© LA AVENTURA DE LA VIDA
¿Qué es más difícil, descubrir nuevos mundos y haberse de adaptar a ellos o bien replantear el mundo actual y hacerlo a nuestra medida y a nuestro gusto?
Leyendo libros de ciencia ficción se vislumbra el ansia
exploradora de mundos remotos dentro del universo. Una atracción persistente
con la soterrada idea de un reinicio (de un pasar página).
La pregunta inicial es muy válida en estos tiempos de
valores distorsionados: Si tuviéramos una opción real, ¿elegiríamos
"largarnos" (lo de "pare el mundo que me bajo") a pesar de
los riesgos desconocidos que nos esperarían?
Una verdadera tentación, frente a la gran decepción de las relaciones humanas. Pero la vida ya lo es una búsqueda constante que por sí misma conlleva un atractivo de descubrimiento y de hacer frente a riesgos en todos los niveles.
Sin ir más allá, en este mundo, tenemos un montón de
posibilidades inexploradas que nos pueden aportar placer y satisfacción al
permitirnos experiencias magníficas tanto en la vertiente de la naturaleza como
en la de la interacción con otros seres humanos.
De hecho la duración vital de un ser humano tiene las
dimensiones ajustadas a un proyecto limitado (que no reducido). Centrarnos en lo
que tenemos no deja de ser "concentrar energías" para promover todo
lo que seamos capaces de imaginar y desear.
Soñemos, sí, pero con los pies en el suelo. El reto que
asumimos al nacer es el de hacer camino en este espacio vital donde aparecemos
y, en este transitar, ir descubriendo todo lo que nos maraville y nos estimule.
Actualmente, absorbidos por los acontecimientos que nos
rodean, hemos perdido de vista las posibilidades que nos esperan para ser
experimentadas… y hay un montón de opciones.
Pensemos que donde ponemos la atención es donde sucederá
nuestra vida. Por eso dejemos de preocuparnos y lancémonos a descubrir todo lo
que hay de magnífico en este mundo, escenario de nuestro transitar.
Y no es necesario que nos planteemos grandes cosas porque
muchas veces es en las pequeñas cosas donde podemos encontrar la alegría de
disfrutar de la vida. La fórmula es estar abiertos a todo, fluyendo en el día a
día y estar atentos a todo lo que nos llega.
Si queremos algo en concreto, busquémoslo decididos y, si es
una cosa que nos conviene, la encontraremos sin falta. Dar opción a la
vertiente metafísica de la vida nos aportará muchas sorpresas.
En unos tiempos ultramaterialistas es una buena elección
abrirse al campo del espíritu donde nos espera un transitar sereno y en paz y
donde encontraremos (sin haber de poner nombres) todo aquello que nos pueda
hacer felices.
Di: Estoy abierto a la totalidad de posibilidades y me dejo
recibir lo mejor de la Vida.
Y a verlas venir, siempre adelante y para arriba!
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Joan Martí
11 de abril 2021
Totalmente de acuerdo con tu reflexión, en las pequeñas cosas está el bienestar de espíritu y paz interior, el consumismo nos lleva a querer llenar un vacío que algunos los quiere saciar comiendo, los gordos, que nunca sacian, los que no paran de comprar tecnología, creyendo que hacer que saben más les hace ser superiores, los que van a la "moda", llenando el armario de ropa mientras ellos siguen con el alma vacía y luego todos los ignorantes que resta... “Hoy el mundo se ha transformado en una inmensa carpa de cristal sin salida alguna y nuestra condena consiste en no poder abandonar nunca el tendido y estar obligados a consumir, repetir, comentar y reproducir inexorablemente las imágenes idiotas, violentas y anodinas, que nos sirve la historia a través de un laberinto de espejos.”
ResponderEliminarMANUEL VICENT
"El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”.
-Friedrich Nietzsche-