LOS DIOSES DEVORAN A SUS REBAÑOS
No son humanos. Los que han ideado e implementado este Plan Genocida no son humanos. Son los dioses, según les llaman todas las leyendas y todas las biblias. No se manifiestan más que cuando reciben energía vibratoria proveniente del dolor humano. ¿Suena loco? Pues espera, porque esto va a peor:
Es la estrategia que los dioses han usado para lograr que
unos seres inteligentes (tú eres un ser inteligente) hagan voluntariamente y
sin caer en la cuenta de que son manipulados, lo que los dioses quieren, es
lograr unir las mentes de muchos humanos, pues uno solo de ellos no produce
energía suficiente para nada. Para lograrlo, los dioses idearon uno de los
fenómenos sociológicos más antiguos que registra la historia: las religiones.
Ha sido desde siempre así, es una de las estrategias de los dioses, la adecuada
para obtener sus fines.
Qué buscan los dioses de nosotros: Buscan las ondas que produce un cerebro humano excitado (sobre todo atormentado).
Buscan las ondas de la vida, es decir, la energía que desprende un cuerpo viviente cuando muere violentamente.
Buscan las ondas que desprenden todas y cada una de las células, que todavía siguen vivas por un buen rato después de que el hombre o animal ya ha muerto.
Buscan la sangre derramada, porque cuando ésta está fuera del cuerpo, libera
muy fácilmente una energía que ellos quieren.
La etnia que les sirve en la cumbre, los judíos, el pueblo
elegido por Jehová y el resto de los dioses, les imitan en cuanto pueden.
Martirizan a la humanidad, apenas le permiten sobrevivir con su esfuerzo.
Atormentan niños para extraerles el adenocromo que, inyectado en sangre, les
permite envejecer más lentamente.
Los dioses ni nos odian ni nos quieren, exactamente como el
propietario de un rebaño ni odia ni quiere a sus borregos.
Consejos:
No entres en el terreno de los dioses. No te colectivices.
No entregues jamás la mente a nadie. ¿Qué decir de las vacunaciones?
No invoques a nadie. No llames a nadie para adorarlo. No te postres ante ningún dios-persona ni ante ningún dios-cosa para rendirle culto o para celebrarle ritos.
No les ofrezcas tu dolor. No te brindes a sufrir. Rechaza el dolor por el dolor y no lo busques nunca. Rebélate contra el sacro masoquismo, que como un sacramento ha estado entronizado en la Iglesia Cristiana por siglos.
Prescinde de dogmas y ritos. Deja de lado las creencias tradicionales que tienen que ver con el más allá y con la manera de concebir esta vida.
Destraumatízate. Libera el alma de todos los miedos, todas las angustias y todas las deformaciones que las erróneas creencias cristianas (y en último término, los dioses) nos ha ido inculcando a lo largo de los siglos.
Instituyamos un nuevo orden de valores. Organizemos nuevas prioridades en la vida, de acuerdo no con los deseos de
ningún dios, sino con las necesidades del género humano.
CAMBIEMOS RADICALMENTE NUESTRA IDEA DE DIOS
Yo me siento mucho más cerca de Dios cuando veo su mano
firme moviendo la gigantesca maquinaria del firmamento o cuando me asomo a
contemplar los fantásticos panoramas que estamos encontrando en lo profundo de
la materia, que cuando leo en el Pentateuco las carnicerías y las venganzas del
repulsivo personaje que el judeo-cristianismo nos ha querido presentar como el
Dios del Universo.
Su tarea toca a su fin, gracias a la tecnología inventada
por sus propias víctimas. Pronto, con la humanidad inoculada periódicamente con
óxido de grafeno, pulsarán las antenas e infligirán un dolor instantáneo a toda
la humanidad de cuya energía se nutrirán como en los peores y más destructivos
días de la II Guerra Mundial.
Será tal el sufrimiento colectivo de la estirpe humana que
podrán manifestarse cuando y donde quieran. Los extraterrestres llegarán por
fin a nuestro planeta.
Esto está muy bien hecho. Os lo explico:
En 2019 aparece en la propaganda de los media la palabra
VIRUS. Mágica, porque estremece a las gentes cultas, acomodadas y dirigente de
segundo nivel. La palabra GUERRA no les hubiera afectado nada, hubieran seguido
con su mediocre vida. Pero VIRUS significa que los afectados serán ellos, los
felices, instalados en el sistema, los competentes. Los maestros del alarmismo se
lucen ante los psicólogos. La OMS participa, a pesar de su poca credibilidad.
Es un plan GENIAL.
El inflado mediático es el mismo que el de la guerra contra
el terrorismo o la propaganda previa a las guerras mundiales. La participación
de los gobiernos de todos los países es similar a la de los prolegómenos de una
guerra: propaganda visceral destinada a manipular sentimientos. Incluyendo elementos
como el confinamiento, similares a los que se usaban para que las gentes
utilizaran los refugios contra bombardeos. Pero ahora no hay bombas ni
destrucción física. El enemigo es un supuesto sutil virus que se cuela por
todas partes.
En ese momento se encendieron las alarmas en los cerebros
pensantes, que fueron contrarrestadas mediáticamente con el concepto de teorías
de la conspiración por toda una serie de organizaciones de Internet
autodenominadas fact checkers.
La crisis quedó instalada.
Y entonces llegó la solución, preparada durante años: La vacunación indiscriminada, universal, de
un remedio nunca probado antes, liberando a los laboratorios y gobiernos de
toda responsabilidad. Siempre se procura la voluntariedad del esclavo, si no,
la energía extraíble es mínima, casi nula.
A pesar de las evidencias en contra de las vacunas magnetización de los cuerpos, trombopenias generalizadas, pulmones
inoperantes, arritmias (a las que llaman intencionadamente infartos, y no es lo
mismo: el infarto avisa y tiene remedio; la arritmia, no), embolias, etc.; los
gobiernos se han quitado las máscaras y los calzones empujando a la gente a
vacunarse. No ya a los cultos voluntarios de la primera ola, sino a la chusma sin
cerebro que sigue las consignas de «vacunarse por solidaridad», como si esa
clase de gentuza fuera capaz de tan alta cualidad. A esa chusma se la manipula
simplemente diciendo que no hay vacunas para todos y corren a hacer cola.
La chusma es incapaz de ver la obvia causa-efecto. «Mi hijo
se vacunó y ha muerto, qué pena, porque no le dio tiempo a generar
anticuerpos». No, idiota. No des explicaciones para salvar tu alma. Está
muerto. Permitiste que tu hijo se vacunara porque eres un borrego indeseable y
te lo han matado. Y tu respuesta es: «Beeeeeeee».
Nunca entendisteis el objetivo de la vacunación
con un tóxico neuromodulable. A una frecuencia determinada, el grafeno produce
un gran dolor en todo el organismo, un sufrimiento como el de los cristianos
devorados por los leones en un circo romano. Un dolor total, como describen los
vacunados: dolor intensísimo de cabeza durante 8 semanas sin parar ni un
instante. Sin paliativos, excepto la morfina que se los lleva al nicho.
Los entes tienen el suministro de energía garantizado
durante meses. O hasta que exterminen a la especie humana entera, si logran que
se revacunen perpetuamente. Porque no quedará ni uno vivo. No hay inserción de
pensamientos o sentimientos. Hay dolor intenso con un mando a distancia.
JUAN DEL ENCINA (JUANETE)
https://acratasnet.wordpress.com/2021/11/26/los-dioses-devoran-a-sus-rebanos/
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