Una de las situaciones que más me
encuentro es que se predica el trabajo espiritual como medio de
avance y progreso personal, pero la gran mayoría de las personas,
se encuentran con el problema, de cómo aplicarlo a su vida personal
y terrenal. Como realizar esa tarea trascendental, en una vida llena
de circunstancias, y problemas cotidianos, sin tiempo y con prisa.
Todas las corrientes espirituales
hablan de desapego y trascender la dualidad como una de las bazas
principales, y es cierto. Desde aquí he tratado de aportar mi
granito de arena, para eliminar etiquetas, restarle un poco de
protagonismo al ego, salir de la mentalidad dual…
La mejor forma de
aplicar todo esto y ponerlo en práctica, es comprender nuestro modo
de vida, las tareas comunes y las rutinas que realizamos; las
personas que entran y salen, influyen, dramatizan y distorsionan
como una distracción, restarle trascendencia y tratarlos de un modo
que no nos suponga un desgaste, ni estrés.
No identificarnos con tantas cosas,
es el principio, porque es muy común emplear coloquialmente la
formula “Yo soy…” lo que nos alinea con tantas cosas que no
sirven para nada y no son más que un lastre, que no nos damos
cuenta del error grave que cometemos.
Yo solo soy Conciencia, y todo lo
demás sobra, raza, nación, religión o creencia, identificación
personal, cultura, alimentación, política, y filiaciones de
cualquier otro tipo… puedes quedarte con aquello que te sea útil
(como siempre), pero no necesitamos nada de esto.
Ser todas esas cosas e identificarte
con ellas, no te ayuda ni te aporta, da pábulo al ego
convirtiéndolo en un divo, y nos mete más y más en la Matrix.
Nos vuelve seres duales, divididos y desconectados de la conciencia,
comprender simplemente esto ya es un inmenso avance.
Aplicar todo esto te desapega de esta
realidad lo suficiente, como para estar listo para trascender muchos
de los conflictos que crean esos “Yoes” que no eres.
El comprender que
cada vez necesitas menos, es otro gran paso. Revisa todas tus
pertenencias y, salvo los útiles que realmente uses y te sean
prácticos, el resto solo son cosas que acumulas y muchas veces no
sabes ni porque, cosas que van ligadas a recuerdos, o emociones,
situaciones o personas del pasado.
Soltar todo esto aligera nuestra
conciencia y nos hace vibrar más alto. Desligarnos de Yoes y cosas,
despedirnos de personas que estuvieron y no dejamos ir, acumular
recuerdos y no experiencias tampoco ayuda.
La experiencia es conocimiento, te
hace más sabio y te ayuda a comprender y a tomar las distancias
necesarias con todo lo que te sucede.
Aceptar los cambios según llegan y
no verlos como algo malo o traumático, solo porque no lo
entendemos, o porque no estamos dispuestos a soltar. No podemos
abarcarlo todo, y nada nuevo podrás tomar si no estás dispuesto a
soltar lo viejo.
Aplicarlo hará que todo cambie,
personas se vayan y otras lleguen. Entender que esas personas que te
rodean y las llamas amigos, familia, pareja o compañero, cumplen
ciclos y no están ahí para ti, ellos también tienen su camino y
deben continuar con él.
El mayor acto de amor que se le puede
dedicar a alguien es permitirle Ser y dejarle marchar cuando así lo
requiera. Amar incondicionalmente implica también aceptar el adiós,
como una parte más de nuestra relación. Dar las gracias a todos
los Seres que llegan a tu vida, suman algo a tu experiencia, y se
van, es parte de nuestro avance espiritual, y comprenderlo de este
modo nos ahorra sentirnos tristes y melancólicos sin necesidad.
Por último,
eliminar nuestra necesidad de control. Tenemos la mala costumbre de
tratar de controlarlo todo, nuestras vidas y todas las de los que
nos rodean, controlar y controlar. Esto es casi lo que más nos
apega, pensar que si escapa a nuestro control, el mal puede cernirse
sobre aquello que amamos, es muy limitante. Esto crea una pesada
carga, que nos auto imponemos sin necesidad.
Confiar y entender que todo tiene un
sentido y una razón, es vital. No tenemos por qué entenderlo
necesariamente, porque muchos de los eventos que les ocurren a los
que nos rodean son fruto de su propia experiencia de vida, son parte
de su camino, pequeñas lecciones que ellos necesitan y no podemos
poner palos en sus ruedas.
Prestar ayuda solo cuando nos es
requerido, y permitir que lo que deba ser, sea. Esto tiene que ver
con respetar el libre albedrío de los demás, es la lección más
importante que todo Ser debería aprender y comprender para poder
vivir y dejar vivir (y experimentar) a los demás.
Controlar no es un acto de amor, sino
un acto posesivo y egoísta, que solo acrecienta los problemas, e
implica que los eventos que creemos posponer, lleguen, y sean más y
más complejos y dolorosos.
Aplicar todo esto hará que nuestra
realidad cambie rápidamente, nuevos eventos y nuevas
personas lleguen, y nuestro avance se note.
Ganarás
conciencia y con ello empatía y sensibilidad, serás consciente y
entenderás cada vez mejor la mecánica de tu realidad, con lo que
eliminarás poco a poco tu miedo y entenderás que todo tiene un
orden y un sentido, aprender de ello es conocimiento, el mejor y
único conocimiento que te sirve realmente de algo.
Huelga decir que
realizar esta revisión personal, te ayudara a eludir cualquier tipo
de intervención, parasitación y toxicidad, ya que tu frecuencia
cambiara gradualmente y con ello, todas estas causas irán
desapareciendo solas unas, y otras serás tú mismo quien decidas
que “ya está bien…”
Todo esto es básico, y no por básico
es menos importante, habrá muchos que lo crean superado, integrado
y aplicado, pero la realidad es bien distinta, por eso y por qué
aún hay muchas personas que están iniciando su proceso.
Nunca es tarde, y cuanto antes mejor,
el esfuerzo (si es que se puede considerar así) merece mucho la
pena.
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