25.2.19

Criaturas sensatas, capaces de amarse entre sí a pesar de las diferencias

TEORIA DE LOS LLAMADOS REPTILIANOS              

En las redes sociales es bastante común que alguien declare que tal o cual persona (generalmente un político o actor) es “reptiliano”, aludiendo a la raza de saurios que, alegadamente, viven mezclados con los “humanos”, sin que lo percibamos. Hoy en día, ignorar que cierto actor es, en realidad, un reptil o un MK Ultra es suficiente para que seas calificado de borrego e imbécil. Pero ¿es así en verdad? ¿quienes son los imbéciles? 

Como principio fundamental, lo que voy a contarles es una teoría, de la cual no soy necesariamente creyente, sino que expongo para que el lector tenga elementos de juicio que le faciliten separar la mentira de las reacciones paranoicas y estas de la verdad.

El famoso  novelista H. P. Lovecraft (1890-1937), escribió una serie de cuentos, compilados en Los Mitos de ChTulhu, donde la humanidad es asediada constantemente por unas criaturas llamadas PRIMIGENIOS, que luchan por recuperar su dominio de la superficie del planeta, estando ellos condenados a vivir en el subsuelo, después de alguna batalla perdida en el pasado remoto contra los ARQUETIPICOS (que seríamos nosotros).


La existencia de la tierra hueca, o una tierra interior, interesó a autores como Julio Verne, Edgard Allan Poe, Edgard Rice Burroghs y John Uri Lloyd, entre otros, formando parte inseparable de Alicia en el País de las Maravillas, de la teoría nacional-socialista y de las creencias de celtas y nórdicos, entre otras civilizaciones, que luego fueron remedadas por el cristianismo en la teoría de la existencia del infierno.

Ciertas corrientes esotéricas, basadas, tal vez, en los escritos de Sitchin sobre sus estudios de las tablillas sumerias, sugieren que la humanidad fue sembrada por reptiloides conocidos como “terraformadores” o “jardineros”, evolucionando a partir de un reptil similar al velocirraptor, siendo, después, manipulados genéticamente por el invasor Annunaki hasta ser llevados a una condición similar al hombre de Neanderthal, siendo esta, mas tarde, vuelta a manipular por alienígenas, posiblemente pleyadianos, hasta su condición de CroMagnon.

Por otra parte, en las bibliotecas pleyadianas, podemos leer que este universo estaba originalmente habitado por razas humanas, hasta que llegaron, desde otro cosmos, razas reptiloides que controlaron militarmente a este, esclavizando a los nativos originales.

En toda esta literatura está presente la lucha entre estas razas de reptiles, violentas y malvadas y los justos y solidarios humanos.

Aunque, a decir verdad, todos los actuales humanos tendríamos una gran proporción de reptil y una similar de humanos. Nuestro comportamiento habitual denotaría esta presencia dual que confronta lo egoista, competitivo y cruel, contra lo desprendido, solidario y amoroso.

La cuestión es que, desde la aparición de las teorías conspiracionistas, este conocimiento esotérico que se había mantenido en manos de unos pocos estudiosos, se ha convertido en una especie de paranoia donde se acusa, señala y define a determinados personajes como “reptiles” camuflados.

Resulta un poco curioso que, cuando hablamos de determinado personaje famoso, aparezca alguien diciendo: “es reptiloide”, como si eso lo descalificara de alguna forma, pues, en realidad, TODOS LO SOMOS.

La diferencia real estaría definida por qué parte de tu naturaleza domina sobre la otra, si la instintiva de sobrevivencia (reptil) o la intuitiva de recuperación espiritual (humana).

Nuestro mundo y tal vez nuestro universo, cuenta con las dos tendencias, las dos líneas genéticas. Una con una marcada propensión a dominar a los demás y esclavizarlos, la otra ocupada más en lo artístico y en el goce de la naturaleza.

Muchos que señalan a cierta actriz por ser reptiliana, posiblemente, sean controladores de sus parejas o hijos, denotando una tendencia realmente reptiloide.

El mundo que queremos lo definimos a través de nuestra conducta y aspiraciones, no generando “cruzadas de chismes” que inundan la red con comentarios absurdos.

En verdad, es posible que la raza blanca, descendiente de los arios, sea la más reptil de todas las razas, pues ha sido guerrera y dominante durante toda su historia, mientras que el resto de las razas, de naturaleza más apacible y artística, podrían ser los reales humanos, los descendientes de la Eva mitocondrial.

Para reflexionar más y reaccionar menos es la cuestión. Porque en verdad, creo, que no estamos en situación de separar exitosamente a reptiles de los que no lo son, simplemente porque tenemos todo confundido y entrecruzado y ya no hay razas puras. Lo que sí tenemos es la opción de planificar y proyectar a través de la intención, un mundo de criaturas sensatas, capaces de amarse entre sí a pesar de las diferencias.




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