Los cambios se están dando, las
energías cambian y la gente (incluso la más dormida) está
cambiando su forma de pensar. Es cada vez más habitual encontrar
personas que no creen en la versión oficial, de cualquier noticia o
evento que replique la propaganda de los noticieros.
La disidencia crece cada día
exponencialmente, y esto es algo que pronto será una obviedad, con
el tiempo algo que antes era un tema de loco conspiranoico, mañana
será comentado con un “lo sabía hace tiempo…”
La normalización de ciertos temas
hará que el trauma y la confrontación ante la verdad sea mucho
menor, lo que demuestra que la conciencia colectiva está más que
preparada para asumir la verdad y trascenderla.
Causas injustas y leyes absurdas,
están uniendo a la gente en causas comunes (feminismo extremo,
violencia de género, propaganda de sexo invertido y desviado,
vacunas, la indefensión infantil, el satanismo institucionalizado…)
La corrupción política y de todas sus instituciones, está uniendo
a la gente y a la vez despertándola.
Esto se traduce en que ya nadie
quiere guerra, mafias, corrupción a gran escala. La gente desconfía
de sus instituciones y saben que hace falta una gran purga, así que
cuando esta se produzca y se haga pública, será un gran alivio
para muchos, se volverá a creer en la justicia y la verdad como un
baremo desde el cual se rige el pueblo.
También
ayudará a esas mismas personas a entender que el error fue delegar
toda su soberanía en unas pocas personas, entenderán que el poder
corrompe lo quieran o no, cuando se concentra tanto, y que deben
asumir el cómo reorganizar sus vidas, y las de sus comunidades, en
pequeños núcleos independientes que colaboran en una red, en vez
de estados burocráticos jerarquizados.
Esto
se aplicará de igual modo a las religiones, las personas entenderán
una a una, tras conocer la inmensa corrupción que arrastran estas
organizaciones, que no necesitan un representante de dios, y que
tampoco necesitan templos, rituales y liturgia. Comprenderán que la
espiritualidad no necesita dogmas, ni normas estrictas, encorsetadas
que diferencien unos de otros, erigiéndose elegidos o
descendientes, cuando en realidad todos somos chispas de una misma
llama.
Según vayan rodando cabezas, y toda
la oscuridad haya sido removida y limpiada, el alivio que supondrá
esto energéticamente nos hará elevar nuestras frecuencias por
defecto. Serán pequeñas luces que se encienden hasta que todo
quede iluminado. También habrá mucho que lidiar individualmente y
trascender colectivamente.
Las conciencias que despiertan lo
hacen porque la conciencia colectiva crece en este planeta y es algo
que es imposible negar.
Muchos que aún se resisten a verlo,
solo se niegan a sí mismos su propio cambio. Su rol victimista le
hace ver el vaso medio vacío constantemente y es habitual aun
oírles decir, que todo es una nueva trampa, que el mal siempre
gana, o que los cambios que se producen son solo una apariencia.
Esto
es así, porque no entienden la mecánica de la conciencia, y porque
se niegan a si mismos toda prosperidad. La verdad, la justicia, la
luz, llegan a aquellos que abren sus brazos, sus mentes y sus
corazones, a aquellos que no tienen miedo y confían en sí mismos y
en el Ser humano.
Cada cosa que emerge, cada micra de
oscuridad que es remplazada, cada conciencia que despierta, queda
asegurada y no hay forma de revertirlo, aquellos que toman
conciencia podrán tropezar o desviarse, pero nunca retrocederán.
Si
o si, y de forma inevitable avanzaran, crecerán y no se podrá
revertir. Cada individualidad en proceso de cambio contagiará a sus
semejantes, y estos a su vez a los suyos, retroalimentando la
conciencia colectiva, y dando vida a un nuevo paradigma, a una nueva
edad para una nueva civilización.
Esto ha sido descrito y profetizado
tantas veces en el pasado que es casi redundante. Lo que es
innegable es que nada es eterno y todo está sujeto a ciclos, este
simple principio debería bastar para que todo escéptico entienda
que no hay una conspiración en esto para atraparnos nuevamente y
para siempre, es así de sencillo, nada es para siempre.
Ninguna conciencia desea ya
experimentar nada de lo que hasta ahora ha sido vivir en esta
sociedad, en este sistema. Nadie quiere pobreza, hambre, enfermedad,
guerras y corrupción, este deseo unánime es inmensamente fuerte y
aunque muchos aún se resistan ya es una realidad.
Ya no hay que formar resistencia, no
hay que resistir, ni aguantar, sino que hay que soltar, abrir los
puños para permitir, que lo que deba ser, sea.
Los
cambios llegan y no hay forma de revertirlos, no hay tecnología,
armas o conspiraciones que puedan tirar abajo algo que está tan
avanzado y que tiene el consenso en conciencia en este planeta.
Es cuestión de fechas… no seas
impaciente.
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