19.2.19

La verdad esta adentro, en el diálogo amoroso, en el interés del uno por el otro.

DE LO RIDÍCULO A LO ABSURDO                           

Hablando de filosofías, religiones, puntos de vista, corrientes, nueva era, positivismo extremo, la biblia, Sitchin, Parks, Mundo Desconocido, comerciantes de la conspiración, los rusos malos, los yankees malos, el nuevo nazismo, el antisemitismo, federación galáctica, Lucifer, Yahve, los musulmanes, el pizza-gate, Einstein, los dibujitos de la NASA y GOOGLE MAPS…
A los seres humanos nos encanta tomar partido, pertenecer. Y una vez que lo hacemos, defendemos nuestra creencia como si alguna vez hubiera surgido de nosotros mismos.
Hoy, alguien decía que si ves series de TV estas sujeto a sus mecanismos de control, es decir, sólo la lectura está permitida… como si Dan Brown, Pablo Coelho y otros no fueran parte del mecanismo mediático de control.
Nos encanta tomar partido… y ser extremistas, poco tolerantes y si nos es permitido, echar a la basura a los demás… tontos engreídos que no saben nada…
Están los que creen que su valor reside en las marcas, la vestimenta, el auto, la casa… y otros que aseguran que todo eso es parte de la matrix y esos sujetos sus prisioneros.

Están los creyentes en la Biblia y los que creen, de igual manera, en el Misterio de Belicea Villca, o en los escritos de los Wings, o en la Teoria de la Evolución de las Especies…
Todos enseñándole la verdad A LOS DEMAS.
En principio, si estamos en la matrix, todo, absolutamente todo, ha sido creado por ella y es falso, incluyendo nuestro pensamiento, emociones y hasta nuestras manos.
Entonces, todo, absolutamente todo, carece de valor alguno.
Son mecanismos de control… prisioneros somos… y no hay salida. Excepto que entiendas las runas noologicas creadas por Navutan.
O provengas del origen hiperbóreo.
O te rescate la Federación Galáctica.
Todos ellos, agregados a la Biblia y las profecías de Nostradamus, componen la oferta de futuros posibles y vías de liberación de la consciencia.
Y están también los que te transmiten la luz de boca a oreja, ungidos, santos, gurúes iluminados…
Todo sistema de control tiene sus argumentos, sus libros sagrados. Sus enemigos. Sus buenos y malos, príncipes y demonios, su lógica, su razón… sus mentiras y verdades.
Pero la realidad es que necesitamos algún parámetro para vivir, sin que este se convierta en una condena de la misma vida.
Estas líneas de pensamiento tienen algo de verdad y mucho de mentira, la porción de verdad es la que te atrapa, la mentira es la que te transforma en el esclavo de alguien.
Rusos y americanos, oriente y occidente, musulmanes y cristianos, judíos y goyims, dualidades impuestas en un mundo donde hasta lo similar parece oponerse.
En la antigua Grecia, durante un período que en la Tierra surgió inusitada luz, Sócrates separaba la verdad de la mentira a través de la mayéutica.
Esta consistía en hacer que el espíritu “pariera” la verdad, porque la misma es inherente al ser.
Pero para ello tenemos que confiar en el propio ser y dejar de lado los argumentos que nos han sido enseñados por el Imperio de la mentira.
Todo lo que se ha dicho es una porción ínfima de la realidad… la verdad esta en el campo.
La verdad esta adentro, en el diálogo amoroso, en la hermandad, en el interés del uno por el otro.
No necesitas ser judío, ni musulmán, ni cristiano, ni yankee, ni ruso, ni chino… necesitamos ser más humanos, tocar la tierra con más frecuencia, ver crecer las cosas…
El ocio filosófico era otra costumbre griega, sentarse a conversar en las plazas publicas, una costumbre que aun existía cuando yo era joven y que se extendió a los bares, donde la contienda se hacia frente a una taza de café. Y había allí filósofos de todas las calañas… Al hacerse tarde por la noche, la tierra seguía dando su órbita a pesar de nosotros…

Dejemos de lado toda esta cuestión, volvamos al origen, al verdadero origen, donde el respeto por la dignidad humana sea primero, donde las ideas sean solo ideas, no ideales. Volvamos a la simpleza… como dije… al campo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario