En cualquier caso, pensad que no estáis solos y que tenéis todo lo que necesitáis

© EL ANTROPÓLOGO GALÁCTICO       

El dicho antiguo de “conócete a ti mismo” es un buen punto de referencia para tratar de hacer un balance de la situación actual del ser humano y de la misma razón de ser de la humanidad.

Para ser estrictos en este cometido podríamos pedirle ayuda a un ser imaginario, en este caso un científico ajeno de la Tierra, un “antropólogo galáctico”

El encargo sería analizar la Humanidad en su conjunto y hacer un diagnóstico desapasionado. Vamos pues: tiene la palabra nuestro antropólogo

Bien queridos amigos, lo que se observa a primera vista es que todos los seres humanos reflejan prácticamente las mismas necesidades y aspiraciones aparte de pequeñas diferencias físicas o psíquicas.

Vistas de lejos las cosas se pueden relativizar enormemente y captar fácilmente la esencia que en vuestro caso podría sintetizarse en algunos rasgos específicos:

- Afán de supervivencia

- Deseo de ser queridos

- Ansia de conocimiento

- Sociabilidad

- Dudas vitales: ¿quién soy, de dónde vengo, a dónde voy?

- Angustia por lo desconocido

La lista podría ser más larga pero nos sirve para situarnos y establecer unos rasgos que definen a la inmensa mayoría de vosotros.

Por debajo de estas características básicas encontramos las emociones, en sus variantes virtuosas o malignas, y aquí es donde anidan y comienzan las diferencias que se hacen evidentes entre los seres humanos.

Si juzgamos vuestras acciones amparándonos en las emociones, el resultado no puede ser equilibrado. No hay que apartarse de los rasgos principales para poder encontrar las respuestas más adecuadas.

La propia constitución humana, con sus capacidades y limitaciones, es la base para llegar a unas conclusiones lo más ajustadas posible.

El gran dilema siempre presente del bien y el mal flota sobre todo y lo hace a veces de forma engañosa, justamente por la relatividad de gran parte del proceso vital.

Como no hay libro de instrucciones os tenéis que guiar por la intuición y por todo lo que os resuena y así vais haciendo el camino bastante a tientas.

Si encima os intoxicáis con creencias, costumbres, conveniencias, miedos... la mezcla se aparta mucho del equilibrio necesario para saber dónde estáis e incluso quiénes sois.

Vivir en sociedad comporta el riesgo de “contaminarse” sin querer, pero es de la interacción social de la que sacáis mucha parte de vuestra razón de vivir que abarca todo tipo de experimentación.

La dualidad define vuestro vivir: nacimiento-muerte, amor-odio, alegría-sufrimiento, paz-enojo, equilibrio-desorientación, confianza-miedo...

Estas polaridades y muchas otras enmarcan vuestros pasos y os obligan continuamente a tomar decisiones, a asumir estados de ánimo, a afianzar convicciones...

Con este bagaje y con el lastre de todo lo que desconocéis, vais por la vida a trompicones interrogándoos constantemente sobre el acierto de lo que hacéis.

Y ahora, en los tiempos tan inhóspitos que corren, todavía os formuláis más preguntas para encontrar el sendero adecuado en este experimento vital del que desconocéis tantas cosas.

¿Qué os puedo recomendar? No me atrevería a daros ningún consejo dado que la experiencia de la vida es una aventura extraordinaria sujeta al libre albedrío.

En cualquier caso, pensad que no estáis solos y que tenéis todo lo que necesitáis.

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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com - 24 de abril 2023

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