Imagino que ya debes de haber escuchado y leído
muchas veces esta palabra. DESPIERTA. Considera de ultra urgencia despertar y
tomar las riendas de nuestras vidas en estos tiempos tumultuosos y dominados
por el cambio.
Todos los que viven sobre la Tierra
están aquí para participar y contribuir al despertar global de la humanidad,
que por fin va a comprender que los pensamientos crean la realidad. Es crucial
que entendamos esto, ya que estamos conectados a muchos niveles y capas de la
realidad entrelazados con el propósito de crear y explorar la majestuosa
naturaleza multidimensional de la existencia.
El conocimiento es sagrado y la
elección de estar informados o simplemente entretenidos con lo que pasa en el
mundo actual es un examen revelador de estos tiempos. Ampliar nuestra mente
para penetrar más profundamente en el significado de la vida no sólo es
liberador, sino también crucial para nuestro bienestar, ya que el conocimiento
es poder y dependiendo del modo en que lo utilicemos determinará
inevitablemente nuestra vida personal y colectiva.
Las situaciones sociales y políticas a las que nos
enfrentamos actualmente, tanto a nivel personal como global, conllevan una
serie de importantes lecciones de discernimiento. Se nos reta a descubrir el
bien diseñado y curioso negocio con el miedo que se ha apoderado del planeta.
Mantener nuestra fe en un final
positivo para todo a lo que nos enfrentamos a diario no siempre es fácil; no
obstante, es importante recordar que las experiencias difíciles y espinosas
preceden a cualquier logro importante. Nuestras elecciones, así como la
disposición a correr riesgos en estos tiempos son esenciales para el proceso de
fortalecimiento de nuestra resolución, la toma de conciencia y aplicación de
nuestro poder personal. Al fin y al cabo, todo lo que tenemos lo hemos creado
por una buena razón.
Vivimos en una época en la que el
poder personal, la amplitud de conciencia y el crecimiento personal parecen
ilimitados.
Todo lo que existe alberga
determinado tipo de poder, incluidos nosotros mismos. Por un momento, debemos
reconsiderar nuestras creencias con respecto a los conceptos «poder» y «poder
personal». ¿Qué imagen nos viene a la mente? ¿Qué clase de poder creemos que
habita en nuestro interior? Desde la oscuridad de los tiempos se ha considerado
que la conciencia y el poder personal son dos opuestos inseparables, algo así
como las dos caras de la misma moneda; la combinación de los dos era un tesoro
y fue valorada como un código esencial de sabiduría a través de las dimensiones
y anales del espacio y del tiempo, ya que se consideró la base para crear y
mantener una existencia agitada.
Ahora, en los comienzos del tercer
milenio, es cuando la humanidad se va a encontrar con las importantes lecciones
cósmicas con respecto al valor de la vida, este antiguo conocimiento perdido,
pero apreciado como una maravillosa herencia, está listo para ser reclamado y
ubicado en su justo lugar en el seno de los valores humanos.
Estamos viviendo en un tiempo en el
que las oportunidades para recuperar el poder personal, la amplitud de la
conciencia y el crecimiento espiritual parecen ilimitados. Desde este punto de
vista, es «el momento y el lugar de estar», en medio de las numerosísimas
realidades, dimensiones y avenidas probables de la existencia.
Como consecuencia, el tiempo en el
que vivimos también es particular-mente desafiante, ya que actualmente estamos
inmersos en la exploración de una parte muy intensa del desarrollo humano. Un
poderoso ímpetu para lograr estados cada vez más intensos de una mayor
conciencia y sensibilidad que nos empuja a sentir, sanar y tratar con las
situaciones presentes en nuestras vidas y las posibilidades inherentes.
Todos los habitantes de la Tierra
estamos en crisis y esta crisis tiene su origen en un miedo profundamente
enraizado de conocer la verdad.
Para soltar los lazos colectivos del
miedo tenemos que estar dispuestos a mirar más allá y profundizar en lo que
sabemos. Ahora es el momento de integrar nuestra esencia espiritual y madurar
cómo utilizar nuestra mente.
Estamos en medio de una tumultuosa
transformación, una iniciación que pasa a través de la noche oscura del alma, y
tenemos que estar dispuestos y ser capaces de identificar los problemas que
aparecen en nuestras vidas personales y colectivas para encontrar su solución.
Estamos al borde de una extraordinaria revolución espiritual a nivel mundial y,
teniendo esto en cuenta, es esencial saber que las oportunidades para el
crecimiento están siempre disponibles si sabemos cómo crearlas.
Comprender el poder de las creencias
y de la mente, tanto la individual como la colectiva, es algo crucial que debe
entender la humanidad.
Reconocer estas dos importantes
claves del conocimiento puede brindar a la conciencia humana una nueva visión
de un mundo de posibilidades ilimitadas y soluciones en gran medida creativas.
Las creencias son, sobre todo, acuerdos con respecto a la realidad, y tanto las
creencias personales como las colectivas forman la estructura y los parámetros
de nuestra vida en cualquiera de sus áreas.
Las creencias, los pensamientos y
los sentimientos dejan una impronta característica en el campo de la energía
vital que envuelve nuestro mundo.
Estamos creando el tiempo, y la
humanidad se está dando cuenta con más
rapidez este sorprendente hecho. Los tiempos en los que vivimos se caracterizan
por grandes cambios, y se necesita una importante dosis de flexibilidad y
claras intenciones para poder manejar este inestimable proceso humano de
transformación.
Desarrollar la habilidad de darnos
cuenta de lo que pensamos, sentimos y hablamos y estructurar nuestra vida con
mucha claridad a través del pensamiento, la palabra y los hechos tienen una
importancia esencial para vivir una vida con poder.
Aceptar la responsabilidad del poder
que encarnamos es una lección esencial y muy importante para conseguir esta
transformación.
La expansión de la conciencia está
recorriendo el globo con una sorprendente fuerza y estimula a la humanidad a
despertar a nivel celular para descubrir su poder.
La presión para dirigir honestamente
nuestras vidas y el mundo en general nunca ha sido mayor y, a algunas personas,
el esfuerzo necesario para llevar a cabo esta tarea simplemente le parece
arrollador. En estos tiempos, abrir la mente y considerar puntos de vista y una
visión de la vida que van más allá de los pensamientos aceptados parece no
solamente sensato, sino también admirable. El importantísimo reto ocasionado
por las energías aceleradas de estos tiempos, de hecho, nos sirve como estímulo
para percibir la realidad de otra manera. Nosotros hemos elegido estar aquí en
esta época para ayudar con nuestro propio punto de vista al elenco de seres
conscientes que están produciendo «el gran despertar espiritual» en el planeta
Tierra.
La toma de conciencia es un estado
de la mente, además de ser el «nombre del juego» en estos tiempos cambiantes.
Al igual que un descomunal vendaval, la conciencia expandida está barriendo el
globo con un sorprendente empuje estimulando a la humanidad a nivel celular para
que despierte y recupere su poder.
Debemos estar dispuestos y ser
capaces de llamar a una espada, espada, es decir, denominar e identificar con
valor y claridad todo lo que vemos y sentimos con respecto a lo que está
sucediendo a todos los niveles. Tanto a nivel individual como a nivel
colectivo, nuestra libertad depende de nuestra habilidad de hablar de la verdad
tal y como nosotros la percibimos. Nuestra lección sobre la vida también
incluye temas muy diferentes que deben discernirse y que muestran vínculos con
vuestras relaciones tanto con la realidad física como con la no física.
Las elecciones que hagamos a diario
son cruciales para nuestro bienestar, del mismo modo que nuestros pensamientos,
y no sólo porque dirigen el curso de nuestras vidas en el mundo físico en 3D,
sino también porque afectan a otras muchas realidades. Los desafíos en este
«juego de la toma de conciencia» están aumentando continuamente y se nos reta
más que nunca a identificar nuestros sentimientos más íntimos y reconocerlos como
la principal fuente para la creación de nuestra realidad.
El potencial para que aumente
nuestra toma de conciencia es cada vez más importante debido a la velocidad,
similar a la velocidad de la luz, a la que se intercambian nuevas ideas y las
posibilidades de realizarlas. Aunque seguimos confiando en las palabras
escritas para aprender y difundir nuestro conocimiento y nuestra conciencia, lo
cierto es que somos también en gran medida telepáticos.
Desde 1987, el flujo de energía
cósmica que afecta a nuestro planeta ha ido aumentando gradualmente cada año,
lo que ha dado lugar a un aumento del pulso de la vida: probablemente nos
estamos dando cuenta de que nuestra vida se mueve cada día más y más deprisa,
tal y como se hace patente en las exigencias que se nos plantean y la increíble
velocidad con la que tenemos que trabajar para subsistir.
Y, además, en lo que
pensamos y en lo que nos centramos se manifiesta con la misma rapidez.
El tiempo no sólo nos exige que
seamos mucho más conscientes acerca de lo que está ocurriendo en la comunidad
mundial, sino también una mayor responsabilidad y honestidad en la relación con
nosotros mismos.
El mundo exterior es un reflejo de nuestra realidad
interior.
Debemos estar dispuestos a tomar las
riendas de nuestras vidas y adiestrarnos en pensar de una manera diferente para
poder navegar por las corrientes cambiantes de la conciencia humana.
Para algunas personas, estos tiempos
son de auténtico estrés y transformación tumultuosa y con muchos reveces, y
numerosas familias e individuos se están enfrentando a la incómoda sensación de
que se encuentran en contra la
corriente.
La presión para ser más flexibles y cambiar la vida y las creencias
está aumentando de forma sorprendente.
La economía mundial permanece en un
continuo vaivén y confusión; ajustes desastrosos han causado desconfianza en el
tesoro público y los grandes negocios; despidos de trabajadores siguen creando
más inseguridad; el número de desempleados aumenta cada día y la gente piensa
cómo va a poder seguir viviendo.
Enfermedades graves entre los
animales y los humanos plantean una crisis de salud a nivel mundial; los
políticos huelen oscuras transacciones aprovechando información privilegiada;
los tambores de guerra suenan continuamente en los medios de comunicación controlados;
los ataques nucleares y el terrorismo ocupan los primeros puestos del ranking,
el incremento de violencia sexual y los actos de perversión son cada vez más
llamativos; la relación deuda/crédito es completamente insostenible, y el robo,
el engaño, la trampa y la mentira son el factor común que tienen los totalmente
corruptos líderes mundiales.
Parece que los denominados líderes
han fracasado en el deber que se les ha encomendado de defender la libertad y
cuidar la garantía de independencia como responsabilidad civil.
Ahora, y a estas alturas del juego,
todo el mundo se está empezando a preguntar por qué el mundo está sumido en
semejante caos. Precisamente constituye una señal excelente, ya que propone una
mayor reflexión y reevaluación de la vida con la que cada persona ha de
enfrentarse.
Un incremento en la intensidad de
las radiaciones energéticas procedentes del cosmos hace que la humanidad abra
sus ojos para darse cuenta de un propósito espiritual mayor.
Toda la existencia está llena de
energía que es capaz de reaccionar, que está viva, que es inteligente,
vibrante, flexible y telepática, y, teniendo en cuenta que nosotros formamos
parte de la existencia, también estamos rebosantes de estas cualidades.
Mientras nuestro sistema solar viaja por las
profundidades del espacio, atraviesa un terreno lleno de radiaciones cósmicas
altamente energéticas llenas de una aparentemente ilimitada red de heliografías
de conciencia. Esto provoca una lluvia de energía fogosa que cae continuamente
sobre la Tierra y que le aporta grandes cantidades de partículas atómicas que
penetran en las células y en los átomos de todas las cosas para transmitir una
forma de electricidad celeste llena de energía vital.
Las antiguas sagas decían con
frecuencia que el punto blando en el cráneo de un bebé era «la puerta al
cielo», ya que sabían que era una puerta para el flujo de energía cósmica e
inteligencia espiritual que se dirigía hacia los ganglios craneales.
La radiación cósmica recarga el
sistema nervioso central con la energía de la fuerza vital y actúa como una
extensión invisible del sistema nervioso físico para facilitar la conexión con
el cosmos mayor.
En estos tiempos de cambio, el
masivo incremento en la intensidad de las radiaciones energéticas procedentes
del cosmos hace que la humanidad abra sus ojos para darse cuenta de un
propósito espiritual mayor y para adquirir una visión más trascendente de la
existencia. La presencia de estas misteriosas energías cósmicas fue detectada
hace tiempo y bautizada por mucha gente procedente de las más diversas
culturas: el campo unificado, (chi, prana, energía orgón, éter, fuerza dragón,
fuerza vital, la fuerza y radiación cósmica), todas ellas denominaciones que se
refieren al mismo enigma. Independientemente de cómo se denominen, nosotros
utilizamos esta energía a lo largo de toda la vida para proyectar nuestro ser,
ya que se trata de una fuente ilimitada de poder.
Dentro de nuestro particular campo
de experiencia, nuestros pensamientos, sentimientos y deseos son el material
primordial que usamos para crear nuestro mundo. El poder de creación reside en
todas las formas de conciencia, y la conciencia existe en un estado de suprema
cooperación a lo largo de toda la existencia. Conciencia es existencia.
El amor es la primordial fuente material,
es la vibración de energía cósmica pulsante que alimenta cada aspecto del campo
de existencia.
Este gran campo de energía está
siendo estimulado e influenciado por las actividades de intensos fenómenos
celestes que penetran en los confines del espacio y el tiempo. Gracias a
nuestras creencias, el espectacular despliegue de implosión y explosión de
gases y materia parecen ser eventos que ocurren al azar y muestran un universo
en constante colisión consigo mismo. Sin embargo, este no es el caso. Aún no
nos hemos atrevido a creer o reconocer la presencia de un profundo orden, que
es el núcleo de toda vida. Una presencia evolucionada de un colectivo de
inteligencia cósmica mueve, planifica y diseña la existencia con un
diferenciado y cualificado propósito.
De hecho, todas las formas de
conciencia tienen el poder inherente para planificar y crear experiencias, y.
desde una perspectiva más amplia, esta red interconectada de conciencia cósmica
es el componente clave del juego de la vida.
Los orbes de los cielos juegan
muchos papeles. Los componentes estelares son básicamente centros de
comunicación de la fuerza de la vida y están entretejidos a través de
importantísimas conexiones telepáticas. Estos centros son utilizados por muchos
seres inteligentes como medio para enviar transmisiones específicas mediante la
modulación de frecuencias desde un lugar a otro. Cada «flash» de luz, cada
supernova, cada llamarada solar y cada acción (pequeña o grande) es
extraordinariamente importante para el desarrollo de todas las partes de esta
red cósmica y se pone claramente en marcha mediante la intención en una
realidad u otra.
Por un mundo mejor: Todos juntos en
La Victoria de La Luz
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