscuro y frio, esto es lógico visto desde la mente
dual, en el que la ausencia de luz es oscuridad, pero desde donde la
conciencia es, la oscuridad no existe, ya que no hay opuestos, ni
existe más posibilidad que la que esté dispuesta a crear la propia
conciencia.
El conocimiento y la iluminación,
formas de desviarnos de un propósito, recuperar lo que nos
pertenece, recuperar el propósito inicial de manifestación y
experimentación de la conciencia. Recuperar el origen y la
experiencia, todo el conocimiento borrado, ser conscientes y
aumentar ese grado de conciencia en nuestro Ser para acercarnos a
nuestra memoria y alejarnos de los serpenteantes caminos del error.
Tu ansiedad y tu necesidad de saber,
no deben alejarte de la conciencia, el camino corto no siempre es el
más rápido, el sacrificio nunca es la forma y la luz solo es una
pequeña parte de un todo.
En ti esta todo lo que necesitas
saber, el camino es largo, pero es recto, sin trampas, ni promesas.
Solo tú y tus elecciones.
PD: Toma esto tan subjetivamente como
desees, no creas, todo tiene su espacio y su tiempo, todo se
confirmará o se desmentirá, en el grado en el que todo sea lo que
debe ser.
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