© UNA SOCIEDAD PARALELA
Todos los que no estamos cómodos en este sistema falso y opresivo nos vamos encontrando por afinidad y automarginación con ansias de constituir otra forma de vivir y relacionarnos: ¿Una sociedad paralela?
El desasosiego que nos embarga hemos de transformarlo en
fuerza para impulsar la decisión, nuestra gran decisión, que nos lleve al nuevo
modo de experimentar la vida.
Los pasos para salir de esta sociedad conformista y
obediente son un reto: Hay que renunciar de entrada a todo un conjunto de
comodidades a las que estamos acostumbrados y romper lazos sociales y
familiares.
Además, una vez dado el paso, nos encontraremos en un
espacio vacío donde todo estará por hacer, desde las necesidades materiales
hasta las sociales.
Por tanto será prioritario, previamente, reflexionar para definir
unos parámetros sobre los que basar la nueva andadura que, cuanto más concretos
y claros, mejor ayudarán a conseguirla.
¿Cuáles podrían ser los parámetros de esta sociedad alternativa?
Muchos y diversos: Sencillez, respeto, alegría,
afectuosidad, confianza, generosidad, compromiso, dignidad... amor, en resumen.
Habrá que definir también la escala de valores que rija la
vida cotidiana y sirva de referencia para ir gestando las nuevas costumbres
donde el bien común sea el centro de toda organización
Habrá que crear comunidades interdependientes y confiables. La
útil herramienta del “todos para uno y uno para todos”.
Habrá que asumir responsabilidades individuales para todo
tipo de tareas como base sobre la que estructurar la convivencia.
Habrá que reflexionar periódicamente sobre la marcha del
“proyecto” a fin de prevenir desajustes o incumplimientos del compromiso
inicial.
Como referencia para esta nueva etapa, visionar la película “La Belle Verte”
puede ser de gran ayuda y así poder valorar anticipadamente nuestro grado de
predisposición hacia ella.
El trabajo interior es enorme pues hay que cambiar temas muy
arraigados en cada uno de nuestros componentes: cuerpo, mente y alma.
Puede que el camino lo hayamos andado ya en alguna de estas
partes de nosotros pero es indispensable actuar en las tres para evitar
sorpresas y desajustes.
Es un verdadero “curso de vida” práctico e irrenunciable
para el éxito del nuevo esquema vital, que debe lograrse satisfactoriamente so
pena del fracaso y la vuelta atrás decepcionante.
¿Vale la pena tamaña tarea?
¿Hay verdaderas posibilidades de lograr una transformación
gratificante?
Cuando menos, intentarlo ya supone una victoria respecto a
la sumisión actual que padecemos, por ello os animo (y me animo) a emprender
este reto cuyo resultado, por mínimo que sea, será un gran paso en la buena
dirección.
La vida es una aventura extraordinaria que merece todas nuestras energías para gozar de
ella plenamente
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com
28.09.2021
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