LAS OPCIONES QUE AHORA QUEDAN
La guerra, desencadenada por el colapso económico, o un nuevo orden para el desarrollo global
La determinación del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, de
preservar la disuasión nuclear de Rusia e impedir que Estados hostiles armados
por la OTAN, incluso con armas nucleares, estén a sus puertas, es solo el
aspecto externo de la actual crisis bélica. La causa principal es la existencia
de dos asociaciones o alianzas económicas en el mundo, y el hecho de que una de
ellas, encabezada por Estados Unidos y Gran Bretaña con las naciones de la
OTAN, se está hundiendo económicamente y se dirige hacia una implosión
financiera, un “segundo 2008” o algo peor.
Prominentes funcionarios de la Unión Europea y del Foro Económico Mundial han enloquecido ante el anuncio del 4 de febrero, que la creciente cooperación económica entre China y Rusia se había convertido en una asociación estratégica plena entre la principal nación constructora de infraestructura y luchadora contra la pobreza en el mundo, y la principal potencia nuclear y exportadora de alimentos en el mundo.
En su cooperación, pronto podría ser también la primera potencia espacial. La fantasía de que se podría destruir esa alianza se ha convertido en motivo de guerra. (China y Rusia anuncian un Nuevo Paradigma Mundial; los británicos quieren iniciar la Tercera Guerra Mundial www.larouchepub.com ).La casta financiera dominante de Londres y de Wall Street
decretó en los últimos años un “Gran Reajuste”, llamado menos dramáticamente
“Nuevo Trato Verde”, con lo cual ha convertido el estancamiento económico
reinante desde 2008 en una recesión económica cada vez más profunda. Nada más
observen lo que causaron en 2021 los siete años de rápida desinversión “verde”
en combustibles fósiles y energía nuclear (la inversión anual se redujo a más
de la mitad fuera de Rusia y China). La producción mundial de energía se
estancó; la generación mundial de electricidad disminuyó. La producción de
maíz, trigo y aceite de semillas se está reduciendo en el 2022 debido a la
hiperinflación y escasez de fertilizantes.
El sustituto “verde” de los combustibles fósiles y la
energía nuclear no funciona. En todo el mundo, la participación de la energía
solar y eólica en la producción global de energía siguió siendo de solo 4% en
el 2021, según un extenso análisis de la situación realizado por Gail Tverberg
(www.ourfiniteworld.com/2022/02/09/limits-to-green-energy-are-becoming-much-clearer/
). La ausencia de viento para generar energía causó graves daños económicos en
el 2021 en los llanos centrales de Estados Unidos, en todo el norte de Europa y
en el norte de China; solo China resolvió el problema rápidamente. La
tecnología para el almacenamiento a gran escala de la energía intermitente aún
está muy lejos.
Esta situación, combinada con la enorme impresión de dinero
inorgánico por parte de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo y otros
desde el 2008, para comprarle a los megabancos sus activos tóxicos y
proporcionarles liquidez con la que mantienen una “economía de dinero”, en la
que la economía productiva se viene reduciendo, ha desatado una inflación que se
encamina a un estallido hiperinflacionario. Fíjense en el comentario del 18 de
febrero de The Carson Report de Joseph Carson, ex economista jefe del banco de
inversión AllianceBernstein:
“El actual ciclo de
inflación no se parece a nada visto antes. Los ciclos de inflación de las
décadas de 1970 y 1980 se centraron en los precios de los consumidores y de los
productores, mientras que los precios de los activos (acciones e inmuebles)
impulsaron los ciclos de inflación de las décadas de 1990 y 2000. El ciclo inflacionario
actual tiene todo lo anterior. Y en base al índice de precios amplio, el actual
ciclo inflacionario es tan grande como el de los años 70 y el de las burbujas
punto.com y de la vivienda juntos. (El índice de precios al consumidor, IPC
menos la vivienda, ha subido un 9% en el último año, el mayor aumento desde
1981. Incluyendo el precio de mercado de la vivienda… eleva el IPC a dos
dígitos. Los viejos precios de producción para productos acabados han subido
12,5%, mientras que los precios de los productos intermedios y del crudo han
aumentado en 23% y 13,5% respectivamente…)”. www.thecarsonreport.com/post/the-fed-is-mistaken-it-s-the-removal-of-inflation-that-is-destabilizing-not-late-policy-moves
Ahora están a punto de anunciarse las sanciones a Rusia con el pretexto de Ucrania, que como han declarado abiertamente los funcionarios del Departamento del Tesoro y del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, están diseñadas para aplastar la economía de Rusia; el coro de neoconservadores desquiciados en Estados Unidos y de funcionarios de Gran Bretaña, al que se unen los países satélites de la OTAN, exige que se impongan ya.
Pero imponer esas sanciones contra el mayor exportador de combustibles
fósiles del mundo, causará estragos en todo el mundo –incluyendo a Estados
Unidos, Gran Bretaña y sus satélites de la OTAN– ya que China ayudará a Rusia a
resistirlas, como ha resistido las sanciones anteriores. Las reservas mundiales
de energía son ya tan bajas, que el petróleo y el gas natural tienen un “precio
que destruye la demanda”, como lo calificó el 17 de febrero el principal
operador petrolero del banco JPMorgan. O como lo describe Gail Tverberg en el
análisis citado antes, la opción de ponerle precio a una profunda recesión.
¿Van a sancionar a los principales bancos de Rusia para que
no puedan conceder préstamos? ¿Y qué de los más grandes bancos de Estados
Unidos y Europa, que ya controlan la mayoría de los depósitos y no hacen
préstamos?
Aquí surge el motivo para forzar la guerra, para destruir la
alternativa que representan, para las naciones en desarrollo en particular,
China y Rusia.
Pero su asociación por sí sola, con la Iniciativa de la
Franja y la Ruta, de construcción de infraestructura, no es suficiente para una
solución para todas las naciones. Eso exige un nuevo acuerdo estratégico o una
conferencia basada en una política económica completamente diferente al juego
de casino que se está derrumbado y al que juegan Wall Street y la City de
Londres.
La guía de esa política debe ser las bien conocidas Cuatro
Leyes Económicas de Lyndon LaRouche, las cuales solo China ha implementado.
Esto es, una reorganización bancaria según los lineamientos de la ley
Glass-Steagall de Franklin Roosevelt en todos los países, una banca
nacional hamiltoniana para dirigir el crédito productivo en todas las naciones,
y programas de urgencia para desarrollar las tecnologías de punta en fusión
termonuclear controlada y plasmas, junto con la exploración espacial. Para
esto, es urgente la convocatoria a la creación de un Nuevo Bretton Woods en
base a esos principios.
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