© ESCENARIOS QUE SE NOS PLANTEAN
Sin ser exhaustivos, aquí van algunos de los planteamientos
que se nos vienen encima, al margen de las cuestiones ideológicas o de
ingeniería social (género, corrección política, etc) que acaban de aliñarlo
como el “sofrito” de este “menú” destinado a reinventar toda la esencia humana.
1.- Control digital para el acceso a temas vitales (dinero,
sanidad…)
2.- Bloqueo territorial de movimientos (ciudades 15 minutos)
3.- Alimentación restringida (productos sintéticos)
4.- Expropiación de propiedades (recolocación de personas)
5.- Transporte restringido (servicio público, bicicletas)
6.- Eliminación de internet o limitación de acceso
(¿anulación blogosfera?)
7.- Carné social con puntuación conductual (premios y
castigos)
8.- Obligaciones sanitarias (vacunas, controles y revisiones
forzosas)
¿Qué nivel de degradación máximo podremos tolerar antes de
tomar una decisión drástica?
Parece que la desobediencia civil es al menos el primer paso
ante tan grave agresión. Lo que hay que descartar son las acciones sacrificadas
(huelgas de hambre, acciones suicidas...), que pongan en peligro la vida de
quien proteste, dado que al sistema ya le va bien que “se autoelimine” gente
cuando su plan es la despoblación (¡menos trabajo!)
Sea como fuere, los que no queramos someternos debemos pagar
el precio, (a pesar de no saber el resultado) y confiar en que pueda aprovechar
a alguien (como lo de plantar un árbol).
El punto débil es el económico porque si te retratas y te
doblegas, lo demás será muy difícil de rehuir, aunque, si se va encajando todo
lo que venga, en algún punto puedes explotar porque llegues a hartarte.
¿No se nos ocurre nada imaginativo que sea efectivo para
encarar la situación?
¿Dónde puede estar el punto débil de todo este Cafarnaún?
Seguro que debe haber algún resquicio donde meter la cuña
para hacerles saltar el plan por los aires... ¡y no debe ser con fuerza sino
con ingenio!
De la estrategia es evidente que no se puede hablar
públicamente porque perdería su factor sorpresa. Sin embargo quisiera pensar en
voz alta para ver si encontramos algún atajo. Hacer lo que se conoce como
“brainstorming”
Por otra parte, aunque últimamente a los malos parece que se
les haya ido la prudencia sigo creyendo que no harán nada sin nuestro
consentimiento, que se lo pensarán antes de violentar nuestro libre albedrío,
dado que es una ley universal intocable.
La cuestión es que tienen mucha maña para hacernos caer en
sus trampas a las que vamos de forma voluntaria, o cuando menos, por miedo o
comodidad. Sólo que en este punto rompiéramos la inercia y nos negásemos
sencillamente a hacer lo que nos dicen ya tendríamos mucho ganado.
Oh, pero es que nos multarán o nos perjudicarán de alguna
manera... Tú plántate di NO y a ver qué pasa realmente. Cuenta que lo que nos
jugamos es mucho más importante que una hipotética multa que al final no se
ejecuta (como ocurrió en la época de la pandemia)
Lo que hace falta es que no se lo pongamos fácil y pasemos
de ellos olímpicamente. Algo práctico, que tienes bien a mano, es no ir a
votar, dejarlos sin tu reconocimiento/consentimiento.
A mí que no me busquen sino es para desmontar todo el
maldito entramado en nuestra contra.
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Joan Martí – elcamidelavida@gmail.com – 5 mayo 2023
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