28.2.19

Todo esta organizado para que NUNCA sepamos qué somos.

SOBRE IDENTIDAD Y VINCULOS FAMILIARES                      

Primero debes nacer, luego crecer mientras te educas, amar a tu padre y a tu madre, por transmisión a tus hermanos, primos, tíos, abuelos… ser leal a tus amigos, estudiar mucho para ser exitoso, pero, sobre todo, para ser “alguien”; luego casarte, tener hijos, educarlos… Aún cuando hagas todo esto, no podrás evitar los fracasos, el dolor y las separaciones, el envejecer, enfermar y morir. Ese es el destino de todo “ser”, que debe ser aceptado al tiempo que se agradece a Dios por la vida…
En otro régimen de creencias, el hacer lo correcto es requisito para asegurarse que tendrás una reencarnación mejor que la actual.
Las fotos de la familia feliz sobre el mueble, en el facebook, en la telenovela… pareciera que encontrar el amor todo lo cura y que todos los que estudian y se esfuerzan, logran el éxito.
Abundan los “positivos” que te dicen que si las cosas te van mal es porque piensas en negativo y atraes energías negativas.
Pero, en el fondo, sentirás siempre que te están haciendo trampa, que no hay reglas, que la felicidad es una utopía y ya tampoco estás seguro que el alcanzar el éxito te hará feliz.

Si no lo ves así, es porque todavía estás enceguecido por la propaganda del sistema, o porque, en verdad, “es lo que hay” y a ello nos sometemos.
Te encontrarás, muchas veces, con que tus padres son autoritarios y posesivos, que tu mujer te engaña o te odia, o ambas cosas, que tus hijos son interesados y poco amorosos, que tu carrera es un fiasco… y, tal vez, que tú también lo eres.
Amarás a tu perro porque es el único que te quiere de verdad, sin condiciones…
Siddharta Gautama, el Budha, llamó “Rahula” a su hijo. Rahula significa CADENA. ¿Qué enseñanza hay detrás de este simple hecho?
Toda esta gran mentira comienza con la circunstancia de que debes aceptar como natural el ciclo de la vida y de la muerte, como enseñanza el sufrimiento continuo, como identidad, no lo que eres, sino la profesión que has adquirido. Eres “alguien” si has conseguido un puesto importante en una empresa o eres un profesional exitoso.
Y de alguna forma, esto surge del hecho que aceptas como axioma que la vida te la han dado, que no es tuya, que Dios te la da y te la quita cuando le da la gana, porque tu vida y tu muerte están asociadas a esa funda que vistes y llamas cuerpo.
Férreamente das por hecho que “eres de aquí”, de la Tierra, un animal más, en la cúspide de la evolución, pero no demasiado diferente a un delfín o una cucaracha.
En esto, ni siquiera evalúas el hecho de que, como mamíferos, somos un desastre, producto de un diseño defectuoso. Si no te has dado cuenta, compárate con tu gato.
Si no lo ves solito, pregúntate cuántas horas entrena tu minino para tener ese cuerpo musculoso y marcado que a ti te resulta imposible conseguir, cómo se las arregla para estar tan ágil si se la pasa durmiendo, por qué casi nunca se enferma…
Mientras los animales y plantas son el producto de un diseño antiguo y fundamentado, el cuerpo y psique humanos son un experimento de un dios menor.
Nos pasamos la vida tratando de saber quién somos, qué somos, para qué estamos aquí, por qué tenemos que sufrir… y morir… Preguntas sin respuestas, porque comenzamos desde el lado equivocado: la mente.
Algunos, vislumbran ya que no son su cuerpo, sino “algo” atrapado dentro de él. Otros se identifican con su mente, para otros somos simplemente fenómenos pasajeros, producto de una mecánica universal automática.
Pero si lo vemos bien, todo está puesto para distraernos. Desde los conflictos familiares, el dolor, la enfermedad, la lucha por alimentarse y vestirse, los romances, los estudios…
Distraernos de qué…
Pues… de lo que realmente somos.
Todo esta organizado para que NUNCA sepamos qué somos.
Incluso los delirantes que se creen “despiertos” han caído en otra de las redes de la matrix. La matrix tiene muchas: éxito, satisfacción personal, amor filial, profesión, sufrimiento infernal, obligaciones familiares, iluminación, samadhi, evolución espiritual (no existe tal, porque el espíritu no evoluciona).
Pero ya hablamos suficiente de lo que no somos.
No somos nuestro cuerpo, ni nuestras emociones, ni la mente, ni el alma dada por “dios”.
Eso es diversión… o diversificación. Múltiples personalidades afectadas por múltiples impulsos que no llevan a nada.
NOSOTROS… SOMOS LA VIDA.
Simplemente, el espíritu se expresa SIENDO, en silencio, sin palabras (el espíritu no habla).
El espíritu no evoluciona, es completo.
¿Como podemos vislumbrar lo que somos?
En el silencio, unificando nuestra personalidad fenoménica, evitando que nos atrapen las distracciones mundanas o que las múltiples cadenas se enreden alrededor de nosotros.
Liberarse de los falsos condicionamientos del sistema que nos llevan a olvidarnos de nosotros mismos para cumplir funciones de proveedor, protector, estrella de rock…
Liberarse de los condicionamientos mentales y emocionales que nos llevan a buscar al alma gemela, el amor de su vida, la pareja perfecta.
Unificar nuestra personalidad siendo coherentes del principio al fin, coherentes en pensamiento, palabra y acción (no mentir NUNCA es un gran ejercicio)
Pasar tiempo en soledad y en silencio, observando sin distracciones.
Abandonar el pensamiento y la emoción para dar lugar, poco a poco, a esa energía que proviene de la vida; el amor espiritual, la voluntad espiritual, que no son piedad ni compasión.
Busca a tu pareja entre quienes aportan a tu crecimiento interior, busca un compañero de búsqueda, no una garrapata. No dejes que las creencias sociales te hagan adquirir responsabilidades que te limiten en tu búsqueda. El planeta no necesita más niños humanos que vengan a destruirlo, realmente, lo mejor que podemos hacer por la humanidad es dejar que se extinga, por simple decisión de ni parir.

Es duro… pero demuéstrame que no es así…

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