Para
hacer frente a los efectos del trauma
Compassionate
Inquiry [Investigación
Compasiva] es un método
psicoterapéutico
desarrollado por el Dr. Gabor Maté
que revela lo que subyace a la apariencia que presentamos ante el
mundo…
Al
utilizar la Investigación
compasiva, el
terapeuta revela el nivel de conciencia, el clima mental, las
suposiciones ocultas, los recuerdos implícitos y los estados
corporales que forman el mensaje real que las palabras expresan y
ocultan.
A
través de la Investigación
Compasiva,
el cliente puede reconocer las dinámicas inconscientes que rigen sus
vidas y cómo liberarse de ellas.
¿Qué
promueve una salud mental positiva y cómo
sería
una sociedad que respalda y fomenta individuos estables y saludables?
Esta
es la pregunta a la que trata de responder la ponencia del Dr.
Gabor Maté,
especialista en el tratamiento de adicciones, a la que dedico este
post, y que, a mi entender, plantea cuestiones
fundamentales,
poniendo en contexto una serie de preguntas básicas
sobre la salud, toda la salud: la mental y la física,
dado que previamente hemos separado, de manera artificiosa, una de la
otra,
y poniendo también
de manifiesto una serie de puntos ciegos que caracterizan a nuestra
medicina y a nuestra cultura en general, como son:
Que
el ser humano no puede ser separado de su entorno, por lo que para
entender al ser humano hay que entender su entorno. Ello implica que,
si queremos promover seres humanos diferentes tenemos que producir
cambios en el entorno.
Unos
puntos ciegos de los que nos vamos a tener que hacer cargo si
queremos conseguir que las cosas cambien de manera efectiva.
¿Con
qué
tipo de mentes estamos creando el mundo?
Pensamos
en la medicina como ciencia, como una práctica
científica,
pero es tan ideológica,
como cualquier otra cosa. Lo que pasa por ciencia en nuestra cultura
es una combinación
de información
científica,
pero interpretada a través
de una lente ideológica.
Desafortunadamente,
no es una lente ideológica
consciente, de modo que los médicos
no son conscientes de que tienen una ideología.
No eligieron esa ideología,
simplemente se criaron en ella, y creen que están
mirando el mundo objetivamente.
Pero
Buda
dijo
que creamos el mundo con nuestras mentes, así
que el tipo de perspectiva que tengamos, delineará
lo que veamos. Y esto es absolutamente cierto para la ciencia
también.
Podemos
no responsabilizarnos del mundo que crea nuestras mentes, pero
podemos responsabilizarnos de la mente con la que creamos nuestro
mundo.
GABOR
MATÉ
Este
es el tipo de preguntas que la medicina occidental no se hace nunca.
Pero
esta medicina está
basada en dos separaciones fundamentales:
Separa
la mente del cuerpo.
De modo que las enfermedades consideradas puramente físicas
como la artritis reumatoide, el cáncer,
la esclerosis múltiple,
o cualquier problema de salud crónico
es entendido solo en términos
de los órganos
del cuerpo, pero no en términos
de relaciones del cuerpo con la vida psicológica,
espiritual y social de la persona.
Separa
al individuo, al ser humano del entorno. Pensamos
que si aparecer un cáncer
o una enfermedad mental en alguien es estrictamente debido a factores
individuales, como por ejemplo la genética.
Entonces, tiene que ver con los genes, el ADN que heredamos de
nuestros padres. O
tal
vez en el resultado del estilo de vida que elegimos. Si fumas tendrás
cáncer
de pulmón,
debido a una decisión
que tomaste individualmente.
Estas
son perspectivas individuales de la enfermedad, lo cual hace que
obviemos muchas cosas.
Pero
nuestras
relaciones afectivas tienen una enorme influencia formativa en
nuestra salud física
y mental.
Esto significa que si queremos entender la salud no podemos hacerlo
tomando como referencia al individuo. No es posible explicar la
enfermedad aislada de un entorno
psicosocial.
Dados
estos hechos científicos
obvios, y realmente son tan obvios que a un niño
de 5 años
se le podrían
ocurrir, ¿por
qué
somos tan ciegos ante ello en esta cultura?
Eso
tiene que ver con la ideología,
ya
que la ideología
de cualquier cultura particular no evoluciona por accidente. De
hecho, refleja los intereses dominantes de los grupos que controlan o
se benefician más
de esta sociedad.
Existe
ahora la evidencia científica,
y está
más
allá
de la sombra de cualquier duda, que muestra que el cerebro humano de
hecho se desarrolla en interacción
con el entorno.
El
tipo de cerebro que tenemos refleja lo que ocurre en el entorno. Pero
la mayoría
de médicos
y educadores nunca han oído
de ello,
lo cual es una aseveración
extraordinaria; de hecho es un reflejo extraordinario de lo
ideológica
que es la práctica
médica
y lo ideológico
que es todo.
¿Qué
promueve la salud positiva?
Si
observamos la literatura sobre adversidad infantil, cuanto más
adversas son las circunstancias presentes en la vida de un niño
en los primeros años
es exponencialmente mayor el riesgo a adicciones, a enfermedades
mentales, a psicosis, a artritis reumatoide, a cáncer,
a obesidad o todo tipo de problemas de comportamiento. ¿Por
qué?
Porque
el entorno temprano cambia el cerebro.
Los
mismos circuitos del cerebro dependen del entorno emocional y social
para su desarrollo. Cuando este es tenso, el cerebro del niño
no se desarrolla como debería,
y esa es la razón
por la cual tantos niños
son diagnosticados. No es un problema individual. Pero insisto, como
sociedad no lo entendemos: en
lugar de observar el panorama general de qué
condiciones realmente necesitan los niños
para su salud, sólo
intentamos lidiar con los síntomas.
Generalmente,
hacemos
eso según
las necesidades y beneficios de las empresas farmacéuticas.
Porque
hay mucho dinero para ganar en el desarrollo de nuevas drogas, pero
no hay dinero para ganar en la investigación
del estrés
en la familia y cómo
aliviarlo. Eso no va a ser rentable para nadie.
Es
simplemente una cuestión
de hecho histórico
que la cultura intelectual dominante de cualquier sociedad particular
refleja el interés
del grupo dominante en esa sociedad. En una sociedad esclavista, las
creencias sobre los seres humanos y los derechos humanos reflejarán
las necesidades de los propietarios de los esclavos.
En
la sociedad, que se basa en el poder de determinadas personas para
controlar y aprovecharse de la vida y el trabajo de millones de
personas, la cultura intelectual dominante reflejará
las necesidades del grupo dominante.
Por
lo tanto, si te fijas en todos los ámbitos,
las ideas que impregnan la psicología,
sociología,
historia, economía
política
y ciencia política
fundamentalmente reflejan ciertos intereses de élite.
Y los académicos
que cuestionan esto demasiado tienden a conseguir ser desviados o
vistos como una especie de ‘radicales’.
GABOR MATÉ
Si
observamos la literatura del estrés,
los factores dominantes del estrés
que afectan a las personas son: incertidumbre
y falta de información.
Pensemos
en la situación
del ciudadano promedio en esta cultura.
Incertidumbre
y falta de información,
ya que la mayoría
de las personas no tienen información
porque las fuentes de información,
como todos sabemos, son controladas por muy pocas personas (en 1983
el 90% de los medios en América
estaban controlados por 50 compañías
/ en 2011 el 90% de los medios controlados por 6 compañías).
El
sistema de propaganda y el sistema de control mental es mucho más
efectivo aquí
que en las brutales dictaduras en donde cualquiera puede ver a través
de ellas. Pero hay muchas personas inteligentes aquí
que están
totalmente atrapadas, que de hecho piensan que son libres. Pero,
¿cómo
puedes ser libre si no tienes información
o cuando la información
con la que trabajas es contraria a la realidad?
En
segundo lugar: pérdida
de control ¿Quién
tiene control aquí?
¿Cuántas
personas están
realmente a cargo de sus vidas? Dada la manipulación
que tiene lugar, y dado que las decisiones más
importantes son tomadas por personas alejadas, que no están
sujetas de ningún
modo a ningún
tipo de control democrático,
porque lo hacen a través
de los medios de producción
o capital
Ninguna
sociedad puede comprenderse a sí
misma sin mirar su sombra.
GABOR
MATÉ
Incertidumbre,
falta de información,
pérdida
de control y pérdida
de contacto humano.
Incertidumbre,
falta de información,
pérdida
de control y finalmente, pérdida
de contacto humano. Como indiqué
al principio, para la salud se necesita una conexión
social y humana. Eso mitiga el estrés,
eso mitiga todo.
Ahora
bien, a medida que aislamos más
a las personas, a medida que las máquinas
nos dominan cada vez más,
a medida que hablamos menos con seres humanos…
¿Esta
sociedad es propicia para la salud humana?
La
respuesta es no. No lo es.
Aunque
no se puede cambiar la sociedad con un chasquido de dedos o con una
varita mágica,
ciertamente estar comprometido con la pregunta de qué
tipo de sociedad nos gustaría
y cómo
trabajamos de la mejor manera hacia cualquier visión
que tengamos es una pregunta muy importante con la que los seres
humanos pueden comprometerse. De
otro modo, somos víctimas
pasivas de las circunstancias.
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