LA
MATERIA NO EXISTE
Vivimos esclavizados en una realidad virtual
En
la serie Vida Consciente
del canal de comunicación Vida Coherente, el catedrático Carlos
Delfino expone al menos tres argumentos —avalados con experimentos de neurociencia contemporánea— que
junto con otros argumentos filosóficos e históricos como los de
Parménides (500 A.C) y el propio Descartes (XVII) muestran que no
hay nada fuera de los cuatro cerebros humanos. De acuerdo a estas
investigaciones, lo que nosotros vemos no es lo que verdaderamente
es, sino la proyección de una realidad falsa —realidad virtual—
producto de una intervención prehistórica del ADN humano y una
posterior programación milenaria de origen sumerio-babilónico
diseñada e implantada de forma deliberada por sociedades secretas a
lo largo de la historia para controlar a la especie humana.
¡No
hay una realidad material, nosotros creamos la realidad! Y para
liberarnos de la programación babilónica es necesario alcanzar una
masa crítica de 9,000 individuos para manifestar una realidad
coherente con la conciencia absoluta y no con la egóica con la que
fuimos intervenidos. Sólo de ese modo la humanidad logrará cambiar
la línea de tiempo y por lo tanto la realidad por una más humana y
benévola.
Hans Peter Düer: “La materia no existe”
Hans
Peter Düer, el físico y filósofo que trabajó 20 años con W.
Heisenberg, y que fue Director del Instituto Max Planck, respondió
de este modo cuando le preguntaron qué fue lo que más le impresionó
en sus 60 años de trabajo en física: “Llegar a la conclusión
que la
materia no existe.” Según
él, darse cuenta de esta realidad y de que nos han engañado durante
toda la historia es fundamental para entender el proceso de la
manifestación cuántica.
Francisco
J. Rubia Vila: “La realidad no existe, es proyectada por el
cerebro”
El
21 de mayo de 2013, el neurocientífico materialista Francisco J.
Rubia Vila, publicó en la revista electrónica Tendencias21,
que nuestro sentido del yo, lo que llamamos ego, no tiene un centro
cerebral. Según él, todos tenemos centros cerebrales para ver, para
hablar, para respirar, para caminar, etc. Pero no hay ningún núcleo
para el sentido del yo. El ego no existe, es una construcción
ilusoria de todo el cerebro. Además, Rubia Vila agrega que toda la
realidad que uno ve, no existe, sino que es internamente proyectada
por el cerebro. Hoy se sabe gracias a 25 años de investigación del
Instituto Heart Math, que el corazón es un “cuarto cerebro”
(además de los 3 que hay en la cabeza) también es capaz de
proyectar realidad a través de sus más de 40,000 neuronas de tipo
cerebral y piensa por sí mismo.
Lo
que nosotros creemos que somos, no lo somos, sino que es un sentido
del yo falso e implantado. No hay nada fuera del cerebro. Este
sentido del yo está lleno de miedo, prejuicios, creencias falsas,
programaciones históricas de 8,000 años de antigüedad (y tal vez
más antiguos, pues los registros que existen proceden de Babilonia,
pero la hermandad de sacerdotes de Babilonia venía de Sumeria, y las
últimas dataciones controvertidas del Diluvio Universal son del
9,500 A.C.), es decir 10,000 años en total agregando los 2,000 años
de la era cristiana. Toda esa programación está en nuestro ego y es
lo que nos domina, es lo que creemos que somos sin serlo.
Dra.
Susana Martínez Conde: «El hombre crea un modelo de realidad»
En
2016, en Barcelona, los científicos Dra. Susana Martínez Conde, Dr.
Raúl Rojas, y Dr. Facundo Manes confirmaron
lo expuesto en 2014 por Rubia Vila, al exponer que el hombre no tiene
una relación directa con la verdadera realidad sino que crea un
modelo de la realidad. En dicha exposición, la Dra. Martínez Conde
presentó una cantidad impresionante de pruebas que demuestran que lo
que nosotros vemos no es lo que es.
De
este modo se ha comprobado que el hombre crea su propia realidad —que
no es la verdadera realidad, ya que de acuerdo al maestro Carlos
Delfino, la verdadera realidad es la conciencia absoluta, es decir la
Fuente y su flujo de energía e información. Técnicamente, decir
que el hombre proyecta una realidad virtual es inexacto, ya que
virtual implica sólo información y no energía. Pero el vocablo es
explícito y se ha popularizado culturalmente.
La
intervención de la raza humana y la gran mentira de la materia
La
intervención de la raza humana se dio por poder. Fueron las
sociedades secretas de la época sumeria-babilónica, concretamente
la hermandad de sacerdotes de Babilonia, que es la madre de todas las
sociedades secretas que existen hoy en día, tales como la masonería,
el sionismo, la iglesia católica, la mafia jázara, los iluminati,
etc. Todas ellas forman una pequeña élite que a lo largo de la
historia logró convencer a la gente que hay un Dios externo que creó
una cosa llamada materia, lo cual es totalmente imposible desde el
punto de vista de la física teórica porque la materia al ser
energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma de acuerdo a
la ley de conservación de la energía, una de las leyes más sólidas
de toda la física.
La
materia no sólo es una ilusión, sino que es proyectada por el
cerebro. Cualquier físico teórico sabe que lo que uno cree tocar en
realidad nunca llega a tocarlo, siempre queda un espacio debido a la
repulsión de dos cargas negativas iguales entre los electrones del
átomo del objeto que se cree tocar y nuestra mano. Esa repulsión de
fuerzas es lo que acaricia las terminales nerviosas y el cerebro
interpreta que el objeto es sólido, aún cuando el objeto está
formado de átomos y los átomos son puro vacío.
Pero
a la masonería y a todas las sociedades secretas les conviene hacer
creer a la gente que la materia existe, pues ellos tienen el poder
sobre la materia, son
los dueños del dinero, de los bancos y del sistema financiero con el
que controlan el mundo.
Pero si todos entendiéramos que la materia no existe, seríamos
libres pues ellos no tendrían modo alguno de justificar su sistema
de poder.
Las
sociedades secretas representan aproximadamente el 1% de la
población del mundo. Y logrando la masa crítica podríamos
quitarles el poder. Los grados menores de la masonería ni siquiera
saben de lo que forman parte. Sólo los grados superiores conocen el
secreto.
Es
cierto que hemos sido conciencias experimentando una realidad de
tercera densidad desde un principio. Pero en un momento dado hubo
una intervención
prehistórica del ADN de la raza humana,
que posteriormente se terminó de confeccionar con la programación
de las élites.
Masa
crítica y conciencia colectiva
Lo
importante de saber todo esto es que nosotros mismos proyectamos la
realidad, colectiva e individualmente, y no un Dios externo.
Recibimos energía e información de la conciencia absoluta (La
Fuente). Esta conciencia transfiere esa información a la conciencia
colectiva y después al cerebro que la decodifica y proyecta, motivo
por el cual todos vemos más o menos lo mismo. Es una realidad
consensual. Pero dentro de ella cada uno percibe y proyecta sus
propios matices, por eso a algunas personas les produce felicidad y a
otros depresión o tristeza.
Es
muy importante saber que uniendo una masa crítica (un número
porcentual crítico de seres humanos), se puede cambiar la cadena de
sucesos para activar otra línea de tiempo y proyectar otra realidad
más harmónica y benévola al ser humano.
En
1993, el Dr. en física cuántica John Hagelin, descubrió que se
puede trabajar en la raza humana con una masa crítica que sea total
a la raíz cuadrada del 1%. Es decir que sí la raíz cuadrada del 1%
de la población del mundo se mantiene en el proceso de despertar de
la conciencia, la realidad cambiaría. En este momento la raíz
cuadrada del 1% de la población humana es alrededor de 9,000
personas. Entonces si 9,000 personas trabajan enfocadas en una sola
cosa, podrían cambiar la línea de tiempo.
Al
parecer eso ya está sucediendo por lo que es posible que algunos de
nosotros lleguemos a presenciar el cambio de conciencia de la
humanidad, y por lo tanto de la realidad humana. El problema es que
la raza humana está dividida entre los que todavía viven
programados y convencidos en la existencia de la realidad de la
materia, y los que ya sabemos que es una mera ilusión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario