3.1.19

Nuestra ambición abre el camino para que ellos nos posean a nosotros

LA INTERVENCIÓN ALIENÍGENA                             

Considerando la posibilidad de que nuestro planeta haya sido sembrado por criaturas del espacio exterior, incluyendo un proto-humano que, después, evolucionó hasta un punto determinado, cuando otras razas alienígenas intervinieron y lo transformaron, intentamos dar un panorama lo más claro posible de todas estas intercesiones pasadas, presentes y futuras.

El origen de la vida en la Tierra es vasto y difícil de determinar. Hoy podemos decir que es posible que existan otras formas de vidas e incluso especies fuera de los reinos que conocemos en la Tierra. Indudablemente lo mas inescrutable es determinar el origen primero, que hemos descrito en nuestros libros y artículos ( ver Partícula de Dios y Percepción) como producto de la combinación de una partícula energética consciente.

Este principio de combinación de unidades energéticas formando átomos y sustancias puede haberse repetido en muchos universos y particularmente en nuestro planeta, puede haber originado la vida tal como la conocemos, sin intervención de ningún agente externo. Sin embargo, hay testimonios arqueológicos de que sí han existido estas participaciones.

Ya sea que haya sido de una manera u otra, parece ser que los alienígenas visitaron la Tierra en diversas oportunidades, dejando el “regalo” de sus semillas.

Según las interpretaciones de Z. Sitchin y A. Parks, la intromisión más importante fue la de los Annunaki, aunque esta palabra no define a ninguna raza en particular, sino a un conjunto de ellas, con lo cual los sumerios forman parte de la gran cadena de civilizaciones que dieron testimonio de los contactos con extraterrestres y sus posibles manipulaciones de la raza humana.

De acuerdo con las tradiciones de esas culturas, podemos determinar no tanto las fechas en que las participaciones tuvieron lugar, sino las características de las mismas.

En general, salvo raras excepciones, todas ellas dejaron templos, tecnología y dioses a los cuales adorar. En efecto, estas deidades actuaron más como caudillos que como entidades espirituales.
Mientras los templos eran para su propia gloria, es posible que la tecnología nos haya ayudado, pero, para mi al menos, es claro que su “espiritualidad” estaba más relacionada con sus propios intereses que con la realidad cósmica.

La verdadera y profunda espiritualidad humana no aparece con ellos, sino con maestros específicos provenientes, muy posiblemente, de esferas cósmicas más altas, como lo fueron Jesús, Budha, Zoroastro y otros.

El claro ejemplo de falso dios lo tenemos en Jehová, que actuó como un líder tribal más que como lo que pretenden vendernos en el relato de sus hechos.

Lo más importante no es definir cuándo y cómo ellos actuaron, sino lo que realmente representan, comenzando por separar a los maestros de sabiduría de los visitantes extraterrestres.

Es evidente que hay una cantidad de razas en el cosmos que no son jerarquías espirituales, aunque se disfracen de ellas, sino que pululan comerciando recursos y dominando a otras razas, a las que esclavizan con métodos bastante sutiles.

La humanidad ha sido sometida durante años y condenada a trabajos en un planeta donde, si lo vemos, bien, todo puede obtenerse con sólo tomarlo.

Ellos manipularon adrede a nuestra especie para tornarla débil y susceptible a sus controles. Ningún animal del planeta es tán frágil y vulnerable a las condiciones ambientales como nosotros. 
Características que se acentúan con la difusión del confort, una de las herramientas hábilmente utilizadas por los aliens.

En tiempos recientes, parece ser que un grupo de ellos pactó con algunos gobiernos de la Tierra para llevarnos a nuestro estado actual de control y también de tecnología.

Hay otros grupos pugnando por contratos similares y nos han hecho creer que vienen con la salvación espiritual para nosotros. Nada más incierto.

Los seres realmente espirituales no necesitan nada de otras civilizaciones y mucho menos lo toman con engaños. Una raza espiritual no se hará de nuestros recursos ni buscará hibridarse con nosotros.
De manera que estas nuevas oleadas vienen con más exigencias para la humanidad, mientras favorecen a sus cipayos en los puestos de poder y sobre todo, a sí mismos.

La herramienta que tenemos para defendernos de ellos consiste en darnos cuenta del engaño, negarnos rotundamente a colaborar y refugiarnos en la sabiduría humana legada por los verdaderos maestros.

Mientras nosotros alimentemos nuestra ambición y la necesidad de poseer cosas, estaremos abriendo el camino para que ellos nos posean a nosotros. 

Esto no es algo a lo que podamos permanecer indiferentes, nos va la libertad en ello…


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