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13.11.21

La tecnología apareció para hacer la vida más fácil, pero silenciosamente nos esclavizó

 DESTRUYE TU TELEVISOR (Y tu smartphone)    

Hace un mes, una coacción ilegal y criminal con respecto a las inyecciones covid  en el lugar de trabajo fue anunciada por la Administración Biden. Muchos han perdido sus empleos por correctamente rechazar ese procedimiento médico inseguro, ineficaz, y posiblemente alterador de la vida. 

Ahora ha sido anunciado por la FDA, poseída por la industria farmacéutica, y por el CDC, que a los niños de entre 5 y 11 años puede dárseles la inyección. Los comentarios de médicos y científicos públicos y renombrados estuvieron de manera aplastante contra aquello, pero como ocurre con tantas otras juntas directivas a través del país, los funcionarios a cargo votaron unánimemente de manera favorable, como si ellos nunca hubieran escuchado nada.

Esa inyección será exigida ahora a pesar de que los niños mayores que ya han sido inyectados han experimentado problemas cardiacos y otras reacciones serias, incluyendo la muerte. Ninguna de esas categorías de edad ha estado alguna vez en peligro, y las inyecciones sólo pueden hacerles daño. Después serán los recién nacidos hasta niños de 4 años. ¿Qué debemos hacer frente a un gobierno dispuesto a sacrificar a niños para que se beneficien las compañías farmacéuticas, o para fines aún peores?

     Las inyecciones impuestas, sin valor para su propósito declarado, y ahora probablemente dañinas, son claramente un medio para conseguir algún fin. Eso podría incluir el control social por medio de pasaportes digitales, vigilancia totalitaria, la reingeniería de la Humanidad por medio de la manipulación genética, la reducción de la población del mundo (un sueño de mucho tiempo de los eugenistas), enganchar a la gente a la "Internet de los cuerpos", o todo lo anterior.

     Una cosa es cierta: nada de esto fue alguna vez acerca de la salud pública. Aquella mentira es imposible de creer cuando miramos a trabajadores de la asistencia médica siendo despedidos, dejando hospitales faltos de personal; cuando las noticias de daños provocados por las "vacunas" son censuradas; cuando los médicos de salas de emergencia no hacen caso de los daños de las inyecciones y dejan de reportarlos; cuando se ve que la institución médica está bajo el control obvio de la política y las corporaciones; cuando las líneas de meta son removidas, nuevas reglas son inventadas, y se cambian las definiciones; cuando se deja que se vayan los recogedores de la basura y ésta se amontone en las calles; cuando a los bomberos y a la gente que responde a las emergencias se les dice que si se van es sin paga; cuando los trabajadores a través del país pierden sus empleos y ya no pueden proveer para ellos o para sus familias; cuando la salud mental declina producto del aislamiento, el temor y la tensión nerviosa; cuando la inmunidad natural repentinamente ya no es reconocida; y cuando fármacos eficaces son retenidos mientras medicinas dañinas son el protocolo. El objetivo por lo visto no es promover la salud pública, ni tampoco el orden social, sino destruirlos. Uno podría pensar que el gobierno respondería al obvio deterioro de la sociedad, pero los dos últimos años ha mostrado que eso es realmente lo que los gobiernos quieren. Ésta es una guerra desde el interior. Es nuestro propio gobierno el que está tratando de matarnos.

     Nos han mentido con una sarta de engaños de 20 meses de duración, pero las mentiras, con el paso del tiempo, tienen un modo de desgastarse. En la tentativa de explicar evidencias contradictorias, las explicaciones oficiales se hacen cada vez más complicadas, y mientras más sucede, más fácil es para nosotros ver tanto las mentiras como a los mentirosos. Nuestra gran ventaja consiste en que la verdad no necesita los enormes recursos de Estados y medios corporativos para ser dicha. Cuando se llegó al punto en que el Estado se vio forzado a simplemente censurar la verdad completamente, ésa fue sólo otra lección para nosotros. Mientras más grande el encubrimiento, más obvio es el crimen. La claridad crece cada día.

      La tiranía que estamos enfrentando no comenzó sólo en Marzo de 2020. Estamos en medio de un sistema que ya nos había rodeado cuando comenzó la operación "pandemia". Es por eso que un fraude tan obvio ganó tanto territorio tan rápidamente a través del mundo. La operación misma fue cuidadosamente planeada, pero fue construida sobre un fundamento establecido. Durante casi 60 años —contando atrás hasta el asesinato de John F. Kennedy— el mundo ha estado sometido a una larga lista de ataques planificados en los cuales operadores negros crearon un acontecimiento público traumático, manipularon al público para que creyera que el acontecimiento fue realizado por chivos expiatorios seleccionados, e hicieron los cambios institucionales deseados sobre la base de aquel acontecimiento. El ataque del 11 de Septiembre de 2001 pareció el pináculo de cualquier ambición que esos operadores pudieran posiblemente haber tenido, hasta que vino el covid-19 y de alguna manera golpeó a 193 países con los mismos resultados catastróficos, todos al mismo tiempo.

     Entonces comenzaron a desplegarse estadísticas manufacturadas de casos y muertes, fueron producidos videos de gente muriendo en las calles, y la narrativa de una terrible emergencia de salud pública sin precedentes estaba en todas partes alrededor de nosotros. El verdadero acontecimiento era la enfermedad respiratoria estacional exagerada como una "pandemia", con tal vez un toque de una bio-arma real añadido. El chivo expiatorio fueron los murciélagos en China que difundieron un misterioso virus mortal. Y el cambio institucional profundo parece como una reorganización al por mayor de las economías nacionales, los recursos y las poblaciones para satisfacer la fantasía de un gobierno mundial de banqueros especialistas en inversiones, camarillas secretas, y la abiertamente conspiradora élite de Davos.

     Muchas más personas que las 3.000 personas que murieron el 11 de Septiembre fueron inmediatamente muertas por política de asistencia médica y negligencia médica en los primeros días de la operación Covid —por ejemplo, los ancianos enviados a morir en clínicas de ancianos, los asesinatos con ventiladores—  Sin la muerte y la sangre, no hay ningún trauma, y la escala de esta operación requería mucho trauma. Según se pretendió en la operación 11-S, Estados Unidos procedió con una serie de guerras contra los enemigos de Israel. Tal como se pretendió con la operación Covid-19, los oligarcas se han puesto a destruir las economías por todo el mundo. El 11-S condujo a millones de muertes; el Covid-19 (la operación) producirá muchas más.

     Actores oscuros con malvados planes han estado perfeccionando su arte a través de toda la Historia, pero nunca han sido capaces de engañar a más personas que en la época de Edward Bernays, medios de comunicación, e ingeniería social. Hoy, una falsedad estremecedora puede ser creada a partir de la nada. El "alunizaje" de 1969 es un buen ejemplo. Por suerte esa psy-op fue llevada a cabo sin asesinato de masas. Aquella fue una hazaña asombrosa. Desde el acorazado Maine al Golfo de Tonkin, pasando por las "armas de destrucción masiva", el bombardeo de autobús de Londres, el 11-S, el bombazo en la maratón de Boston, la masacre del tirador del hotel en Las Vegas, la "insurrección" en la Casa Blanca el 6 de Enero, y muchísimas otras incitaciones de la policía para cometer crímenes, y matanzas fraudulentas; todo realizado por una verdadera industria de actores de crisis, informantes, cabezas de turco, policías secretos, agentes infiltrados, provocadores, asesinos y espías; enormes mentiras han sido despiadadamente producidas sobre un público inconsciente y cansado de las crisis, y las mentiras han tenido éxito en su mayor parte porque la gente no puede creer que alguien cometería crímenes de tal magnitud.

     Quizá es tiempo de repensar nuestra relación con la fuente de la mayor parte de esta manipulación: la pantalla de televisión. Literalmente no vemos nada real cuando llega a nosotros por ese medio. La imagen en la pantalla no es la realidad. Ella puede mostrarnos fácilmente lo que algún otro quiere que nosotros creamos. El formato es un campo abierto de par en par para los propagandistas. Nuestra experiencia personal es limitada. La televisión hace que nuestra experiencia parezca casi ilimitada, y llegamos a creer que esa experiencia expandida es auténtica. Hemos sido seducidos por los medios y la tecnología hasta tal punto que hoy la mayor parte de nuestra "realidad" no es ni siquiera real: es virtual. Todo esto se trata de epistemología: qué es verdadero y qué realmente sabemos es una de las preguntas centrales de la Filosofía. Pero por el bien de nuestra supervivencia, obtener conocimiento mediante nuestra propia experiencia directa, tratar con la gente cara a cara, relacionarse con el mundo natural en nuestros alrededores inmediatos, parece ser el primer paso para tratar de escapar del lavado de cerebro que conseguimos de los medios electrónicos.

     Al igual que la comida basura, los medios electrónicos son omnipresentes y adictivos. No estamos físicamente o psicológicamente preparados para tratar con ello. Simplemente no somos capaces de "conocer" a toda la gente, sitios, ideas y eventos traídos a nosotros en el alud de contenido en Internet. Los anfitriones del mundo virtual, como Facebook Google, están felices de vernos ocupados con teléfonos inteligentes y medios sociales con un círculo antes inimaginable de cientos de "amigos". Podemos incluso organizarnos con nuestros cientos de amigos para romper Facebook Google en mil pedazos, pero Silicon Valley no se preocupa porque ellos ganan mucho más de recolectar y vender nuestros datos.

     La tecnología una vez pareció estar allí para hacer la vida más fácil, pero entonces silenciosamente nos esclavizó. Para luchar contra la tecnocracia —es decir, el gobierno que saca su poder de la tecnología— nosotros sólo tenemos que mirar los medios de control de los tecnócratas —códigos QR, bases de datos, cámaras de vigilancia, lectores de matrículas de autos, algoritmos, inteligencia artificial, exploradores de cuerpos, microchips, juegos de video, películas éxitos de ventas, televisión por cable, smartphones, y puntajes de crédito— y sacarlos uno tras otro de nuestras vidas. Ciertamente está dentro de nuestros medios deshacernos de los dispositivos que nosotros mismos llevamos. ¿Está opuesto usted a los "pasaportes de vacuna"? Entonces no lleve o no posea el  smartphone que los hace posibles.

     Facebook recientemente anunció que quiere cambiar su nombre a "Meta", la palabra latina para "más allá". Para los depredadores de pensamiento avanzado que dirigen Facebook, el "metaverso" es la siguiente frontera en la tentativa de capturar y controlar las mentes humanas. Con audífonos de casco de Realidad Virtual, uno realmente cree que está en un programa dado, y puede creer incluso que está interactuando con el programa. El siguiente paso será una plataforma sin audífonos, o inalámbrica, de Realidad Virtual.

     Ya que los oligarcas quieren usar a aquellos de nosotros que sobrevivamos a las  Frankenvacunas como trabajadores esclavos, ellos querrían que nosotros no fuéramos más que baterías pasivas en una vaina con cables conectados a nuestras cabezas, como en The Matrix. Humanos móviles cuya realidad les es alimentada inalámbricamente sería una mejora enorme. Quizá la tecnología para eso está contenida en las "vacunas", con sus extraños efectos magnéticos, hasta ahora no reconocidos e inexplicados. En efecto, eso puede ser por qué Bill Gates dijo que "lamentablemente cada uno en el planeta tendrá que ser vacunado".  Obviamente, los pocos privilegiados ¡no pueden tener a gente no autorizada andando por ahí en su propia realidad!

     La actual operación para la esclavitud digital de la Humanidad es demencial. No somos un experimento de Frankenstein. No somos programas de software. No somos computadores. No somos unos y ceros. No somos transhumanos. Somos milagros creados por Dios, no para ser manipulados. Es tiempo de des-digitalizar el mundo alrededor de nosotros y volver a nuestras conexiones espirituales y nuestra humanidad. Al igual que el gobierno, la tecnología está para servirnos, no al revés. Al igual que con el gobierno, no debemos confiar en la tecnología. Cuando el gobierno y la tecnología trabajan juntos, el potencial para el abuso se incrementa exponencialmente. Para salvarnos a nosotros mismos, aquellas dos fuerzas deben ser permanentemente puestas en su lugar.

     Por estos días muchos de nosotros estamos en las calles protestando. El beneficio de esto no es que pudiéramos llamar la atención de políticos que nos consideran con desprecio, sino que nos vemos y hablamos unos con otros en persona, y damos fuerza a aquellos que están al margen, al ver una oposición sana y fuerte a la locura. Cuando llegue el tiempo de encarar realmente a las autoridades, no tendrán ninguna otra opción sino escuchar y no les va a gustar. En el camino hacia aquel día, y quizá a fin de alcanzarlo, tenemos que sacar de nuestras cabezas 60 años de una muy sofisticada y altamente manipuladora programación de los medios. Los fraudes y las banderas falsas serán inmediatamente obvios entonces, y ya no serán usados contra nosotros. La "pandemia" y el elenco de personajes que instigan esta atrocidad de dos años desaparecerán como una pesadilla. Es como si pudiéramos derrotar esta operación simplemente evolucionando.–

Richard Hugus - richardhugus.com - 8 Noviembre 2021

https://editorial-streicher.blogspot.com/2021/11/sobre-alienados-soberbios-y.html

 

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