¿Seremos lo suficientemente fuertes para querer realmente salir de aquí?

 LA FUGA DEPENDE SOLO DE NOSOTROS                

Escapar de la matrix sin manual del usuario

Desconfiar de tu propia sombra, es lo que puede llegar a pasar cuando ya dejas de creer en la totalidad de lo que ves y lo que oyes. Por un lado, es demasiado fácil vivir en contradicción continua: sabes que tienes que moverte en un entorno que esconde mucho más de lo que muestra, cuya falsedad intuyes y asumes, pero del cual no sabes salir.

Si es posible salir, sin ir contra uno mismo, sólo ha de poder ser de una forma consciente, voluntaria y evolucionada. Lo de sin ir contra uno mismo, lo digo porque es importante, y porque la evasión y la locura basada en falsas creencias, no tienen por qué degenerar en enfermedades mentales, sino que también pueden ser decisiones conscientes.

Decisiones conscientes y peligrosas, que no solamente vayan contra tu propio cuerpo, sino contra tu propia esencia álmica. El hecho de no recordar, si estamos aquí de forma voluntaria, forzada, por deuda o contrato kármico, puede llegar a hacer que tomemos decisiones equivocadas, por no tener acceso a planos de conocimiento y consciencia.

Venimos aquí a cambio de hacer reset

Estos planos y este conocimiento que nos pertenece, pero al que hemos renunciado parcialmente, para tener esta experiencia, a modo de peaje no solamente energético, sino vehicular, serían precisamente la clave, para que en ningún caso por muy mal que pintaran aquí las cosas, tomáramos decisiones que fuera que en contra de nosotros mismos.

Aunque es posible que nuestra presencia aquí sea forzada, obligada e incluso arbitraria, el hecho es que estamos aquí: equivocados o no, de forma voluntaria o no, pero aquí. Esto debería ser suficiente, para que adoptemos un papel activo dentro de este escenario, una vez conscientes del juego, pero no para entrar en un bando dentro del ajedrez demiúrgico.

Porque a la dualidad de “los buenos y los malos”, podemos estar dándole vueltas en la rueda del samsara eternamente, adquiriendo deudas kármicas, que no tendríamos que asumir, pero que al tener consciencia y alma, sometidas en este plano de dualidad a una percepción muy limitada, hace que enganchemos ciclo con ciclo de reencarnación.

Pistas falsas para volver una y otra vez

En un falso aprendizaje infinito, y digo falso, porque entrar en un circuito cerrado que se repite una y otra vez, no existe más aprendizaje real, que el de aprender a escapar de este circuito, vamos adquiriendo y compensando deudas de karma, ante un tribunal que lo único que quiere, es que no salgamos de esta cárcel, porque aquí dentro somos su sustento.

Si tenemos esto claro, podemos entender que gran parte de lo que se nos pone por delante como referencia y verdad, no son más que ganchos y anzuelos, para perpetuar nuestros ciclos vitales uno tras otro, dentro de la rueda, creyendo que así lo estamos haciendo bien, inmersos en una ilusión de alternativas, basadas en la dualidad de “bueno y malo”.

De forma que al final de cada ciclo vital, sintamos siempre deudas pendientes, en base a lo que hemos hecho o dejado de hacer. El único aprendizaje que cabe dentro de este circuito cerrado, es escapar. Pero escapar teniendo en cuenta, que en este momento en el que tomamos la decisión, estamos sujetos a unas condiciones de las cuales no somos dueños.

El tribunal de los señores del karma

Y no somos dueños, no porque no tengamos el poder para serlo, sino porque el nivel de interferencia al que estamos sometidos, empezando por nuestro propio cuerpo avatar, nos hace llevarlo todo al entorno físico, y la vía rápida de escape de este entorno físico, no es más que otra de las trampas, que nos vuelven a encerrar en el ciclo de deuda kármica.

Dentro de este entorno tridimensional, estamos ciegos ante el 90% de la realidad. No es que esté seguro del porcentaje, simplemente es una manera de expresarlo. Y tomar una decisión sin información completa, solamente en base a lo que vemos aquí, como en cualquier otro problema, sería un error 100% seguro. Nos falta información, seamos cautos.

Y cuando llegue el momento, si realmente somos dueños de nuestra consciencia y no nos dejamos interferir por el miedo a la pérdida, o a lo que dejamos atrás, o a no haber experimentado, o haber dejado pendiente un trabajo por cumplir, tendremos que tomar una decisión. ¿Seremos lo suficientemente fuertes para  querer realmente salir de aquí?

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