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4.1.22

¿Por qué no dejar espacio para el milagro de que al final la cosa no sea para tanto?

 © AÑO NUEVO, ¿VIDA NUEVA?                                   

Después de unas fiestas trituradas a conciencia por los desalmados de turno, con atroces restricciones, tan inútiles como depravadas, enfrentamos el nuevo año con una previsible tregua hasta la nueva andanada.

Este proceso de tira y afloja ya es una dinámica establecida para que “la rana no salte del agua antes de hervirse”.

De momento llama la atención la aparición en televisión de publicidad de antigripales clásicos que habían desaparecido cuando hasta ahora “todo era covid”.

En cualquier caso, nuestras estimadas farmacéuticas no pierden oportunidad de aumentar sus beneficios, sean vacunas o medicamentos tradicionales cuya efectividad en todos los casos se limita a calmar síntomas y no a curar enfermedades.

No interesa matar la “gallina de los huevos de oro” que son los enfermos y así se cuidan bien de cronificar las dolencias para mayor gloria de las sanguijuelas que viven de chupar sangre ajena.

De otro lado, las avalanchas para vacunarse y obtener el certificado covid, darán paso al “pasmo total” ante la eliminación del mismo si el ciudadano-víctima no se somete a nuevas imposiciones que nuestros verdugos tengan preparadas.

Mientras, el caldero sigue al fuego para que vaya hirviendo poco a poco hasta tenernos a todos bien “cocidos” y, ya con el guiso terminado, no haya más remedio que dejarnos comer indefensamente.

Hacer llamamientos para “saltar del caldero” ya resultan ociosos tras las innumerables llamadas de aviso y la dureza de los hechos que no dejan lugar a dudas del destino programado para todos (incluidos los colaboracionistas) pero que no consiguen provocar una reacción general.

¿Qué expectativas se presentan?

Toca a cada cual por su cuenta “quemarse o escaldarse” lo mínimo, confiando en salir lo más indemnes posible de esta situación pues lo que sí se va viendo claro es que colectivamente no somos capaces.

¿Por qué no dejar espacio para el milagro de que al final la cosa no sea para tanto? Pues quien no se consuela es porque no quiere…

A ver si en las “alturas” entre los que nos están apretando aparecen discrepancias sobre el qué y el cómo y de sus desavenencias surgen otros planteamientos para enfocar la vida de todos de forma más humana y racional.

Que así sea.

Amén

MILAGROS

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com

4 enero 2022

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