LOS ORÍGENES DEL MITO DEL ANTIGUO
ASTRONAUTA
¿Quién Enseñó a Dios a Conducir?
El libro "God
Drives a Flying Saucer" (Dios Conduce un Platillo Volador,
1969) de Robert L. Dione se mofa de la metafísica tradicional: "ningún
sistema de lógica aún ideado puede resolver las inconsistencias y paradojas
inherentes en la creencia de que el hombre es habitado por un algo místico,
sobrenatural e inmortal llamado un alma". Si miramos la Biblia,
¿qué debe ser hecho con los milagros registrados allí? Dione no puede encontrar
ninguna razón para dudar de la exactitud de la Biblia: "si
no fuera por las referencias a milagros, la Biblia permanecería
incuestionable como un logro monumental en el reportaje histórico".
La posibilidad de poderes sobrenaturales él la encuentra absurda, y por lo tanto la única explicación consiste en que estuvo actuando una tecnología de platillos voladores. Después de eso, todo se hace simple: Adán y Eva fueron creados por ingenieros genéticos que trabajaban bajo la dirección de Yahvé, quien es el "líder de los tecnólogos maestros"; los ángeles eran cosmonautas; la visión de Ezequiel fue de platillos voladores; en cuanto a la Inmaculada Concepción, es "razonablemente seguro" que Gabriel era un "especialista biológico" que artificialmente inseminó a María con una aguja hipodérmica; y "bien puede ser que el esperma usado fuera el de Dios, haciendo de Jesús el Hijo de Dios tal como la Biblia enseña".
Sin embargo, al final el Dios súper-tecnológico
de Dione es apenas diferente del sobrenatural de los católicos. No tenemos
almas, pero la tecnología puede hacer inmortales nuestras mentes, que son
electromagnéticas en su naturaleza: "Dios elegirá
cuáles de nosotros sobrevivirán como ángeles en el cielo... analizando las
referencias de nuestros ángeles de la guarda y estudiando las
cintas de escucha que están en este momento registrando nuestras vidas".
El antecedente original de
Dione estuvo claramente en la Iglesia romana, ya que él dedicó un capítulo
entero a Fátima, y citó la Biblia en una versión revisada de
la traducción Douay [del AT, 1609]. David F. McConnell, en su libro "Flying
Saucers of the Lord" (1969), usó la traducción del rey James [de
1611] (y por lo tanto fue probablemente criado como un Protestante), pero sus
interpretaciones eran muy similares a las de Dione:
"Éxodo 13:21: Y Yahvé
iba delante de ellos durante el día como un pilar de nube, para guiarlos por el
camino, y de noche como un pilar de fuego, para darles luz, para que anduvieran
día y noche. Ése fue un caso de un platillo volador o platillos de Yahvé
conduciendo a los hijos de Israel a través del desierto del Mar Rojo... Salmo
97:3: Un fuego va ante él, y quema a sus enemigos en todas direcciones. Los
platillos voladores de Yahvé con los ángeles van antes de Yahvé y queman a sus
enemigos".
Una Cuestión de Fe
Hasta aproximadamente 1950 la
religión parecía estar en decadencia en todas partes, mientras la ciencia y el
materialismo aumentaban, aparentemente en dirección del ateísmo universal. Una
de las objeciones estándares a la religión era que la Biblia está
llena de milagros, los cuales el progreso de la ciencia había indicado que eran
imposibles. El Libro de Josué registra que Yahvé, a petición
de Josué, detuvo al Sol en su movimiento durante un día entero. En la
Antigüedad eso no parecía raro; después de Newton, era difícil de creer.
1950 vio la publicación del
libro "Mundos en Colisión" de Immanuel Velikovsky.
Aunque su autor pueda no haberlo comprendido conscientemente, la intención de
ese libro parece haber sido una reconciliación de ciencia y religión.
Siendo judío Velikovsky, para
él religión significaba el Antiguo Testamento. Él sugirió que
muchas de las maravillas bíblicas podrían ser explicadas en términos totalmente
científicos como catástrofes causadas por los desplazamientos de los planetas
Venus y Marte. Él consideraba que Venus nació sólo hace unos pocos miles de
años, cuando salió desde Júpiter. Aproximadamente en 1500 a.C. pasó cerca de la
Tierra, provocando varios efectos gravitacionales dramáticos, como la
separación del Mar Rojo, y la detención del movimiento del Sol ya mencionada.
Finalmente alcanzó su órbita actual, que estaba ocupada entonces por Marte.
Venus se instaló en la órbita de Marte, y Marte se vio forzado a alejarse del
Sol, pasando junto a la Tierra durante el período registrado por el
bíblico Libro de Reyes, causando diversos aparentes milagros
adicionales.
El doctor Velikovsky fue
amigo tanto de Sigmund Freud como de Albert Einstein, y evidentemente esperaba
que su nombre estuviera un día junto al de aquéllos. Pero fue decepcionado:
aunque "Mundos en Colisión" fuera primero publicado
por los respetados editores académicos Macmillan de Nueva York, no sólo los
escritores científicos denunciaron dicho libro, sino que las universidades
amenazaron con boicotear la lista entera de libros de Macmillan mientras
la obra de Velikovsky permaneciera en ella. Entonces ellos transfirieron los
derechos a Doubleday, que no tenía un negocio de libros de texto, y
a pesar de toda la crítica el libro se vendió bien durante décadas. Aunque hubo
objeciones absolutamente legítimas a las teorías de Velikovsky por razones
astronómicas, esa reacción excesiva lleva a sospechar que sus oponentes estaban
inconscientemente conscientes de la oculta agenda religiosa del libro, y era a
eso a lo que se oponían.
En cierto modo, Velikovsky
estaba firmemente dentro de la tradición rabínica, que es que cualquier cosa y
todo puede ser encontrado en la Torá (Ley de Yahvé). En el
siglo XII, cuando la filosofía aristotélica se hizo popular entre los judíos,
los rabinos afirmaron encontrarla toda ella en los escritos de ellos.
Aristóteles enseñó que hay tres partes en el alma: el alma animal, el alma
racional, y el alma divina. Ahora bien, la palabra hebrea bíblica para
"alma" es nephesh, pero una o dos veces aparece ruach y neshamah,
las cuales palabras significan "viento" o "aliento" y son
usadas en el sentido de aliento de la vida. (Génesis 2:7: "Y Yahvé
formó a Adán del polvo de la tierra, e insufló en sus fosas nasales el neshamah de
la vida; y Adán se hizo un nephesh viviente").
Entonces fue explicado que nephesh era el alma animal, ruach el
alma racional, y neshamah el alma divina. Habiendo por tales
medios descubierto todo el sistema de Aristóteles dentro de sus libros
sagrados, declararon que Aristóteles debió haber viajado a Jerusalén y haber
aprendido de los judíos.
La idea de los Astronautas
Antiguos fue considerada ya en 1919 por Charles Fort en "El Libro
de los Condenados". También se convirtió en un tema regular en la
ciencia-ficción. Especialmente, en Noviembre de 1947 la serie Fantastic
Stories publicó una historia breve, "El Hijo del
Sol" (Son of the Sun), en la forma de un mensaje de un
extraterrestre, que le dice a la raza humana que las naves ahora vistas en los
cielos (eso fue unos pocos meses después del comienzo de la primera oleada de
platillos voladores) han visitado la Tierra hace mucho: sus tripulantes fueron
antiguamente confundidos con dioses. Ellos dejaron "ciertas señales"
en Egipto y en otras partes. El autor de esa historia, que firmó como
"Alexander Blade", era nada menos que Brinsley Le Poer Trench,
posterior autor de una serie de libros sobre el tema, desde "The
Sky People" (1960) en adelante.
El primer tratamiento
sustancial fue hecho por Desmond Leslie y George Adamski en "Los
Platillos Voladores Han Aterrizado" (Flying Saucers Have
Landed), que apareció tres años después de "Mundos en
Colisión". Después de alguna descripción de OVNIs modernos, Leslie
repentinamente salta a miles de años atrás a la Atlántida. En aquel tiempo la
gente volaba en máquinas llamadas vimanas, de las cuales fue
escrito: "...su superficie exterior era aparentemente continua y
absolutamente lisa, y brillaban en la oscuridad como si estuvieran cubiertas de
pintura luminosa" (Leslie, p. 81, citando a W. Scott
Elliott, The Story of Atlantis).
Ésos no fueron los platillos
voladores más tempranos; de hecho, la vida humana fue primero traída a la
Tierra desde Venus por los Señores de la Llama, acerca de los cuales Leslie
citó de las "Stanzas de Dzyan":
«"Los Señores de la Llama se
levantaron y se prepararon (...) el Gran Señor de la Cuarta Esfera (la Tierra)
esperó su acercamiento. La inferior (Tierra) estaba preparada. La superior (Venus)
fue descartada...". Su llegada fue descrita así: "Entonces con el
poderoso y fuerte rugido del rápido descenso desde alturas incalculables,
rodeada de masas ardientes de fuego que llenaban el cielo con punzantes lenguas
de llama, la nave de los Señores de la Llama apareció a través de los espacios
aéreos. Ella se detuvo sobre la Isla Blanca que está en el Mar de Gobi. Verde
era, y radiante con los primeros florecimientos, cuando la Tierra ofreció su
más bella y mejor bienvenida a su Rey"» (Leslie, p. 166, citando
a Besant y Leadbeater, Man: How, Whence and Whither).
Leslie comentó: "En
este fragmento tenemos la primera descripción del aterrizaje de una gran nave
espacial o platillo volador (...) Increíble como parece, no puede haber ningún
otro significado en este pasaje". Él dató ese aterrizaje como del año
18.617.841 a.C.
En vista de las sensacionales
conclusiones, uno podría preguntar cuán confiables son las fuentes. Esa
pregunta no pareció ocurrírsele a Leslie. Sus autoridades principales son
dichas Stanzas de Dzyan, junto con los escritos de Annie Besant,
Charles Leadbeater, W. Scott Elliott y Alice Bailey. Las Estrofas
de Dzyan fueron primero publicadas en "La Doctrina
Secreta" de Helena Blavatsky, introducidas con la
descripción: "Un manuscrito arcaico —una colección de hojas de
palma hechas impermeables al agua, el fuego y el aire, mediante algún proceso
específico y desconocido— está ante el ojo de la escritora" [*].
[*] «Peor que esta ignorancia es la credulidad total de los
defensores de las ETV (visitaciones extraterrestres). Para ellos una fuente
parece tan buena como otra, y por ello sus libros mezclan las conclusiones de
arqueólogos genuinos con las de "civilizaciones perdidas". Un ejemplo
ostensible de que eso ocurre en varios libros de ETs es la cita del Libro
de Dzyan como evidencia de "civilizaciones perdidas".
«Von Däniken describe ese
libro como sigue: "Nadie en el mundo conoce su verdadera edad.
Durante miles de años esta doctrina esotérica fue guardada en criptas tibetanas,
y por rutas desconocidas sus enseñanzas llegaron a Japón, India y China, y los
rastros de sus ideas son incluso encontrados en tradiciones sudamericanas. Los
primeros padres de la Iglesia hicieron todo lo posible para borrar esta
doctrina secreta. Sin embargo todos sus esfuerzos fallaron y los textos fueron
transmitidos oralmente de generación en generación".
«De hecho, no hay una sola
palabra de verdad aquí. El Libro de Dzyan fue compuesto en el
siglo XIX por la ocultista Madame Blavatsky, supuestamente por medio de
escritura automática. Sus contenidos han sido descritos como “basados
en escritos científicos y ocultistas contemporáneas, plagiados sin dar el
crédito y usados en una manera disparatada"» (Roger Sandell, Archaeologists
and Astronauts, Merseyside UFO Bulletin, vol. 6 Nº 1, Julio de 1973.
NdelT).
Lamentablemente, ese libro no
parece haber sido visto por el ojo de nadie más, y la propia Helena Blavatsky
probablemente sólo lo vio con la visión clarividente. Se puede objetar por lo tanto
razonablemente que es una materia de fe, más bien que de registro histórico,
aceptar su relato de los Señores de la Llama. Además, la información dada por
Besant, Leadbeater, Scott Elliott y Bailey fue también obtenida por la
investigación psíquica. (La fecha 18.617.841 estaba "de acuerdo
con las Tablas Brahmánicas").
"Tan pronto como abandonamos
nuestra propia razón, y estamos contentos con confiar en una autoridad, no hay
ningún final a nuestros problemas. ¿La autoridad de quién: del Antiguo
Testamento, del Nuevo Testamento, del Corán? En la
práctica, las personas eligen el libro considerado sagrado por la comunidad en
la cual ellas nacen, y de aquel libro eligen las partes que les gustan,
ignorando las demás... Ningún católico, por ejemplo, toma en serio el texto que
dice que un obispo debería ser marido de una sola esposa" (Bertrand
Russell, Unpopular Essays, 1950, p. 108).
Ahora bien, las autoridades
principales de Leslie eran escritores teosóficos, y aunque la Sociedad
Teosófica pudiera negarlo, la Teosofía es en efecto una religión, con
los escritos de Blavatsky, Besant y Cía. como sus escrituras. Desmond Leslie
era evidentemente un teósofo, y estaba
simplemente actualizando su religión victoriana para que abarcara el nuevo
fenómeno de los platillos voladores.
Para ser justos, él fue capaz
también de citar algunos libros incuestionablemente antiguos, principalmente el Mahabharata,
que menciona naves voladoras y armamentos letales como el "Arma de
Brahma" descrita en términos comparables a una bomba atómica. Sin embargo,
el Mahabharata es un libro sagrado para los
hindúes. Hace algunos años encontré a un gurú indio que iba camino a
California. Él dijo que su casa original era una cueva en el Himalaya, que
estaba equipada con su propio televisor. Explicó que ellos tenían que conseguir
uno a fin de ver la dramatización del Mahabharata, ya
que era un deber religioso mirarla.
Para la mayoría de los
occidentales, por supuesto, religión significa el cristianismo, y escritura,
la Biblia. La aparición en 1956 de "UFO and the
Bible" de Morris K. Jessup era esperada desde hace tiempo. Comenzó
diciendo: "Escasamente transcurre una semana sin que algún lector
despierto me envíe sugerencias de que yo debiera dar más detalles acerca de las
referencias bíblicas a OVNIs y fenómenos relacionados de un supuesto tipo
milagroso".
Jessup comenzó desde la
siguiente posición: "Creo que es tiempo de que la Iglesia y la
Ciencia entierren sus respectivos tomahawks [hachas de guerra] y
que se encienda la pipa de la paz intelectual, y que ambos partidos se relajen
alrededor de la fogata de la investigación tolerante y objetiva". Como
un ejemplo de la reconciliación de estos dos lados, considere 2 Reyes 2:11: "Y
sucedió que cuando ellos todavía iban caminando y hablando, apareció un carro
de fuego, con caballos de fuego, que los separó a uno del otro, y Elías
ascendió por un torbellino hacia el cielo". Jessup citó a
un "experto y profundo estudioso de la Biblia", un
tal H. Lawrence Crowell, como diciendo que «las palabras arameas ruach
cearah deberían ser traducidas como "estallido de energía" en
vez de "torbellino"». Él pudo de esa manera ofrecer una nueva
versión:
«"Mientras ellos caminaban y
hablaban, de repente apareció un brillante OVNI, emitiendo chispas y estallidos
eléctricos, y los separó: Elías fue arrebatado hacia el cielo con una descarga
de energía". Habiendo dado una vez con este principio de interpretación,
otros milagros son fácilmente explicados. Considerando pasajes tales como: "Y
he aquí que la montaña estaba llena de caballos y carros de fuego cerca de
Eliseo" (2 Reyes 6:17), y “montó sobre un querubín, y voló:
sí, él voló sobre las alas del viento" (Salmo 18:10), Jessup
comentó: "Ya no podemos permitirnos reírnos de estas referencias como
simplemente pintorescas y alegóricas, ya que comienzan cada vez más a sonar
como descripciones exactas de OVNIs"».
El punto de partida de "El
Misterio de Sirio" (The Sirius Mystery, 1976) de Robert
Temple fueron los Dogones, una tribu sudanesa que los antropólogos franceses
descubrieron que tenían tradiciones acerca de haber sido visitados por seres de
Sirio, y de una criatura anfibia que, según Temple, dio información a los
Dogones acerca del Sistema Solar.
Temple reprodujo sus
conclusiones, y luego trató de demostrar que la misma información era conocida
por los sacerdotes egipcios antiguos como una tradición secreta, y más tarde
por varios filósofos griegos que eran iniciados en sus misterios. Por supuesto
esas tradiciones nunca fueron escritas, y Temple tuvo que conjeturarlas a
partir de pistas dispersas. Sus principales autoridades eran "Los
Dioses de los Egipcios" de Wallis Budge, las epopeyas
mesopotámicas, los libros Herméticos, "Los Mitos
Griegos" de Robert Graves, "Acerca de Isis y Osiris" de
Plutarco, y los neo-platónicos. Todos éstos son escritos sagrados de los
Paganos, o resúmenes modernos de tales. En una conjetura, uno consideraría al
propio Robert Temple como un pagano, en particular ya que él ignora totalmente
la Biblia, y su única referencia al cristianismo es ésta: «Las
perversiones del cristianismo siempre me ha parecido que incorporan una
perversión de la noción de "pecado" y de los medios por los cuales el
"pecado" puede ser explotado como un medio de chantaje temporal sobre
otros seres humanos».
Más Allá de la Creencia
Pertinente aquí es el furor
creado por "Honest to God" (1963), escrito por el
obispo de Woolwich, John A. T. Robinson, que propuso una moderada revolución en
teología. Él comenzó preguntando si tenía sentido hablar de un Dios "allá
arriba" en un universo copernicano. Aunque su argumento no fue presentado
claramente, él llegó a proponer desplazar el "supra-naturalismo" con
la religión "naturalista". Eso significaba deshacerse de milagros y similares,
que en la época científica habían llegado a ser considerados como un
impedimento para la fe, aunque él no estaba seguro de con qué deberían ser
reemplazados ellos.
La primera impresión original
de "Honest to God" fue de 6.000 copias, pero antes
del final del año más de 350.000 habían sido vendidas, mostrando que las
cuestiones que planteaba ya habían inquietado a muchas personas,
Inevitablemente hubo controversia y llamados a la dimisión del obispo, pero es
significativo que los críticos no estuvieron de acuerdo entre sí.
Un hombre le escribió: «Tengo,
y muchos miles tienen, una imagen de Dios en el cielo. Los
clérigos siempre han hablado de Dios como estando allá arriba,
pero ahora están contradiciendo todo lo que ellos han dicho. (...) Estas
nuevas creencias dañarán a los cristianos en creer que hay un Dios, y
podría ser que la Iglesia en general se acabe. Las palabras del Credo no
significarán nada. De repente es como decirle a un joven que cree
incondicionalmente en Santa Claus: "No hay ningún Santa Claus, es tu
papá". El mundo entero colapsaría bajo esas nuevas creencias». (Esta
cita y otros comentarios son del The Honest to God
Debate, 1963). Clive S. Lewis, por contraste, pensó que el obispo estaba
haciendo ruido sobre nada: "Hemos abandonado hace mucho tiempo la
creencia en un Dios que se sienta en un trono en un cielo
localizado".
Las voces de alabanza fueron
mucho más comunes: la esposa de un vicario dijo al obispo que él había "hecho
a la Iglesia parecer viva otra vez, cuando durante años ha parecido tan
insoportablemente muerta". Cartas expresando acuerdo llegaron de
sacerdotes, teólogos, médicos, directores de colegios y hombres de
negocios. "Un político famoso" escribió: "Leyéndolo,
y oyéndolo hablar de ello, ha hecho más para hacer que la validez básica del
mensaje cristiano me parezca relevante que todos los sermones y servicios que
yo haya oído alguna vez o a los que he asistido".
Hasta el debate acerca de la
ordenación de mujeres, este asunto fue la controversia religiosa más grande que
la Iglesia de Inglaterra había visto este siglo. Esto sugiere que, hablando en
general, los británicos se sentían incapaces de creer en un consolador Dios
Padre "allá arriba", tal como ellos no podían creer en Papá Noel. Sin
embargo, ellos no se volvieron simplemente al ateísmo (como la mayoría de los
materialistas esperaban que ellos hicieran) sino que sintieron la necesidad de
alguna nueva clase de religión o creencia, algo con lo cual sustituír al
viejo Dios sobrenatural.
El obispo Robinson comentó que
él nunca había experimentado "nacer otra vez" (Honest to God,
p. 27). Desde entonces, el desarrollo más notable dentro de la Iglesia ha sido
la aparición del Cristianismo "Renacido". Un ex "renacido"
me dice que es absolutamente justo decir que a los cristianos "nacidos de
nuevo" se les enseña a no pensar, y deben confiar, en cambio, en la
autoridad de la Biblia y en la inspiración del Espíritu Santo.
Para esa creciente sección de la Iglesia no puede haber ningún conflicto entre
ciencia y religión, ya que ellos no piensan en tal cuestión.
Pero para el resto del
"Cuerpo de Cristo" el problema ha permanecido, y las iglesias
convencionales, no nacidas-de-nuevo, han seguido disminuyendo. Y de esa manera,
los Dioses del Espacio han sido capaces de manifestarse para ayudar a llenar el
vacío dejado por la salida de Dios el Padre de su trono en el
cielo.
El Retorno de los Dioses
Unos años más tarde, en 1968,
apareció el más exitoso de los libros acerca de los Astronautas Antiguos, "Recuerdos
del Futuro" (Erinnerungen an die Zukunft) de Erich von
Däniken. La primera cosa con la que se encontraría cualquiera que esté
familiarizado con tal literatura es con la carencia de originalidad de ese
libro. A pesar de las continuas referencias del autor a sus supuestas teorías
propias, casi todo en su libro había sido comentado ya por Desmond Leslie,
Robert Charroux, Pauwels y Bergier, W. Raymond Drake y otros. En efecto, las
citas de Von Däniken del Ramayana y del Mahabharata simplemente
están tomadas de "Flying Saucers Have Landed" (él
tradujo las interpretaciones del inglés del siglo XIX al alemán, de donde
Michael Heron [traductor del libro al inglés] volvió a traducirlas al inglés,
de modo que las versiones en "Recuerdos del Futuro" han
sido traducidas tres veces).
Del mismo modo, cuando Von
Däniken escribió: "Vista desde el aire, la impresión neta que la
llanura de 60 kilómetros de largo de Nazca hizo en mí, fue la de un campo de
aviación" (p. 32), en él influyó muy probablemente "El
Retorno de los Brujos" (Le Matin des Magiciens) de Louis
Pauwels y Jacques Bergier (1960): "Las fotografías tomadas de la
llanura de Nazca le recuerdan a uno irresistiblemente la iluminación de tierra
de un campo de aviación". Sería tedioso analizar el libro entero de esta
manera, pero casi todo había sido dicho antes.
Entonces, ¿por qué ese libro
vendió enormemente más que sus predecesores? Parte de la razón es sin duda que
Von Däniken escribió en un estilo fluído y popular (más de lo que uno puede
decir del autor promedio de libros de OVNIs), parecía ser científico (aunque
sólo superficialmente), y él realmente se había molestado en visitar muchos de
los sitios acerca de los cuales escribió.
A diferencia de Desmond Leslie
y muchos de los demás, su tratamiento era simple y no místico. Los lectores
de "The Sky People" de Brinsley Le Poer Trench, por
ejemplo, podrían haber sido capaces de entender el Jardín de Edén (un
experimento galáctico de hibridación realizado en Marte), la Atlántida, Osiris
e Isis, Abraham, el folklore de los Pieles Rojas, Sodoma (destruída por armas
nucleares), las tectitas, Jericó, la explosión siberiana de 1908, y la estrella
de Belén, pero tal vez se hizo demasiado confuso cuando añadió a Helena
Blavatsky, kundalini, gnosticismo, naturaleza etérica, médiums, el
significado de la cruz, poderes telepáticos, y el "viaje de vuelta
a la divinidad".
Quizá la causa principal era
simplemente que Von Däniken publicó en el momento y lugar apropiados para influir
en aquellos que, como los lectores desafectos de "Honest to
God", querían un Dios no-sobrenatural "allá
arriba". Por ejemplo, Darwin había dejado incómodos a los cristianos con
respecto al Génesis, y el obispo Robinson apenas se molestó en defenderlo:
"Hace cien años la
Iglesia fue obligada a clarificar si aceptaba la historia de Adán como historia
o como mito. Hasta entonces había habido muchos teólogos (Pablo probablemente
entre ellos) que, de ser presionados, no habrían pensado que la verdad de la
historia dependía de que Adán fuera un individuo histórico real. Pero el caso
es que ellos no fueron presionados. No había ninguna necesidad apremiante de
distinguir entre las categorías de historia y mito. Pero con la controversia
darwiniana sobre la evolución aquello se hizo una necesidad vital. Era
imperativo para la apologética cristiana dejar claro que el Génesis no
era un relato rival de la antropología primitiva. Si no hubiera sido hecha la
distinción, habría sido prácticamente imposible seguir recomendando la fe
bíblica al hombre científico moderno".
El propio obispo se decidió
por el mito en cuanto a Adán y Eva como metáforas para el hombre y la mujer
corrientes, quienes están siempre sujetos a la tentación (la Serpiente). "Remóntese
tan lejos como usted desee, la naturaleza humana siempre ha sido como eso. Por
eso en el mito ellos son puestos al principio" (John A. T.
Robinson, But That I Can't Believe!, 1967).
¡Cuánto más felices son
aquellos que pueden tomar un mito como la verdad absoluta! Los
nacidos-de-nuevo, como siempre, se adhieren a la Biblia en
esta cuestión. Muchos de ellos suponen que el mundo fue creado en 4.000 a.C., y
de ahí que el determinar fechas de acuerdo al método radiactivo esté totalmente
equivocado, que los dinosaurios y el hombre de Neanderthal nunca existieron, y
que Darwin esté condenado al infierno. Algunos incluso sugieren que Dios creó
fósiles, cuando fueron encontrados, con la intención de engañar ( "A
causa de esto, Dios les enviará una operación de engaño para
que crean en la falsedad", 2 Tes. 2:11) a fin de probar la
fe de los cristianos en las escrituras.
"Return to the
Stars" (1968) de Von Däniken ofreció, nuevamente, una
reconciliación entre escritura y ciencia: consideró el Jardín de Edén como un
registro exacto, no de los hechos de un Señor Dios sobrenatural sino de la
manipulación genética por medio de la cual cosmonautas desconocidos crearon
al homo sapiens a partir de hombres-mono. Incluso a versículos
extravagantes se les podría dar credibilidad: "Hizo, pues, Yahvé
Elohim caer sobre Adán un profundó sopor, y, dormido, tomó una de sus
costillas, cerrando en su lugar la carne, y de la costilla que de Adán tomara,
formó Yahvé Dios a la mujer, y se la presentó a Adán" (Gén.
2:21-22). Von Däniken: "Eva debe haber sido producida en un
matraz. Ahora bien, varios dibujos rupestres que muestran objetos como matraces
en los alrededores del hombre primitivo han sido conservados. ¿Pudieron las
inteligencias alienígenas, con una ciencia muy desarrollada y sabiendo acerca
de las reacciones biológicas inmunes de los huesos, haber usado la médula de
Adán como un cultivo celular y llevado el esperma al desarrollo allí?".
Así Dice en la Biblia
Milagros aparte, la exactitud
de la Biblia ha sido una materia de disputa desde el siglo
XVIII; hasta entonces, aparentemente nunca se le había ocurrido a nadie dudar
de ella. Thomas Paine, el autor de "La Edad de la
Razón" [The Age of Reason, publicado en tres partes entre
1794 y 1807], se opuso a la Biblia a causa de que ella a
menudo representa a Dios como un tirano enloquecido. Él
respaldó eso con argumentos críticos contra la supuesta perfección textual de
la Biblia: el Libro de Reyes ("poco más
que una historia de asesinatos, traición, y guerras") realmente se
contradice a sí mismo: en cuanto a los reyes de Judá e Israel, que fueron ambos
llamados Joram, "un capítulo (2 Reyes 1:8) dice que Joram de Judá
comenzó a reinar en el segundo año de Joram de Israel; y el otro capítulo
(8:16) dice que Joram de Israel comenzó a reinar en el quinto año de Joram de
Judá". Tales errores son suficientes para refutar la vieja opinión de
que todo ello es la palabra de Dios, dictada por el Espíritu Santo
a escribas incapaces siquiera del error clerical corriente. La respuesta de los
cristianos renacidos es que no es posible entender la Biblia correctamente
a menos que usted nazca de nuevo en Jesús; cualquiera que pone objeciones como
las referidas, dicen ellos, está todavía bajo la influencia de Satán.
Los escritores de OVNIs están
divididos en la cuestión. Unos, como Dione, la consideran como totalmente
exacta, y simplemente tiene necesidad de una interpretación científica. Por
contraste, el libro "Gods and Spacemen in the Ancient East" (1968)
de W. Raymond Drake, aunque feliz con "La Doctrina Secreta",
los romances sánscritos, "Oahspe" (libro producido
en 1882 mediante mecanografía automática por el dentista John Newbrough de
Nueva York), los Libros de los Muertos egipcio y tibetano, y las revelaciones
de Aetherius por medio del doctor George King, tenía dudas sobre el valor
histórico de la Biblia:
"Los egiptólogos, los
asiriólogos, los arqueólogos de renombre, los hombres de ciencia, que deberían
conocer los hechos, no encuentran en absoluto ninguna evidencia del Éxodo (...)
ningún texto egipcio se refiere a la milagrosa liberación mencionada en
la Biblia (...) el Libro del Éxodo no es un
registro crítico de hechos y acontecimientos, de Historia como la escribimos
hoy (...) con todo el debido respeto al sabio Moisés, esa mezcolanza de
narrativa religiosa en tal estilo hinchado no le hace justicia a su gran mente;
es dudoso si su mérito literario atraería a algún editor hoy" (pp.
157-158).
Esa actitud es comprensible:
cualquiera que intenta una revolución en el pensamiento tenderá a desafiar los
estándares aceptados con los que fue criado, y si ellos incluyen que la Biblia es
verdadera, el pensador independiente crece para cuestionar aquello. Si la
literatura oriental antigua y las modernas obras inspirativas no fueron
mencionadas en la infancia, entonces no existe el mismo motivo para dudar de
ellas.
Como fuere, los textos en los
que él se basó eran obras en su mayor parte religiosas de una clase u otra. Lo
mismo es verdadero de Robert Charroux. La tapa de la edición francesa original
de su texto "Le Livre des Secrets Trahis" (1965)
asegura que se basa en "documentos más viejos que la Biblia".
El Libro de Enoc trata de los "ángeles caídos", que
descendieron a la Tierra, se casaron con mujeres humanas, y enseñaron diversas
artes y ciencias: eso indica "una colonización de nuestro mundo
por cosmonautas" (p. 127); la erudición convencional, sin
embargo, atribuye la fecha de composición de ese libro al período
inter-testamentario. El Inca Garcilaso de la Vega relata que una
mujer llamada Orejona bajó a la tierra desde Venus, y dio a luz a una raza
humana apareándose con un tapir. Charroux aparentemente aceptó eso porque
estaba en un libro que él supuso "más antiguo que la Biblia".
Verdad del Evangelio
Sobre el asunto del Nacimiento
Virginal, el obispo Robinson resumió la posición de los escépticos modernos
así: "Pero usted realmente no puede creer aquella parte, ¿verdad?
¿Estrellas que se mueven sobre pesebres, coros angelicales que iluminan los
cielos, Dios que viene a la Tierra como un hombre, como un visitante
del espacio exterior? Usted realmente no podría creerlo hoy" (But
That I Can't Believe! p. 27).
La respuesta del obispo fue
vaga, sugiriendo que la estrella y los ángeles y la madre Virgen eran
"poesía", un modo de decir que "Dios está en todo
eso". Sin embargo, él sin querer sugirió la nueva solución de "un
visitante del espacio exterior", que sería tan entusiastamente
adoptada por algunos.
"El único objeto
celeste que aparece de repente bastante cercano a la Tierra para ser visible
sólo dentro de un pequeño radio, que se mueve guiando a seguidores, y que luego
se está quieto, es una nave espacial controlada de manera inteligente" (W.
Raymond Drake, Gods and Spacemen throughout History, 1977, p.
184).
"La llegada del niño
Cristo a la Tierra desde una nave espacial es menos fantástica, más creíble,
lógica y aceptable, que el dogma etéreo enseñado por la Iglesia
cristiana" (Robin Collyns, Did Spacemen Colonise the
Earth?, 1975, p, 163).
Hacia 1976 W. Raymond Drake
pudo declarar: "Hoy las únicas personas preparadas para aceptar
aquellas maravillas del Nuevo Testamento como literalmente
verdaderas parecen ser nuestros creyentes en los Platillos Voladores" (Gods
and Spacemen in Ancient Israel, p. 11).
La cuestión de la resurrección
es complicada incluso para los escritores del tema OVNI, pero eso no desalentó
a Paul Thomas (Flying Saucers Through the Ages, 1965; edición francesa,
1962). Thomas era realmente Paul Misraki, un conocido músico popular francés,
que era un católico, y al igual que Dione, dedicó un capítulo a Fátima. Sin
embargo, su interpretación del regreso de Jesús desde los muertos no habría
sido recomendada a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Él
sugirió que Jesucristo era una "mutación biológica" producida
por la experimentación genética alienígena. De hecho, el interés de los Ángeles
Astronautas por los Hijos de Israel, desde el tiempo de Abraham, era en tanto
constituía un fondo de genes para criar el primer espécimen de la siguiente
fase de la evolución: humanos que podían morir y luego naturalmente volver a la
vida, como fue demostrado después de la crucifixión.
Si eso fuese verdadero, uno
esperaría que Jesús hubiera sido animado a tener tantos descendientes como le
fuera posible: pero, como Thomas / Misraki admite, él dejó el mundo sin haber
tenido hijos; entonces parece que por alguna razón los alienígenas decidieron
esperar antes de hacer generalmente disponibles los beneficios de la
inmortalidad.
La Vida por Venir
El otro rasgo clave de una religión
es su enseñanza acerca del futuro, en el cual, casi siempre, los males
presentes deben ser corregidos de algún modo. O hay una vida después de la
muerte en la cual se darán recompensas y castigos, o habrán futuras vidas
asignadas sobre la base del comportamiento pasado, o si no, debe haber una
Segunda Venida, en la cual el Reino Divino será traído a la Tierra, y (después
de que los malos hayan sido lanzados en el foso llameante que arde para
siempre) la paz universal y la felicidad reinarán por la eternidad. Una de las
profecías más conocidas a este efecto es la de Marcos 13:26-27: "Y
entonces ellos verán al Hijo del Hombre viniendo entre nubes con gran potencia
y gloria. Y luego él enviará a sus ángeles, y reunirá a sus elegidos desde los
cuatro vientos, desde el extremo de la tierra al extremo del cielo".
Morris K. Jessup produjo su
propia versión:
"¿Lo parafrasearemos un
poco? La gran brillante y poderosa nave madre aparecerá entre las nubes, y el
Maestro enviará a sus ayudantes en naves más pequeñas, y juntará de todas las
partes de la Tierra a aquellos que hayan sobrevivido a lo peor del cataclismo y
hayan alcanzado sitios temporales de seguridad, y en particular a aquellos que
la Raza Pastora considere convenientes para la propagación y resurgimiento de
la Humanidad en una nueva generación racial, y ésos serán tomados para vivir un
rato en las regiones celestiales donde están los hogares de los OVNIs en el
espacio. No hay mucho más para decir, ¿o lo hay?".
Algunas personas concluirían
de todo esto que no hay ninguna razón para creer en Dioses o Astronautas.
Realmente todo lo que demuestra es que la gente tiene una necesidad muy fuerte
de alguna especie de religión, y si una les es arrebatada ellos se apresurarán
para localizar otra. Incluso los laicistas más severos admitirían que el credo
de los Dioses Astronautas es inocuo, según van las religiones: no se espera que
los creyentes obedezcan cada orden de un clero, o que quemen a herejes en la
hoguera. La ciencia podría ser capaz un día de proporcionar una explicación
verificable del impulso religioso; hasta entonces, la frontera entre ciencia y
religión debe permanecer como un territorio incierto y disputado.
Gareth J. Medway
Septiembre de 1996
http://editorial-streicher.blogspot.com/2020/11/los-origenes-del-mito-del-antiguo.html
Que puedo decir, impresionante aporte el tuyo, mi primer libro que leí con 14 años fue; Recuerdos del futuro de Erich Von Daniken, de mayor me compre todos, aún los conservo y releo con sumo gusto, ya era hora de tocar este tipo de temáticas para entender muchas cosas del presente conociendo el pasado no explicado, saludos.
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