La
pregunta tiene miga: ¿Son los homosexuales hombres y mujeres
superiores? Porque eso es lo que la propaganda mediática y estatal
nos hace creer. Aunque propalan que son simplemente parte de “la
diversidad” de género, su privilegiada fuerza mediática nos
empuja a verlos como seres superiores. Más osados, valientes y
hechos a sí mismos que los vulgares varones a los que les gustan las
mujeres, a los que se les deja como idiotas o, peor, como violadores
en potencia. Si un hombre es heterosexual y forma una familia
corriente, está siempre bajo sospecha. Si es un gay, es un líder.
Y todo esto no es casual. No puede serlo. Porque una cosa es reconocer la igualdad de derechos y deberes para las comunidades LGTBI y otra muy distinta, privilegiarlos. Por ejemplo, si unos cuantos miles de hombres y mujeres heterosexuales se manifestaran por las calles como lo hacen los homosexuales, algunos (y algunas) en pelotas y con gestos provocadores, se les censuraría en los medios e incluso se les reprimiría duramente. Por el contrario, los homosexuales pueden montar incluso orgías en los desfiles gay y no les pasa nada. De hecho, se les aplaude.
Y todo esto no es casual. No puede serlo. Porque una cosa es reconocer la igualdad de derechos y deberes para las comunidades LGTBI y otra muy distinta, privilegiarlos. Por ejemplo, si unos cuantos miles de hombres y mujeres heterosexuales se manifestaran por las calles como lo hacen los homosexuales, algunos (y algunas) en pelotas y con gestos provocadores, se les censuraría en los medios e incluso se les reprimiría duramente. Por el contrario, los homosexuales pueden montar incluso orgías en los desfiles gay y no les pasa nada. De hecho, se les aplaude.
El
ascenso de un homosexual, hombre o mujer, en la empresa, pública o
privada, está garantizado a poco que valga el espécimen. Porque
como, ante una decisión adversa, se le ocurra decir que se le está
discriminando por razón de sexo (por no privilegiarlo), la
superioridad que haya tomado la decisión puede sufrir consecuencias
poco agradables. Como ya sucedía en leyes similares (la de Violencia
de Género) se practica la inversión de la carga de la prueba: un
acusado de discriminación por esta causa debe demostrar su
inocencia, cuando la ley establece más bien que es el acusador el
que debiera demostrar el delito. Sin embargo, persiste el prejuicio
de que todo hombre es proclive a ser violento con la mujer y a
discriminar al homosexual. Por la cara.
Y así está España, el estado más tolerante con las minorías del planeta Tierra. De hecho, no sólo tolera, sino que prevarica a favor del entorno homosexual. Y hace años ya, décadas, que a un homosexual no se le ve como un bicho raro en ninguna parte. Todos tenemos amigos homosexuales y ni reparamos en ello ni los diferenciamos de ninguna manera. Ni llaman la atención siquiera, a menos que quieran y exageren: ellos pintados y marcando culito y ellas con pinta de camionero y dejándose bigote.
Y así está España, el estado más tolerante con las minorías del planeta Tierra. De hecho, no sólo tolera, sino que prevarica a favor del entorno homosexual. Y hace años ya, décadas, que a un homosexual no se le ve como un bicho raro en ninguna parte. Todos tenemos amigos homosexuales y ni reparamos en ello ni los diferenciamos de ninguna manera. Ni llaman la atención siquiera, a menos que quieran y exageren: ellos pintados y marcando culito y ellas con pinta de camionero y dejándose bigote.
¿Y
qué decir de las leyes como la madrileña y la catalana, que remedan
la proposición de ley elaborada por la Federación estatal de
lesbianas, gays, transexuales y bisexuales? Lo que se presentaba como
una ley contra discriminaciones injustas se ha convertido en un
recopilatorio de ventajas y privilegios laborales, educativos y
presenciales que no tiene ningún otro colectivo desfavorecido: ni
los ancianos, ni las madres solas, ni los gitanos, ni los
inmigrantes, ni los parados de larga duración, etc. ¿Y quién dirá
en los colegios (públicos o católicos) cuál es “la realidad”
de esas orientaciones?
Aunque
en una primera fase parece que no está muy definido, es más que
probable (seguro) que enseguida las asociaciones LGBT se erijan en
intérpretes únicos y privilegiados para decir cómo es “la
realidad”. Las brutales multas que propone la Ley no son solo para
las “terapias psicológicas para librarse de la homosexualidad”
sino incluso para “cualquier intervención religiosa”, como por
ejemplo rezar para librarse de lo que un católico considera una
vulneración de la Ley de Dios. ¡Y hay decenas de miles de
homosexuales católicos!
Este portal encuentra inadecuado que se forme a los niños en la escuela para que “prueben” a sentirse homosexuales: ellos a ser niñas; y ellas a ser niños. Porque una cosa es la igualdad y otra el proselitismo. Conocemos la teoría subyacente: que intentan “liberar de complejos” a los niños que serán naturalmente homosexuales en cuanto alcancen la pubertad; y formar al resto para no rechazarlos. Pero ¿y si se intentara educar al revés? ¿Y si se invitara a niños y niñas a probar a jugar a novios e iniciarse en los toqueteos? Las "ampas" de toda España se lanzarían a la yugular de los enseñantes, ¿a que sí?
Este portal encuentra inadecuado que se forme a los niños en la escuela para que “prueben” a sentirse homosexuales: ellos a ser niñas; y ellas a ser niños. Porque una cosa es la igualdad y otra el proselitismo. Conocemos la teoría subyacente: que intentan “liberar de complejos” a los niños que serán naturalmente homosexuales en cuanto alcancen la pubertad; y formar al resto para no rechazarlos. Pero ¿y si se intentara educar al revés? ¿Y si se invitara a niños y niñas a probar a jugar a novios e iniciarse en los toqueteos? Las "ampas" de toda España se lanzarían a la yugular de los enseñantes, ¿a que sí?
Hace
más de 40 años que la Ley de Vagos y Maleantes franquista, que
penaba las conductas homosexuales, no rige en la vida de los
españoles. A ver si se van enterando todos de una vez.
Y conste que nos parece muy bien que homosexuales como Boris Izaguirre triunfen en la televisión soltando pluma hasta la exageración. A fin de cuentas, lo que pretende es provocar sonrisas en los espectadores. Pero amigo, un ministro Marlaska es otra cosa: un incompetente absoluto, capaz de justificar las agresiones físicas y verbales que sufrieron diputados, hombres y mujeres, en un desfile del Orgullo Gay.
Por cierto: ¿Cómo que Orgullo Gay? Efectivamente. Las organizaciones LGTBI no persiguen su igualdad, sino demostrar su superioridad, como superiores se sienten todo orgullosos ante el resto de los humanos.
(Fuente: https://acratasnet.wordpress.com/)
Y conste que nos parece muy bien que homosexuales como Boris Izaguirre triunfen en la televisión soltando pluma hasta la exageración. A fin de cuentas, lo que pretende es provocar sonrisas en los espectadores. Pero amigo, un ministro Marlaska es otra cosa: un incompetente absoluto, capaz de justificar las agresiones físicas y verbales que sufrieron diputados, hombres y mujeres, en un desfile del Orgullo Gay.
Por cierto: ¿Cómo que Orgullo Gay? Efectivamente. Las organizaciones LGTBI no persiguen su igualdad, sino demostrar su superioridad, como superiores se sienten todo orgullosos ante el resto de los humanos.
(Fuente: https://acratasnet.wordpress.com/)
VISTO EN: http://astillasderealidad.blogspot.com/2020/02/son-los-homosexuales-hombres-y-mujeres.html
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