Primero
debes nacer, luego crecer mientras te educas, amar a tu padre y a tu
madre, por transmisión a tus hermanos, primos, tíos, abuelos… ser
leal a tus amigos, estudiar mucho para ser exitoso, pero, sobre todo,
para ser “alguien”; luego casarte, tener hijos, educarlos… Aún
cuando hagas todo esto, no podrás evitar los fracasos, el dolor y
las separaciones, el envejecer, enfermar y morir. Ese es el destino
de todo “ser”, que debe ser aceptado al tiempo que se agradece a
Dios por la vida…
En
otro régimen de creencias, el hacer lo correcto es requisito para
asegurarse que tendrás una reencarnación mejor que la actual.
Las
fotos de la familia feliz sobre el mueble, en el facebook, en la
telenovela… pareciera que encontrar el amor todo lo cura y que
todos los que estudian y se esfuerzan, logran el éxito.
Abundan
los “positivos” que te dicen que si las cosas te van mal es
porque piensas en negativo y atraes energías negativas.
Pero,
en el fondo, sentirás siempre que te están haciendo trampa, que no
hay reglas, que la felicidad es una utopía y ya tampoco estás
seguro que el alcanzar el éxito te hará feliz.