22.1.19

Lo más valioso que tenemos y tendremos nunca ya está en nosotros

NO DES MÁS PODER A QUIEN NUNCA LO TUVO        

Nuestra capacidad de creer y confiar en otros, es inversamente proporcional a nuestra capacidad para creer y confiar en nosotros mismos. Desde este extraño y real principio que se da matemáticamente en todas las personas, emana la razón por la cual nuestro mundo está plagado de gente que saca provecho de la inocencia de otras.

La parasitación está ligada estrechamente a este principio. El parásito se pega allí donde el huésped no es capaz de llegar, al igual que la garrapata se instala donde el perro no es capaz de alcanzar físicamente, nuestra mente está plagada de barreras que impiden que lleguemos al parásito, sea etérico o sea encarnado.

Otro principio matemático, dice que cuanto más parasitado estás, menos estima te tienes, es por ello que cuanta más confianza en ti ganas, menos posibilidad tendrás de tener que preocuparte de este problema.

¿Por qué es tan importante? Sencillo. Cuanto más confías en ti, en tu capacidad de levantarte tras una caída, en tu fuerza de voluntad y más perseverancia tienes, menos expuesto estarás a la manipulación de otro, más criterio y más valores tendrás para sopesar y calcular cualquier intervención por parte de alguien extraño y mayor defensa y fortaleza tendrás de cara a una posible implantación dogmática e ideológica en tu mente.

Fe y confianza son sinónimos, y es algo que debes tener en cuenta antes de depositarlos en ideas, creencias o personas. Igual que no abres tu corazón a la primera persona que llega a ti, no debes abrir tu mente a toda clase de información. Esta no es inocente y neutra, el conocimiento solo llega a través de la experiencia nunca a través de la información.

Primero debemos formar nuestro discernimiento, esto no es más que la comunicación entre mente y conciencia, haciendo esta ultima de filtro validando las partes útiles de la información que nos llega por distintos medios, lo que comúnmente se ha nombrado como “resonar”.

Ese resonar debe ser interno y nacer en el corazón, ya que lo que muchos llaman resonar no es más que los anhelos y los deseos inconscientes que albergan en sí mismos, es por ello que se enganchan a canalizaciones e información donde todo es pintado de colores pastel, cuando la realidad es bien distinta.

El sentido común y el discernimiento bien aplicado, es lo que diferencia un consciente de un crédulo. La Fe ciega no es Fe, es credulidad, y el crédulo es campo para que pasten parásitos de todo tipo.

Un crédulo confía en la palabra del cura pederasta, del político ladrón, del jefe explotador o de la pareja infiel, y sigue la doctrina que le dicta su iglesia, vota en cada proceso electoral, hace horas extra no remuneradas y lleva sus cuernos con total orgullo.

Este es un ejemplo basto de lo que son muchos crédulos, que nunca cuestionan y lo toman todo sin importar que o quien. Obedecen porque es lo que se espera de ellos, es parte del sentimiento de filiación y arraigo.

Esto nos lleva a la capacidad que tiene cada uno de otorgar capacidad y poder a otros, solo por el estatus que aparente tener, la posición jerárquica que ostente, o la etiqueta que porte.

Nadie es poderoso, ni tiene más capacidad que tú, y tu conciencia. Todos partimos del mismo origen y todos somos inicialmente iguales, solo existen distinciones subjetivas basadas en la experiencia individual, lo cual no es suficiente como para erigirse en una posición superior a la tuya jamás. Lo que no contradice, que otros puedan enseñarte a ti en base a esa experiencia, y viceversa.

No es una cuestión de ego, es una cuestión de conciencia, que es lo que rige todo el universo. Cuando entregamos confianza ciega, devoción o miedo, estamos entregando una parte de nosotros a alguien que no tiene la capacidad ni el poder para reclamárnoslo, pero que solo necesita persuadirnos para entregárselo voluntariamente.

Arconte, divinidad, político, general, médico o juez, son solo etiquetas que un sistema ha otorgado a distintas entidades y roles varios, que son solo formas de control. Solo en ti esta la capacidad de otorgarles el rango que creen que tienen, o si de verdad necesitas a alguien que ejerza un control sobre ti y tu conciencia.

Ser libre implica ser responsables de nosotros mismos y del cuidado de los demás, en un constante flujo de responsabilidad y cuidado reciproco.

Esto nos lleva a los valores humanos que son: Compasión, perdón, humildad, empatía, respeto, honestidad, lealtad…   
                 
Esos valores humanos, que muchos consideran cristianos, y que son fundamentales para la convivencia y el avance de una civilización, solo son fragmentos de lo que llamamos amor incondicional.  El amor no se puede definir como tal, si no es desinteresado, y puro, aquel que se da  sin miedo a perder, ni intención de ganar.

Estamos constantemente expuestos a constantes influencias, creemos ingenuamente que somos dueños de nuestros pensamientos y que estos emanan de nosotros como algo propio, pero la realidad es que muchos de nuestros pensamientos se cimientan en creencias programadas de lo que nos inculcaron en el pasado.

Hoy el trabajo a realizar es identificar lo que es nuestro y lo que aún vive en nuestra mente y fue inoculado. Identificarlo es sencillo, solo debes encontrar aquellas ideas y pensamientos que vayan en contra de los valores humanos, que te impidan expresar consciente y en conciencia quien eres realmente, que te impida identificar lo que es justo y verdadero.

Tu naturaleza es completamente inocente, no deseas dañar a nadie, no deseas ningún mal, quieres paz, armonía, colaboración, apoyo y respeto. Eso es lo que quiere cada ser humano sobre este planeta, sin imponer ideas, ni criterios, sin jerarquías piramidales, sin creencias limitantes…

Dar la importancia que merece a la vocación de servicio, para que las comunidades futuras hagan de este planeta un lugar donde vivir para futuras generaciones de seres humanos, que porten como única bandera los valores que les definen como raza única en el universo.

Enseña estos valores a quien no los conozca, muestra como siempre hay una forma mejor para llevar a cabo cualquier empresa con esos mismos valores. Aplicarlos ayuda a todos indiscriminadamente.

Porqué morir por un dios, o por una bandera, cuando lo más valioso que tenemos y tendremos nunca ya está en nosotros, es universal y es imposible robarlo?

No demos más poder a quien no lo tiene, a quien no nos representa, a quien no tenga valores humanos, a quien nos roba, nos miente, nos ordena matar o mentir.

No estás obligado a seguir ningún designio que vaya contra estos valores, tampoco estás obligado a tolerarlo. Tu responsabilidad con tu conciencia predomina sobre cualquier interés, ideología, creencia o falsedad teñida de verdad.

Deshazte del miedo con el que te han educado, a las instituciones y entidades que te controlan. Todas esas monolíticas columnas que sostienen este sistema caerán, y entonces solo importará cuánto de humano queda en ti.

VISTO EN:

No hay comentarios:

Publicar un comentario