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En
abril de 2017 reportamos cómo
algunas compañías suecas habían empezado a implantar microchips a
empleados, que los aceptaron porque pensaban que son “modernos y
convenientes” sin detenerse a pensar en sus consecuencias. Hoy, dos
años después, miles de personas en Suecia ya tienen microchips
futuristas del tamaño de un grano de arroz implantados bajo su piel
para llevar a cabo actividades cotidianas y reemplazar tarjetas de
crédito y efectivo. Los implantadores de la tecnología predicen que
millones de personas pronto se unirán a los pioneros y esperan poder
hacer de los microchips un fenómeno global.
“Y
hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y
esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la
frente; y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que
tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su
nombre. Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente
el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es
seiscientos sesenta y seis.” — Apocalipsis 13: 16-18
Al
igual que los relojes inteligentes, los chips ayudan a los suecos a
controlar su salud e incluso a reemplazar las tarjetas de acceso para
permitirles ingresar a oficinas y edificios.
Sin
embargo, se han puesto particularmente de moda al permitir que los
propietarios paguen en las tiendas con un simple movimiento de mano,
algo congruente en un país que busca eliminar el dinero en efectivo.
Los
microchips empezaron a ser implantados por el ex-perforador Jowan
Österlund, quien califica a la tecnología de “fenomenal”, y
afirma que ha sido contactado por inversionistas “de todos los
continentes.”
“La tecnología llegará hasta el cuerpo humano”, dijo el fundador de Biohax International a New York Post.
Österlund
insiste en que la tecnología es segura, pero eso no ha impedido que
se enciendan las alarmas y que algunos teman que repercuta en la
duplicación de la ciberdelincuencia que ha sido un problema en el
país en la última década.
Ben
Libberton, un científico británico residente en Suecia teme que los
suecos no estén pensando lo suficiente en los peligros potenciales
de esta tecnología.
“El
problema es, ¿quién posee esta información?”, se cuestiona
Libberton. “¿Qué tal si recibo una carta de mi compañía de
seguros que dice que las primas aumentarán antes de saber que estoy
enfermo? Si uso el chip para comprar el almuerzo, voy al gimnasio y
voy a trabajar, ¿alguien tendrá toda esta información sobre mí?
¿Estará almacenada y eso será seguro?
Libberton
agregó:
“No
se trata solo del chip, sino de la integración con otros sistemas y
el intercambio de datos.”
“Las
personas han demostrado que están felices de abandonar la privacidad
por conveniencia”, dijo. Y como “el chip es muy conveniente,
podríamos aceptar que nuestros datos sean compartidos antes de
conocer los riesgos.”
La
tendencia a implantarse chips coincide con la carrera de Suecia por
deshacerse del efectivo. Actualmente los billetes y monedas
representan solo el 1 por ciento de la economía de Suecia. Al mismo
tiempo, el país ha visto una disminución dramática en algunos
delitos, con solo dos robos a bancos el año pasado en comparación
con 110 en 2008.
Edwin
Black, periodista de investigación y autor de “Guerra contra los
débiles: Eugenesia y la campaña de los Estados Unidos para crear
una raza maestra”, dijo que esta nueva tecnología podría
significar el fin de la libertad personal para poblaciones enteras:
“Durante muchos años, la comunidad de privacidad ha temido este momento en el que el chip implantable se volvería lo suficientemente pequeño para ser inyectado en la mano.”
Black
también agregó: “Esto significa que el inyector puede rastrear y
controlar el comportamiento humano, y si ese inyector es un gobierno
o una corporación bajo el control del gobierno, nos dirigimos hacia
un escenario en el que el gobierno podrá eliminar a toda una clase
de personas basadas en su origen o posición política.”
Sobre
el gobierno sueco, el insider y masón de la Logia Propaganda Due,
Leo Zagami, ha
escrito lo siguiente:
“La
comunidad Illuminati escandinava y su Rito Sueco de Francmasonería,
que está lleno de hipocresía cristiana, son considerados un ejemplo
a seguir por muchos en la comunidad masónica de los EE.UU. que,
desafortunadamente, ignoran los hechos. La élite Illuminati es muy
aficionada a los ideales ‘socialistas’ escandinavos… En otras
palabras, los EE.UU. y el resto de Europa están a solo un paso de un
modelo nazi-comunista que ha existido en Escandinavia durante años.
La única diferencia es que la población escandinava participa
voluntariamente en este juego enfermo, en países como Noruega,
Suecia y el resto de Escandinavia, incluida Islandia (aunque en mucho
menor grado que los otros debido a su lejanía). Estos países están
bajo el control completo de un estado policial nazi-fascista
gobernado por líderes socialistas / comunistas… Y desde mi punto
de vista, a la mayoría de los escandinavos no parece importarles y
han regalado su silencio a cambio de la satisfacción material del
Estado.”
De
este modo, para Zagami no es de extrañar que miles de suecos estén
ahora consintiendo que se les coloquen microchips debajo de la piel
para ayudarlos en sus transacciones financieras, viajes en tren y
para abrir puertas, pues:
“Como
he escrito en el vol. 6.66., estamos en un momento crítico para la
humanidad que decidirá el destino del futuro de nuestra especie, por
lo que debemos ser conscientes, a diferencia de la mayoría de las
ovejas que están listas para ser microchipadas y lavadas del cerebro
por la Realidad Virtual.”
Cíborgs de oficina: Suecia empieza a implantar microchips a empleados
Fuentes:
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