12.8.19

Reaccionar para ser verdaderamente Humanos, dueños de nuestra realidad

NIVEL NEÓFITO Nº6                                                      

27. LA CONCIENCIA GENÉTICA

Según Wikipedia «Conciencia se refiere al saber de sí mismo, al conocimiento que el espíritu humano tiene de su propia existencia, estados o actos. Conciencia se aplica a lo ético, a los juicios sobre el bien y el mal de nuestras acciones...»

Esta definición —si bien no es completa— resume la idea que se tiene con respecto a ella; la unidad de carbono humano tiene digamos una cierta conciencia subjetiva; esta se limita al mundo de la ilusión de la realidad, es también relativa y perecedera, limitada a lo conocido, y no transmisible. Pero hay una conciencia que es exactamente lo contrario a lo expuesto, y esta es la conciencia genética. Imaginen un pendrive o una tarjeta de memoria de un teléfono, no importa en qué equipo o aparato la usemos, llevará en ella toda la información que le hayamos cargado. Esta conciencia es patrimonio de los amos, ellos saben exactamente quienes son, de donde vienen y cuál es su tarea, saben esto no porque se lo hayan enseñado, sino porque lo recuerdan porque viene grabado en sus genes.


Todo ser vivo tiene memoria genética —que no es lo mismo que conciencia genética— y sin ella no podría existir. La memoria genética es la encargada de transmitir y reproducir las especies, por eso el cuerpo sabe qué célula corresponde que sea parte de una mano y cual de un hígado, la ciencia está ahora entendiendo como funciona todo este proceso a través del estudio y decodificación del genoma humano, lo que no sabe aún es que el gen trae en su interior también una conciencia genética, igual a la de nuestros amos, con la diferencia que no está activada, en realidad si lo está, pero tenemos el acceso denegado, como los archivos protegidos del sistema que solo pueden ser manipulados por el administrador. Esta conciencia genética forma parte también del código fuente del hombre; fuimos creados a “imagen y semejanza” , no porque seamos físicamente iguales a nuestros creadores, sino porque usaron su imagen genética para hacerlo, por consiguiente también heredamos sus atributos, pero solo somos semejantes, porque limitaron muchos de ellos para que no pudiéramos rebelarnos. 

Muchos creen que esta conciencia genética tiene que ver con la sangre, por eso las “líneas de sangre” tan nombradas y relacionadas con la mal interpretada élite de poder. Mantener la línea de sangre genéticamente pura para no contaminar el genoma y poder acceder a la conciencia genética, es la intención de los que forman la tercera línea de poder: illuminati, masones, familias reales, etc. y también de algunas etnias y razas, lo que ignoran es que están tan manipulados como nosotros, los mantienen ocupados en esa idea cuando la realidad es completamente diferente, los únicos que tienen que mantener la línea de sangre pura son los amos, nosotros —incluida la élite— solo obtendremos acceso a la conciencia genética, cuando seamos administradores de nosotros mismos.

Cuando pasemos de esclavos a amos, y logremos ser unidades de carbono independientes tendremos el acceso a la conciencia genética, no hay otra forma de lograrlo, porque ese es el premio por haber comido del árbol de la vida, su fruto es la conciencia genética, entonces habremos vencido a la muerte, pues recordaremos toda nuestra historia como seres, y nuestro espíritu obtendrá la continuidad, pero eso es otra historia que en algún momento contaré, por ahora esto es suficiente. 

28. LA TERCERA ENERGÍA

Toda materia conocida está formada por átomos; como ustedes sabrán el átomo a su vez está compuesto por partículas de carga negativa, positiva y neutra: electrones, protones y neutrones. Los electrones (con carga negativa) giran alrededor del núcleo del átomo en cuyo interior se encuentran los protones (de carga positiva) y los neutrones (de carga neutra). Se podría definir al átomo como un vórtice de energía en equilibrio, pues tiene las mismas cargas positivas que negativas. Por último está el neutrón, formado a su vez por tres partículas fundamentales o subatómicas llamadas quarks, que no modifican el equilibrio anterior ya que la suma de sus cargas es igual a cero. 

Todas las uniones químicas de los elementos se producen a través de los electrones, así que podríamos decir sin lugar a dudas, que el entramado del universo tridimensional del hombre se basa en energías negativas. Sobre este entramado corre la ilusión de la realidad, por consiguiente la ilusión de la realidad subjetiva del hombre es negativa por naturaleza.

Cuando hablé de los principios cuánticos, hablé de lo mal que eran interpretados debido a que eran vistos como expresiones unidimensionales de interpretaciones tridimensionales de principios cuánticos adimensionales. Un ejemplo de esto lo constituye el llamado “principio de correspondencia” que reza: “como es arriba es abajo”. Ampliando su significado tendremos la correcta interpretación: al igual que el vórtice de energía átomo, la unidad de carbono humano tiene las energías negativas por afuera de él (“como es arriba…”), rodeándolo con el entramado de la realidad, y la energía positiva por dentro, en su interior como el núcleo del átomo (“…es abajo”). 

Como tenemos incorporado la programación de la dualidad, solo somos conscientes de estas dos energías, la positiva y la negativa, pero tal como en el átomo, en nuestro interior también se encuentra la tercera energía, la energía neutra, que en realidad es la encargada de lograr el equilibrio del átomo y de nosotros mismos, es la energía equilibrante, la que compensa la dualidad de los opuestos, la que transmuta lo negativo en positivo, pues en su interior lleva las dos cargas a la vez, es la partícula cuántica por excelencia, y el lazo de unión entre lo positivo y lo negativo, es la energía más importante que disponemos y la cual ignoramos porque así fue dispuesto.

Así como la energía negativa apaga el WiFi y la positiva lo activa, la energía equilibrante es la que lo hace funcionar. Todo el cerebro cuántico funciona con esa energía, que es la que une los opuestos y hace que la realidad general se manifieste, es la energía con la que funcionan nuestros creadores, es en la que se manifiesta el espíritu y con la que trabaja la conciencia genética, es la energía de la verdad y por tanto la que tenemos que lograr manejar para en algún momento obtener la independencia como seres, y lograr así ser libres y dueños de nosotros mismos, ustedes eligen. 

29. LOS CENTROS DE CONTROL

Llegado a este punto es necesario ahondar un poco más en el funcionamiento de nuestro cerebro. Volviendo a la analogía del hombre y la computadora, tomemos al microprocesador (equivalente al cerebro) como ejemplo; éste está dividido en distintos sectores de trabajo, que se ocupan cada uno de una función determinada en el procesamiento de los distintos datos que va recibiendo, tanto del exterior (órdenes que le damos mediante el teclado y el mouse), como del interior (puertos de tarjetas gráficas, red, sonido, y demás componentes de la máquina). Esto puede llevarlo a cabo porque tiene perfectamente claro y preestablecido qué sector se ocupa de cada tipo de datos, de otra manera sería tal la confusión, que usted estaría escribiendo una palabra en el procesador de texto, y en vez de eso se abriría el navegador de internet o pasaría cualquier otra cosa hasta el punto que el sistema dejaría de funcionar. El cerebro de la unidad de carbono humano trabaja exactamente igual, tiene sectores o centros de control, que se ocupan —o al menos debieran ocuparse— de funciones determinadas.

Ahora veamos cuales son y que función cumple cada uno de ellos. Nos ocuparemos solo de los centros tridimensionales que son cinco: el instintivo, el motor, el intelectual, el emocional, y el espiritual. Comencemos con el centro instintivo; este se ocupa del funcionamiento interno del cuerpo, todos los procesos interiores se llevan a cabo con su intervención. Tanto el funcionamiento de los órganos como los procesos químicos que se llevan a cabo están a cargo del centro instintivo (sistema circulatorio, digestivo, nervioso, etc.). Este centro comienza a funcionar desde el momento mismo de la concepción, y toma su programación inicial de la memoria genética; usted no es consciente de él, su cuerpo funciona sin que tenga necesidad de intervenir. 

Pasemos ahora al centro motor; este toma su programación inicial del centro intelectual y es el encargado de las acciones automáticas y repetitivas como caminar, manejar cualquier utensilio, conducir un vehículo, etc. Cuando usted aprende a hacer algo, primero lo piensa (usa el centro intelectual) pero cuando lo procesa toma el mando el centro motor. Por ejemplo, cuando usted aprende a manejar un vehículo, primero tiene que pensar cuando usar el embrague, que cambio  poner y cuando, en que momento usar el intermitente, o el freno, etc. Luego de un período de práctica, Ud. lo hace automáticamente, señal de que el centro motor tomó el control. A partir de ese momento, si usted quisiera pensar lo que está haciendo, seguro que no manejaría tan bien. Igual pasa con los distintos procesos automáticos, usted no piensa “ahora tengo que levantar un pie y moverlo hacia adelante, mientras trato de mantener el equilibrio hasta que lo vuelvo a apoyar, y luego me impulso y levanto el otro pie…”, etc., cuando camina, usted solo camina, el centro motor está a cargo. 

Veamos ahora el centro intelectual; este toma su programación inicial de los datos recibidos del exterior (a través de los cinco sentidos), intelectualiza la información y saca sus propias conclusiones. Por ejemplo, usted tiene un problema, lo piensa, ve las opciones y decide que acción tomar. Este centro es el encargado de los acontecimientos cotidianos de nuestras vidas y de enseñarle al centro motor las acciones que debe realizar. 

Continuamos ahora con el centro emocional; este toma su programación inicial de los estímulos, es el encargado de manejar las emociones: tristeza, alegría, euforia, melancolía, etc. Todas ellas están a cargo de este centro, su trabajo es procesar los estímulos y reaccionar ante ellos cuando es necesario. Usted no se entristece porque se le cayó el tenedor de la mesa, solo lo levanta y lo lava, pero sí se entristece si se le muere por ejemplo su mascota. Por último tenemos al centro espiritual; este debería tomar su programación inicial de la conciencia genética, pero como no tenemos acceso la toma del centro emocional, y eso es una complicación, pues constituye digamos que un “agujero de seguridad”. Como podemos ver, el centro espiritual ya funciona mal de entrada, complicando las cosas para la unidad de carbono humano.

Entonces tenemos dos centros, el instintivo y el motor, que no tienen grandes problemas, pues por lo general hacen su trabajo sin complicaciones, pero con relación a los tres restantes la cosa es más complicada, pues su funcionamiento no es el correcto. Ya de entrada el centro espiritual tiene una programación inicial errónea, dada por el centro emocional; como consecuencia, este último muchas veces se hace cargo de lo que le corresponde al intelectual y viceversa, surgiendo emociones cuando no deberían, o bien intelectualizando cuestiones emocionales y no permitiendo de esta manera la consideración hacia el prójimo. 

Esta falla en el sistema es utilizada para la manipulación; la oratoria es un arma por excelencia en este sentido, porque es utilizada para activar o desactivar ciertos centros aprovechando ese mal funcionamiento y procesamiento que acabo de describir y así inducir a determinadas opiniones o actos, que de otra manera no serían posibles. Esta es una de las formas del control de masas más común y el mal funcionamiento de los centros de control es la puerta de entrada de la manipulación social. Estén atentos ahora que lo conocen y tal vez logren ver las cosas más claras la próxima vez que escuchen un discurso  en los medios, venga este de un político, un religioso, una multinacional, un producto, una noticia, o de quien sea. 

30. ROMPIENDO LOS ESQUEMAS

Cuando se habla de manipulación solemos pensar que está dirigida a solo una serie de acontecimientos o determinados sucesos específicos, que el resto de la vida sigue normal y excluida de tal influencia, y que nosotros podemos ver desde la otra vereda como les afecta a otros, mientras caminamos a salvo de sus garras protegidos por nuestro supuesto conocimiento de su existencia. El problema de esta idea radica en el falso concepto de la realidad. Como ya expliqué anteriormente, cuando hablo de ilusión de la realidad, me refiero literalmente a eso, "ilusión", “ilusorio”, “no real”, “falso”, y todos los sinónimos que se les puedan ocurrir. Lo cierto es que nada está exento de ella a tal punto que es como si formáramos parte de un "Gran Hermano" o de un "The Truman Show " inmenso. 

Todo es falso: la justicia, la democracia, el capitalismo, el comunismo, el imperialismo y todos los demás "ismos", las religiones, los gobiernos, las monarquías, las dictaduras, la salud, la ciencia, la educación, el dinero, las finanzas, la moda, lo que está bien, lo que está mal, todo absolutamente todo forma parte de la ilusión de la realidad, y por consiguiente es manipulable. La sociedad íntegra es una gran puesta en escena, una parodia ridícula en la cual nosotros seguimos participando, una y otra vez, intentando conseguir el mejor papel del reparto, mientras detrás de bambalinas, los productores y directores se frotan las manos mientras se ríen de nuestra grotesca y ridícula inocencia.

Seguimos utilizando sus bancos, pagando sus hipotecas, comprando sus productos, viendo sus programas, creyendo sus palabras, siguiendo sus ideas, investigando su ciencia, profesando sus religiones, luchando sus guerras, entreteniéndonos con sus tonterías, y viviendo sus vidas. El tiempo se acorta, y dicen que la cosecha  se acerca, ¿quiénes y qué van a cosechar?, ¿acaso somos el producto manufacturado final, o solo el desecho de la producción?, es hora de reaccionar, de romper los esquemas, y atrevernos a dejar de ser unidades de carbono dependientes, para pasar a ser verdaderamente Humanos, dueños de nosotros y de nuestra realidad, para ser artífices y creadores de nuestras vidas, y dejar de vivir en sueños que ni si quiera son nuestros, y poder gritar al final desde el fondo de nuestro Ser.... ¡LIBERTAD, LIBERTAD, AL FIN LIBERTAD! 

Esto que acaban de leer, esto que los movilizó por dentro, con energías negativas y positivas, que produjo sentimientos encontrados, rechazos y aprobaciones, que los hizo pensar, dudar, querer actuar, se llama "choque". El choque se produce cuando una realidad es expuesta abruptamente, sin filtro alguno; este rompe los esquemas de pensamiento y permite digamos, "saltar" a la fase siguiente, evitando así la recurrencia de acción y permitiendo liberar la tercera energía que equilibra y amortigua las energías del choque. Como verán no toda energía negativa es mala, solo hay que transmutarla y aprovechar la energía equilibrante para activar y poner en funcionamiento, digamos, los "sentidos cuánticos" de la unidad de carbono humano. Espero que hayan sabido interpretar esta inusual forma de transmisión de información, si acaso no lo logré disculpen ustedes el intento. 

31. EL ÁRBOL DE LA VIDA

En el artículo "La conciencia genética" hablé del árbol de la vida, creo necesario ampliar esa información para evitar posibles malas interpretaciones; primero me gustaría aclarar el concepto de Ser, tomen al Ser como la esencia de vida, la parte eterna de ustedes. El Ser forma parte de la creación misma: es eterno por naturaleza, es adimensional y atemporal, es el punto en el centro del círculo y forma parte del todo, es energía consciente de sí misma. El Ser no tiene nada que ver con el espíritu y el alma que hablan las religiones, estos son solo cuerpos de enlace entre digamos, dimensiones. El Ser es lo real, y el cuerpo físico lo ilusorio. El Ser no se encuentra en el cuerpo y el espíritu es su enlace con la materia, a través del centro espiritual. 

Por otra parte el alma es el enlace del espíritu con la personalidad o "yo", a través del centro emocional, y aquí radica el primer problema porque como recordarán el centro espiritual tendría que tomar su programación inicial de la conciencia genética, pero como tenemos el acceso denegado la toma del centro emocional, produciendo por un lado la mala programación inicial del centro espiritual y por otro que el enlace "Ser-materia-yo" sea defectuoso por naturaleza.

Cuando en el artículo “La conciencia genética” hablo de continuidad, no me refiero a eternidad o vida eterna. La idea de eternidad es también una interpretación tridimensional, de un concepto adimensional, pues digamos que forma parte del código fuente de la misma creación, por consiguiente al formar parte nuestro Ser de la creación, este es eterno por naturaleza, cualquiera que diga lo contrario se equivoca, incluidas las religiones. Por otra parte nuestra personalidad o “yo”, es finita, como todo ser viviente tridimensional. La unidad de carbono humano hoy es Pedro, ayer fue José, y mañana será Laura, porque al no tener acceso a la conciencia genética no tiene continuidad como Ser. 

El acceso a la conciencia genética también le da acceso al recuerdo de quien fue, es, y será, y la posibilidad de saber que él es el Ser, y que Pedro, Jose, y Laura, son solo envases tridimensionales, unidades de carbono programables y descartables. Ese es el elixir de la vida eterna buscado por los alquimistas, el fruto del árbol de la vida, con el cual se puede encontrar la piedra filosofal, de ella hablaré en otro momento, y entonces como digo habremos vencido a la muerte, porque el Ser no nace ni muere, el Ser no reencarna, el Ser solo existe.

También dije en el artículo "explicando las dimensiones" que el tiempo es como percibimos el movimiento perpendicular de un cuerpo en la dimensión inmediata superior, ese movimiento perpendicular de nuestro cuerpo son nuestras distintas vidas, al tener acceso al árbol de la vida, también saltamos a la cuarta dimensión porque ya no las percibiríamos como tiempo separado, sino como continuidad. También hay una manifestación física colateral al acceder al árbol de la vida, y es la extensión del tiempo de vida, por la activación de lo que la ciencia llama "basura genética", que es el 95% del genoma humano, por eso la búsqueda del elixir de la vida y la piedra filosofal, pero eso es otra historia. 

Los amos, al tener acceso al árbol de la vida, no solo tienen conciencia de su Ser, sino que también su tiempo de vida física es notablemente superior. Nosotros —unidades de carbono— no tenemos esa posibilidad, y para ellos esto es una ventaja, la misma que tenemos con relación a un insecto cuya vida media sea de unos pocos días, pero a diferencia de este ejemplo, fuimos hechos a “imagen y semejanza”, y por tanto somos una imagen genética que contiene sus mismos atributos, los cuales podemos llegar a activar y utilizar. Cristo dijo, "dioses sois" y tenía razón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario