DAIMÓN
Y EL CONCEPTO "ANIMA"
Para
poder comprender correctamente el verdadero significado de Anima
dentro de la teoria de Evideon del Profesor Corrado Malanga, es muy
importante que en castellano la dejemos de comparar y traducir por el
vocablo alma. El concepto católico
de "cuerpo, alma y espíritu",
nada tiene que ver con el significado que en Evideon tiene "mente,
anima y spirito".
El
propio Corrado Malanga lo ha manifestado recientemente:
"Es
muy difícil
intentar traducir a otras lenguas el concepto de Anima expresado en
Evideon. Solamente tenemos que tener presente que los japoneses
tienen 5 significados para expresar lo que Anima representa. Por
contra en francés
la palabra Anima prácticamente
no existe y se traduce como "esperit" que en definitiva no
es ni Anima ni Spirito, es otra cosa. La única
solución
posible es la de referirse a Anim a como lo hacemos en Evideon y no
traducirlo al español
como alma. Anima forma parte de un grupo de vectores relacionados con
el espacio, el tiempo y la energía,
en donde la parte anímica
no tiene el vector del tiempo.Que Anima diga que el tiempo no existe
significa que Anima percibe el tiempo en un modo no local. Esto
quiere decir que lo percibe todo a la vez, en un único
instante. Es por esta razón
que el tiempo no es mesurable para Anima. Comprender este concepto
equivale a entender el verdadero significado de Anima. Estamos ante
un grupo de vectores que nada tienen que ver con la alma de la
Iglesia Catolica. Por tanto la traducción
de Anima está ligada a la comprensión
de lo que significa el vector que representa la parte anímica
del ser humano. Desde un punto de vista psicoanalítico
el concepto de Anima en Evideon es muy parecido a lo que James
Hillman denomina daimon."
El
término
daimon proviene de la noche de los tiempos, veamos un poco de su
historia, sus diferentes definiciones y de como Hillman lo define en
sus trabajos a finales del siglo XX.
Un
daimon es un término
utilizado en la mitología
y la religión
que también
podemos encontrar escrito como "demon" o como "deimon"
y que representa una divinidad indeterminada que actúa
como protector y consejero. Bajo este contexto un daimon es la "soto
voche" que escuchas en el interior de tus orejas en forma de
murmullo.
En
muchas de las culturas y civilizaciones a lo largo de la historia ha
existido la creencia que en los momentos de indecisión
hay una fuerza que influye a tomar la decisión
definitiva. Dicha fuerza también
suele estar relacionada con lo más
profundo de nuestro interior. En muchas ocasiones el ego de cada uno
de nosotros no suele estar muy de acuerdo con lo que la fuerza
interior le sugiere.
Nuestros
egos suelen ver a esta fuerza interior como una reminiscencia de
nuestra parte infantil. A esta fuerza los egipcios la denominaban Ba,
los griegos la llamaron daimon y los romanos la consideraban como si
de un genio se tratara. En las culturas chamánicas
encontramos el término
"nahual" como un elemento de vinculación
entre los dioses y los seres humanos.
El
chamanismo también
lo llama "alma libre" o "el animal salvaje que cada
uno de nosotros alberga en su interior". El nahual posee
atributos benéficos,
pero también
es portador de atributos relacionados con la desgracia y vincula a
los dioses con los hombres y mujeres.
Si
existiera una jerarquía
celestial de entidades chamánicas,
el nahual sería
considerado un semidiós. Si tuviéramos
que definir al nahual con mentalidad cristiana, podríamos
decir que se trata de ángeles,
pero también
de demonios. La voz interior que representa al daimon o al nahual, es
lo que muchos llaman intuición
o sentimiento y esta íntimamente ligado al destino de cada ser
humano.
Heráclito
ya decía
que "el destino del hombre es su carácter". Herisódo
proclamaba que los hombres de la Edad de Oro se habían
convertido en démones
por orden del dios Zeus con el fin de que protegieran a todos los
mortales. Los seguidores de Pitágoras
consideraban la existencia de 4 clases de entidades: Los dioses, los
démones,
los héroes
y los hombres.
Segun
Platón
cada uno de nosotros somos responsables de nuestro destino que antes
de encarnar nuestra alma selecciona para que lo acompañe
en la experiencia. Para Platón,
daimon y destino significaban lo mismo. En El Banquete, Platón
nos define a un daimon como un ser intermedio entre los mortales y
los inmortales ya que tenía
que servir de guía
a los hombres a lo largo de su vida para terminar conduciéndoles
al Hades cuando la muerte llama a la puerta. El daimon de Sócrates
suele estar representado como una voz interior que Sócrates
al escucharla le hacía
plena confianza.
Entrados
en el siglo XX, Carl Jung destaca que es fundamental que cada uno de
nosotros promueva
su dialogo con su daimon y afirmaba que era la mejor forma de poder
desplegar al exterior la mejor versión
de nuestro ser. Jung estaba convencido que nuestro daimon no siempre
era bueno. A veces nos abofeteaba de forma cruel y en otras ocasiones
destruía
todos nuestros planes.
El
Daimón
de Carl Jung es el que proporciona a cada uno de nosotros la
sabiduría con la que poder alcanzar nuestro máximo
potencial y singularidad. Llegados a este punto es importante
resaltar que Jung tenía
un concepto de la singularidad muy definido y que un manzano jamás
podía
dar peras o albaricoques. Carl Jung siempre dejo a las entidades
metafísicas
aparcadas al lado de la cuneta.
A
finales del siglo XX James Hillman destaca en sus trabajos la
presencia a lo largo de la historia de una "imagen energética"
en variadas religiones, mitos y pensamientos. Para Hillman se trata
de una llamada, una vocación,
un destino, que cada ser humano posee durante toda su vida en el
universo virtual donde experimenta. Para poder escuchar y comprender
de forma correcta dicha llamada, Hillman afirma que es preciso que
cada uno de nosotros aprenda a crecer "hacia abajo".
Se
trata de imitar a las raíces
de los árboles
que al expandirse en el interior de la tierra pueden encontrar y
conocer sus verdaderos orígenes.
James
Hillman está convencido que la motivación
para que cada individuo pueda realizarse procede del interior de cada
uno de nosotros. El daimon de Hillman se manifiesta constantemente a
lo largo de nuestras vidas, en todo momento, en toda decisión,
nunca deja de aconsejar. Solo precisamos saber escuchar y hacerle
plena confianza. En toda sincronicidad, en toda fobia, en toda
victoria o derrota,... siempre hay un daimon que nos susurra al oído.
Hillman hace hincapie que nuestro Daimón
nunca descansa y por tal motivo es protagonista principal de todos
nuestros sueños
nocturnos.
Según
Hillman la vocación
es un aspecto fundamental de nuestro daimon que nos permite conocer
que clase de camino es el que en la vida tenemos que andar. Pero
también
resalta siempre algo muy importante respecto al concepto de su
daimon. Nunca hay que confundir la vocación
con la profesión,
por el simple hecho de que las profesiones son inventos terrenales y
están
completamente ligados al tipo de sociedad en donde se ejercen. Por
ejemplo, si en la actualidad un sujeto tiene la vocación
de la amistad,
a nivel profesional dentro de nuestra sociedad, lo va a tener muy
crudo. En una sociedad fundada en la competencia y la ley del más
fuerte, la amistad no tiene cabida y es sinónimo
de fracaso. La vocación
no tiene por qué coincidir con la profesión
del sujeto. Bajo este contexto, Hillman resalta que las personas que
han nacido con vocaciones que no son valoradas en nuestra sociedad
actual, deben de ser conscientes que, a nivel profesional, poseen un
handicap.
James
Hillman postula que saber captar los mensajes de nuestro daimon, es
un acto de pensamiento
y reflexión
que no debe ser tomado a la liguera. Llegados a este punto Hillman
enfatiza que uno de los peores enemigos de nuestro daimon es el
fatalismo. El fatalismo huye de plantearse preguntas y se abandona en
un estado en donde la reflexión
no existe bajo el argumento de que todo está perdido.
Me
gustaría
terminar este artículo
dedicado al daimon con el análisis
simbólico
de un grabado de 1574 del artista boloñes
Giulio Bonassone titulado "Sócrates
y su daimon" que tuve el placer de mostrar y comentar
personalmente con Corrado Malanga hace apenas una semanas. Este
grabado encierra de forma magistral los tres vectores de la teoría
de Malanga. El daimon de Sócrates
le susurra a su oído
que en este mundo nuestro se basa en tres pilares fundamentales:
Energía,
tiempo y espacio.
Descubramos
en donde se encuentran expresados los tres pilares de Evideon en el
grabado medieval del artista de Boloña.
La
energía
(E) es el eje vertical representado por el compás
que Sócrates
sostiene a lo alto con su mano izquierda levantada hacia el
firmamento celeste. El compás
elevado hacia el cielo nos recuerda también
una de las máximas:
"Abajo es como arriba".
El
tiempo (T) es el eje transversal y el espacio (S) el horizontal,
representados por el pincel que sostiene con su mano derecha con el
que ha dibujado en el lienzo los rostros completamente
rejuvenecidos de
su daimon y de él
mismo. Los rostros pintados en el lienzo pertenecen a otro tiempo y
otro espacio.
La
teoría
de los tres vectores de Corrado Malanga reflejada de forma
excepcional en un grabado de 1574. Una prueba más
de que el daimon es conocedor de que todo el universo holográfico
que nos rodea se ha confeccionado a través
de un único
y sencillo modelo. Un modelo formado por tres vectores,... más
sencillo imposible. Qué bueno que Malanga nos lo haya compartido.
Johnny
McClue 2019
Una visione critica di Malanga https://sites.google.com/view/malanga-ojo-critico/malanga-traduzione-online?authuser=0
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